Por Eliyahu BaYonah
ben Yossef
El Talmud Babli en su capítulo 11 nos trae
uno de los tratados
mas discutidos por
los judíos.
La Era Mesiánica.
El enfoque lo da hacia el material agádico
que disponemos desde
la antigüedad. Hay
varios términos que
usa para definir lo
que los judíos
esperan por venir:
Yemot HaMashiaj.- Los Dias del
Mashiaj o la Era
Mesiánica
Olam HaNeshamot.- El Mundo de las
Almas
Leatid Labó.- El Futuro por Venir
Olam Habá.- El Mundo Venidero
Tejiyat HaMetim.- La Resurrección de
los Muertos
Gan Edén.- El Jardín del Edén o
Paraíso y su
contraparte:
Gehinom o Infierno
Muchas veces estos términos son referidos
de manera específica
o de manera general
de acuerdo a los
tiempos y
circunstancias. Pero
lo cierto es que
como es costumbre
judía, encontramos
varias opiniones
sobre el particular
que no todas las
veces dichas
opiniones están de
acuerdo.
Esto lo puedo ver cuando nos sentamos a
estudiar con mis
queridos amigos Rabí
Yehuda Eliezri y
Rabí Pinchas Frankel
y cada uno expone su
opinión de acuerdo a
sus fundamentos
ideológicos sin
entrar a causar daño
a las ideas de su
compañero.
De esa manera se extraen conceptos que mas
tarde servirán para
entender
filosóficamente lo
que nuestros sabios
han tratado de
decirnos por
centurias.
Existe un acuerdo dentro del mundo judío y
aún fuera de el con
respecto al Mesías o
a la Era Mesiánica.
Los cristianos tienen sus conceptos que
basan en parte en el
judaísmo, los
musulmanes de igual
manera y otras
religiones y cultos
también consideran
esta filosofía como
parte de su base
religiosa.
En el judaísmo se cree que un descendiente
de la dinastía real
de David juntará a
todos los dispersos
judíos que habitan
en el exilio y los
traerá de vuelta a
Eretz Israel, donde
Él reconstruirá el
Santo Templo y
reinará sobre los
judíos como su rey.
El mundo entonces encontrará un periodo de
paz para siempre,
mostrará obediencia
al rey Judío y
buscará su ayuda y
consejo, y “la
tierra será llena
con el conocimiento
de Dios así como las
aguas cubren la
mar“, como lo dice
Yeshayahu 11.
Naturalmente que existe la disputa entre
nuestros sabios
sobre cómo será ese
periodo. Si será un
tiempo natural de
nuestra existencia o
será sobrenatural.
Veamos a grosso modo cómo la Gemará
describe los
diferentes períodos
y situaciones que
tienen que ver con
este precioso
momento.
“Yemot HaMashiaj” - Los Dias del
Mesías (o mejor
conocido como La Era
Mesiánica).- Como ya
vimos, cuando esté
próximo ese idílico
período aparecerá el
Mesías judío, un
hombre de carne y
hueso, sujeto a
todas las pasiones
de nosotros, al
igual que las tuvo
su antecesor el Rey
David.
El reunirá a todos los Judíos que habitamos
en cada rincón de
esta tierra, desde
Alaska hasta la
Patagonia y desde
Los Ángeles hasta la
China y nos hará
volver a la tierra
de Israel.
Ello no ha ocurrido todavía, pero esperamos
que ocurra pronto en
nuestros días. El
hará que se
reconstruya el Santo
Templo que fue
destruido por las
legiones Romanas en
el año 70 de nuestra
Era. El reinará
sobre nosotros los
Judíos, no como un
Presidente ni como
un Emperador, sino
como un Rey.
Al encontrarse el mundo en paz, sus
gobernantes mirarán
hacia nuestro Mesías
a quien obedecerán y
buscarán su guianza
y dirección. El ser
humano seguirá
comportándose como
tal, con sus deseos
y pasiones y con su
libre albedrío, pero
en esos momentos
habrá un derrame tan
grande del
conocimiento de Dios
que la maldad
desaparecerá y la
gente vivirá en paz
y armonía y buscará
cada uno
perfeccionarse a si
mismo para estar
cerca a Dios.
