Organizacion Sin Animo de Lucro
Adscrita al Judaismo Ortodoxo Moderno
Desde Monsey, New York
PARASHA Bereshit VAYEJI
Aliyot
Bereshit Vayejí
Lectura Mediante Robot - Bereshit
- Génesis- Capítulo 47:28 al
50:26
y
Por Eliyahu BaYonah Ben Yossef,
Director Shalom Haverim Org.
New York
Aliyot es el plural hebreo de
Aliá o Aliyá que significa
"subir". Cada vez que una
persona - Olé- sube a la Bimá
debe recitar la Brajá
-Bendición- antes de comenzar el
Baal Koréh -בעל
קורא
- la Lectura y al cerrar la
misma. Esto se hace cada vez que
el Baal Koréh lee la Porción
-Parashá- correspondiente.
El Maftir es la última persona
que se llama a la Bimá y es
invitada a leer la porción de la
Haftará -Lectura de los
Profetas-
Esta es la
Brajá de la Lectura de la
Toráh:
Barejú et Adonai
hamevoraj. |
Baruj Adonay hamevoraj
le'olam va'ed. |
Baruj atáh Adonay
Eloheynu melej ha'olam,
asher bajar banu
mikol-ha'amim, venatán
lanu et-torató. |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Vayar Yisra'el et -
beney Yosef vayomer mi -
eleh. |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
LECTURA DE LA HAFTARÁ
-
|
Baruj atáh Adonay
jabóker batoráh uveMoshé
avdó uveYisra'el amó
uvinvi'ey ja'emet
vatsédek. |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Ne'eman, atah ju Adonay
Eloheynu, vene'emanim
devareyja, vedavar ejad
midvareyja ajor
lo-yashuv reykam, ki El
mélej ne'emán verajamán
atáh. |
Baruj atáh Adonay, ha'El
jane'emán bekol-devarav.
-Amén |
Rajem al -Tsiyón, ki ji
beyt jayeynu, vel'aluvat
néfesh toshia bimjeraj
veyameynu. |
Baruj atáh Adonay,
mesame'aj Tsiyón
bevaneyj. |
Samejenu, Adonay
Eloheynu, be'Eliyahu
janaví avdeja, uvmaljut
beyt David meshijeja.
Bimjeraj yavó veyagel
libenu, |
al kis'o lo yeshev zar,
velo yinjalu od ajerim
et kevodó, ki veshem
kodshejá nishbatá lo,
sheló yicbej neró
le'olam va'ed. |
Baruj atáh Adonay, magén
David. |
EN ESPAÑOL
Génesis- Capítulo 47:28 al
50:26
¡Bendecid al Eterno, el
Bendito! |
Bendito es el Eterno, el
Bendito para siempre. |
Bendito seas Tu, oh
Eterno nuestro Dios, Rey
del universo que nos
elegiste entre todos los
pueblos y nos diste Tu
Toráh, Bendito seas, oh
Eterno, que nos
concediste la Toráh. |
Bendito seas, oh Eterno,
que nos concediste la
Toráh.
AMEN
|
|
Y se acercaron los días
en que Israel había de
morir, y llamó a su hijo
José y le dijo: Si es
que he hallado gracia a
tus ojos, te ruego que
pongas tu mano debajo de
mi muslo y uses conmigo
merced y verdad.
Te
ruego no me sepultes en
Egipto, |
sino que descanse con
mis padres; así que tú
me llevaras de Egipto y
me sepultarás en el
sepulcro de ellos.
Y él respondió: Yo haré
conforme a tu dicho. |
Y él dijo: ¡Júramelo!. Y
se lo juró; e Israel se
postró sobre la cabecera
de su cama. |
Y aconteció después de
estas cosas, que se le
dijo a José: He aquí que
tu padre está enfermo. Y
él tomó consigo a sus
dos hijos, Manasé y
Efraín. |
Y fue anunciado a Jacob,
diciendo: He aquí que tu
hijo José viene a ti. Se
esforzó pues Israel y se
sentó sobre la cama. |
Y digo Jacob a José: El
Dios Todopoderoso se me
apareció en Luz, en la
tierra de Canaán, y me
bendijo, |
y me dijo: He aquí que
Yo te fructificaré y te
multiplicaré y te
constituiré en
congregación de pueblos;
y daré esta tierra a tu
descendencia, después de
ti, por posesión para
siempre. |
Ahora pues, tus dos
hijos, Efraín y Manasé,
que te nacieron en la
tierra de Egipto antes
de que yo viniese a ti
en Egipto, son míos;
como Rubén y Simón, míos
serán. |
Mas tus hijos que
engendrares después de
ellos, serán tuyos;
serán llamados con el
nombre de sus hermanos
en su herencia. |
En cuanto a mí, cuando
hube venido de Paddan,
se me murió Raquel en la
tierra de Canaán, por el
camino, faltando todavía
algún trecho para llegar
a Efrat; y la enterré
allí en el camino de
Efrat, la cual es
Bet-Lejem (Belen). |
Y vio Israel a los hijos
de José y dijo: ¿Quienes
son estos? |
Y respondió José a su
padre: Son mis hijos,
los que me ha dado Dios
aquí. Y el dijo:
Tráemelos, por favor,
para que los bendiga. |
|
Y dijo Israel a José: No
pensaba ver ni aun tu
rostro, y he aquí que
Dios me ha hecho ver
también tu descendencia. |
Y los saco José de entre
las rodillas de Jacob, y
se inclino a tierra
delante de su rostro. |
Y tomo José a los dos, a
Efraín a su derecha, a
la izquierda de Israel,
y a Manasé a su
