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MEGUILA DE ESTER
Por Eliyahu BaYonah
ben Yossef
Meguilá
de Ester -Libro de Ester
Capítulo 1
- 1:1 Sucedió en los
días de Ajashverosh, él es el Ajashverosh que reinaba desde Hodú (la
India) hasta Kush (Etiopía) sobre ciento veintisiete países,
1:2 En aquellos días, cuando fue afirmado el rey Ajashverosh sobre el trono de
su reino, el cual estaba en Shusán (Susa) capital del reino, 1:3 En el tercer año de su reinado hizo banquete a todos sus príncipes y
cortesanos, tjefes del ejército de Parás (de Persia) y Maday (de Media),
gobernadores y príncipes de los países delante de él, 1:4 Cuando quizo mostrar él las riquezas de la gloria de su reino, el brillo y
la magnificencia de su poder, por muchos días, ciento ochenta días. 1:5 Cuando se cumplieron estos días, hizo el rey a todo el pueblo que
había en Shusán capital del reino, desde el mayor hasta el menor otro banquete
por siete días en el patio del huerto del palacio real. 1:6 (Tiendas) de lino blanco, (telas teñidas de) verde y azul, tendido sobre
cuerdas de lino (teñido de) púrpura y lana (teñida de) púrpura sobre anillos de
plata y columnas de mármol. Reclinatorios de oro y de plata, sobre losado de
pórfido y de mármol, y de nacar (alabastro) y de mármol negro (jacinto). 1:7 Y daban a beber en vasos de oro, y vasos diferentes unos de otros, y
abundante vino real, de acuerdo con la generosidad del rey. 1:8 Y la bebida era según esta ley: Que nadie fuese obligado a beber; porque así
lo había mandado el rey a todos los mayordomos de su casa, que se hiciese según
la voluntad de cada persona y persona. 1:9 Asimismo la reina Vashtí hizo banquete para las mujeres, en la casa real del
rey Ajashverosh. 1:10 El séptimo día, estando el corazón del rey alegre del vino, mandó a Mehumán,
Bizetá, Harboná, Bigtá, Abagtá, Zetar y Karkás, los siete eunucos que servían
delante del rey Ajashverosh, 1:11 que trajesen a la reina Vashtí a la presencia del rey con la corona real,
para mostrar a los pueblos y a los príncipes su belleza; porque linda de aspecto
era ella. 1:12 Mas la reina Vashtí no quiso comparecer a la orden del rey enviada por
medio de los eunucos; y el rey se enojó mucho, y se encendió la ira en él. 1:13 Preguntó entonces el rey a los sabios que conocían los tiempos (propicios)porque
así acostumbraba el rey con todos los que sabían la ley y el derecho; 1:14 A los cercanos a él (que eran) Karshená, Shetar, Admata, Tarshish, Meres,
Marsená y Memuján, los siete príncipes de Parás y de Maday que veían la cara del
rey, que se sientan los primeros del reino; 1:15 "Según la ley,¿Qué se debe hacer con la reina Vashtí, por cuanto no había
cumplido la orden del rey Ajashverosh enviada por medio de los eunucos?". 1:16 Y dijo Memuján delante del rey y de los príncipes: No solamente contra el
rey ha pecado la reina Vashtí, sino contra todos los príncipes, y contra todos
los pueblos que hay en todos las países del rey Ajashverosh. 1:17 Porque este hecho de la reina llegará a oídos de todas las mujeres, para
despreciar a sus maridos en los ojos de ellas, diciendo: El rey Ajashverosh mandó
traer delante de sí a la reina Vashtí, pero ella no vino. 1:18 Y entonces en ese día dirá esto las princesas de Parás y de Maday que han
oído el acto de la reina, a todos los príncipes del rey; y habrá mucho
menosprecio y enojo. 1:19 Si parece bien al rey, salga un decreto real de su majestad y se escriba
entre las leyes de Parás y de Maday, y qque no sea derogado: Que Vashtí no venga
más delante del rey Asuero; y que su dignidad real el rey la traspase a su
prójima mejor que ella. 1:20 Y entonces será oída la órden del rey en todo su reino, aunque es
extenso, y todas las mujeres darán valor a sus maridos, desde el mayor hasta el
menor. 1:21 Agradó esta palabra a los ojos del rey y de los príncipes, e hizo el rey
conforme al dicho de Memuján; 1:22 Envió cartas (de notificación) a todos los países del rey, a cada país y
país según su escritura, y a cada pueblo y pueblo conforme a su lenguaje, para
que fuese cada hombre quien domine en su casa; y que se publicase esto en
la lengua de su pueblo.
