LAS COMUNIDADES MARROQUIES EN AMERICA.
Primera Etapa,España-Marruecos: En octubre de
1991 la comunidad judía marroquí
"Congregación Israelita Latina" de
Buenos Aires, Argentina, celebró el
centenario de su creación. Se trata de
la decada de todos las comunidades de
origen marroquí en América, aunque se ha
constatado que la primera emigración de
judíos marroquíes data de finales del
siglo XVIII. Después de la decisión de
1492 y, más tarde, en 1609 con la
expulsción de los moriscos la Península
Ibérica dejaba de ser ese lugar de
encuentro extraordinario de la historia
de la humanidad. Mientras tenían lugar
las batallas, rabinos, ulemas y obispos
intercambiaban ideas. En Toledo, se
sentaban a la misma mesa del cabalista
judío, el sufí musulmán y el gnóstico
cristiano y esto sucedía mientras en el
resto del mundo reinaba la intolerancia.
Este ambiente de respeto mutuo había
sido instaurado en la Península Ibérica
por los árabes, rompiendo la
intolerancia de los reyes visigodos. La
población árabe estaba compuesta en su
gran mayoría, por marroquies, siendo
mínimos los contingentes originarios de
Arabia. Tal riqueza cultural se puede
encontrar en el arte, la erudición, el
carácter y aun en el inconsciente
colectivo de todos los herederos de esta
cultura. No obstante las extraordinarias
circunstancias de tolerancia, sabemos lo
que siguió. La armonía y el
entendimiento se deterioraron hasta la
ruptura definitiva con la expulsicón de
judíos y moriscos, un importante grupo
compuesto en su mayoría por originarios
de Andalucía y de Castilla se dirigió
hacia Marruecos. El sultán Mohamed el
Sheikh, El Anatisi, de la dinastía
watasida los acogió con compasión. Pero
a pesar de tan calurosa acogida, no es
de extrañar que los recien llegados
fuesen objeto de los ataques de bandidos
en las costas marroquíes y en los
caminos de entonces. La autoridad del
Sultán no llegaba a ciertos régimes y la
frontera entre el "bled almakhyen" y el
"bled essiba" es decir, entre el orden y
la anarquía no estaba bien demarcada. En
ausencia de un poder material coercitivo
real, no podía garantizarse la seguridad
de las ciudades no judías y sobre todo
de los recién llegados, los más débiles
y los más expuestos. Los refugiados de
España, instalados en los régimes
centrales y costeros, se constituyeron
rápidamente en los elementos dominantes
de las comunidades. Lasvoces más
autorizadas; en especial los jefes
religiosos y comunitarios eran casi
todos de origen sefardí. Eran llamados
"megorashim", los expulsados, en
oposición a los "toshavim", los
autóctonos. Estos judíos traían consigo,
como herencia cultural, las tradiciones
y valores que los distinguían: 1) Se
sentían orgullosos de ser herederos de
la cultura de los judíos que brillaran
en la España musulmana y cristiana; 2)
Tenían una fe profunda, sin fanatismo de
ninguna clase, lo que les hacía estar
dispuestos a respetar la fe de otros. 3)
Se distinguían por muy fuerte sentido
del deber y de la rectitud moral. Esta
herencia fué preservada en Marruecos
transmitiéndola a sus descendientes
hasta en América.
Segunda Etapa, Marruecos-América:
Al principio la principal actividad en
América será el comercio, como en
Marruecos, serán comerciantes ambulantes
centenares o millares de hombres que
efectuaban largos viajes a Tánger,
Tetuán, Oujda, Rabat y Marrakesh, lejos
de sus ciudades, para vender sus
mercancías o sus conocimientos. La
prueba de que las actividades se
desarrollaban fuera de las ciudades es
la bendición que los invitados a una
casa pronunciaban en favor del dueño de
la misma. Lo mismo hará el judío
marroquí en América, sea en Venezuela,
Perú, Brasil o Argentina, desde finales
del Siglo XVIII hasta el principio del
siglo XX. El primer tercio de pasado
siglo vió ensancharse los campos de
actividad de los judíos marroquíes.
Pequeños comercdiantes ambulantes al
principio, brillan en todos los dominios
de las actividades humanas, pero además
de comerciantes, se desempeñan también
como industriales, médicos, abogados,
ingenieros, escritores y poetas. Las
razones de la emigración a América
podemos decir que son de orden económico
ya que la inmensa mayoría de la
población activa vive del pequeño
comercio, del artesanato, del traslado o
transporte de mercancías, de las
funciones religiosas de su confesión, de
la agricultura en determinadas
localidades rurales. A esta clase
socio-económica productiva hay que
agregar el numeroso mundo de los
humildes y de los indigentes. La falta
de trabajo los empuja a emigrar. Por
otra parte hay que destacar la
inestabilidad política causada por la
debilidad del poder central hasta el
comienzo del siglo XX con la delicada
situación de la lucha por la
independencia contra el colonialismo
francés y las repercusiones de las
guerras del Oriente Medio en Marruecos.