izquierda, a la derecha
de Israel, y se acerco a
el. |
Y extendió Israel su
mano derecha y la puso
sobre la cabeza de
Efraín que era el menor,
y su izquierda sobre la
cabeza de Manasé,
guiando con conocimiento
sus manos, aunque Manasé
era el primogénito. |
Y
bendijo a José
y le dijo: El Dios
delante de quien
anduvieron mis padres,
Abraham e Isaac; el Dios
que me ha sustentado
desde que existo hasta
el día de hoy; |
el ángel que me rescato
de todo mal, bendiga a
los muchachos; y que sea
puesto en ellos mi
nombre, y
el nombre de mis padres,
Abraham e Isaac, y que
se multipliquen como los
peces, en medio de la
tierra. |
|
|
Y dijo José a su padre:
No me equivoque, padre
mío, puesto que este es
el primogénito; pon tu
derecha sobre su cabeza. |
Y rehuso su padre y
dijo: Lo se,
hijo mío, lo se;
este también vendrá a
ser pueblo, y el también
será grande; sin embargo
su hermano menor será
mas grande que el, y su
descendencia vendrá a
ser una multitud de
familias. |
Y les bendijo en aquel
día diciendo: En vuestro
nombre bendecirán a los
hijos de Israel,
diciendo: ¡Haga Dios que
seas como Efraín y como
Manasé!
Y así puso a Efraín
antes de Manasé. |
Y dijo Israel a José: He
aquí que yo me muero;
mas Dios estará con
vosotros y os hará
volver a la tierra de
vuestros padres. |
Y yo te di a ti una
porción más que a tus
hermanos, la que tomé de
mano del arameo con mi
espada y
con mi arco
. |
|
Juntaos
y oíd, oh hijos de
Jacob, y escuchad a
Israel vuestro padre. |
Rubén, tú eres mi
primogénito, mi vigor y
el principio de mi
fuerza, el preeminente
en dignidad, el
preeminente en poder; |
mas como fuiste bullente
como las aguas, no
tendrás esta
superioridad, por cuanto
subiste al lecho de tu
padre, y en aquella
ocasión
profanaste mi lecho
|
Simón y Leví hermanos
son; instrumentos de
violencia son sus armas. |
¡En su secreto no entre
mi alma ni en su
asamblea se junte mi
honra! Porque en su ira
mataron hombre (hombres)
y en su voluntad
quisieron desjarretar un
toro. |
¡Maldita sea su ira
porque es violenta, y su
furor porque es duro!
Los dividiré en Jacob y
los esparciré en Israel. |
Judá, a ti te alabarán
tus hermanos. Tu mano
estará sobre la cerviz
de tus enemigos; ante ti
se postrarán los hijos
de tu padre. |
Cachorro de león es
Judá; de la presa, hijo
mío, te libraste. Se
echa y yace como león, y
como león ¿quién lo
levantará? |
No se apartará de Judá
el cetro, ni la vara de
mando de entre sus pies
hasta que venga Shiló,
y a él seguirá la
reunión de los pueblos. |
El atará a la vid su
pollino, y a la parra el
hijo de su asna; lavará
en vino su vestido, y en
sangre de uvas su manto. |
Rojizos son sus ojos más
que el vino, y la
blancura de sus dientes
más que la leche. |
Zebulón habitará en la
ribera de los mares, y
él morará en los puertos
de navíos (como
navegante); y su término
estará cerca de Sidón. |
Isajar, como un asno
huesudo soportará el
yugo de la Ley y se
recostará en los límites
(de las aldeas); |
y como viese que era
bueno el (lugar de)
descanso y que la tierra
era amena, bajó su
hombro para cargar (el
yugo de la Ley),
sirviéndole (su enemigo)
con tributo. |
Dan juzgará a su pueblo,
como cualquiera de las
tribus de Israel. |
Será Dan serpiente sobre
el camino,
víbora sobre la senda
(tendiendo emboscadas),
que muerde los talones
del caballo y hace caer
a su jinete hacia atrás. |
¡Tu socorro de Ti lo
espero, oh Eterno! |
|
De Asher, su pan será
aceitoso, y él producirá
delicias de manjares
reales. |
Naftalí es una gacela
suelta; él proferirá
bellas palabras. |
Hijo de ramo fructífero
es José, hijo de ramo
fructífero cerca de una
fuente; doncellas
caminarán sobre la
muralla para verle. |
Aunque lo amargaron y se
enemistaron con él, y lo
odiaron los flecheros, |
sin embargo permaneció
su arco con fuerza, y
fueron ornamentados con
oro los brazos de sus
manos, de parte del
Poderoso de Jacob, del
Pastor del padre y de
los hijos de Israel, |
de parte del Dios de su
padre, del cual te venga
ayuda. Que el
Todopoderoso te bendiga
con las bendiciones de
los cielos en lo alto,
con las bendiciones del
abismo que yace en lo
bajo, con las
bendiciones de pecho y
de matriz (de padre y
madre). |
Las bendiciones de tu
padre superan a las
bendiciones recibidas de
mis progenitores, más
allá de los términos de
las colinas del mundo.
