Organizacion Sin Animo de Lucro
Adscrita al Judaismo Ortodoxo Moderno
Desde Monsey, New York
aliyot Bereshit
Aliyot Vayeshev
Bereshit - Génesis- Capítulo 37.1 al 40.23
Por Eliyahu
BaYonah Ben Yossef, Director
Shalom Haverim Org. New York
Aliyot es el plural hebreo de
Aliá o Aliyá que significa
"subir". Cada vez que una
persona - Olé- sube a la Bimá
debe recitar la Brajá
-Bendición- antes de comenzar el
Baal Koréh -בעל קורא - la Lectura y al cerrar la misma. Esto se
hace cada vez que el Baal Koréh
lee la Porción -Parashá-
correspondiente.
El Maftir es la última persona
que se llama a la Bimá y es
invitada a leer la porción de la
Haftará -Profetas-
Esta es la Brajá
de la Lectura de la Toráh:
Barjú et Adonay hamevoraj. |
¡Bendecid al
Eterno, el Bendito! |
|
(todos) Baruj
Adonay hamevoraj le'olam
va'ed. |
(todos) Bendito es el Eterno, el Bendito para
siempre. |
|
Baruj atáh Adonay Elohenu melej ha'olam, asher bajar banu
mikol-ha'amim, venatan
lanu et-torató. |
Bendito seas
Tu, oh Eterno nuestro
Dios, Rey del universo
que nos elegiste entre
todos los pueblos y nos
diste Tu Torah, Bendito
seas, oh Eterno, que nos
concediste la Torah. |
|
|
Bendito seas,
oh Eterno, que nos
concediste la
Torah. (todos) AMEN |
Al terminar la Porción debe leer esta Brajá:
|
Bendito seas
Tu oh Eterno nuestro
Dios, Rey del Universo
que nos diste (Tu
Torah), la Torah de la
Verdad, e implantaste en
nosotros la Vida Eterna. |
|
|
Bendito seas,
oh Eterno, que nos
concediste la
Torah. (TODOS DICEN
AMEN) |
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Estas son las
generaciones de Jacob.
José, teniendo la edad
de diecisiete años,
estaba apacentando el
ganado con sus hermanos;
y estaba, como muchacho,
con los hijos de Bilhá y
con los hijos de Zilpá,
mujeres de su padre; y
llevaba José noticia de
la mala |
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Y amaba Israel a José
más que a todos sus
hijos, por ser él hijo
de su vejez; y le hizo
una túnica talar (y de
diversos colores). |
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Y viendo sus hermanos
que a él amaba su padre
más que a todos sus
hermanos, le odiaban, y
no podían hablarle
pacíficamente. |
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Y José soñó un sueño, y
lo contó a sus hermanos,
y ellos le odiaron más
todavía. |
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Pues les dijo: Oid, os
ruego, este sueño que he
soñado. |
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He aquí que estábamos
atando gavillas en medio
del campo; y he aquí que
se levantó mi gavilla, y
también se quedó
derecha, mientras que
vuestras gavillas,
poniéndosele alrededor,
se inclinaban a mi
gavilla. |
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Y le dijeron sus
hermanos: ¿Reinarás tú
sobre nosotros? ¿O
gobernarás tú sobre
nosotros? Y aumentaron
más su aborrecimiento
hacia él a causa de sus
sueños y sus palabras. |
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Y soñó aún otro sueño,
lo contó a sus hermanos,
y dijo: He aquí que he
soñado otro sueño más; y
he aquí que el
sol y la luna y
once estrellas se
inclinaban a mí. |
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|
Y lo contó a su padre y
a sus hermanos ; y su
padre le reprendió y le
dijo: ¿Qué sueño es éste
que has soñadora ¿Hemos
de venir, yo y tu madre
y tus hermanos, a
postramos en tierra
delante de ti? |
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Y sus hermanos le tenían
envidia, mas su padre
guardó la cosa (en su
mente). |
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SEGUNDA ALIA |
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y dijo Israel a José:
Ciertamente tus hermanos
están apacentando en
Shejem; ven y te enviaré
a ellos. Y le respondió:
Heme aquí. |
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Y él dijo: Te ruego que
vayas y veas cómo está
la paz de tus hermanos y
cómo se halla el ganado;
y respóndeme alguna