Dice el Talmud que aunque este período es
la culminación de la
vida terrena no es
lo que se espera
alcanzar como
culminación de sus
deseos y ansias,
sino que pasará al
periodo siguiente
llamado el “Olam
Habá” -El Mundo
Venidero- cuando su
estado natural de
ser de carne y hueso
muera terrenalmente.
Este mundo venidero
se presentará en
etapas que seguirán
a la muerte terrena.
No solamente que el alma sin cuerpo viva en
lo que se conoce
como “Olam
HaNeshamot” -El
Mundo de las Almas-,
sino que sucederá la
Resurrección de los
Muertos - “Tejiyat
Hametim”, reuniendo
aquí en esta tierra
el cuerpo y el alma
que fueron separados
por la muerte.
“Gan Edén”-Jardín del Edén-.-
También conocido
como Paraíso. Este
es el lugar de
recompensa para las
almas incorpóreas en
el Mundo de las
Almas -Olam
HaNeshamot- después
de que alguien
muere.
“Gehinom”-.- También llamado Gehena.
Es la contraparte
del Gan Edén y se
refiere al lugar de
castigo y penitencia
a donde las almas de
los pecadores van en
el Mundo de las
Almas.
Algunos le llaman Purgatorio.
El nombre guarda relación con un lugar que
existió cerca a
Jerusalén -el Valle
de Hinom- en donde
eran depositados los
restos de animales
muertos y toda clase
de basuras. Mucho
tiempo antes, dicho
lugar dio albergue a
los sacrificios de
niños y animales a
los Baales incluido
el dios Molok.
“Olam Haneshamot” -El Mundo de las
Almas-.- (Aunque
este término no es
usado en el Talmud,
sí es usado
extensamente por
nuestros Rishonim)
Cuando una persona
muere su alma
incorpórea entra en
el Olam Haneshamot.
Las almas de los Justos se deleitarán en el
Gan Edén -El
Jardín de Edén- aquí
mismo en la tierra,
mientras que las
almas de los que
hicieron maldad
pasan al Gehinom
uno de los peores
lugares aquí en la
tierra, como la
afirma Rav Saadia
Gaón.
Las almas se quedan en este Mundo de las
Almas hasta el
periodo de Juicio
Final que marca el
comienzo del
“Tejiyat Hametim”,
la Resurrección de
los Muertos y el
Mundo Venidero, por
lo cual, estos que
lo alcanzaron
vivirán en un estado
de cuerpo resucitado
deleitándose de las
cosas espirituales.
Como lo explica el tratado de Rosh Hashana,
hay diferentes
clases de pecadores
y su castigo varía.
Algunos son
castigados por un
periodo corto de
tiempo en el Gehinom
y luego pasan a un
estado de felicidad.
Otros sufren por un
periodo mucho mas
largo pero luego son
liberados de su
tormento. Mientras
que otros son
dejados eternamente
sin derecho a
fianza.
A estos se les conoce como los merecedores
de Karet, escisión,
apartamiento, ya que
cometieron pecados
que la Torá decreta
merecedores de la
condenación eterna,
por delitos como
idolatría, que hace
que el transgresor
pierda su derecho al
Olam Habá.
Así que cuando los Libros sean abiertos
durante el Juicio,
las naciones que
oprimieron a Israel
recibirán lo que
merecían. Abarbanel
nos dice que los
malvados serán
resucitados no para
ser juzgados sino
para que vean en
persona la gloria
que recibirán los
que serán premiados
como “Tzadikim”
-Justos.