Capítulo 2
- 2:1 Pasadas estas cosas, sosegada ya la ira del rey Ajashverosh,
se acordó de Vashtíy de lo que ella había hecho, y de la sentencia contra ella.
2:2 Y dijeron los criados del rey, sus cortesanos: Busquen para el rey jóvenes
vírgenes de buen parecer; 2:3 y ponga el rey personas en todas los
países de su reino, que lleven a
todas las jóvenes vírgenes de buen parecer a Shushán, residencia real, a la casa de
las mujeres, al cuidado de Hagai eunuco del rey, guarda de las mujeres, y que
les den sus atavíos; 2:4 y la doncella que agrade a los ojos del rey, reine en lugar de Vashtí. Esto
agradó a los ojos del rey, y lo hizo así. 2:5 Había en Shushán residencia real un varón judío cuyo nombre era
Mordejay hijo
de Jair, hijo de Simei, hijo de Cis, del linaje de Benjamín; 2:6 el cual había sido transportado de Jerusalén con los cautivos que fueron
llevados con Jeconías rey de Judá, a quien hizo transportar Nebujetnezar rey de
Babilonia. 2:7 Y había criado a Hadasá, es decir, Ester, hija de su tío, porque era
húerfana; y la joven era de hermosa figura y de buen parecer. Cuando su padre y
su madre murieron,
Mordejay la adoptó como hija suya. 2:8 Sucedió, pues, que cuando se divulgó el mandamiento y decreto del rey, y
habían reunido a muchas doncellas en Shushán residencia real, a cargo de Hegai,
Ester también fue llevada a la casa del rey, al cuidado de Hegai guarda de las
mujeres. 2:9 Y la doncella agradó a sus ojos, y halló gracia delante de él, por lo que
hizo darle prontamente atavíos y alimentos, y le dio también siete doncellas
especiales de la casa del rey; y la llevó con sus doncellas a lo mejor de la
casa de las mujeres. 2:10 Ester no declaró cuál era su pueblo ni su parentela, porque
Mordejay le
había mandado que no lo declarase. 2:11 Y cada día Mordejay se paseaba delante del patio de la casa de las mujeres,
para saber cómo le iba a Ester, y cómo la trataban. 2:12 Y cuando llegaba el tiempo de cada una de las doncellas para venir al rey Ajashverosh, después de haber estado doce meses conforme a la ley acerca de las
mujeres, pues así se cumplía el tiempo de sus atavíos, esto es, seis meses con
óleo de mirra y seis meses con perfumes aromáticos y afeites de mujeres, 2:13 entonces la doncella venía así al rey. Todo lo que ella pedía se le daba,
para venir ataviada con ello desde la casa de las mujeres hasta la casa del rey. 2:14 Ella venía por la tarde, y a la mañana siguiente volvía a la casa segunda
de las mujeres, al cargo de Shaashgaz eunuco del rey, guarda de las concubinas; no
venía más al rey, salvo si el rey la quería y era llamada por nombre. 2:15 Cuando le llegó a Ester, hija de Abijail tío de
Mordejay, quien la había
tomado por hija, el tiempo de venir al rey, ninguna cosa procuró sino lo que
dijo Hegai eunuco del rey, guarda de las mujeres; y ganaba Ester el favor de
todos los que la veían. 2:16 Fue, pues, Ester llevada al rey Ajashverosh a su casa real en el mes décimo, que
es el mes de Tebet, en el año séptimo de su reinado. 2:17 Y el rey amó a Ester más que a todas las otras mujeres, y halló ella gracia
y benevolencia delante de él más que todas las demás vírgenes; y puso la corona
real en su cabeza, y la hizo reina en lugar de Vashtí. 2:18 Hizo luego el rey un gran banquete a todos sus príncipes y siervos, el
banquete de Ester; y disminuyó impuestos a los países, e hizo y dio regalos
conforme a la generosidad real.