En el siglo XIX y el inico del XX, los
inmigrantes eran en general muy jóvenes
y rara vez pasaban de los 20 años. Solos
y solteros, llegan a estas tierras
americanas sin dinero y sin formación
profesional. En veleros y en malas
condiciones partían de Marruecos hacia
las Islas Canarias donde se embarcaban
para América. Esos viajes duraban un mes
y medio y hasta dos meses. En general,
se instalaban en el interior del país
donde eran diezmados por las
enfermedades. Las selvas vírgenes del
Perú, de Venezuela y del Brasil están
sembradas de tumbas de estos
aventureros. Con más dificultad, los más
afortunados enviaban algún dinero a sus
padres y hermanos que quedaron en
Marruecos. Dentro de sus proyectos no
consideraban permanecer en América. Su
sueño era hacer fortuna y retornar a
Marruecos para casarse con una joven de
buena familia e instalarse como
comerciante en su ciudad natal. La fecha
de la primera ola de emigración es en
1860, en ocasión de la guerra entre
España y Marruecos. Esta ola migratoria
proseguirá con regularidad hasta 1914,
en la víspera de la Primera Guerra
Mundial. Se reanudará en 1918 con el
mismo ritmo hasta 1939. El fin de la
guerra señala un nuevo arranque de la
emigración que tendrá un año punta en
1956 a causa de la inestabilidad causada
por las luchas por la idependencia de
Marruecos. Sus repercusiones
determinaron una emigración importante
sobre todo hacia Venezuela y Canadá.
Los judios marroquíes en los Estados
Unidos de América:
El judio-marroquí entra en la historia
americana con un singular personaje:
Moses Levy. En España, el apellido era
Abenyule, encontramos a Samuel Halevy
Benyule, consejero del Sultán Mulay
Abdallah, en 1732. Eliyahu Halevy Yule,
visir y uno de los favoritos del Sultán
Mohamed Ben Abdallah, Samuel Yule era
agente comercial del Sultán Moulay
Slimane, de Londres. Elias Levy Yuli
emigró a la isla de St. Thomas y después
a Cuba. Su hijo Moses Levy oyó hablar de
la oportunidad de comprar terrenos en la
Florida antes que el territorio se
convirtiera en posesión de los Estados
Unidos. Moses compró 50.000 acres de
tierra al norte de Orlando. Denominó a
esta propiedad New Pilgrimage e inserto
anuncios en la prensa europea para
atraer a la Florida a judíos que
estuvieran en búsqueda de un lugar para
vivir. En New Pilgrimage se enseñaba el
hebreo y se procuraba alojamiento a los
trabajadores con la sola obligación, en
contrapartida, de cultivar la tierra.El
hijo de Moses Levy, David, fué el primer
Senador de la Florida en Washington y
redactó la constitución del Estado de la
Florida. David Yuli fué el primer
Senador judío de los Estados Unidos. Más
tarde decidió adoptar nuevamente el
apellido que la familia llevaba en
Marruecos. David Yuli construyó el
primer ferrocarril de la Florida, desde
el Golfo de México al océano Atlántico.
Reelecto Senador en 1855, se colocó a la
cabeza de los Estados del Sur tras la
separación de la Unión en 1861. La
emigración judeo marroquí comienza a ser
importante en 1863. Hoy hay comunidades
judio-marroquies en Nueva York, Los
Angeles y Washington.
Judíos marroquíes en Brasil:
Desembarcaban en Rio de Janeiro y de
allí partían hacia Belem, en el norte
del Brasil. La primera Sinagoga, o mejor
dicho, una casa destinada a las
oraciones, data de 1834 y la segunda de
1836. Destacan los nombres de Abraham
Acrich y Joao Israel y, curiosamente el
de una mujer, Myriam Sabah, la primera
mujer judía marroquí que figura en los
anales de los judíos de Pará. Con el
auge del caucho, aumentó la corriente
migratoria judeo-marroquí hacia la
Amazonia brasileña. Samuel Benchimol fué
designado alcalde de la ciudad de Basao
de 1898 a 1900. En la baja Amazonia,
Guarupa merece una mención especial, ya
que más de la mitad del comercio se
hallaba en manos de judíos marroquíes
quienes también formaban parte de
Concejos Municipales tales como Salomón
Laredo, Isaac Bendelac, Samuel Aflalo,
Simón Nahmías. Aún cuando los judíos
marroquíes tuviesen preferencia por
establecerse en el interior del país, la
crisis del caucho los orientó hacia las
ciudades. La industria y las profesiones
liberales siguen a la actividad
comercial. Se destaca Jaime Benatar,
hombre de ciencias, Sultana Levy,
escritora, José Benedito Cohen, poeta,
Abraham Bentes, general del ejército y
linguísta. En la actualidad hay
comunidades marroquies en Belem, Sao
Paulo y Río de Janeiro.