¡Lleguen éstas sobre la
cabeza de José y sobre
la coronilla de aquél
que fue separado de sus
hermanos! |
|
Todas éstas son las
tribus de Israel, doce,
y esto fue lo que les
dijo su padre cuando las
bendijo: a cada una la
bendijo conforme a su
propia bendición. |
Y les ordenó y les dijo:
Yo voy a ser juntado con
mi pueblo; sepultadme
con mis padres en la
cueva que está en el
campo de Efrón el hiteo; |
en la cueva que está en
el campo de Majpelá, que
está enfrente de Mamré,
en la tierra de Canaán,
campo que había comprado
Abraham de Efrón el
hiteo para posesión de
sepultura. |
Allí enterraron a
Abraham y a Sarah, su
mujer; allí enterraron a
Isaac y a Rebeca, su
mujer, y allí enterré yo
a Leá; |
el campo con la cueva
que en él está, comprado
de los hijos de Jet. |
Y acabó Jacob de ordenar
a sus hijos, recogió sus
pies en la cama y
expiró, y
fue agregado a su pueblo
. |
Y cayó José sobre el
rostro de su padre y
lloró sobre él, y le
besó. |
Y mandó José a sus
siervos, los médicos,
que embalsamaran a su
padre, y embalsamaron
los médicos a Israel. |
Y cumplieron con él
cuarenta días; porque
así solían cumplirse los
días del
embalsamamiento; y lo
lloraron los egipcios
setenta días. |
Y cuando hubieron pasado
los días del llanto por
él, habló José a la casa
del Faraón diciendo: Si
es que he hallado gracia
a vuestros ojos, os
ruego que habléis en
presencia del Faraón,
diciendo: |
Y respondió el Faraón:
Sube y sepulta a tu
padre como él te
juramentó. |
Y subió José para
enterrar a su padre; y
subieron con él todos
los siervos del Faraón,
los ancianos de su casa,
y todos los ancianos de
la tierra de Egipto;
|
y toda la casa de José
con sus hermanos, y la
casa de su padre;
solamente a sus
criaturas, y su ganado
menor y su ganado mayor
dejaron en la tierra de
Góshen. |
Subieron también con él
carros y gente de a
caballo; y era el
cortejo muy grande. |
Y llegaron a la era de
Atad, que esta al otro
lado del Jordán; allí
hicieron duelo con
grande y muy dolorosa
lamentación; e hizo José
por su padre duelo de
siete días. |
Y cuando vieron los
cananeos, habitantes de
la tierra, el duelo en
la era de Atad, dijeron:
Duelo muy doloroso es
éste para los egipcios;
por tanto se le puso el
nombre de Avel-Mitzráyim
(el luto de Egipto) al
lugar que está de la
otra parte del Jordán. |
E hicieron sus hijos con
el según les había
mandado; |
y lo llevaron sus hijos
a la tierra de Canaán, y
lo sepultaron en la
cueva del campo de
Majpelá, campo que
compró Abraham, para
posesión de sepultura,
de Efrón el hiteo,
enfrente de Mamré. |
Y después de haber
sepultado a su padre,
volvió
José a Egipto,
él y sus hermanos, y
todos los que habían
subido con él al
entierro de su padre. |
Y viendo los hermanos de
José que había muerto su
padre, dijeron: Quizá
nos aborrecerá José y
nos devolverá todo el
mal que nosotros le
hicimos. |
Y mandaron decir a José:
Tu padre ordenó antes de
su muerte, diciendo: |
Así diréis a José:
"Perdona, a mi ruego, el
delito de tus hermanos y
su pecado, porque mal te
pagaron." Ahora pues,
perdona, te rogamos, el
delito de los siervos
del Dios de tu padre.
Y lloraba José mientras
hablaban con él. |
Y vinieron sus hermanos
y cayeron delante de su
rostro, y decían: ¡Henos
aquí por siervos tuyos! |
Y José les dijo: No
temáis, pues ¿estoy yo
acaso en lugar de Dios? |
Vosotros pensasteis
contra mí el mal, pero
Dios lo pensó para bien,
a fin de hacer lo que
hoy se ve, a fin de dar
vida a mucha gente. |
|
Y habitó José en Egipto,
él y la casa de su
padre. Y vivió José
ciento diez años. |
|
Y José dijo a sus
hermanos: Yo me muero;
mas Dios de seguro os
visitará, y os hará
subir de esta tierra a
la tierra que tiene
jurada a Abraham, a
Isaac y a Jacob. |
Y José juramentó a los
hijos de Israel,
diciendo: De seguro os
visitará Dios, y haréis
llevar mis huesos de
aquí. |
Y
murió José
de edad de ciento diez
años; y le embalsamaron,
y le pusieron en un
ataúd en Egipto. |
|
Bendito seas Tu oh
Eterno nuestro Dios, Rey
del Universo que nos
diste (Tu Torah), la
Toráh de la Verdad, e
implantaste en nosotros
la Vida Eterna. |
Bendito seas, oh Eterno,
que nos concediste la
Toráh.