- 2:19 Cuando las
vírgenes eran reunidas la segunda vez, Mordejay estaba sentado a la puerta del
rey.
2:20 Y Ester, según le había mandado Morejay, no había declarado su nación ni
su pueblo; porque Ester hacía lo que decía Mordejay, como cuando él la educaba. 2:21 En aquellos días, estando
Mordejay sentado a la puerta del rey, se
enojaron Bigtán y Téresh, dos eunucos del rey, de la guardia de la puerta, y
procuraban poner mano en el rey Ajashverosh. 2:22 Cuando Mordejay entendió esto, lo denunció a la reina Ester, y Ester lo
dijo al rey en nombre de Mordejay. 2:23 Se hizo investigación del asunto, y fue hallado cierto; por tanto, los dos
eunucos fueron colgados en una horca. Y fue escrito el caso en el libro de las
crónicas del rey.
Capítulo 3
- 3:1 Después de estas cosas el rey Ajashverosh engrandeció a
Hamán
hijo de Hamedata agagueo, y lo honró, y puso su silla sobre todos los príncipes
que estaban con él.
3:2 Y todos los siervos del rey que estaban a la puerta del rey se arrodillaban
y se inclinaban ante Hamán, porque así lo había mandado el rey; pero
Mordejay ni
se arrodillaba ni se humillaba. 3:3 Y los siervos del rey que estaban a la puerta preguntaron a
Mordejay: ¿Por
qué traspasas el mandamiento del rey? 3:4 Aconteció que hablándole cada día de esta manera, y no escuchándolos él, lo
denunciaron a Hamán, para ver si Mordejay se mantendría firme en su dicho;
porque ya él les había declarado que era judío. 3:5 Y vio Hamán que
Mordejay ni se arrodillaba ni se humillaba delante de él; y
se llenó de ira. 3:6 Pero tuvo en poco poner mano en Mordejay solamente, pues ya le habían
declarado cuál era el pueblo de Mordejay; y procuró Hamán destruir a todos los
judíos que había en el reino de Ajashverosh, al pueblo de Mordejay. 3:7 En el mes primero, que es el mes de Nisán, en el año duodécimo del rey Ajashverosh, fue echada Pur, esto es, la suerte, delante de
Hamán, suerte para cada
día y cada mes del año; y salió el mes duodécimo, que es el mes de Adar. 3:8 Y dijo
Hamán al rey Ajashverosh: Hay un pueblo esparcido y distribuido entre los
pueblos en todas los países de tu reino, y sus leyes son diferentes de las
de todo pueblo, y no guardan las leyes del rey, y al rey nada le beneficia el
dejarlos vivir. 3:9 Si place al rey, decrete que sean destruidos; y yo pesaré diez mil talentos
de plata a los que manejan la hacienda, para que sean traídos a los tesoros del
rey. 3:10 Entonces el rey quitó el anillo de su mano, y lo dio a Hamán hijo de
Hamedata agagueo, enemigo de los judíos, 3:11 y le dijo: La plata que ofreces sea para ti, y asimismo el pueblo, para que
hagas de él lo que bien te pareciere. 3:12 Entonces fueron llamados los escribanos del rey en el mes primero, al día
trece del mismo, y fue escrito conforme a todo lo que mandó Hamán, a los sátrapas
del rey, a los capitanes que estaban sobre cada país y a los príncipes de
cada pueblo, a cada país según su escritura, y a cada pueblo según su
lengua; en nombre del rey Ajashverosh fue escrito, y sellado con el anillo del rey. 3:13 Y fueron enviadas cartas por medio de correos a todos los
países del
rey, con la orden de destruir, matar y exterminar a todos los judíos, jóvenes y
ancianos, niños y mujeres, en un mismo día, en el día trece del mes duodécimo,
que es el mes de Adar, y de apoderarse de sus bienes. 3:14 La copia del escrito que se dio por mandamiento en cada
país fue
publicada a todos los pueblos, a fin de que estuviesen listos para aquel día. 3:15 Y salieron los correos prontamente por mandato del rey, y el edicto fue
dado en Shushán capital del reino. Y el rey y Hamán se sentaron a beber; pero la
ciudad de Sushán estaba conmovida.
