Devarim Deuteronomio 4

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Devarim
Deuteronomio 4


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Devarim 4 Deuteronomio 4




DEVARIM- DEUTERONOMIO - "Las Palabras"

CAPITULO 4

(Fonética sefaradí)





4:1 Y ahora, oh Israel, escucha los estatutos y los juicios que les enseño, a fin de observarlos, para que vivas y entres a heredar la tierra que el Eterno, tu Dios, te da. (1)

Ve'atáh Yisra'el shmá el-hajukim ve'el-hamishpatim asher anojí melamed etjem la'asot lema'án tijyú uvatem virishtem et-ha'árets asher Adonay Elohey avoteyjem noten lajem.

4:2 No añadirás sobre la cosa que yo te ordeno, ni disminuirás nada de ella; para que guardes los mandamientos del Eterno, tu Dios, que yo te ordeno.

Lo tosifu al-hadavar asher anojí metsavéh etjem veló tigre'ú mimenu lishmor et-mitsvot Adonay Eloheyjem asher anojí metsavéh etjem.

4:3 Vuestros mismos ojos han visto lo que hizo el Eterno por causa de Baal-Peor; pues a todo hombre que siguió a Baal-Peor lo ha destruido el Eterno, tu Dios, de en medio de ustedes;

Eyneyjem haro'ot et asher-asáh Adonay beVa'al Pe'or ki jol-ha'ish asher halaj ajarey Va'al-Pe'or hishmidó Adonay Eloheyja mikirbeja.

4:4 y ustedes, que se adhirieron al Eterno, su Dios, están todos vivos hoy.

Ve'atem hadevekim b'Adonay Eloheyjem jayim kulkem hayom.

4:5 Vean que les enseñé estatutos y juicios, así como me ordenó el Eterno, mi Dios, para que así se hagan en medio de la tierra a donde están yendo para heredarla.

Re'eh limadeti etjem jukim umishpatim ka'asher tsivani Adonay Elohay la'asot ken bekérev ha'árets asher atem ba'im shamáh lerishtáh.

4:6 Y los guardarán y los cumplirán, porque en esto consistirá vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de las naciones, las cuales oirán todos estos estatutos y dirán: Ciertamente es esta gran nación, pueblo sabio y entendido.

Ushmartem va'asitem ki hi jojmatjem uvinatjem le'eyney ha'amim asher yishme'un et kol-hajukim ha'eleh ve'amrú rak am-jajam venavón hagoy hagadol hazéh.

4:7 Porque ¿qué nación hay tan grande que tenga dioses tan cercanos a sí como lo está el Eterno, nuestro Dios, siempre que nosotros le invocamos?

Ki mi-goy gadol asher-lo Elohim kerovim elav k'Adonay Eloheynu bejol-kor'enu elav.

4:8 Y ¿qué nación es tan grande que tenga estatutos y juicios tan justos como toda esta Ley que os pongo delante hoy?

Umi goy gadol asher-lo jukim umishpatim tsadikim kejol hatoráh hazot asher anojí noten lifneyjem hayom.

4:9 Solamente guárdate a ti mismo y guarda tu alma mucho, no sea que te olvides de las cosas que han visto tus ojos, y se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; y las harás conocer a tus hijos (2) y a los hijos de tus hijos.

Rak hishamer lejá ushemor nafsheja me'od pen-tishkaj et-hadvarim asher-ra'u eyneyja ufén-yasuru milvaveja kol yemey jayeyja vehodatam levaneyja velivney vaneyja.

4:10 (No te olvides de lo que vieron tus ojos) el día en que estuviste delante del Eterno, tu Dios, en Jorev, cuando me dijo el Eterno: Júntame al pueblo para que Yo le haga oír mis palabras, las que aprenderán para que me teman todos los días que vivieren sobre la tierra y que tambien se las enseñen a sus hijos.

Yom asher amadetá lifney Adonay Eloheyja beJorev be'emor Adonay elay hakel-li et-ha'am ve'ashmi'em et-devaray asher yilmedún leyir'áh oti kol-hayamim asher hem jayim al-ha'adamáh ve'et-bneyhem yelamedún.

4:11 Y se acercaron y estuvieron al pie del monte; y el monte ardía en fuego hasta el centro de los cielos, y había oscuridad y nubes y tinieblas.

Vatikrevún vata'amdún tajat hahar vehahar bo'er ba'esh ad-lev hashamáyim joshej anán va'arafel.

4:12 Y habló el Eterno con ustedes de en medio del fuego; una voz que hablaba oyeron, mas no vieron figura alguna, tan sólo una voz.

Vayedaber Adonay aleyjem mitoj ha'esh kol devarim atem shom'im utmunáh eynejem ro'im zulati kol.

