a. Se debe
procurar colocar las velas dentro de los 10 centímetros cercanos
a la puerta y del lado izquierdo, para así estar encerrado con
la Mitsvá de Mezuzá a la derecha y las velas a la izquierda.
b. Las velas
deben colocarse a una altura superior a los 30 cm del piso.
c. Cualquier
tipo de aceite es apto para encender las velas de Hanukáh, pero
lo más apropiado es hacerlo con aceite de oliva, puesto que con
él sucedió el milagro. Hoy en día se pueden usar también velas.
d. Es
necesario poner el aceite suficiente para que queden encendidas
por lo menos media hora.
2. Encendido
de las velas
El horario
del encendido de las velas es a partir de la salida de las
estrellas (aprox. 40 minutos después de ponerse el sol), y no
antes, debiéndose tratar de prenderlas apenas llegada la hora.
En la víspera del Shabat se encienden las velas de Hanukáh antes
que las velas de Shabat, es importante colocar suficiente aceite
para que queden encendidas hasta media hora después de la salida
de las estrellas.
3. Orden del
encendido de las velas
La primera
noche se comienza a encender la vela que está más a la derecha
de la Hanukiáh, y en la segunda noche cuando se agrega otra vela
al lado, se comienza de ella a encender y se continúa
encendiendo de izquierda a derecha. Así también en las noches
sucesivas, se comienza de la agregada y se sigue encendiendo de
izquierda a derecha.
4. Brajot
sobre las velas
En la primera
noche de Hanukáh se dicen tres bejarot (bendiciones).
A partir de
la segunda noche de Hanukáh en adelante, se recitan solamente
dos berajot:
1.
"Lehadlik";
2. "Sheasá
nisim".
Todas las
brajot se deben recitar antes de encender las velas.
5. Si se
encendieron las velas y se apagaron accidentalmente antes de
transcurrir la media hora en la cual deben quedar encendidas, si
se habían colocado en un lugar donde había viento, deberá
volverse a encenderlas, pero sin berajá. Pero si las velas
estaban en lugar donde no había viento y ocurrió un percance y
se apagaron, no hay obligación de volverlas a encender.
Es importante celebrar esta festividad de Hanukáh encendiendo
nuestra vela o la Hanukiáh de aceite cada noche, durante ocho
días. Las llamas deben durar hasta por lo menos media hora
después de que oscurece.
En cada casa debe haber por lo menos una Menoráh y una Hanukiáh.
También el shamash (cuidador) acostumbra a encender la Menoráh y
la Hanukiáh en la sinagoga.
Para los que
desean saber cómo es el encendido y orden de las velas, les
decimos que se comienza colocando la mecha o vela en el extremo
derecho. La vela o la mecha con aceite "más nueva" siempre se
debe agregar del lado izquierdo de la mecha o vela que
encendiste la noche anterior. Las velas o mechas deben estar en
línea recta, no en círculo y tampoco una más alta que otra,
excepto la vela del shamash que es más alta o más baja que el
resto. Siempre hay que encender primero la mecha o la vela
nueva, y recitar berajot (bendiciones), en número de dos cada
noche y una adicional -shehejeianu- la primera noche.
Hay quienes
preguntan cuántas llamas tenía la Menorá del Bet Hamikdash?
Los estudiosos dicen que eran siete: seis encima de los tres
brazos que se ramificaban a cada lado y una más en el medio, da
un total de siete. La Menorá de Hanukáh, que cuenta con ocho
brazos se llama Hanukiáh y representa los ocho días del milagro
de esta fiesta de las luces, y posee un noveno brazo para el
shamash.
Para aquellos
que desean conocer cuales son los rezos especiales que se dicen
en Hanukáh, deben saber que se dice el Halel completo todos los
días después de la Amidá de la mañana. También se dice Al
Hanisim en la Amidá y en el Birkat Hamazón.
Hanukáh
este año comienza en la noche del 16 de diciembre, hasta la
noche del 17 de diciembre de 2014, según el Calendario
Gregoriano, siendo la fecha del Calendario Hebreo, del 25 Kislev
al 3 Tevet de 5775
y
debe encenderse la primera vela al
anochecer. La noche del 17 encendemos la segunda vela de Hanukáh
y así sucesivamente.
Para los
practicantes de la religión judía, resulta una mitsvá proclamar
en público el milagro de Hanukáh, Pirsumé nisá, de acuerdo a ese
precepto, es que para muchos judíos piadosos la ventana es un
lugar apropiado para la Menoráh o la Hanukiáh, porque de esta
forma es visible para todos los que pasan cerca.
Para otros,
sin embargo, estos símbolos deben estar adentro, cerca del marco
izquierdo de la puerta y frente al marco que tiene pegada la
Mezuzáh. De esta forma, una persona que está parada en la
entrada se encuentra completamente rodeada de mitsvot.
RITUAL
1.
"Lehadlik" Baruj atá Adonai, elohenu melej haolam, asher kideshanu
bemitzvotav, vetzivanu lehadlik ner Hanukáh
[Ahora es el momento de repartir cada noche los
regalos]
EN ESPAÑOL
(Bendito
eres Tú, oh Eterno, Dios nuestro, Rey del Universo, que nos
santificaste con Tus preceptos y nos ordenaste las luces de
Hanukáh)
(Bendito
eres Tú, oh Eterno, Dios nuestro, Rey del Universo, que obraste
milagros con nuestros padres en tiempos pasados, en esta época.)
(Bendito
eres Tú, oh Eterno, Dios nuestro, Rey del Universo, que nos
preservaste la vida, nos conservaste y nos permitiste llegar a
este tiempo)
Estas candelas nosotros las encendemos
por los milagros, la liberación, los actos poderoso, las
salvaciones, los prodigios y las consolaciones que Tú hiciste por
nuestros ancestros en aquellos días en esta época por medio de Tus
santos Kohanim. Durante estos ocho días, estas candelas son
consagradas y no tenemos permiso para usarlas en otros fines, sino
solamente para contemplarlas, con el propósito de alabar Tu Nombre
por Tus milagros, Tus prodigios y Tus salvaciones.
SALMO 30
Salmo. Canción por la inauguración de la Casa. De David.
Te enalteceré, ¡oh Eterno!, porque me has elevado, y no dejaste que
mis enemigos se alegren por mí.
¡Eterno, mi Dios! A Ti he clamado y Tú me has curado.
¡Eterno! Rescataste mi alma del Sheol, preservaste mi vida de bajar
a la tumba.
Load al Eterno, Sus fíeles, y alabad Su santo nombre.
Porque Su furor sólo (dura) un instante, y cuando es Su voluntad,
hay vida. (puede que uno) Por la noche se acueste llorando y por la
mañana (encuentre la) alegría.
Y yo dije en mi quietud: "No tambalearé jamás".
¡Eterno! Por Tu voluntad me hiciste fuerte como una montaña, pero
cuando ocultaste Tu presencia, estuve aterrado.
A Ti Te invoco, Eterno. Al Eterno le suplico.
¿Qué provecho habrá de mi sangre, de mi descenso a la tumba? ¿Acaso
Te loará el polvo?, ¿declarará Tu verdad?
Escucha, ¡oh Eterno!, y apiádate de mí. Sé Tú mi ayuda, Eterno.
Convertiste mi duelo en danzas; abriste mi saco de duelo y me
vestiste de alegría,
Para que Te cante canciones de honor y no calle. ¡Oh Eterno, mi
Dios! Te loaré para siempre.
[Ahora es el momento de repartir cada noche los regalos]