Capítulo 4
- 4:1 Luego que supo Mordejay todo lo que se había hecho,
rasgó sus vestidos, se vistió de cilicio y de ceniza, y se fue por la ciudad
clamando con grande y amargo clamor.
4:2 Y vino hasta delante de la puerta del rey; pues no era lícito pasar adentro
de la puerta del rey con vestido de cilicio. 4:3 Y en cada provincia y lugar donde el mandamiento del rey y su decreto
llegaba, tenían los judíos gran luto, ayuno, lloro y lamentación; cilicio y
ceniza era la cama de muchos. 4:4 Y vinieron las doncellas de Ester, y sus eunucos, y se lo dijeron. Entonces
la reina tuvo gran dolor, y envió vestidos para hacer vestir a Mordejay, y
hacerle quitar el cilicio; mas él no los aceptó. 4:5 Entonces Ester llamó a Hatac, uno de los eunucos del rey, que él había
puesto al servicio de ella, y lo mandó a Mordejay, con orden de saber qué
sucedía, y por qué estaba así. 4:6 Salió, pues, Hatac a ver a Mordejay, a la plaza de la ciudad, que estaba
delante de la puerta del rey. 4:7 Y Mordejay le declaró todo lo que le había acontecido, y le dio noticia de
la plata que Hamán había dicho que pesaría para los tesoros del rey a cambio de
la destrucción de los judíos. 4:8 Le dio también la copia del decreto que había sido
dado en Shushán para que
fuesen destruidos, a fin de que la mostrase a Ester y se lo declarase, y le
encargara que fuese ante el rey a suplicarle y a interceder delante de él por su
pueblo. 4:9 Vino Hatac y contó a Ester las palabras de Mordejay . 4:10 Entonces Ester dijo a Hatac que le dijese a
Mordejay : 4:11 Todos los siervos del rey, y el pueblo de los
países del rey, saben que
cualquier hombre o mujer que entra en el patio interior para ver al rey, sin ser
llamado, una sola ley hay respecto a él: ha de morir; salvo aquel a quien el rey
extendiere el cetro de oro, el cual vivirá; y yo no he sido llamada para ver al
rey estos treinta días. 4:12 Y dijeron a Mordejay las palabras de Ester. 4:13 Entonces dijo
Mordejay que respondiesen a Ester: No pienses que escaparás
en la casa del rey más que cualquier otro judío. 4:14 Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá
de alguna otra parte para los judíos; mas tú y la casa de tu padre pereceréis.
¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino? 4:15 Y Ester dijo que respondiesen a
Mordejay : 4:16 Ve y reúne a todos los judíos que se hallan en Shushán, y ayunad por mí, y no
comáis ni bebáis en tres días, noche y día; yo también con mis doncellas ayunaré
igualmente, y entonces entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a la ley; y
si perezco, que perezca. 4:17 Entonces Mordejay fue, e hizo conforme a todo lo que le mandó Ester.
Capítulo 5
- 5:1 Aconteció que al tercer día se vistió Ester su vestido
real, y entró en el patio interior de la casa del rey, enfrente del aposento del
rey; y estaba el rey sentado en su trono en el aposento real, enfrente de la
puerta del aposento.
5:2 Y cuando vio a la reina Ester que estaba en el patio, ella obtuvo gracia
ante sus ojos; y el rey extendió a Ester el cetro de oro que tenía en la mano.