Judíos marroquíes en Perú:
Cuando se viaja a través de la Amazonia
peruana atrae nuestra atención el hecho
de encontrar apellidos judeo-marroquíes
en muchos lugares, como los Israel,
Abensour, Benzaquen, Toledano, Edory,
etc. No tan solo establecimientos
comerciales llevan esos nombres, sino
también compañías de navegación y
seguros. El comercio comenzó a
desarrollarse en esta zona del Perú en
1862, con la adquisición por el país del
buque a vapor, pero será el caucho el
que atraerá una ola de inmigración de
judíos marroquíes a la región. Moses
Abraham y Jaime Pinto son los primeros
judíos que se establecen en la zona en
1885. En 1910, un antiguo profesor de la
Alianza Israelita Universal, el señor
Pisa, redactó un informe sobre su visita
a Iquitos: "Viven más de 200 de nuestros
antíguos alumnos de la Alianza de
Marruecos. Sobre los anuncios
comerciales se leen los nombres de
Cohen, Toledano, Benmerquí, Delmar,
Serfaty, etc. En Iquitos hay más de 300
judíos, incluidos ashkenazies
originarios de Alsacia. Un centenar de
ellos son de Tánger, unos cincuenta son
de Tetuán y el resto de Rabat y
Casablanca. La influencia de los judíos
marroquíes en la Amazonia peruana fué
importante aunque su número no sobrepasó
nunca de 200 personas. Hoy en día ya no
quedan prácticamente más judíos
marroquíes en Perú. Hay un rabino
originario de Tetuán que cumple su
función en Lima, en el seno de una
comunidad de judíos turcos. Se trataba
del Rabí Abraham Benhamú.
Judíos marroquíes en Venezuela:
En 1821 llegaron a Venezuela los
primeros inmigrantes marroquíes. Los
recién llegados se instalaron sobre todo
en las ciudades costeras (Barcelona,
Caracas, Coro, Maracaibo y Puerto
Cabello). Se mantuvieron fieles al
judaísmo apesar del aislamiento y las
dificultades, contrariamente a los
judíos oriundos de Holanda y de Curazao
que se asimilaron rápidamente al medio
católico venezolano. Jacob Carciente en
su libro: "La Comunidad Judía de
Venezuela", escribe: Los venezolanos
denominan turcos o de Marruecos a los
nor-africanos y libaneses que ejercían
el comercio ambulante. Poco a poco se
encontraron al frente de importantes
negocios y bien situados en Caracas y en
otras ciudades del interior del país. De
San Fernando, exportaban plumas de
pájaros exóticos. En Villa de Cura se
ocupaban de la compra y venta del
ganado. En Barlovento compraban y
exportaban café y cacao. En Caracas
importaban mercancías de todo tipo. En
la Guaira, iniciaron las actividades de
importación y exportación. Ya en 1899
son muy renombrados, en Caracas, José
Bendayán, Elías Ettedgi, los Pariente,
Menahem Coriat, Leon Taurel, Isaac
Benarroch, los hermanos Carciente, todos
ellos industriales o comerciantes. La
fecha del 22 de febrero de 1907 señala
la creación de la primera institución
venezolana mayoritariamente
judeo-marroquí. Esta institución
denominada "Sociedad de Beneficencia
Israelita", desaparecerá en 1909 y
resurgirá en 1919, bajo el nombre de
Sociedad Israelita de Venezuela, que
sería también disuelta en 1923. Habrá
que esperar hasta 1930 para llegar a la
creación de la Asociación Israelita de
Venezuela, que dirige hasta hoy la vida
sefardí de este país. La primera
Sinagoga, propiamente dicha, data de
1939, gracias a los esfuerzos de León
Taurel, José Bendayan y José Benarroch.
En 1956, dan comienzo los trabajos de
construcción de la nueva Sinagoga.
Judíos marroquíes son profesionales
destacados, profesores, banqueros,
industriales y comerciantes. Podemos
señalar los nombres de Alfonso Benzecry,
quién ocupó el cargo de Ministro de
Sanidad, Aarón Bechetrit, pionero de la
lucha contra la lepra; Henry Benacerraf,
prestigioso banquero; Amador Bendayán,
hombre de teatro; Jacob Carciente,
prestigioso Ingeniero e historiador;
Margot Benacerraf, cineasta, Isaac
Chocrón, dramaturgo; Moisés Garzón,
poeta, Samuel Benchimol, arquitecto
quien ejerció la dirección de Cordiplan
a comienzos de los años 70, Celia
Benchimol, su hermana, ya desde muchos
años Viceministro de Transporte y
Comunicaciones y Baruj Benacerraf,
Premio Nobel de Medicina en 1980.