cosa. Y lo envió desde
el valle de Hebrón, y él
fue a Shejem. |
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Y lo encontró un hombre
estando él perdido en el
campo, y le preguntó
aquel hombre, diciendo:
¿Qué estás buscando? |
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Y contestó: A mis
hermanos estoy buscando;
te ruego me digas dónde
están apacentando. |
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Y dijo el hombre:
Partieron de aquí,
porque les oí decir: "Vamos
a Dotán". Y
se fue José tras sus
hermanos, y los halló en
Dotán. |
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Y ellos le vieron desde
lejos, y antes de que
llegara a ellos
conspiraron contra él
para matarle, |
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y dijo cada uno a su
hermano: ¡He aquí que
viene este dueño de los
sueños! |
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Ahora pues, venid y le
mataremos, y le
echaremos a uno de los
pozos, y diremos que una
bestia mala lo ha
comido; entonces veremos
qué serán sus sueños. |
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Y oyó Rubén y lo libró
de sus manos. Y dijo: No
le heriremos de muerte. |
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Y les dijo (además)
Rubén: No derraméis
sangre, echadlo en este
pozo que está en el
desierto, mas no pongáis
la mano sobre él. (Esto
dijo), para librarlo de
sus manos, a fin de
devolverlo a su padre. |
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TERCERA ALIA |
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y lo tomaron y lo
echaron al pozo. Y el
pozo estaba vacío, no
había agua en él. |
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Y se sentaron a comer
pan; mas alzando los
ojos miraron, y he aquí
una caravana de
ismaelitas que venía de
Guilad, y sus camellos
llevaban cera, bálsamo y
mirra, que llevaban a
Egipto. |
|
|
Entonces Judá dijo a sus
hermanos: ¿Qué provecho
tendremos matando a
nuestro hermano y
encubriendo su sangre
(muerte)? |
|
|
Venid y lo venderemos a
los ismaelitas, mas no
pongamos nuestra mano
sobre él, porque es
nuestro hermano, nuestra
misma carne. Y
obedecieron sus
hermanos; |
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y pasaron los hombres
midianitas, que eran
mercaderes; y los
hermanos sacaron a José
alzándolo del pozo, y
vendieron a José a los
ismaelitas por veinte
siclos de plata, y éstos
llevaron a José a
Egipto. |
|
|
Y volvió Rubén al pozo,
y he aquí que José no
estaba en el pozo, y él
rasgó sus vestidos; |
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y volviéndose a sus
hermanos les dijo: El
niño no está; y yo
¿adónde iré? |
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Y tomaron la túnica de
José, y degollando un macho
cabrío, mojaron
la túnica en la sangre. |
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Y enviaron la túnica
talar (y de diversos
colores) a su padre,
diciendo: Esto hemos
hallado; reconoce, por
favor, si es la túnica
de tu hijo o no. |
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Y él la reconoció y
dijo: La túnica de mi
hijo es. ¡Alguna bestia
mala lo habrá
comido! ¡Sin duda ha
sido despedazado José! |
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Y rasgó Jacob sus
vestidos, y puso (tela
de saco sobre sus lomos,
y se enlutó a causa de
su hijo, muchos días. |
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Y se levantaron todos
sus hijos y todas sus
hijas (nueras) para
consolarlo, mas él
rehusó ser consolado,
diciendo: Así descenderé
a mi hijo, enlutado,
hasta la sepultura. De
este modo le lloraba su
padre. |
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Y los midianitas lo
vendieron en Egipto a
Potifar, oficial del
Faraón, capitán de los
degolladores (verdugos). |
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CUARTA ALIA |
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Y vio allí Judá a la
hija de un hombre