(TODOS DICEN AMEN) |
LECTURA DE LA HAFTARÁ
1 Reyes 2:1 - 2:12
Bendito seas Tú, Eterno
Dios nuestro y Rey del
Universo, que escogiste
buenos profetas y te
complaciste en sus
palabras, que fueron
enunciadas con verdad.
|
Bendito seas Tú, Eterno,
que escogiste la Toráh,
a Moisés Tu siervo, a Tu
pueblo Israel y a
profetas de la verdad y
y de la rectitud. |
|
Y se aproximaron los
días en que David había
de morir, y él dio orden
a su hijo Salomón,
diciendo: |
Yo sigo el camino de
todos los mortales; ten
fortaleza pues y pórtate
varonilmente. |
Y cumple el servicio que
es debido al Eterno, tu
Dios, andando en sus
caminos y cumpliendo sus
estatutos, sus
mandamientos y sus
juicios y sus
testimonios, conforme
están escritos en la Ley
de Moisés; para que
prosperes en todo lo que
hicieres y dondequiera
que fueres, |
a fin de que el Eterno
confirme la palabra que
habló acerca de mí,
diciendo: "Si tus hijos
pusieren cuidado en su
camino andando delante
de Mí en verdad, con
todo su corazón y con
toda su alma, juro
diciendo: ¡Nunca te
faltará sucesor al trono
de Israel! |
Y tú también sabes lo
que me ha hecho Joab,
hijo de Tzeruyá, lo que
hizo a dos jefes del
ejército de Israel, a
Abner, hijo de Ner, y a
Amasá, hijo de Yéter, a
quienes él mató
derramando sangre de
guerra en tiempo de paz,
haciendo que la espada
cayese del cinto que
traía sobre sus lomos y
agachándose como si
arreglara el calzado que
tenía en sus pies. |
Harás pues con él
conforme a tu sabiduría,
y no permitirás que
desciendan sus canas en
paz a la sepultura. |
Pero con los hijos de
Barzilay el guiladita,
usarás de benevolencia,
y serán ellos de los que
comen a tu mesa, porque
de esta suerte ellos me
aproximaron a sí cuando
iba huyendo por causa de
Absalón, tu hermano. |
Y he aquí que tienes
contigo a Shimí hijo de
Guerá, hombre benjamita
de Bajurim, el cual me
maldijo con fuerte
maldición en el día que
fui a Majanáyim. Mas él
bajó a mi encuentro
junto al Jordán, y yo le
juré por el Eterno,
diciendo: "No te haré
morir a espada". |
Mas ahora no le tengas
por inocente, porque
hombre sabio eres y
sabrás lo que debes
hacer con él; harás pues
que desciendan sus canas
con sangre a la
sepultura. |
Y yació David con sus
padres, y fue enterrado
en la ciudad de David. |
Y el tiempo que reinó
David sobre Israel fue
cuarenta años: en Hebrón
reinó siete años y en
Jerusalem reinó treinta
y tres años. |
Y Salomón se sentó sobre
el trono de David, su
padre, y se estableció
firmemente su reino. |
|
Bendito seas Tú, Eterno,
Dios nuestro y Rey del
Universo, fuerte de
todos los mundos, justo
en todas las
generaciones; Dios fiel,
que dice y obra, que
promete y cumple, cuyas
palabras son verdad y
justicia. |
Fiel eres Tú, Eterno,
Dios nuestro, y tus
promesas son merecedoras
de fe; ninguna de Tus
palabras dejará de
cumplirse, porque Tú
eres Dios y Rey fiel (y
piadoso). |
Bendito seas Tú, Eterno,
Dios fiel en todas tus
palabras. -Amen |
Ten piedad de Sión, pues
es el hogar de nuestra
vida, y salva a esa
ciudad afligida de
espíritu, pronto y en
nuestros días. |
Bendito seas Tú, Eterno,
que alegras a Sión en
sus hijos. |
Alégranos, oh Eterno,
Dios nuestro, con la
llegada de Elías, tu
profeta y servidor, y
con el reinado de David
tu ungido.
Llegue pronto su
advenimiento y haga
regocijar nuestros
corazones. |
No permitas que extraños
se sienten en su trono,
ni que otros hereden de
su gloria, pues por tu
santo nombre le juraste
que su luz jamás se
extinguirá. |
Bendito seas Tú, Eterno,
Escudo de David. |
NOTAS EXPLICATORIAS:
RESUMEN DE LA PARASHÁ
Después de vivir 17 años en
Egipto, Yaakov siente que se
acerca el final de sus días, y
manda a llamar a Yosef. Le ruega
que le prometa que va a
enterrarlo en la Cueva de
Majpelá, donde están enterrados
Adán y Eva, Avraham y Sara,
Yitzjak y Rivka. Yaakov se
enferma y Yosef le trae a sus
dos hijos Menashe y Efraim.
Yaakov eleva a Menashe y Efraim
a la misma categoría de sus
propios hijos dándole a Yosef
una herencia doble, a
consecuencia de esto, la
primogenitura no pertenece más a
Reuven. Como Yaakov a su edad ha
quedado ciego, Yosef le acerca a
sus hijos, Yaakov les besa y
abraza, lleno de alegría de
poder tener cerca a sus nietos y
a su hijo, al que una vez creyó
muerto. Yaakov les bendice,
empezando por Efraim, el más
joven, pero, Yosef le interrumpe
y le recuerda que Menashe es el
mayor. Yaakov le explica que
debe dar una Brajá más poderosa
a Efraim porque de él va a
descender Yehoshua, y Yehoshua
va a ser el conquistador de
Eretz Yisrael y va a enseñar la
Torah al Pueblo Judío.
