10:1 Y tomaron los dos hijos de Aarón cada cual su incensario, y pusieron en
ellos incienso, y ofrecieron ante la
presencia del Eterno un fuego extraño,
que a ellos no les había ordenado
(hacer).
10:3 Y dijo Moisés a Aarón: Esto mismo es lo que
habló el Eterno, diciendo: He de ser
santificado por mis elegidos, y ante la
faz de todo el pueblo seré tenido en
honra. Y Aarón guardó silencio. (2)
10:4 Y llamó Moisés a Mishael y Eltzafán, hijos
de Uziel, tío de Aarón, y les dijo:
Acercaos y sacad a vuestros hermanos de
delante del santuario, hacia fuera del
campamento.
10:6 Y dijo Moisés a Aarón y a sus hijos Elazar
e Itamar: Vuestras cabezas (cabellos) no
dejéis crecer, y vuestras vestiduras no
rasguéis (3) (en señal de luto), no sea
que muráis y estalle la ira contra toda
la congregación; mas vuestros hermanos,
toda la casa de Israel llorarán el
incendio que el Eterno ha encendido.
10:7 Y no salgáis de la entrada de la tienda de asignación, no sea que muráis,
porque el aceite de la unción del Eterno
está sobre vosotros. Y ellos hicieron
conforme a la palabra de Moisés.
10:9 Ni tú ni tus hijos contigo, beberéis (4) vino ni licor fuerte cuando
hubiereis de entrar en la tienda de
asignación, no sea que muráis; estatuto
perpetuo es éste durante vuestras
generaciones,
10:11
y para que enseñéis a los hijos de
Israel todos los estatutos que les ha
hablado el Eterno por conducto de
Moisés.
Ulehorot et-beney Yisra'el et
kol-hajukim asher diber Adonay aleyhem
beyad-Moshe.
10:12 Y
Moisés dijo a Aarón y a Elazar e Itamar,
sus hijos que le quedaban: Tomad la
ofrenda vegetal que sobra de las
ofrendas de fuego del Eterno, y comedia
sin levadura junto al altar, porque es
cosa santísima;
10:13
la comeréis pues en lugar sagrado, por
ser porción legal tuya y porción legal
de tus hijos, de las ofrendas de fuego
del Eterno, porque así me fue ordenado.
Va'ajaltem otah bemakom kadosh ki jokja vejok-baneyja hi me'ishey Adonay
ki-jen tsuveyti.
10:14 Y
el pecho de la ofrenda de la tenufá y la
espaldilla de la ofrenda alzada, los
comeréis en lugar puro tú y tus hijos y
tus hijas contigo, porque como son
porción legal tuya y porción legal de
tus hijos, (os) han sido dados de los
sacrificios de paces delos hijos
de Israel.
10:15
Ellos traerán la espaldilla de la
ofrenda alzada y el pecho de la ofrenda
de la tenufá además de las ofrendas de
fuego de los sebos, para hacer con ellos
el rito de la tenufá ante el Eterno; y
serán para ti y para tus hijos, contigo,
porción legal perpetua, tal como
ordenara Hashem.
10:16 Y
Moisés requirió el macho cabrío de la
ofrenda por el pecado, y he aquí que
había sido quemado, y estalló su ira
contra Elazar e Itamar. Los hijos de
Aarón que (le) quedaban diciendo:
10:17
¿Porqué no comisteis la ofrenda por el
pecado en lugar sagrado? Porque cosa
santísima es, y os ha sido dada (por
Dios) para llevar la iniquidad de la
congregación, para hacer expiación por
ellos ante el Eterno.
Madua lo-ajaltem et-hajatat bimkom hakodesh ki kodesh kodashim hi ve'otah
natan lajem laset et-avon ha'edah
lejaper aleyhem lifney Adonay.
10:18
He aquí que no fue traída su sangre del
santuario; debíais haberla comido (la
ofrenda) sin falta en lugar sagrado,
como yo ordené. (5)
10:19 Y
respondió Aarón a Moisés: He aquí que
ellos han presentado hoy su ofrenda por
el pecado y su holocausto ante el
Eterno, ¡y a mí me han sucedido tales
cosas! Si yo hubiera comido la ofrenda
por el pecado de hoy, ¿hubiese agradado
esto a los ojos del Eterno? (6)
Al comienzo del capítulo décimo se relata
la trágica muerte de Nadav y Avihú,
hijos de Aarón. Del relato de la Torah
se entiende que el pecado de ellos fue
haber ofrecido un fuego extraño a Dios,
cuando El no lo recomendó (ver Lev. I,
7). Moisés y todo el pueblo esperaban
que el fuego viniese del cielo, tal como
hubo de acontecer más tarde con el
profeta Elías (Reyes I, XVIII, 38), pues
de este modo se glorificaría el nombre
de Dios. Por otra parte, el Midrash
(Vayikrah Rabá) atribuye la muerte de
los hijos de Aarón a otros motivos, y
uno de ellos consiste en que murieron
por caparat hador (para expiar los
pecados de la gente de su generación),
enseñándonos que la muerte de los justos
sirve de expiación por los pecados y
culpas de los pecadores, contribuyendo a
guiarlos por el buen camino. Esta es la
razón de que en el día del perdón
(Kipur) se lee el trozo de la Torah que
menciona la muerte de los hijos de
Aarón.
2
Como signo de la justificación de la
suprema justicia de Dios.
3
En señal de luto, como se hace por la
muerte de un pariente próximo.
4
En el Midrash (Vayikrah Rabá 12), Rabí
Ismael explica que los hijos de Aarón
murieron por haberse presentado al
servicio de Dios después de beber
demasiado vino. Esto lo deduce del hecho
de que Dios recomendó a Aarón y a sus
dos otros hijos, después del trágico
acontecimiento, que no bebieran vino ni
licores fuertes cuando entrasen a la
tienda de asignación, para que no
muriesen. El Talmud condena el
alcoholismo, para que siempre se
mantenga el equilibrio físico y moral.
Ningún padre debe acostumbrar a su hijo
al exceso de carne ni de vino o licor,
(Jolín 84). "No te embriagues para que
no peques" (Berajot 29:). "Nada causa
tanta desdicha al hombre como el
alcoholismo" (Sanh. 70). "Fue el vino lo
que determinó la desdicha de Adán y Eva,
pues el fruto prohibido que comieron era
el de la vid" (Vayíkrah Rabá, párrafo
12).
5
Moisés se enojó con Elazar e Itamar, los
dos hijos que le quedaron a Aarón
después de la muerte de los dos
primeros. En otras dos oportunidades se
encolerizó Moisés, dice el Midrash
(Vayikrah Rabá 13): En el asunto del
sábado (Éxodo XVI, 20) y en el de la ley
referente a los objetos de metal (Núm.
XXXI, 14); y a raíz de su ira, se tornó
incapaz de interpretar la Ley.
6
"Un sabio que se irrita -observa Resh
Lakish- pierde su ciencia; un profeta
que se pone en cólera pierde el espíritu
de profecía" (Pesajim 63). "No conviene
a un jefe espiritual ser malhumorado e
irascible; al contrario, deberá ser
paciente e indulgente para soportar
desagrados y contrariedades" (Taanit 4).
"Toda persona tiene la obligación de
contenerse y evitar la cólera. No te
abandones a la ira para no pecar"
(Berajot 29). "Si te dejares llevar por
la ira, seguramente te olvidarás hasta
de la Majestad Divina" (Nedarim 22). "La
vida de quien se irrita fácilmente, no
es vida" (Pesajim 113).