cananeo (comerciante)
llamado Shúa, y la tomó
y se llegó a ella. |
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Y concibió y parió un
hijo; y él lo nombró Er. |
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|
Y concibió otra vez y
parió un hijo, y ella lo
llamó Onán. |
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|
Y volvió aún (a
concebir) y parió un
hijo, y ella lo llamó
Shelá; y estaba (Judá)
en Keziv cuando lo
parió. |
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|
Y Judá tomó mujer para
Er, su primogénito, la
cual se llamaba Tamar. |
|
|
Y fue Er, el primogénito
de Judá, malo a los ojos
del Eterno, y el Eterno
lo mató. |
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|
Y Judá dijo a Onán:
Llégate a la mujer de tu
hermano y cumple con
ella el deber de
levirato, levantando
sucesión a tu hermano. |
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|
Y supo Onán que no había
de ser suya la sucesión;
y fue así que cuando se
llegaba a la mujer de su
hermano, vertía en
tierra (el semen), por
no dar sucesión a su
hermano. |
|
|
Y fue malo a los ojos
del Eterno lo que él
hizo, de modo que lo
mató a él también. |
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|
Y dijo Judá a Tamar, su
nuera: Quédate viuda en
casa de tu padre hasta
que crezca Shelá, mi
hijo; porque dijo: "No
suceda que muera él
también, como sus
hermanos' . Y fue Tamar
y habitó en casa de su
padre. |
|
|
Y pasaron mujos días, y
murió la hija de Shúa,
mujer de Judá, y se
consoló Judá; y subió a
(donde estaban) los
esquiladores de sus
ovejas, él y su amigo
Jirá el adulamita, a
Timná. |
|
|
Y fue anunciado a Tamar,
diciendo: He aquí que tu
suegro sube a Timná a
esquilar sus ovejas. |
|
|
Entonces ella quitó de
sobre sí los vestidos de
su viudez, y se cubrió
con el velo, y
envolviéndose se sentó
en la encrucijada que
está en el camino de
Timná; porque vio que
Shelá ya había crecido,
y ella no le había sido
dada por mujer. |
|
|
Y la vio Judá, y pensó
que era ramera, porque
se cubrió su rostro. |
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Se desvió entonces a
ella, al lado del
camino, y dijo: Déjame,
te ruego, llegarme a ti
-porque no sabía que era
ella su nuera-. Mas ella
dijo: ¿Qué me darás por
llegarte a mí? |
|
|
A lo que respondió: Yo
enviaré del rebaño a una
cría de las cabras. Ella
dijo: (Acepto) si me das
una prenda hasta que la
mandes. |
|
|
Y él respondió: ¿Qué
prenda te daré? Y ella
dijo: Tu sello, tus
cordoncillos y el
báculo que tienes en tu
mano. El
pues, se lo dio y se
llegó a ella; y ella
concibió de él. |
|
|
Y levantándose ella, se
fue y quitó el velo de
sobre sí, y se vistió
los vestidos de su
viudez. |
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|
Y envió Judá la cría de
las cabras por mano de
su amigo el adulamita,
para recobrar la prenda
de mano de la mujer, mas
él no la halló. |
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Vayish'al et-anshey mekomah lemor ayeh hakdeshah hi va'Eynayim
al-hadarej vayomeru
lo-hayetah vazeh
kedeshah. |
Y preguntó a los hombres
de aquel lugar diciendo:
¿Dónde está aquella
consagrada (prostituta)
que estaba a la vista
junto al camino? Mas
ellos dijeron: No ha
estado aquí ninguna
consagrada. |
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|
Y él volvió a Judá, y
dijo: No la hallé, y
también los hombres del
lugar dijeron: "no ha
habido aquí (ninguna)
consagrada". |
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|
Entonces dijo Judá: Que
se lo tome para sí, para
que no seamos
avergonzados. He aquí
que yo envié este
cabrito y tú no la
hallaste. |
|
|
Y sucedió que como a los
tres meses fue dado
aviso a Judá diciendo:
Tu nuera Tamar ha estado
fornicando, y he aquí
también que está preñada
de sus fornicaciones. Y
dijo Judá:Sacadla
para que sea quemada. |
|
|
Y al ser ella sacada,
envió a decir a su
suegro: Del varón a
quien pertenecen estas
cosas, yo estoy preñada.
