Por Eliyahu BaYonah
ben Yossef
Muchísimas personas entran a una sinagoga
de una manera y
salen de ella
completamente
cambiados. Muchos
son cambiados a la
fuerza por razón de
las circunstancias
ya que no están
familiarizados con
el rito que se sigue
adentro. Hablamos
del rito Ortodoxo,
ya que el rito
Conservador o mucho
menos el rito
Reformado no tienen
igual manera.
Algunos señores o señoras vuelven a casa
apenados y
avergonzados porque
no pudieron seguir
al paso los rezos o
los movimientos o
las bendiciones
tradicionales.
Qué pasaría si una de estas personas recibe
el honor de ser
invitado a tomar
parte en el
servicio?
Naturalmente que
tendría que rechazar
semejante honor
porque no tiene ni
la mas remota idea
de que es lo que
tiene que hacer
adelante.
Así como cada uno de nosotros sabemos que
hacer en nuestra
propia casa ante
determinados
eventos, también
tenemos que conocer
qué hacer en
nuestra segunda casa
y no llegar a
sentirnos
avergonzados.
Nadie entra a su propia casa avergonzado o
con pena, a menos
que haya hecho algo
indebido por fuera.
Se debe entrar con
confianza a la
sinagoga pero para
ello se debe tener
idea de que es lo
que sucede adentro y
por qué sucede.
Es natural que si alguien entra por primera
vez a una sinagoga
llame la atención
porque adentro se
maneja todo como si
fuese una gran
familia y todos son
reconocidos. Esto
hace que el
visitante te sienta
el centro de toda la
atención. Pero
siempre habrá
alguien que le
extienda los brazos
y lo invite a
sentarse o a
permanecer de pie si
es propicio el
momento.
Naturalmente que esto no sucede en todas
partes.
Especialmente en
Latinoamérica la
entrada por primea
vez a una sinagoga
no es fácil de
conseguir. Hay que
hacer contacto
previo con el
Rabino. El Rabino
pedirá información
sobre la persona y
de acuerdo a ello
le permitirá su
venida al lugar.
Muchos de los Rabinos niegan su entrada
hasta por tres
ocasiones atendiendo
a una costumbre
basada en la
historia de Ruth y
Noemí. A otros no
les interesa recibir
a personas que no
muestren raíces
firmes de su
judaísmo o alguna
certificación de un
Rabino previo. Todo
depende de la
sinagoga, del lugar
en donde se
encuentre y de la
capacidad de esta.
En una sinagoga
grande es muy fácil
pasar desapercibido
y lograr no llamar
la atención.
Ahora bien. Cómo debemos presentarnos en
una sinagoga?
Generalmente a la
entrada de estas
existe un utensilio
que aloja cobertores
para la cabeza, sean
masculinos o
femeninos. Los
hombres no deben
entrar a una
sinagoga con la
cabeza descubierta.
Para ellos hay
suficientes Kipot
(plural de Kipa) a
la entrada y deben
proceder a cubrirse.
En el caso de la mujer, todo depende de su
estado civil. Si es
soltera la costumbre
es no cubrirse; si
son casadas, muchas
usan velos o
pañoletas o
sombreros o algún
tipo de cobertura.
El cubrirse la
cabeza no es que
represente una
santidad especial.
Se ha venido usando
por costumbre,
aunque se tiene en
cuenta que su uso se
realiza por respeto
y humildad delante
de Dios.
Dice el Talmud: “Rav Huna no caminaba
cuatro amot -seis
pies- con la cabeza
descubierta. El
diría: La Shejina
está sobre mi
cabeza”(Kidushin
31a). Nuestros
sabios enseñan:
“Cubre tu cabeza y
así la reverencia a
Dios estará sobre tu
cabeza”(Shabbat
156b).
No es que
exista un
requerimiento de la
Torá sobre el
cubrimiento de la
cabeza en
determinados
momentos.
La Torá solo requiere que los Sacerdotes se
cubran sus cabezas
mientras realizan
las funciones del
Templo, lo que
indicaba un respeto
a la gloria de Dios
-Lekavod uletiferet-
(Exodo 28: 2,4).
