Roni akarah lo yaladah pitski rinah vetsahali lo-jalah ki-rabim
beney-shomemah mibeney ve'ulah amar Adonay.
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¡Canta, oh estéril (Jerusalem), tú que no pariste! ¡Rompe en
cánticos y alza el grito de júbilo, tú que no tuviste dolores de
parto! Porque más serán los hijos de la mujer solitaria que los de
la casada, dice el Eterno.
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Hareqivi mekom aholeq viri'ot mishkenotayij yatu al-taqsoji
ha'ariji meytarayiq vitedotayiq kazeki.
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Ensancha el espacio de tu tienda, y sean extendidas las cortinas
de tus moradas! ¡No te contengas! ¡Alarga tus cuerdas y refuerza
tus estacas!
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Ki-yamin usmol tifrotsi vezar'eq goyim yirash ve'arim neshamot
yoshivu.
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Porque te extenderás a la derecha y a la izquierda; y tu
posteridad poseerá naciones, y hará que se habiten las ciudades
desoladas.
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Al-tir'i ki-lo tevoshi ve'al-tikalmi ki lo taqpiri ki voshet
alumayiq tishkaki vekerpat almenutayiq lo tizkeri-od.
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No temas, porque no serás avergonzada, y no te abochornes, porque
no serás humillada; pues te olvidarás de la afrenta de tu
juventud, y del oprobio de tu viudez no te acordarás más.
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Ki vo'alayiq osayiq Adonay Tseva'ot shemo vegoaleq kedosh
Yisra'el Elohey kol-ha'arets yikare.
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Porque marido tuyo es quien te hizo, el Eterno de las huestes es
su nombre, y tu redentor es el Santo de Israel; Dios de toda la
tierra será llamado.
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Ki-qe'ishah azuvah va'atsuvat ruaj kera'aj Adonay ve'eshet
ne'urim ki tima'es amar Elohayiq.
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Porque el Eterno te ha vuelto a llamar, como a una mujer
desamparada y de espíritu triste; como la mujer de la mocedad que
fue repudiada, te consideró tu Dios;
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Berega katon azavtiq uverajamim gedolim akabetseq.
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por un breve momento te abandoné, pero con grandes misericordias
te volveré a recoger.
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Beshetsef ketsef histarti fanay rega mimeq uvejesed olam
rijamtiq amar goaleq Adonay.
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En un acceso pasajero de ira te escondí momentáneamente mi rostro,
pero con eterna benevolencia me compadezco de ti, dice el Eterno,
tu Redentor.
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Ki mey Noaj zot li asher nishbati me'avor mey-Noaj od
al-ha'arets ken nishbati miketsof alayiq umige'or-baq.
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Pues esto es para Mí semejante a las aguas de Noé; porque de la
manera que juré que las aguas de Noé no hayan de pasar sobre la
tierra, asimismo he jurado que no me encolerizaré más contra ti,
ni te reprenderé.
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Ki hejarim yamushu vehageva'ot temuteynah veqasdi me'iteq
lo-yamush uvrit shlomi lo tamut amar meraqameq Adonay.
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Porque las montañas se alejarán (de sus lugares) y las colinas
serán removidas; pero mi benevolencia no se alejará de ti, ni será
removido mi pacto de paz, dice el Eterno que se compadece de ti.
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Baruj atáh Adonay, Eloheynu melej ha'olam, tsur kol-ha'olamim,
tsadik bekol-jadorot, ha'El jane'eman, ha'omer ve'osej, jamedaber
umekayem, shekol-devarav emet vatsedek.
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Bendito seas Tú, Eterno, Dios nuestro y Rey del Universo, fuerte
de todos los mundos, justo en todas las generaciones; Dios fiel,
que dice y obra, que promete y cumple, cuyas palabras son verdad y
justicia.
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Ne'eman, atah ju Adonay Eloheynu, vene'emanim devareyja, vedavar
ejad midvareyja ajor lo-yashuv reykam, ki El melej ne'eman
verajaman atah.
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Fiel eres Tú, Eterno, Dios nuestro, y tus promesas son merecedoras
de fe; ninguna de Tus palabras dejará de cumplirse, porque Tú eres
Dios y Rey fiel (y piadoso).
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Baruj atáh Adonay, ha'El jane'eman bekol-devarav.
-Amen
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Bendito seas Tú, Eterno, Dios fiel en todas tus palabras. -Amen
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Rajem al-Tsiyon, ki ji beyt jayeynu, vel'aluvat nefesh toshia
bimjeraj veyameynu.
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Ten piedad de Sión, pues es el hogar de nuestra vida, y salva a
esa ciudad afligida de espíritu, pronto y en nuestros días.
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Baruj atáh Adonay, mesame'aj Tsiyon bevaneyj.
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Bendito seas Tú, Eterno, que alegras a Sión en sus hijos.
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Samejenu, Adonay Eloheynu, be'Eliyahu janavi avdeja, uvmaljut beyt
David meshijeja. Bimjeraj yavo veyagel libenu,
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Alégranos, oh Eterno, Dios nuestro, con la llegada de Elías, tu
profeta y servidor, y con el reinado de David tu ungido.
Llegue pronto su advenimiento y haga regocijar nuestros corazones.
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al kis'o lo yeshev zar, velo yinjalu od ajerim et kevodo, ki
veshem kodsheja nishbata lo, shelo yicbej nero le'olam va'ed.
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No permitas que extraños se sienten en su trono, ni que otros
hereden de su gloria, pues por tu santo nombre le juraste que su
luz jamás se extinguirá.
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Baruj atáh Adonay, magén David.
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Bendito seas Tú, Eterno, Escudo de David.
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