Y dijo más: Te ruego que
reconozcas y veas de
quién son este sello,
los cordoncillos y el
bastón. |
|
|
Y lo reconoció Judá y
dijo: Más justa es ella
que yo, por cuanto no le
he dado a Shelá, mi
hijo. Y no la volvió a
conocer más. |
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|
Y aconteció que al
tiempo de parir, he aquí
que había mellizos en su
vientre. |
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|
Y sucedió que cuando
paría, el uno sacó la
mano; y tomándola la
partera, le ató un hilo
de grana, diciendo: Este
salió primero. |
|
|
Y sucedió que al retirar
su mano, he aquí que
salió su hermano. Y ella
dijo: ¿Por qué hiciste
fuerza sobre ti
(despojando a tu hermano
de su derecho de
primogenitura? Y llamó
su nombre Péretz
(brecha). |
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|
Y después salió su
hermano, el que tenía en
la mano el hilo de
grana; y llamó su nombre
Zéraj. |
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QUINTA ALIA |
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Mas el Eterno estuvo con
José, de modo que fue
hombre próspero, y
estaba en casa de su
amo, el egipcio. |
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|
Y su amo vio que el
Eterno estaba con él, y
que todo cuanto él
hacia, el Eterno lo
prosperaba en su mano. |
|
|
Y José halló gracia a
sus ojos, y le servia, y
él le encargó la
administración de su
casa, y todo lo que
tenía lo entregó en sus
manos. |
|
|
Y aconteció que desde el
tiempo en que le dio
cargo en su casa, y de
todo lo que tenía, el
Eterno bendijo la casa
del egipcio por causa de
José, de manera que la
bendición del Eterno
estaba en todo lo que él
tenía, (tanto) en casa
como en el campo. |
|
|
Y dejó todo lo suyo en
mano de José, y no
llevaba cuenta de cosa
alguna, sino del pan que
comía. Y era José de
hermoso porte y de
bello semblante. |
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SEXTA ALIA |
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Mas el rehusó, y dijo a
la mujer de su amo: He
aquí que mi amo no lleva
cuenta conmigo acerca de
lo que está en casa, y
todo lo que tiene ha
puesto en mi mano. |
|
|
El no es en esta casa
más grande que yo, ni me
ha privado de cosa
alguna sino de ti,
porque eres su mujer.
¿Cómo, pues, he de hacer
esta gran maldad y pecar
contra Dios? |
|
|
Y sucedió que, mientras
ella hablaba a José cada
día, y él no la
escuchaba, para
acostarse a su lado ni
para estar con ella, |
|
|
que cierto día en que él
entró en casa para hacer
su trabajo, no había
ninguno de los hombres
de la casa allí, en
casa. |
|
|
Ella pues, le agarró de
su vestido, diciendo:
¡Acuéstate conmigo! Mas
él dejó su vestido en
mano de ella y huyó
saliéndose fuera. |
|
|
Y sucedió, cuando ella
vio que le había dejado
su vestido en su mano, y
había huido afuera', |
|
|
que llamó a los hombres
de su casa y les habló,
diciendo: Ved, nos ha
traído un hebreo para
hacer escarnio de
nosotros; vino a mí para
acostarse conmigo y yo
clamé a grandes voces; |
|
|
y fue así que él, como
oyese que levantaba mi
voz y clamaba, dejó su
vestido a mi lado y
huyó, saliéndose fuera. |
|
|
Y ella puso el vestido
de él junto a sí, hasta
que volvió a su casa el
señor de él posé). |
|
|
Y le habló a él (a
Potifar) en estos
términos, diciendo: Vino
a mi el siervo hebreo
que nos trajiste, para
hacer escarnio de mí. |
|
|
Y fue así que cuando yo
alce mi voz y grité, él
dejó su vestido a mi
lado y huyó afuera. |
|
|
Y aconteció que cuando
oyó su amo (de José) las
palabras que su mujer le
hablaba, diciendo:
"estas cosas hizo
conmigo tu siervo", se
encendió su ira; |
|
|
y tomó su señor a José
y lo
puso en la cárcel, lugar
donde se encarcelaba a
los presos del rey, y él
se quedó allí en la
cárcel. |
|
|
Y el Eterno estuvo con
José y le extendió su
misericordia, y le dio
gracia a los ojos del
alcaide de la cárcel. |
|
|
Y puso el alcaide de la
cárcel en mano de José
todos los presos que