Yaakov llama al resto de sus
hijos para bendecirles, sus
bendiciones reflejan el carácter
único de cada una de las tribus
y su misión individual en el
servicio de Hashem.
Yaakov muere a la edad de 147
años. Una gran procesión funeral
le acompaña desde Egipto hasta
la Cueva de Majpelá en Jevrón.
Después de la muerte de Yaakov,
los hermanos temen que Yosef va
a vengarse de ellos, pero Yosef
les asegura que no va ser así, e
incluso les dice que va a
mantenerles.
Yosef acaba su vida en Egipto
viendo hasta los bisnietos de
Efraim. Antes de morir predice
que D-os va a sacar a los Judíos
de Egipto, y hace prometer a sus
hermanos que van a sacar sus
huesos de Egipto.
Yosef muere a los 110 años de
edad y es embalsamado. Así acaba
el Sefer Bereshit, el primer
libro de la Torah.
"Y Yosef fue a enterrar a su
padre..." (Verso 50:7)
Escena Uno: Un restaurante de
Nueva York. Abe y Sol, dos
ciudadanos de la tercera edad,
conversan amigablemente. Abe
apoya el vaso y mira a la
distancia. Al hablar, es como si
2.000 años de historia pasaran
delante de sus ojos:
Abe: "¿Sabes, Sol? Siempre tuve
el deseo de ir a Israel..."
Sol: (con cierto cinismo) "¿Sí?
¿Y por qué no vas?
Abe: Estoy esperando...
Sol: ¿Y qué es lo que estás
esperando?
Abe: (como soñando...) Estoy
esperando... a que sea demasiado
tarde.
A Yaakov Avinu no le resultó
nada fácil que lo enterraran en
la Cueva de Majpelá. Había
cuatro grandes personalidades
que se oponían a tales planes:
Su hijo Yosef, el Faraón, los
Reyes de Canaán y su hermano
Esav.
Yosef no quería que su padre
fuera enterrado en la Cueva de
Majpelá, debido a que era el
lugar de entierro de Lea. Rajel,
la madre de Yosef, no estaba
enterrada allí, sino en el
camino de Betlejem. Por eso a
Yosef no le gustaba nada la idea
de ver a su padre enterrado con
alguien que no era su madre. Por
eso Yaakov Avinu le hizo jurar
que lo enterraría en la Cueva de
Majpelá.
El Faraón no quería que el
cuerpo de Yaakov fuera sacado de
Egipto, porque le preocupaba la
posibilidad de que hubiera otra
vez hambre en la tierra.
Los Reyes de Canaán no querían
dejar que Yaakov Avinu fuera
enterrado en la Cueva de
Majpelá, que era parte de su
reino, pues temían un cortejo
real de un poder foráneo en su
"territorio". Sentían que
constituía un desafío a su
autoridad.
Y Esav no quería que Yaakov
fuera enterrado en la Cueva de
Majpelá porque pensaba que él
era el heredero por derecho de
su padre Itzjak, y, como tal, a
él solo le correspondía estar
enterrado allí.
Cuatro fueron los que se
interpusieron a Yaakov Avinu.
Cuatro adversarios formidables.
¿Por qué Yaakov hizo todo lo
posible para que lo enterraran
en la Tierra de Israel y no en
Egipto?
Yaakov estaba transmitiendo un
mensaje a todas las generaciones
por venir: "Tal vez haya tenido
que vivir en el extranjero, pero
no fui enterrado en el
extranjero".
Yaakov les decía a todos sus
descendientes, de todas las
nacionalidades y de todas las
épocas: "Tal vez se sientan muy
cómodos viviendo en el exilio,
tanto en Egipto como en Roma, o
España, o Argentina, Colombia, o
Estados Unidos... Podrán vivir
en el exilio, pero ése no es su
verdadero lugar. Su lugar está
en la Tierra de Israel.
No esperen a que sea demasiado
tarde...
(Basado en Meshej Jojmá, según
el relato de Rabí Moshe
Carlebaj)
"Y Yaakov vivió en la tierra de
Egipto durante diecisiete
años..." (Verso 47:28)
La historia vuelve a repetirse.
Lo que pasó, vuelve a pasar. El
acto más ínfimo de los avot
(padres de la nación) reverbera
por los corredores de todas las
épocas.
Hashem le reveló a Abraham que
sus descendientes serían
exiliados en Egipto. Hashem le
dijo también cuánto se
extendería exactamente el
exilio. La historia vuelve a
repetirse: Hashem le reveló a
Yaakov la Diáspora del pueblo
judío y el inevitable fin de
este exilio. Así como Abraham
fue el primero, Yaakov fue el
último. Y por ser el último, es
el símbolo del objetivo esencial
de los padres de la nación.
Porque lo último en llegar
siempre revela el objetivo
primigenio. Por eso el pueblo
judío se llama "Israel": el otro
nombre de Yaakov. Israel es la
expresión esencial y final de
Yaakov. De él heredamos nuestro
propósito y nuestro destino como
nación.
