La adoración a Dios no comenzó
con Adam haRishón -el primero-. La
adoración a Dios vino posterior.
Adam no necesitaba el tipo de
adoración que nosotros conocemos hoy
en día, porque Adam conversaba con
Dios en cada momento, en cada lugar
y en donde fuera. Para él no era un
misterio qué era Dios o quién era
Dios. El lo conoció como el
Omnipresente al cual sabía que no lo
veía pero no le era un problema. Así
era su relación con el Padre que lo
había creado y de quien seguramente
escuchó cómo lo había creado a él y
a su esposa. Por lo tanto, no
podemos asumir que Adam adoraba a
Dios en la manera que nosotros
sabemos hoy hacerlo porque nosotros
no conversamos con Dios en la manera
que Adam lo hacía.
Nosotros ahora usamos las oraciones,
los rezos, las plegarias, los
cánticos para cumplir con este
propósito. El Talmud establece que
la oración o los rezos son una
ordenanza rabínica, como dice en
Berajot 21a, pero
Maimónides aclara que aunque la
obligación de rezar es un
requerimiento de la Torá, los
horarios, el contenido y el número
de servicios de rezos son de origen
rabínico. La base para esta
consideración es cuando la Torá
dice: Servirás al Señor tu Dios con
todo tu corazón (Deut. 11:13) La
pregunta es, cómo se debe servir a
Dios con todo el corazón? Con
oraciones (Taanit 2a . El
fundador de
la secta Hasidica (Lubavich),
Reb Shneur Zalman de Lidia, apoyó
este punto de vista cuando dijo: “la
idea de la oración es la base de
toda la Torá”.
Debemos saber que hasta el tiempo
del Segundo Templo no existían rezos
fijos ni horarios específicos para
las oraciones. Solo lo era para los
sacrificios. Es así como cada
persona podía orar donde fuera, a la
hora que quisiera, y como quisiera,
diciendo poco o mucho en sus
oraciones. Era una manifestación
espontánea de la persona que quería
pedir algo, agradecer por algo o
manifestar algo que tenía dentro de
su corazón. Muchos rezaban una vez
al día, otros dos veces, otros tres
veces y otros cuantas veces el
tiempo se los permitía. La única
excepción que encontramos aquí es
que el rezo del Shemá se hacia dos
veces al día como requerimiento
bíblico.
No fue sino hasta el tiempo cuando
vino Ezrá, el Escriba, hacia el año
485, cuando él y un consejo de 120
ancianos llamados los 120 de la Gran
Asamblea, quienes fijaron el número
de servicios diarios, compusieron el
entorno de las oraciones básicas y
establecieron el tiempo para
decirlas. Hace casi 2500 años que
ellos establecieron los tres
servicios diarios: uno en la mañana,
uno al mediodía y otro al atardecer.
Las referencias a ello las
encontramos en
el libro de los Salmos “Por
la tarde,
por la mañana y al mediodía,
imploro y clamo y Él escucha mi voz
-érev vabóquer vetsahoráym asíja
veehemé, vayshmá kolí” (55:18) y
en el Libro de Daniel “Cuando Daniel
conoció que el edicto había sido
firmado, fue a su casa y abiertas
las ventanas de su cuarto que
daban hacia Jerusalén, se postraba
tres veces al día, orando y dando
gracias delante del Eterno, como lo
solía hacer antes de esto’
VeDaniel kedi yeda di reshim ketaba
al levayeta becabin fetiján lej
veiliteh neged yerushelem vesimenin
telatah veyoma ju” (6:11). Dicha
práctica data, según nuestra
tradición
de los tiempos de los
patriarcas, en donde
interpretaciones agádicas nos
cuentan que Abraham rezaba en la
mañana, como dice Génesis 19:27: “Y
se levantó Abraham por la mañana (y
fue) al lugar donde estuvo (orando)
delante del Eterno. -Vayashkem
Avraham baboker el-hamakom
asher-amad sham et-peney Adonay”.