“Yom HaDin HaGadol” -El Gran Día del
Juicio-.- Muchísimos
pasajes de las
Escrituras aluden al
Gran Día del Juicio
al final de los
días. Rashi y Rambán
(No Rambam),
explican que cada
persona viene
delante del tribunal
celestial en tres
periodos de su
existencia:
1. En cada Rosh Hashana cuando la fortuna
material del hombre
es decidida de
acuerdo a sus obras
durante el año que
le precede.
2. A su muerte cuando el alma de cada ser
humano es juzgado y
su porción es fijada
sea de acuerdo al
Gehinom o al Gan
Edén.
3. En el Yom HaDin HaGadol, el Gran Día del
Juicio, cuando todos
los seres humanos
son juzgados para
determinar sin son
merecedores de la
resurrección.
“Tejiyat HaMetim” -La Resurrección
de los Muertos-.-
Como dije, en cierto
punto de la Era
Mesiánica, Dios hará
que los muertos
resuciten.Muchos
comentaristas de la
Gemará están de
acuerdo en que la
Resurrección tendrá
lugar en dos etapas.
Al momento de la Redención Mesiánica, los
Completamente Justos
-”Tzadikim Gemurim”-
resucitarán y
entonces podrán
alcanzar los niveles
que les fueron
negados en su
primera vida por
razones de
circunstancias
adversas en este
mundo. Mas tarde, en
el Gran Día del
Juicio, habrá una
resurrección general
de toda la gente con
el propósito de
darles su galardón.-
Quiénes Resucitarán?
La Gemará cita principalmente para
desarrollar este
tema a un verso del
Libro de Daniel 12
que dice: “Y muchos
de quienes duermen
en el polvo de la
tierra serán
levantados; unos
para vida eterna y
otros para
vergüenza, para
aborrecimiento
eterno”.
Yad Ramá toma este verso de Daniel para
indicarnos que tanto
los Justos como los
malvados resucitarán
en el Gran Día del
Juicio, los justos
para recibir eterna
recompensa y los
malvados condenación
eterna.
Lo anterior lo señala la Gemará trayendo la
parábola que Rebbi
le contó al
emperador romano
Marco Aurelio
Antoninus, quien
reinó desde el año
161 al 180 de
nuestra Era.
El emperador Marco Aurelio se hizo de una
gran amistad con el
Rebbi con quien
mantenía grandes
discusiones
filosóficas y
religiosas.
Marco Aurelio le preguntó a Rebbi: El
cuerpo y el alma de
una persona pueden
excusarse por
separado de ser
juzgados? Cómo? El
cuerpo dice, es el
alma la que ha
pecado porque desde
el día en que partió
de mi yo he estado
acostado como una
roca silenciosa en
la tumba. Y el alma
dice: El cuerpo es
quien ha pecado
porque desde el día
en que partí de el
yo he estado volando
libre como un pájaro
sin poder pecar.
Rebbi le contestó: Te daré una parábola: A
qué puede ser
comparado este
asunto? A un rey de
carne y hueso que
tiene una viña muy
preciosa que
contiene brevas muy
hermosas y el colocó
dos guardas a la
entrada de la viña.
Uno cojo y el otro
ciego. El cojo le
dijo al ciego: Veo
unas brevas hermosas
en la viña. Ven
súbeme en tus
hombros y bajaremos
brevas para que
comamos. El cojo se
subió sobre sus
hombros, bajó las
brevas y las
comieron.
Cierto día el dueño vino a la viña y vio
que desaparecieron
las brevas hermosas.
Dónde están las
brevas preciosas?,
preguntó a los
guardas. El cojo le
respondió: Tengo
acaso dos piernas
para poder
encaramarme en el
árbol de brevas?. .Y
el ciego le dijo a
su turno: Tengo
acaso ojos para ver
en donde están las
brevas?.Qué hizo
entonces el rey?
Montó al cojo en los
hombros del ciego y
los juzgó como a una
sola unidad.
Así también, en el Día de Juicio, el Santo,
Bendito Es, traerá
al alma y la
inyectará en su
respectivo cuerpo y
los juzgará como a
uno solo. Como está
escrito: “El llamará
a los cielos arriba
y a la tierra para
juzgar a Su pueblo.