Entonces vino Ester y tocó la punta del cetro. 5:3 Dijo el rey: ¿Qué tienes, reina Ester, y cuál es tu petición? Hasta la mitad
del reino se te dará. 5:4 Y Ester dijo: Si place al rey, vengan hoy el rey y
Hamán al banquete que he
preparado para el rey. 5:5 Respondió el rey: Daos prisa, llamad a Hamán, para hacer lo que Ester ha
dicho. Vino, pues, el rey con Amán al banquete que Ester dispuso. 5:6 Y dijo el rey a Ester en el banquete, mientras bebían vino: ¿Cuál es tu
petición, y te será otorgada? ¿Cuál es tu demanda? Aunque sea la mitad del reino,
te será concedida. 5:7 Entonces respondió Ester y dijo: Mi petición y mi demanda es esta: 5:8 Si he hallado gracia ante los ojos del rey, y si place al rey otorgar mi
petición y conceder mi demanda, que venga el rey con Hamán a otro banquete que
les prepararé; y mañana haré conforme a lo que el rey ha mandado. 5:9 Y salió
Hamán aquel día contento y alegre de corazón; pero cuando vio a
Mordejay a la puerta del palacio del rey, que no se levantaba ni se movía de su
lugar, se llenó de ira contra Mordejay. 5:10 Pero se refrenó Hamán y vino a su casa, y mandó llamar a sus amigos y a
Zeres su mujer, 5:11 y les refirió Hamán la gloria de sus riquezas, y la multitud de sus hijos, y
todas las cosas con que el rey le había engrandecido, y con que le había honrado
sobre los príncipes y siervos del rey. 5:12 Y añadió Hamán: También la reina Ester a ninguno hizo venir con el rey al
banquete que ella dispuso, sino a mí; y también para mañana estoy convidado por
ella con el rey. 5:13 Pero todo esto de nada me sirve cada vez que veo al judío
Mordejay sentado
a la puerta del rey. 5:14 Y le dijo Zeres su mujer y todos sus amigos: Hagan una horca de cincuenta
codos de altura, y mañana di al rey que cuelguen a Mordejay en ella; y entra
alegre con el rey al banquete. Y agradó esto a los ojos de Hamán, e hizo preparar
la horca.
Capítulo 6
- 6:1 Aquella misma noche se le fue el sueño al rey, y dijo que
le trajesen el libro de las memorias y crónicas, y que las leyeran en su
presencia.
6:2 Entonces hallaron escrito que Mordejay había denunciado el complot de
Bigtán y de Téresh, dos eunucos del rey, de la guardia de la puerta, que habían
procurado poner mano en el rey Ajashverosh. 6:3 Y dijo el rey: ¿Qué honra o qué distinción se hizo a
Mordejay por esto? Y
respondieron los servidores del rey, sus oficiales: Nada se ha hecho con él. 6:4 Entonces dijo el rey: ¿Quién está en el patio? Y
Hamán había venido al patio
exterior de la casa real, para hablarle al rey para que hiciese colgar a
Mordejay en la horca que él le tenía preparada. 6:5 Y los servidores del rey le respondieron: He aquí
Hamán está en el patio. Y
el rey dijo: Que entre. 6:6 Entró, pues, Hamán, y el rey le dijo: ¿Qué se hará al hombre cuya honra desea
el rey? Y dijo Hamán en su corazón: ¿A quién deseará el rey honrar más que a mí? 6:7 Y respondió
Hamán al rey: Para el varón cuya honra desea el rey, 6:8 traigan el vestido real de que el rey se viste, y el caballo en que el rey
cabalga, y la corona real que está puesta en su cabeza; 6:9 y den el vestido y el caballo en mano de alguno de los príncipes más nobles
del rey, y vistan a aquel varón cuya honra desea el rey, y llévenlo en el
caballo por la plaza de la ciudad, y pregonen delante de él: Así se hará al
varón cuya honra desea el rey. 6:10 Entonces el rey dijo a Hamán: Date prisa, toma el vestido y el caballo, como
tú has dicho, y hazlo así con el judío Mordejay, que se sienta a la puerta
real; no omitas nada de todo lo que has dicho. 6:11 Y Hamán tomó el vestido y el caballo, y vistió a
Mordejay, y lo condujo a
caballo por la plaza de la ciudad, e hizo pregonar delante de él: Así se hará al
varón cuya honra desea el rey. 6:12 Después de esto Mordejay volvió a la puerta real, y
Hamán se dio prisa para
irse a su casa, apesadumbrado y cubierta su cabeza. 6:13 Contó luego Hamán a Zeres su mujer y a todos sus amigos, todo lo que le
había acontecido. Entonces le dijeron sus sabios, y Zeres su mujer: Si de la
descendencia de los judíos es ese Mordejay delante de quien has comenzado a
caer, no lo vencerás, sino que caerás por cierto delante de él. 6:14 Aún estaban ellos hablando con él, cuando los eunucos del rey llegaron
apresurados, para llevar a Hamán al banquete que Ester había dispuesto.