Los diecisiete años que Yaakov
pasó en Egipto fueron la esencia
de toda su vida. Durante
aquellos años, Yaakov vivió
libre de angustia, libre del
yetzer ha ra (mal impulso) y era
como si estuviera viviendo en el
Mundo Venidero.
Los años que Yaakov transcurrió
en Egipto son como la matriz, el
precursor de los últimos días de
la historia del mundo.
Yaakov pasó la mayor parte de
sus días presa del dolor y de la
angustia, y, del mismo modo, la
historia del pueblo judío ha
sido una serie aparentemente
incesante de opresión y de
tiranía.
Pero Yaakov vivió sus últimos
años en paz y tranquilidad. Y el
pueblo judío, tras este largo y
oscuro exilio, habrá de hallar
la paz y la tranquilidad de la
redención final.
(Basado en el Zohar y el
Maharal)
"Isajar es un asno de huesos
fuertes... vio que la
tranquildad era buena... y aun
así inclinó el hombro para
soportar" (Verso 49:14)
Detengámonos a mirar las
barracas de los soldados.
¿Alguien encontró alguna cama de
lujo ortopédica? ¿El menú es
cinco estrellas? ¿La comida la
sirven mozos de frac?
Los soldados son entrenados para
la guerra. Para poder llevar a
cabo su tarea, tienen que ser
capaces de funcionar en forma
efectiva en las circunstancias
más estresantes.
Por eso los soldados se ven
privados de todas las
comodidades que uno encuentra en
la casa propia. Se los entrena
día y noche para que puedan
soportar y seguir funcionando en
situaciones en que las que la
gente normal sufriría un
colapso. Y todo esto es para que
estén preparados para cumplir
con su tarea de defender su país
y las vidas de sus ciudadanos.
Inclusive cuando les faltan las
comodidades más básicas, tienen
la tranquilidad mental necesaria
para poder ser efectivos.
Lo mismo ocurre con el estudio
de la Torá. Si uno se entrena en
el nivel correcto, podrá
estudiar con serenidad, pase lo
que pase en el campo de batalla
de la vida.
Isajar es la tribu dedicada al
estudio de la Torá. "Vio que la
tranquilidad era buena". Isajar
percibió que para poder estudiar
Torá, su mente necesitaba estar
descansada y relajada, libre de
todo tipo de batalla. Por eso,
"inclinó el hombro para
soportar", vale decir, se hizo a
sí mismo víctima del necesario
ataque espiritual, para que ante
cualquier dificultad que
encontrara en el camino, pudiera
emerger de la reyerta con la paz
mental necesaria para poder
sumergirse en el estudio de la
Torá.
(Rabí Yerujam Levovitz)
|
Y se acercaron los días
en que Israel había de
morir, y llamó a su hijo
José y le dijo: Si es
que he hallado gracia a
tus ojos, te ruego que
pongas tu mano debajo de
mi muslo y uses conmigo
merced y verdad.
Te
ruego no me sepultes en
Egipto, |
Merced y Verdad
Jacob, antes de morir, pidió a su hijo José que hiciese con él
"merced y verdad". Los rabinos
dedujeron de estas palabras que
sólo la merced que se hace con
los muertos es la verdadera,
sobre todo si se practica con
las personas sin recursos y sin
parientes, ya que no existe
posibilidad de recibir de ellos
ninguna retribución, puesto que
están muertos.
|
|
Ya no podía ver
No los podía ver claramente, pero los había visto según el
versículo octavo.
|
Y
bendijo a José
y le dijo: El Dios
delante de quien
anduvieron mis padres,
Abraham e Isaac; el Dios
que me ha sustentado
desde que existo hasta
el día de hoy; |
Bendijo a José
Bendiciendo a los hijos, la bendición recaía al mismo tiempo sobre
José.
|
el ángel que me rescato
de todo mal, bendiga a
los muchachos; y que sea
puesto en ellos mi
nombre, y
el nombre de mis padres,
Abraham e Isaac, y que
se multipliquen como los
peces, en medio de la
tierra. |
El nombre de mis padres
Las palabras de bendición que
Jacob pronunció sobre los hijos
de José, contienen una profunda
advertencia para los
descendientes de Israel: "Que
sea puesto en ellos mi nombre y
el nombre de mis padres Abraham
e Isaac"; esto quiere decir: que
sus virtudes hagan recordar las
virtudes de sus antepasados; que
por sus actos sean benditos sus
progenitores; y que sean dignos
del nombre de descendientes de
Abraham, Isaac y Jacob que
llevan, que lo honren y lo
respeten.
|
|
Sobre la cabeza de Manasés
Según el exegeta Rishbam, esto aconteció antes de que Jacob
pronunciara la bendición.
|
Y rehuso su padre y
dijo: Lo se,
hijo mío, lo se;
este también vendrá a
ser pueblo, y el también
será grande; sin embargo
su hermano menor será
mas grande que el, y su
descendencia vendrá a
ser una multitud de
familias. |
Hijo mío, lo sé
Que Manasé es el primogénito y que tú no te equivocaste al ponerle
a mi derecha.
|
Y yo te di a ti una
porción más que a tus
hermanos, la que tomé de
mano del arameo con mi
espada y
con mi arco
. |
Con mi arco
El Targum Onklós traduce estas dos palabras así: "con mi rezo y mi
súplica".
|
Juntaos
y oíd, oh hijos de
Jacob, y escuchad a
Israel vuestro padre. |
Juntáos
El Midrash cuenta que Jacob reunió alrededor de su cama a todos sus
hijos, y antes de bendecirlos
les hizo esta última pregunta:
"Hijos míos, ¿estáis bien firmes
en vuestra creencia en el único
Dios?" Cómo respuesta, sus hijos
levantaron las manos al cielo y
dijeron: "Shemá Yisrael (oye,
Israel (Jacob): ¡El Eterno es
nuestro Dios, el Eterno es Uno!