El llamará a los
cielos de arriba,
esto es el alma, y a
la tierra para
juzgar a Su pueblo,
esto es el cuerpo.
El Propósito de la Resurrección
Varias razones nos han sido dadas para
comprender la
resurrección.
Rav Saadia Gaón explica que los Justos de
la nación Judía
serán resucitados al
tiempo de la
Redención y de esa
manera podrán ver
con sus propios ojos
que la promesa tan
largamente esperada
se hace realidad.
Rav Saadia Gaón también explica que el
pueblo Judío se
beneficiará de la
resurrección (en el
momento de la
Redención) de varias
maneras: Primero, la
resurrección de los
muertos es un gran
milagro lo cual
permitirá aumentar
de manera
extraordinaria su
creencia en la
Omnipotencia de
Dios.
También ello nos garantizará el poder ver
de cerca y reunirnos
con nuestros
Profetas, los Justos
Reyes de Israel, a
nuestros grandes
Sabios y
naturalmente, la
dicha y alegría de
podernos reunir con
nuestros familiares
y amigos que
partieron.
Los resucitados podrán responder a nuestras
inquietudes
relacionadas con la
muerte, la vida
después de la muerte
y cómo ellos fueron
resucitados, lo que
actualmente es
materia de confusión
entre muchos. Ello
también nos
permitirá fortalecer
nuestra creencia
sobre el Olam Habá
“Olam Habá”- El Mundo Venidero-.-
Los sabios nos
describen este
término como la
última recompensa de
la humanidad.
De acuerdo a Ramá y a Rambán (Najmanides) y
otros Rishonim, Olam
Habá en su sentido
primario y
preponderante se
refiere al estado
eterno de “Tejiyat
Hametim” -La
Resurrección de los
Muertos-.
Esta es la Era que seguirá a la Era
Mesiánica en la
cual, las almas que
lo merecieron serán
reunidas con sus
cuerpos otra vez
para que disfruten
su recompensa
eternamente.
En la aseveración de Rav de que “En el
Mundo Venidero no se
comerá ni se beberá,
en vez de eso, los
Justos con su corona
en la cabeza se
deleitarán con el
resplandor de la
Presencia Divina”
(Berajot 17a),
se refiere a la
reunificación del
cuerpo y el alma.
De acuerdo a lo anterior, los resucitados
no tendrán las
necesidades ni
funciones que
tenemos en el mundo
presente, sino que
sus cuerpos serán
sostenidos a través
de un alimento
espiritual similar
al que sostuvo a
Moisés durante
cuarenta días en el
Monte Sinaí sin
tener necesidad de
alimento o bebida.
Haciendo eco a las opiniones de Rambam
(Maimonides) sobre
los detalles y
secuencias de la Era
Mesiánica, Rabí
Samson Rafael Hirsch
escribe sobre El
Mundo Venidero y
sobre El Mundo de la
Resurrección: “…la
verdadera naturaleza
de estas cosas le
están escondidas al
hombre… es
suficiente para
nosotros mantenernos
firmes con perfecta
fe en las palabras
de nuestras
Escrituras: “Porque
Tu no abandonarás mi
alma en el Sheol”
(Salmos 16:10), y:
“También mi cuerpo
descansará
confiadamente”
(Salmo 16:9).
Y nosotros no debemos especular acerca de
la naturaleza de las
cosas que han sido
escondidas para
nosotros, las que
“ningún ojo ha
visto” (Isa. 64:3).
El Santo, Bendito Es, no ha hecho ningún
pacto con nosotros
sobre asuntos que
permanecen
escondidos, sino con
los que nos han sido
revelados para
tenerlos en cuenta y
cumplir Su Torá.
Nota del Editor:
Para mis explicaciones anteriores me he basado en lo escrito por el grán
Rabino Hayim Halevi Donin en su obra "To Pray as a Jew" y en apartes de la
Torá y la Mishná.