Judíos marroquíes en Canadá:
La mayoría de los judíos marroquíes que
viven en Canadá llegaron a ese país en
el período comprendido entre 1957 y
1965. Las comunidades judío-marroquíes
se caracterizan por su orgullo a sus
orígenes marroquíes. Así es que
organizan una manifestación cultural, la
semana sefardí, en el transcurso de la
cual también se valoriza el carácter
árabe de la herencia judeo-magrebi. En
1986, junto a las canciones en hebreo,
en español y en inglés, la coral "Kinor"
presentó dos canciones en árabe en
ocasión de su gala anual. Los numerosos
conciertos de música judeo-árabe y las
"veladas orientales" en Montreal,
subrayan el placer de reencontrar esa
dimensión árabe de la comunidad judía
del Canadá. Si bien el grueso de la
comunidad judía marroquí se encuentra en
Montreal, existe una comunidad
relativamente importante en Toronto.
Judíos marroquíes en Argentina:
Los judíos marroquíes se instalaron en
los centros urbanos de la Argentina en
el último cuarto del siglo XIX. En 1891,
se fundó la congregación Israelita
Latina de Buenos Aires. Esos judíos
llegaban al país solos y posteriormente
los seguían sus familiares. Aquí como en
otros lugares de América Latina, eran
pequeños comerciantes y artesanos. La
crisis económica mundial de 1930 obligó
al gobierno argentino a adoptar una
política económica de desarrollo de la
industria y los judíos se mostraron muy
activos en la industria textil, de la
madera, del cuero, de las medicinas, del
papel y del cartón. En el comercio, la
contribución judeo-marroquí fué de
primer orden, no solamente en Buenos
Aires sino también en todo el país. Dos
nombres merecen ser recordados: Menz
Bergel, leprólogo, miembro de la
Academia Nacional de Ciencias y director
del Instituto de Investigación de la
Lepra. Es miembro de las principales
academias del mundo de su especialidad,
como autor de una teoría propia acerca
del origen de la lepra, fué nombrado
candidato al Premio Nobel de Medicina.
Mario Benzecry es director de la
principal orquesta sinfónica de la
Argentina, la Orquesta de Cámara de la
Fundación Banco Mayo.En fin, podemos
concluir que la emigración
judeo-marroquí a América, desde el siglo
XVIII, se realizó al ritmo de la
historia de Marruecos. Las grandes
crisis económicas fueron factores
determinantes en el crecimiento o cese
de esa emigración. Todos los emigrados
estaban marcados por la influencia de
los judíos de España. La población judía
marroquí estaba imbuída de la herencia
de los judíos sefardíes o megorashim que
se habían impuesto, desde su llegada a
Marruecos, a los autóctonos o toshabim.
La cultura de la que eran portadores era
el resultado del espíritu de tolerancia
instaurado en España por los musulmanes.
En América los judíos marroquíes
buscaron siempre a reagruparse alrededor
de sus propias instituciones,
estableciendo vínculos religiosos,
culturales y sociales que los han
distinguido siempre bien sea en
Montreal, en Washington, en Caracas o en
Buenos Aires. Los judíos marroquíes se
sienten orgullosos de sus distintas
instituciones en el seno de la comunidad
judía nacional. Esta identidad se basa
en los lazos con Marruecos, su país de
origen y también con su ciudad natal. En
América, no solamente son marroquíes,
sino que también tetuaníes, rabatíes o
chechuaníes. El recuerdo de su país de
origen está fuertemente arraigado en la
memoria de aquellos que nacieron en
Marruecos y en la de sus descendientes.
Conclusión:
La historia de los judíos de Sefarad
tiene mucho que enseñarnos y es un
ejemplo de cómo el judaísmo se mueve a
través de los siglos como un río
contínuo, con una corriente que es la
derivada de una intensa interacción de
destinos y dinámicas entre todos los
pueblos. Así vemos que a épocas de
cierta tranquilidad, desarrollo y
prosperidad siguen otras de muchas
dificultades, peligros y amenazas de
exterminio, pero curiosamente, estas
épocas turbulentas son las que han
llevado como un viento planetario, las
semillas de lo judío y todo su potencial
y riqueza hasta bien lejos. Es como si
en los tiempos de relativa paz el alma
judía estabilizada, madura y se
concentra entonces para luego comenzar
de nuevo a moverse, llevándose consigo
una fuerza indestructible y
fecundadora.Fuentes:
*Información procedente de
madregot
* Revista "Maguen" publicada por el
Centro Sefardita de Caracas.
Período 1980 - 1992