había en la cárcel, y
todo lo que hacían allí
se ejecutaba por su
orden. |
|
|
No se ocupaba el alcaide
de la cárcel en cosa
alguna que estuviera en
su mano, porque el
Eterno estaba con él, y
lo que hacía, el Eterno
lo prosperaba. |
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|
SEPTIMA ALIA |
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Y se indignó el Faraón
contra sus dos
ministros, el jefe de
los coperos y el jefe de
los panaderos, |
|
|
y los metió en prisión,
en la casa del capitán
de los degolladores, en
el lugar donde José
estaba preso. |
|
|
Y el capitán de los
degolladores dio a José
el cargo de ellos, y él
los servía; y estuvieron
un año en prisión. |
|
|
Y soñaron cada uno un
sueño en una misma
noche, cada cual
conforme a la
interpretación de su
sueño; el copero y el
panadero del rey de
Egipto, que estaban
encarcelados en la
prisión. |
|
|
Y José vino a ellos por
la mañana, y los miró y
he aquí que estaban
turbados. |
|
|
Y preguntó a (estos)
ministros del Faraón que
estaban con él en la
prisión de la casa de su
señor, diciendo: ¿Por
qué están hoy tristes
vuestros semblantes? |
|
|
Y le respondieron: Hemos
soñado un sueño, y no
hay quien leí
interprete. Les
respondió pues José:
¡Sólo de Dios son las
interpretaciones! Os
ruego me lo contéis. |
|
|
Entonces el jefe de los
coperos le contó su
sueño a José y le dijo:
Estando yo en mi sueño,
he aquí una vid delante
de mí; |
|
|
y en la vid tres
sarmientos, y ella eximo
que retoñó, creció su
flor, y sus racimos
produjeron uvas. |
|
|
Y yo tenía la copa del
Faraón en mi mano, y
tomé las uvas y las
exprimí en la copa del
Faraón, y puse la copa
en la palma (de la mano)
del Faraón. |
|
|
Y José le dijo: Esta es
su interpretación: los
tres sarmientos tres
días son. |
|
|
Dentro de tres días
contará el Faraón tu
cabeza (entre los
vivos), y te restituirá
a tu puesto, y pondrás
la copa del Faraón en su
mano como solías hacer
antes, cuando eras su
copero. |
|
|
Mas ojalá me tengas
presente en tu memoria
cuando te fuere bien; y
te ruego que uses
de misericordia
conmigo, y
hagas mención de mí al
Faraón, y me saques de
esta casa. |
|
|
Porque fui robado de la
tierra de los hebreos; y
tampoco nada he hecho
aquí para que me
pusieran en el pozo
(calabozo). |
|
|
Y vio el jefe de los
panaderos que había
interpretado para bien (el
sueño) y dijo a José:
También yo en mi sueño
(vi): y he aquí tres
cestos ralos sobre mi
cabeza. |
|
|
Y en el cesto de encima
había toda especie de
manjares para el Faraón,
obra de panadero; y las
aves los comían del
canasto que estaba en mi
cabeza. |
|
|
Y respondió José
diciendo: Esta es su
interpretación: los tres
cestos tres días son. |
|
|
Dentro de tres días
levantará el Faraón tu
cabeza de sobre ti y te
colgará de un árbol; y
comerán las aves tu
carne de sobre ti. |
|
|
|
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|
|
ULTIMA ALIA |
|
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|
Ultima Lectura |
|
|
y restituyó al jefe de
los coperos a su oficio
de copero, y él puso la
copa en la palma (de la
mano) del Faraón; |
|
|
mas al jefe de los
panaderos lo colgó,
conforme les había
interpretado José. |
|
|
Pero el jefe de los
coperos no se acordó de
José, sino que se olvido
de él. |
|
|
|
Notas
Explicatorias
En la tierra de Canaán
En la parashá (sección sabatina) anterior, la Toráh reseña
brevemente la genealogía de Esaú
y sus descendientes; mas este
relato se interrumpe
súbitamente. Esta es una de las
características de la Toráh, que
abandona la parte histórica
general para dedicarse a lo más
importante. Los relatos de la
Toráh se van concentrando cada
vez más en la parte espiritual,
en aquéllos que habían de
heredar el espíritu hebreo. La
familia de Israel va depurándose
paulatinamente. Abraham abandona
a sus padres en Caldea; Ismael
se separa de Isaac y Esaú de
Jacob, hasta que con éste
comienza la historia de los Bené
Yisrael, de los hijos de Israel.