Asimismo, sabemos de Issac que oraba
al atardecer, como lo aprendemos en
Génesis 24:63, “Y salió Isaac para
pasear (orar)
en el campo, al atardecer; y
levantó sus ojos y vio, y he aquí
que venían camellos. -Vayetse
Yitschak lasuaj basadeh lifnot arev
vayisa eynav vayar vehineh gemalim
Vadim“. Y también conocemos que
Yaakov lo hizo de noche cuando en
Genesis 28:10-11, nos dice: “Y salió
Jacob de Beer-Sheva, y fue a Jarán.
-Vayetse Ya'akov mi-Be'er Shava
vayelej Charanah. Y se encontró
en un lugar, y pasó la noche allí,
porque se había puesto el sol. Y
tomó
de las piedras del lugar y se
las puso por cabecera, y se acostó
en aquel lugar. -Vayifga bamakom
vayalen sham ki-va hashemesh vayikaj
me'avney hamakom vayasem
mera'ashotav vayishkav bamakom hahu“.
De otra parte conocemos que el
Talmud nos fundamenta esta costumbre
de orar tres veces por los tres
cambios naturales que suceden en el
día y el deseo de dar gracias a Dios
porque esto sucede (Yer Berakot
4:1). Dos cambios son notorios como
son del día a la noche. El otro
cambio menos notorio es cuando el
sol pasa del Este al Oeste.
Pero el mas significativo recuerdo
de esta costumbre lo asociamos con
los sacrificios (korbanot) que se
ofrecían diariamente en el Templo.
“Dijo Rabí Joshua Ben Levi -dice el
Talmud- Las oraciones fueron
establecidas para corresponder a las
ofrendas diarias: Las oraciones de
la mañana corresponden a las
ofrendas de Shaharit; las del
mediodía a las de Minha y las del
atardecer (comenzando el nuevo día
hebreo) a las de Arvit o Mahariv que
era el momento cuando se quemaban
toda la grasa, sebos y órganos que
no se quemaban durante el día”
Berakot 26b. La oración adicional
-Musaf- proclamada en los Shabaton y
en las Fiestas Bíblicas corresponde
a las ofrendas adicionales
prescritas para todos esos dias.
Una vez el Segundo Templo fue
destruido por los romanos en el año
70 de nuestra Era terminó con las
ofrendas y entonces los sabios
declararon que la oración era una
sustituto aceptable.
El profeta Hoshea mucho
tiempo atrás había dicho:
“Rendiremos en vez de toros la
ofrenda de nuestros labios” (14:3).
De aquí es de donde nuestros labios
entendieron que esto significaba que
nuestras oraciones iban a ser
aceptadas delante del Santo,
Bendito Es, como si fueran
ofrecidos animales en el altar (Yoma
86b)
Ahora bien, conocimos que las
ofrendas diarias las llamaron Minja,
Shaharit y Arvit. Por qué les dieron
estos nombres? El término Minha para
el servicio de la tarde se explica
de manra corriente como “regalo” el
Targúm Onkelós, la antigua
traducción del Talmud en arameo, usa
la palabra equivalente como “menah”
-literalmente la parte del día en
donde se empieza a establecerse, a
descansar-. Esto lo hace como una
traducción por “los vientos del
día”. Ello sugiere que la palabra “minha”,
en el sentido de “menuha”
-descanso- es un término que también
se refiere al momento del día. De la
misma manera, los otros servicios se
derivan de “Shahar” -mañana-
para el servicio de Shaharit y Arvit
o Maariv se deriva de la palabra “Erev”-atardecer
o nocturno-.
Rabí Elazar declaró sin equivocarse
que “la oración es superior a los
sacrificios” (Berakot 32b. Otros
sabios enseñaron que “si alguien es
de espíritu humilde, la Torá lo
acredita como trayendo cada ofrenda
a Dios” (Sanhedrin 43b.