Siete Razones para Estar Alegre
En el curso de una de sus
alocuciones en la festiva noche
de Simjat Torá, el Rebe dijo que
había siete motivos para que un
judío estuviera en permanente
estado de verdadera felicidad,
si tan solo les dedicara la
reflexión y atención merecida.
El Rebe se refirió a ellos como
siete niveles ascendentes de
alegría, cada uno infinitamente
más profundo que el precedente.
Estos son, en orden los
siguientes:
1) El primer nivel es el de la
alegría que todo ser debe tener
por el mero hecho de haber sido
creado personalmente por Di-s
Mismo, cuyo ser posee la
característica única de la
esencia y no es el resultado de
alguna causa previa. No puede
haber una alegría más pura que
esta.
2) El segundo nivel es el de la
alegría que resulta del modo en
que ha sido creado: de manera
que fue similar, para decirlo de
alguna manera, al Creador. Di-s,
quien tiene pleno libre
albedrío, eligió crear seres que
de modo análogo tuvieran el
poder de la libre decisión, y
cuya existencia misma se basara
en su propia elección.
"Todo lo que Di-s creó en Su
Mundo, lo creó únicamente para
Su gloria" (Pirqué Avot 6), esto
significa para el judío, que fue
creado a fin de que pudiera
servir a Di-s a través de la
Torá y las mitzvot.
3) Un tercer nivel de alegría se
debe a que entre Sus Creaciones,
Di-s dispusiera motivos y
ocasiones especiales para el
regocijo. Eso se ve articulado
en mayor grado en las
festividades, y particularmente
en los momentos de Sucot,
Sheminí Atzeret y Simjat Torá,
"Época de Nuestro Regocijo".
Los tres niveles que hemos
mencionado hasta ahora se basan
en la iniciativa de Di-s.
Los cuatro niveles siguientes,
se basan en nuestra respuesta.
4) El cuarto nivel de alegría es
el que surge de la concreción
real de nuestro objetivo,
empleando nuestro poder de libre
elección para elegir la vida,
una vida llena de propósito, una
vida de Torá y mitzvot
(preceptos).
5) Se suma un quinto nivel
cuando cumplimos nuestro
servicio con alegría, no solo
porque esos son nuestros
sentimientos, sino porque la
Torá misma lo demanda de
nosotros, cuando nos dice:
"Sirve al Señor, tu Di-s, con
alegría y bienestar del corazón"
(Deuteronomio 28:47)
6) Dentro del principio general
de servir a Di-s con alegría se
alcanza un sexto nivel en
aquellas mitzvot específicas que
por sí mismas están asociadas a
la alegría, como en el caso de
la festividades mencionadas
anteriormente.
7) Un séptimo nivel, superior al
de todos los momentos especiales
y épocas festivas, es el que
corresponde a Sucot .
Estos siete niveles de alegría
que asumen forma temporal en los
siete días de Sucot, se
corresponden también con los
siete días de la semana y la
plenitud de un ciclo natural.
La festividad de Sheminí
Atzeret, el octavo día de la
"Época de Nuestro Regocijo",
sugiere un octavo grado de
alegría que trasciende a los
otros siete.
Es la alegría de las alegrías,
la alegría por poder sentir
alegría. Incluye en sí el
potencial y abarca todas las
causas de alegría posibles.
Es la alegría de la Torá, que
curiosamente no se celebra
mediante inspirado estudio, sino
simplemente bailando con el
rollo de la Torá cerrado y
cubierto, algo para lo que todos
tienen idéntica capacidad.
No existen las fronteras
habituales entre nosotros. Es el
regocijo de todos los judíos,
grandes y pequeños, avanzados y
novatos, hombres y mujeres, por
igual.
La alegría alcanza la mismísima
esencia de nuestro alma, aspecto
en el que todos los judíos son
plenamente iguales y de una
unidad absoluta.
En Israel, todos los festejos de
Simjat Torá, se llevan a cabo en
el mismo día de Sheminí Atzeret,
la festividad del octavo día de
Sucot. En los países de la
diáspora, los Sabios han
agregado un segundo día a
Sheminí Atzeret, al igual que a
todas las festividades, por
cuanto la distancia con
Jerusalén hacía difícil saber a
ciencia cierta cuando comenzaba
el mes lunar. Este segundo día
de Sheminí Atzeret era dedicado,
por mérito de la costumbre
judía, exclusivamente a la
celebración de la culminación
anual de la lectura de la Torá.
Esto representa un noveno nivel
de alegría, la alegría que surge
del hecho de que el pueblo judío
tiene la posibilidad de
contribuir a la Torá. Hemos
santificado un día adicional
como festividad sagrada, y el
estilo de nuestra práctica ha
dado forma a la naturaleza del
día.
En Simjat Torá, el baile con la
Torá llega a su grado máximo en
el curso de la noche y el día.
Es el judío quien permite y
posibilita que la Torá baile,
son sus acciones las que hacen
de la Torá un modo de vida
activo y viable, una fuerza en
el mundo. Esta es la verdadera
"Simjat Torá", la alegría de la
Torá misma.
El hecho de que un ser humano
mortal pueda hacer más grande la
Torá, la Sabiduría y Voluntad de
Di-s, es un inmenso privilegio y
causa de la alegría más profunda
y genuina.
|