4:13 Y El les anunció Su pacto, el cual les ordenó observar, o sea los diez mandamientos; y los escribió sobre dos tablas de piedra.

Vayaged lajem et-britó asher tsiváh etjem la'asot aseret hadevarim vayijtevem al-shney lujot avanim.

4:14 Y a mí me ordenó el Eterno en aquel tiempo que les enseñase estatutos y juicios para que los cumplieran en la tierra adonde van a pasar para heredarla.

Ve'oti tsivah Adonay ba'et hahí lelamed etjem jukim umishpatim la'asotjem otam ba'árets asher atem ovrim shamáh lerishtáh.

4:15 Y guardarán mucho vuestras almas (de error), porque no vieron figura alguna en el día que les habló el Eterno en Jorev, de en medio del fuego,

Venishmartem me'od lenafshoteyjem ki lo re'item kol-temunáh beyom diber Adonay aleyjem beJorev mitoj ha'esh.

4:16 no sea que se corrompan y hagan para ustedes escultura, semejanza de cualquier ídolo, forma de hombre o de mujer;

Pen-tashjitún va'asitem lajem pesel tmunat kol-samel tavnit zajar o nekeváh.

4:17 o forma de bestia alguna que haya en la tierra; forma de ave alguna alada que vuele por el aire;

Tavnit kol-behemáh asher ba'árets tavnit kol-tsipor kanaf asher ta'uf bashamáyim.

4:18 forma de reptil alguno que se arrastre sobre el suelo; forma de pez alguno que nade en las aguas debajo de la tierra;

Tavnit kol-romes ba'adamáh tavnit kol-dagah asher-bamáyim mitajat la'árets.

4:19 o no sea que alces tus ojos a los cielos y veas el sol, y la luna, y las estrellas, con todo el ejército de los cielos, y seas impulsado a postrarte ante ellos y darles culto; cosas que el Eterno, tu Dios, destinó con el único fin de alumbrar a todos los pueblos que hay bajo el cielo.

Ufen-tisá eyneyja hashamaymah vera'ita et-hashemesh ve'et-hayare'aj ve'et-hakojavim kol tsvá hashamáyim venidajta vehishtajavita lahem va'avadetam asher jalak Adonay Eloheyja otam lejol ha'amim tajat kol-hashamayim.

4:20 Y a ustedes  los ha tomado el Eterno y los ha sacado del crisol de hierro, de Egipto, para que sean pueblo de Su herencia, como lo son hoy.

Ve'etjem lakaj Adonay vayotsí etjem mikur habarzel miMitsráyim lihyot lo le'am najaláh kayom hazéh.

4:21 Y el Eterno se enojó contra mí por causa de ustedes, y juró que no había de pasar el Jordán, ni de entrar en aquella buena tierra que el Eterno, tu Dios, te va a dar en posesión,

V'Adonay hit'anaf-bi al-divreyjem vayishava levilti ovri et-haYarden ulevilti-vo el-ha'árets hatováh asher Adonay Eloheyja noten lejá najalah.

4:22 por lo cual he de morir en esta tierra; yo no pasaré el Jordán. Y ustedes lo pasarán y heredarán aquella buena tierra.

Ki anojí met ba'árets hazot eyneni over et-haYardén ve'atem overim virishtem et-ha'árets hatováh hazot.

4:23 Guárdense no sea que olviden el pacto del Eterno, su Dios, que El tiene hecho con ustedes, y se hagan escultura alguna a semejanza de cualquiera cosa que te ha ordenado no hacer el Eterno, tu Dios.

Hishamrú lajem pen-tishkejú et-brit Adonay Eloheyjem asher karat imajem va'asitem lajem pesel temunat kol asher tsiveja Adonay Eloheyja.

4:24 Porque el Eterno, tu Dios, es un fuego devorador, Dios celoso (3) es.

Ki Adonay Eloheyja esh ojlah hu El kaná.

4:25 (4) Cuando hubiereis engendrado hijos e hijos de hijos, y hubiereis estado largo tiempo en la tierra, y os corrompiereis e hiciereis esculturas a semejanza de cualquiera cosa, e hiciereis lo que es malo a los ojos del Eterno, tu Dios, para provocar que se indigne.

Ki-tolid banim uvney vanim venoshantem ba'arets vehishjatem va'asitem pesel temunat kol va'asitem hara be'eyney Adonay-Eloheyja lehaj'iso.

4:26 Pongo hoy por testigos contra vosotros a los cielos y a la tierra de que bien pronto pereceréis de sobre la tierra adonde vais, pasando el Jordán, para poseerla; no prolongaréis vuestros días en ella, sino que seréis destruidos.