Jacob se estableció al fin en la
tierra que fue habitada por su
padre Isaac, en el país
prometido a Abraham. Al entrar a
la Tierra Santa, Jacob ya no era
Jacob, símbolo del Galut
(exilio), que debe inclinarse
ante el más fuerte, sino Israel,
que lucha con los poderosos y
los vence.
Y he aquí que
el sol y la luna
Todo sueño tiene algo de inverosímil. Esto se deduce de que en el
segundo sueño de José el sol
simbolizaba a su padre, la luna
a su madre, y las once estrellas
a sus once hermanos; sin embargo
sabemos que su madre (Raquel) ya
no existía entonces (B. Rabá).
Porque les oí
decir, Vamos a Dotán
El hombre que encontró José
estando perdido en el campo, y
que le indicó el lugar donde
podía encontrar a sus hermanos,
según el Midrash (Tanjumá) no
era otro sino el ángel Gabriel.
El lugar indicado se llamaba
Dotán. Esta palabra se escribe
en hebreo con tres letras, y
cada una de ellas se asemeja a
un instrumento de trabajo:
Dálet, a una escuadra; tav a un
compás; y nun (final), a una
regla; tres instrumentos
esenciales que son empleados en
casi todas las artes y oficios.
También, conviene a cierta
doctrina, el primer instrumento
simboliza la Justicia, el
segundo la Equidad y el tercero
la Rectitud. El ángel Gabriel,
que indicó el camino de Dotán a
José, quiso decirle: Adopta como
símbolo estos tres instrumentos
representándolos por estas tres
letras; sé trabajador,
equitativo y derecho, y no te
perderás jamás, pues siempre
encontrarás hermanos.
La túnica
talar que traía puesta
"Guardaos de mostrar
preferencia entre vuestros hijos
y tratad de amar a todos ellos
por igual", recomiendan nuestros
sabios (Bereshit Rabá). Por
causa de una túnica pasim -multicolor,
bordada, talar y de mangas que
llegan hasta las manos que Jacob
hizo para José, éste fue
detestado por sus hermanos.
Degollando un
macho cabrío
Porque la sangre de este animal se asemeja a la del hombre.
De modo que lo
mató a él también
El exegeta Rashí atribuye la muerte de Er y Onán, hijos de Judá, al
pecado de haber evitado la
procreación premeditadamente
(verso 7). El rabino Ben Azay
(principios del siglo 2)
predicaba diciendo: "El hombre
casado que trata de no tener
hijos es considerado un
asesino". El profeta Isaías
visitó al rey Ezequías y le
dijo: "Así dijo el Eterno: Da
tus últimas órdenes a los de tu
casa, porque morirás y no
vivirás" (Isaías 38, 1).
Ezequías le preguntó: "¿Por qué
debo tener este severo castigo?