Capítulo 7
- 7:1 Fue, pues, el rey con Hamán al banquete de la reina
Ester.
7:2 Y en el segundo día, mientras bebían vino, dijo el rey a Ester: ¿Cuál es tu
petición, reina Ester, y te será concedida? ¿Cuál es tu demanda? Aunque sea la
mitad del reino, te será otorgada. 7:3 Entonces la reina Ester respondió y dijo: Oh rey, si he hallado gracia en
tus ojos, y si al rey place, séame dada mi vida por mi petición, y mi pueblo por
mi demanda. 7:4 Porque hemos sido vendidos, yo y mi pueblo, para ser destruidos, para ser
muertos y exterminados. Si para siervos y siervas fuéramos vendidos, me callaría;
pero nuestra muerte sería para el rey un daño irreparable. 7:5 Respondió el rey
Ajashverosh, y dijo a la reina Ester: ¿Quién es, y dónde está,
el que ha ensoberbecido su corazón para hacer esto? 7:6 Ester dijo: El enemigo y adversario es este malvado
Hamán. Entonces se turbó Hamán delante del rey y de la reina. 7:7 Luego el rey se levantó del banquete, encendido en ira, y se fue al huerto
del palacio; y se quedó Hamán para suplicarle a la reina Ester por su vida;
porque vio que estaba resuelto para él el mal de parte del rey. 7:8 Después el rey volvió del huerto del palacio al aposento del banquete, y
Hamán había caído sobre el lecho en que estaba Ester. Entonces dijo el rey: ¿Querrás
también violar a la reina en mi propia casa? Al proferir el rey esta palabra, le
cubrieron el rostro a Hamán. 7:9 Y dijo Harbona, uno de los eunucos que servían al rey: He aquí en casa de
Hamán la horca de cincuenta codos de altura que hizo Hamán para
Mordejay, el
cual había hablado bien por el rey. Entonces el rey dijo: Colgadlo en ella. 7:10 Así colgaron a
Hamán en la horca que él había hecho preparar para
Mordejay;
y se apaciguó la ira del rey.
Capítulo 8
- 8:1 El mismo día, el rey Ajashverosh dio a la reina Ester la casa
de Amán enemigo de los judíos; y Mordejay vino delante del rey, porque Ester le
declaró lo que él era respecto de ella.
8:2 Y se quitó el rey el anillo que recogió de
Hamán, y lo dio a Mordejay. Y
Ester puso a Mordejay sobre la casa de Hamán. 8:3 Volvió luego Ester a hablar delante del rey, y se echó a sus pies, llorando
y rogándole que hiciese nula la maldad de Hamán agagueo y su designio que había
tramado contra los judíos. 8:4 Entonces el rey extendió a Ester el cetro de oro, y Ester se levantó, y se
puso en pie delante del rey, 8:5 y dijo: Si place al rey, y si he hallado gracia delante de él, y si le
parece acertado al rey, y yo soy agradable a sus ojos, que se dé orden escrita
para revocar las cartas que autorizan la trama de Hamán hijo de Hamedata agagueo,
que escribió para destruir a los judíos que están en todas las provincias del
rey. 8:6 Porque ¿cómo podré yo ver el mal que alcanzará a mi pueblo? ¿Cómo podré yo
ver la destrucción de mi nación? 8:7 Respondió el rey Ajashverosh a la reina Ester y a
Mordejay el yehudí: He aquí yo
he dado a Ester la casa de Hamán, y a él han colgado en la horca, por cuanto
extendió su mano contra los judíos. 8:8 Escribid, pues, vosotros a los judíos como bien os pareciere, en nombre del
rey, y selladlo con el anillo del rey; porque un edicto que se escribe en nombre
del rey, y se sella con el anillo del rey, no puede ser revocado. 8:9 Entonces fueron llamados los escribanos del rey en el mes tercero, que es
Siván, a los veintitrés días de ese mes; y se escribió conforme a todo lo que
mandó Mordejay, a los judíos, y a los sátrapas, los capitanes y los príncipes
de las provincias que había desde la India hasta Etiopía, ciento veintisiete
países; a cada país según su escritura, y a cada pueblo conforme a su