Esta sugerencia en
la Torá ha hecho que
se acepte la
costumbre
universalmente al
considerar que
Hashem nos escogió
como un reino de
sacerdotes y una
nación santa” (Exodo
19:6)
Cómo
vestirnos al entrar
en la sinagoga? Eso
depende de las
costumbres de cada
país.
Aquí en Estados Unidos se acostumbra que el
hombre vista con
saco y corbata en
tiempo regular.
Cuando el clima
cambia como en
verano se
acostumbran ropas
mas ligeras.
Muchos de nosotros acostumbramos usar
sombrero, sea negro
o café o en algunos
casos mas claros. En
el verano en Israel
se acostumbra ir sin
chaqueta y sin
corbata, con camisa
sport.
Para la mujer se acostumbra vestidos con
manga larga y
cubierta su espalda
y sus faldas hasta
debajo de las
rodillas.
Los jeans o slacks quedan fuera para
vestirlos en casa.
La modestia es el
principal
ingrediente para
toda ocasión. Es muy
común que se utilice
un vestido especial
para Shabat y
Fiestas, a
diferencia de los
vestidos usados a
diario.
En pocas palabras se dice que lo que es
apropiado para los
días de semana es
inapropiado para
Shabat y Festivales.
Se pretende que se
honre al día Shabat
con algo especial y
diferente. Así en
algunas sinagogas se
permita el uso de
jeans entre semana,
no es bien visto
durante el Shabat y
las fiestas.
No se debe usar la frivolidad mientras se
encuentra en una
sinagoga. No se debe
fumar (ni aun en los
demás días), no se
debe comer o mascar
chicle o actuar de
manera irreverente.
Se debe considerar
que se esta delante
de la realeza,
delante del Rey de
Reyes, el Eterno
Adonay Tzebaot.
Se tiene que
tener cuidado al
escoger una silla
cuando se llega a la
sinagoga.
Generalmente cada uno tiene un lugar que
siempre usa y en
donde se encuentra
guardado su Sidur y
su tallit, en el
caso de los hombres.
Esto cuando la
silletería ha sido
elaborada de tal
manera que sirve
como escritorio,
parecidos a los
usados en las
escuelas o Yeshivot.
Comúnmente, cada miembro acostumbra un solo
lugar cada Shabat
como también a
separar una fila de
sillas para una
familia que
previamente ha
invitado. Este
hábito de fijar un
lugar se basa en el
Shuljan Aruj que
requiere que cada
uno fije un lugar
para sus oraciones
(OH 90:19).
Algunas sinagogas acostumbran dejar al
frente de las sillas
un Sidur para orar.
En otras, el Sidur y
el Jumash se
encuentran en una
sala especialmente
diseñada para
albergar estantes
con los diferentes
libros sagrados.
Siempre se deben
tomar ambos, un
Sidur y la Torá o el
Libro de la Torá que
se vaya a leer en
esa semana.
Si quien visita no lleva un Manto para orar
o Tallit, la
sinagoga le puede
proveer uno. Para
ello existen varios
apostados cerca a la
entrada del salón de
oraciones o Shul.
Algunas sinagogas en
Latinoamérica no
permiten que una
persona no judía se
coloque el tallit.
Al colocarse el Tallit, la persona debe
recitar una oración:
Baruj atá Adonay
elohenu Melej
haOlam, asher
kideshanu
bemitzvotav,
vetzivanu lehitatef
betzitzit. -Bendito
eres Tu Señor Dios
Nuestro Rey del
universo, quien nos
ha santificado con
Sus mandamientos y
nos ha ordenado
envolvernos en el
Tzitzit-.
Existen maneras para colocarse el Tallit.
Dependiendo de la
costumbre Sefardita
o Askenazi.
Nota del Editor:
Para mis explicaciones anteriores me he basado en lo escrito por el grán
Rabino Hayim Halevi Donin en su obra "To Pray as a Jew" y en apartes de la
Torá y la Mishná.