Nuestra fe es la tuya y nuestra
confianza está en el Creador de
los cielos y de la tierra".
Jacob, reconfortado, dijo
entonces: "Bendito sea para
siempre el nombre de su eterno
reino". La frase de la Shemá
quedó desde entonces como la
profesión de fe del judaísmo, su
principio máximo y la
condensación de sus ideales.
Estas fueron las últimas
palabras pronunciadas por los
mártires israelitas que cayeron
en todas las generaciones, al
Kidush Hashem (por la
santificación del nombre de Dios
de Israel): Shemá Yisrael,
Hashem Elohenu, Hashem Ejad.
|
mas como fuiste bullente
como las aguas, no
tendrás esta
superioridad, por cuanto
subiste al lecho de tu
padre, y en aquella
ocasión
profanaste mi lecho
|
Profanaste mi lecho
Ver capítulo 35, 22
|
¡En su secreto no entre
mi alma ni en su
asamblea se junte mi
honra! Porque en su ira
mataron hombre (hombres)
y en su voluntad
quisieron desjarretar un
toro. |
Mataron hombres
"Porque en su ira mataron hombres"; hace alusión al pueblo de
Shejem (ver capítulo 34, 26). "Y
en su voluntad quisieron
desjarretar un toro"; se refiere
a José.
|
No se apartará de Judá
el cetro, ni la vara de
mando de entre sus pies
hasta que venga Shiló,
y a él seguirá la
reunión de los pueblos. |
Hasta que venga Shiló
El reino del Mesías.
|
Será Dan serpiente sobre
el camino,
víbora sobre la senda
(tendiendo emboscadas),
que muerde los talones
del caballo y hace caer
a su jinete hacia atrás. |
Víbora sobre la senda
Sansón, que era de la tribu de Dan, venció así a los filisteos.
|
Y acabó Jacob de ordenar
a sus hijos, recogió sus
pies en la cama y
expiró, y
fue agregado a su pueblo
. |
Fue agregado a su pueblo
Jacob sólo murió después de
que acabó de dar las órdenes a
sus hijos. Sólo al terminar su
misión educativa puede reunirse
con su pueblo, con la conciencia
de la misión cumplida. Jacob
perdurará mientras sus
descendientes sigan su camino, y
el espíritu de Jacob será
redimido con sus hijos, los
hijos de Israel, en la Redención
total, la Gueulá Shelemá. Este
es el sentido de la expresión
del Talmud (Taanit, 5): Yaacov
Avinu lo met: "¡Nuestro
patriarca Jacob no murió! " Dijo
Rabí Yojanan: Nuestro patriarca
Jacob no murió. Y Rav Najman
dijo a su vez a Rav Yitzjak:
¿Acaso falsamente se lamentaron
los lamentadores, falsamente lo
lloraron y enterraron? Respondió
éste: De las Sagradas Escrituras
lo aprendo: "Y tú no temas, mi
siervo Jacob, dice el Eterno, ni
te atemorices, Israel, porque he
aquí que Yo soy el que te salva
de las lejanías, y a tus hijos
de las tierras de su cautiverio"
(Jeremías 30, 10). Las
Escrituras Sagradas equiparan a
Jacob con sus hijos:
Ma zaró bajayim, af hu
bajayim: "Al igual que su
descendencia está en la vida,
también él está en la vida".
|
Y después de haber
sepultado a su padre,
volvió
José a Egipto,
él y sus hermanos, y
todos los que habían
subido con él al
entierro de su padre. |
José a Egipto
Cuando José volvió del entierro de su padre, cuenta el Midrash que
se separó del cortejo y, junto
con sus dos hijos, fue a Dotán,
al mismo lugar donde se
encontraba el famoso pozo. Y
José dijo: ¡Hijos míos! Hace
algunos años, vuestro padre que
hoy es rico y considerado,
estuvo dentro de este pozo,
desnudo, sin un pedazo de pan
para matar el hambre, sin una
gota de agua para matar la sed,
y expuesto a reptiles que podían
morderle. Pero vuestro padre
tuvo fe en Dios y fue salvado.