lengua, a los judíos también conforme a su escritura y lengua. 8:10 Y escribió en nombre del rey
Ajashverosh, y lo selló con el anillo del rey, y
envió cartas por medio de correos montados en caballos veloces procedentes de
los repastos reales; 8:11 que el rey daba facultad a los judíos que estaban en todas las ciudades,
para que se reuniesen y estuviesen a la defensa de su vida, prontos a destruir,
y matar, y acabar con toda fuerza armada del pueblo o país que viniese
contra ellos, y aun sus niños y mujeres, y apoderarse de sus bienes, 8:12 en un mismo día en todos los
países del rey
Ajashverosh, en el día trece del
mes duodécimo, que es el mes de Adar. 8:13 La copia del edicto que había de darse por decreto en cada
país, para
que fuese conocido por todos los pueblos, decía que los judíos estuviesen
preparados para aquel día, para vengarse de sus enemigos. 8:14 Los correos, pues, montados en caballos veloces, salieron a toda prisa por
la orden del rey; y el edicto fue dado en Shushán capital del reino. 8:15 Y salió
Mordejay de delante del rey con vestido real de azul y blanco, y
una gran corona de oro, y un manto de lino y púrpura. La ciudad de Shushán entonces
se alegró y regocijó; 8:16 y los judíos tuvieron luz y alegría, y gozo y honra. 8:17 Y en cada provincia y en cada ciudad donde llegó el mandamiento del rey,
los judíos tuvieron alegría y gozo, banquete y día de placer. Y muchos de entre
los pueblos de la tierra se hacían judíos, porque el temor de los judíos había
caído sobre ellos.
Capítulo 9
- 9:1 En el mes duodécimo, que es el mes de Adar, a los trece
días del mismo mes, cuando debía ser ejecutado el mandamiento del rey y su
decreto, el mismo día en que los enemigos de los judíos esperaban enseñorearse
de ellos, sucedió lo contrario; porque los judíos se enseñorearon de los que los
aborrecían.
9:2 Los judíos se reunieron en sus ciudades, en todas las provincias del rey
Ajashverosh, para descargar su mano sobre los que habían procurado su mal, y nadie
los pudo resistir, porque el temor de ellos había caído sobre todos los
pueblos. 9:3 Y todos los príncipes de las provincias, los sátrapas, capitanes y oficiales
del rey, apoyaban a los judíos; porque el temor de Mordejay había caído sobre
ellos. 9:4 Pues Mordejay era grande en la casa del rey, y su fama iba por todas las
provincias; Mordejay iba engrandeciéndose más y más. 9:5 Y asolaron los judíos a todos sus enemigos a filo de espada, y con mortandad
y destrucción, e hicieron con sus enemigos como quisieron. 9:6 En Shushán capital del reino mataron y destruyeron los judíos a quinientos
hombres. 9:7 Mataron entonces a Parshandata, Dalfón, Ashpata, 9:8 Porata, Adaliyá, Aridata, 9:9 Parmashta, Arisay, Ariday y Vayzata, 9:10 diez hijos de
Hamán hijo de Hamedata, enemigo de los yehudim; pero no tocaron
sus bienes. 9:11 El mismo día se le dio cuenta al rey acerca del número de los muertos en
Shushán, residencia real. 9:12 Y dijo el rey a la reina Ester: En Shushán capital del reino los judíos han
matado a quinientos hombres, y a diez hijos de Hamán. ¿Qué habrán hecho en las
otras provincias del rey? ¿Cuál, pues, es tu petición? y te será concedida; ¿o
qué más es tu demanda? y será hecha. 9:13 Y respondió Ester: Si place al rey, concédase también mañana a los judíos
en Shushán, que hagan conforme a la ley de hoy; y que cuelguen en la horca a los
diez hijos de Hamán. 9:14 Y mandó el rey que se hiciese así. Se dio la orden en Shushán, y colgaron a
los diez hijos de Hamán. 9:15 Y los judíos que estaban en Shushán se juntaron también el catorce del mes de
Adar, y mataron en Shushán a trescientos hombres; pero no tocaron sus bienes.