" Y el profeta le respondió:
Porque no te casaste y no
cumpliste con el deber de
procrear hijos" (Berajot 10). Al
hombre que tiene por lo menos un
hijo y una hija en estado
normal, se considera que ha
cumplido con el mandamiento de
la procreación citado en Génesis
capítulo 1, 28. El nieto y la
nieta son considerados como
hijos propios. Por consiguiente,
si el hijo fallecido deja un
nieto y la hija fallecida una
nieta o viceversa, se considera
igualmente que ha cumplido este
mandamiento (Harambam, Séfer
Hamitzvot).
Tu sello, tus
cordoncillos y el báculo que
tienes en tu mano
Era costumbre antigua que las grandes personalidades llevasen estas
tres cosas. Los cordoncillos se
usaban para suspender el sello.
Y dijo Judá:
sacádla para que sea quemada
La Toráh relata el episodio de Judá con Tamar, su nuera. Esta iba a
ser quemada viva y solamente
Judá podía salvarla, pero a
costa de su honor. Nadie sabía
el secreto, y si Tamar hablase
nadie la creería. Pero Judá, al
reconocer sus objetos, exclamó:
"¡Ella es más justa que yo! " O
según Rashí: " ¡Con ella está la
razón! ¡Esto fue hecho por mí!
"Tamar, por su parte, prefería
dejarse quemar a avergonzar
públicamente a su suegro; y ésta
es la lección que el Talmud nos
enseña a través de dicho pasaje:
"Es mejor que la persona se deje
quemar en un horno ardiente
antes que avergonzar a su
semejante en público" (Berajot
43). Igualmente se destaca la
sinceridad de carácter de Judá y
Tamar.
Y era José de
bello semblante
De igual hermosura que su madre (ver capítulo 29, 17).
Huyó
saliéndose fuera
La Toráh no disimula ningún detalle, bueno o malo, de los
personajes bíblicos, y narra los
hechos tal como sucedieron. El
Midrash relata que una noble
señora preguntó a Rabí Yosé: ¿Es
posible que José, en plena
juventud, hubiera podido
contenerse? El rabino abrió el
libro del Génesis y comenzó a
leer a la dama el acontecimiento
de Rubén y Bilá (Génesis 35,
22), y aquél de Judá y Tamar
(Génesis 38, 18), diciéndole: Si
en el caso de Rubén y Judá, que
eran mayores y responsables, la
Escritura Sagrada no ocultó sus
actos, en el de José, que era
menor de edad y libre de
responsabilidad, no habría razón
de ocultarlos
(BereshitRabá 87. 8).
Lo puso en la
cárcel
Al parecer, Potifar no creyó a su mujer, mas no pudo dejar de
castigar a José para
salvaguardar su honor. De otra
manera lo hubiera mandado matar.
Y te ruego,
uses de misericordia conmigo
Nuestros rabinos censuran a José por haber puesto la esperanza de
su salvación en un hombre y no
en Dios, haciendo recordar estos
versículos: "No depositen sus
esperanzas en los grandes ni en
el hijo del hombre, del cual no
viene ayuda". "Feliz es aquél
que tiene para su auxilio el
Dios de Jacob, y su esperanza
está en el Eterno" (Salmo 146, 3
- 5). "Bendito es el hombre que
confía en el Eterno" Jeremías
17, 7).
Y vio que
había interpretado para bien
La virtud, dondequiera que esté, acaba por triunfar, aunque sea a
largo plazo. En la prisión y más
tarde en el palacio del Faraón,
José se convierte en guía y
consejero de todos los que
estaban a su alrededor.
Conforme les
había interpretado José
El exegeta Rashí dice que la
culpa del copero y del panadero
consistió en que el Faraón había
encontrado una mosca en el vaso
de la bebida que el primero le
sirvió, y una astilla en el pan
que el segundo le dio de comer.
Más tarde se comprobó que el
copero no pudo evitar que la
mosca cayera dentro del vaso, y
por eso fue perdonado; en cuanto
al panadero, fue condenado a
muerte por falta de atención. El
Targum Yonatán, por su parte,
dice que tanto el copero como el
panadero pusieron veneno en la
bebida y comida del Faraón para
matarlo; pero no explica por qué
éste perdonó más tarde al
copero.
SEA PARTE DE ESTE PROYECTO JUDEO-HISPANO