Recordad, hijos míos, que el
Eterno misericordioso alza a los
que son humildes y tienen
confianza en El; y rebaja a los
orgullosos y a aquéllos que se
apartan de los caminos de la
justicia y de la verdad. Es en
este mismo lugar donde yo quise
decirles estas palabras, para
que no las olviden jamás."Dios
es quien quita la vida y la da;
hace descender a la tumba y hace
elevarse. El Eterno es quien
hace empobrecer y da riquezas;
El abate y también ensalza;
levanta del polvo al pobre, del
montón de basura al necesitado,
para hacerlos sentar entre los
príncipes y para darles como
herencia un trono de gloria" (1
Samuel 2, 6-8).
|
Y
murió José
de edad de ciento diez
años; y le embalsamaron,
y le pusieron en un
ataúd en Egipto. |
Murió José
José muere en el Galut (fuera
de Israel), pero desea ser
enterrado en Canaán, la tierra
prometida a los patriarcas. No
puede admitir que su cuerpo
descanse en un país impuro como
lo era Egipto, y por eso hace
jurar a los hijos de Israel que
llevarán sus restos a la tierra
de sus padres. A pesar de todas
sus vicisitudes e infortunios,
nunca se destruyó el lazo que lo
unía a Israel y al destino de
sus antepasados. Las últimas
palabras de José son pues la
expresión de sus sentimientos
hacia su tierra y su pueblo, los
dos principios fundamentales de
su existencia.Los restos de José
fueron llevados más tarde de
Egipto por los israelitas y
sepultados en la ciudad de
Shejem, en el campo que compró
Jacob de los hijos de Jamor,
padre de Shejem, por cien
monedas de plata (Josué 24, 32).
Esto fue como recompensa de Dios
a José por haber sepultado a su
padre en Canaán (Sotah 1, 9).
Los hijos de Israel estaban
rodeados por los peligros de la
asimilación en Egipto. Este país
era el núcleo de la ciencia
oculta, de la hechicería y del
oscurantismo, a la vez que la
máxima potencia cultural y
política del mundo conocido, y
en él se debatían las familias
de Israel. ¿Debían éstas buscar
sendas artificiales que las
acercaran al medio ambiente?
¿Debía Israel buscar la paz
nacional con el magno Egipto?
Sin embargo Israel no pactó, no
perdió su moral, no cambió su
idioma y preservó su nombre.
Siguió siendo Israel, siguió
viviendo y proclamando : Shemá
Yisrael, Hashem Elohenu, Hashem
Ejad: "Oye Israel, el Eterno es
nuestro Dios, el Eterno es
Uno".Termina así la parte más
dramática del relato del
Génesis, y la Torah pasa a la
narración de otro importante
período de la historia de los
hijos de Israel: el Exodo.
Comentarios a la Haftará
Así como en la Parashá
estudiamos la última voluntad y
el testamento de Yaakov Avinu,
la Haftará trata de las últimas
palabras del Rey David.
David le encomienda a su hijo de
doce años, Shlomo, que actúe
como un hombre de sabiduría y de
rectitud, a pesar de su tierna
edad, y que defienda y
salvaguarde la Torá.
Y le promete que si ha de servir
a Hashem en verdad, con todo su
corazón y con toda su alma, será
merecedor de que de él
desciendan todos los reyes de
Israel.
De la misma manera en que Yaakov
Avinu iluminó el sendero que
habría de transformar a sus
hijos en un pueblo, David ha
Melej ilumina el sendero que
hará de Shlomo el padre de
Reyes.
Sin embargo, existe una
sorprendente diferencia entre la
escena del lecho de muerte de
Yaakov Avinu y la del Rey David.
Al irse de este mundo, Yaakov
convocó a sus doce hijos,
mientras que David solamente
convoca a Shlomo, pues solamente
él era su consuelo y el único
digno de heredar el linaje
davídico.
(Adaptado de Rabí Mendel Hirsch)
Canciones que cantamos en la
mesa de Shabat a través de las
generaciones.
Shalom Aleijem
"Bienvenidos..."
Boajem le shalom, tzetjem le
shalom...
"Venid en paz, partid en paz"
¿Cómo es que apenas después de
darles la bienvenida a los
ángeles celestiales, ya les
damos la despedida?
Cuando Yaakov Avinu salía de
Eretz Israel, la Torá nos dice
que tuvo un sueño profético en
el que vio ángeles que subían y
bajaban por una escalera. Rashi
explica que los ángeles que
acompañaron a Yaakov en Eretz
Israel regresaron al cielo,
mientras que los ángeles que
fueron designados para
acompañarlo al salir de la
Tierra Santa bajaban a
recibirlo.
A los ángeles que habrán de
acompañarnos en este día santo
del Shabat, les decimos "Venid
en paz", y a nuestros ángeles de
los días de la semana, les
decimos "Partid en paz".
PROMESAS DE HASHEM
Veshamarta et-mishmeret Adonay
Eloheyja lalejet bidrajav
lishmor jukotav mitsvotav
umishpatav ve'edotav kakatuv
betorat Moshe lema'an taskil et
kol-asher ta'aseh ve'et
kol-asher tifneh sham.
Y cumple el servicio que es
debido al Eterno, tu Dios,
andando en sus caminos y
cumpliendo sus estatutos, sus
mandamientos y sus juicios y sus
testimonios, conforme están
escritos en la Ley de Moisés;
para que prosperes en todo lo
que hicieres y dondequiera que
fueres,
Escrito y Recopilado por:
Rabino Yaakov Asher Sinclair
de la Organización Ohr Somayach
de Israel y Monsey
Editado por
el Moréh
Eliyahu BaYona,
Director de Shalom Haverim,
Monsey, New York.
|