-
9:16 En cuanto a los otros yehudim que estaban en los
países del rey, también se juntaron y se pusieron en defensa de su vida, y
descansaron de sus enemigos, y mataron de sus contrarios a setenta y cinco mil;
pero no tocaron sus bienes. 9:17 Esto fue en el día trece del mes de Adar, y reposaron en el día catorce del
mismo, y lo hicieron día de banquete y de alegría. 9:18 Pero los
yehudim que estaban en Shushán se juntaron el día trece y el catorce
del mismo mes, y el quince del mismo reposaron y lo hicieron día de banquete y
de regocijo. 9:19 Por tanto, los judíos aldeanos que habitan en las villas sin muro hacen a
los catorce del mes de Adar el día de alegría y de banquete, un día de regocijo,
y para enviar porciones cada uno a su vecino. 9:20 Y escribió Mordejay estas cosas, y envió cartas a todos los judíos que
estaban en todas las provincias del rey Ajashverosh, cercanos y distantes, 9:21 ordenándoles que celebrasen el día decimocuarto del mes de Adar, y el
decimoquinto del mismo, cada año, 9:22 como días en que los judíos tuvieron paz de sus enemigos, y como el mes que
de tristeza se les cambió en alegría, y de luto en día bueno; que los hiciesen
días de banquete y de gozo, y para enviar porciones cada uno a su vecino, y
dádivas a los pobres. 9:23 Y los judíos aceptaron hacer, según habían comenzado, lo que les escribió
Mordejay. 9:24 Porque Hamán hijo de Hamedata agagueo, enemigo de todos los judíos, había
ideado contra los judíos un plan para destruirlos, y había echado Pur, que
quiere decir suerte, para consumirlos y acabar con ellos. 9:25 Mas cuando Ester vino a la presencia del rey, él ordenó por carta que el
perverso designio que aquél trazó contra los judíos recayera sobre su cabeza; y
que colgaran a él y a sus hijos en la horca. 9:26 Por esto llamaron a estos días Purim, por el nombre Pur. Y debido a las
palabras de esta carta, y por lo que ellos vieron sobre esto, y lo que llevó a
su conocimiento, 9:27 los judíos establecieron y tomaron sobre sí, sobre su descendencia y sobre
todos los allegados a ellos, que no dejarían de celebrar estos dos días según
está escrito tocante a ellos, conforme a su tiempo cada año; 9:28 y que estos días serían recordados y celebrados por todas las generaciones,
familias, provincias y ciudades; que estos días de Purim no dejarían de ser
guardados por los judíos, y que su descendencia jamás dejaría de recordarlos. 9:29 Y la reina Ester hija de Abijail, y
Mordejay el yehudí, suscribieron con
plena autoridad esta segunda carta referente a Purim. 9:30 Y fueron enviadas cartas a todos los judíos, a las ciento veintisiete
provincias del rey Ajashverosh, con palabras de paz y de verdad, 9:31 para confirmar estos días de Purim en sus tiempos señalados, según les
había ordenado Mordejay el judío y la reina Ester, y según ellos habían tomado
sobre sí y sobre su descendencia, para conmemorar el fin de los ayunos y de su
clamor. 9:32 Y el mandamiento de Ester confirmó estas celebraciones acerca de Purim, y
esto fue registrado en un libro.
Capítulo 10
- 10:1 El rey Ajashverosh impuso tributo sobre la tierra y hasta las
costas del mar.
10:2 Y todos los hechos de su poder y autoridad, y el relato sobre la grandeza
de Mordejay , con que el rey le engrandeció, ¿no está escrito en el libro de las
crónicas de los reyes de Maday y de Parash? 10:3 Porque Mordejay el yehudí fue el segundo después del rey
Ajashverosh, y grande
entre los judíos, y estimado por la multitud de sus hermanos, porque procuró el
bienestar de su pueblo y habló paz para todo su linaje.
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