Ha'idoti vajem hayom et-hashamayim ve'et-ha'arets ki-avod tovedun maher me'al ha'arets asher atem overim et-haYarden shamah lerishtah lo-ta'arijun yamim aleyha ki hishamed tishamedun.

4:27 Y os esparcirá el Eterno entre las naciones, y quedaréis pocos en número entre las naciones adonde os llevará el Eterno.

Vehefits Adonay etjem ba'amim venish'artem metey mispar bagoyim asher yenaheg Adonay etjem shamah.

4:28 Y serviréis allí a dioses que son obra de manos de hombres, de madera y de piedra, que no ven, ni oyen, ni comen, ni huelen.

Va'avadetem-sham elohim ma'aseh yedey adam ets va'even asher lo-yir'un velo yishme'un velo yojlun velo yerijun.

4:29 Y buscaras desde allí al Eterno, tu Dios, y le hallarás, con tal de que le requieras con todo tu corazón y con toda tu alma.

Uvikashtem misham et-Adonay Eloheyja umatsata ki tidreshenu bejol-levavja uvejol-nafsheja.

4:30 Cuando te vieres en angustia. y te sobrevinieren todas estas cosas, entonces en los postreros días volverás al Eterno, tu Dios, y le obedecerás.

Batsar leja umetsa'uja kol hadevarim ha'eleh be'ajarit hayamim veshavta ad-Adonay Eloheyja veshamata bekolo.

4:31 Y puesto que el Eterno, tu Dios, es un Dios misericordioso, no te dejará caer, ni te destruirá, ni se olvidará del pacto que juró a tus padres.

Ki El rajum Adonay Eloheyja lo yarpeja velo yashjiteja velo yishkaj et-brit avoteyja asher nishba lahem.

4:32 Pregunta pues sobre los días pasados que te precedieron, desde el día en que creó Dios al hombre sobre la tierra, y desde un extremo de los cielos hasta el otro extremo de los cielos, si alguna vez ha habido cosa grande parecida a ésta, o si se ha oído co sa similar.

Ki she'al-na leyamim rishonim asher-hayu lefaneyja lemin-hayom asher bara Elohim adam al-ha'arets ulemiktseh hashamayim ve'ad-ketseh hashamayim haniheyah kadavar hagadol hazeh o hanishma kamohu.

4:33 ¿Acaso pueblo alguno ha oído jamás la voz de Dios hablando de en medio del fuego, como tú la oíste, y ha seguido viviendo?

Hashama am kol Elohim medaber mitoj-ha'esh ka'asher-shamata atah vayeji.

4:34 O ¿ha intentado dios alguno ir a tomar para sí a una nación de en medio de otra nación, con pruebas, con señales, y con maravillas, y con guerra, y con poder fuerte, y con brazo extendido, y con grandes hechos temibles, como todo lo que el Eterno, vuestro Dios hizo en Egipto ante tus ojos?

O hanisah Elohim lavo lakajat lo goy mikerev goy bemasot be'otot uvemoftim uvemiljamah uveyad jazakah uvizroa netuyah uvemora'im gdolim kejol asher-asah lajem Adonay Eloheyjem beMitsrayim le'eyneyja.

4:35 A ti te fue mostrado esto para que supieses que el Eterno, El es Dios, y no hay otro fuera de El.

Atah hor'eta lada'at ki Adonay hu ha'Elohim eyn od milevado.

4:36 Desde los cielos te hizo oír su voz para enseñarte, y sobre la tierra te hizo ver su gran fuego, y sus palabras has oído de en medio del fuego.

 

Min-hashamayim hishmi'aja et-kolo leyasreka ve'al-ha'arets her'aja et-isho hagdolah udvarav shamata mitoj ha'esh.

4:37 Todo esto lo hizo porque amó a tus padres, y escogió la simiente de después de ellos, y te sacó con su gran fuerza de Egipto,

Vetajat ki ahav et-avoteyja vayivjar bezar'o ajarav vayotsi'aja befanav bejojo hagadol miMitsrayim.

4:38 para desterrar delante de ti a naciones (5) más grandes y más fuertes que tú, a fin de traerte y darte en herencia la tierra de ellas, como hoy se ve.

Lehorish goyim gdolim va'atsumim mimeja mipaneja lahavi'aja latet-leja et-artsam najalah kayom hazeh.

4:39 Y sabrás hoy y considerarás en tu corazón, que sólo el Eterno es Dios, arriba en los cielos y abajo en la tierra; no hay otro alguno.

Veyadata hayom vahashevota el-levaveja ki Adonay hu ha'Elohim bashamayim mima'al ve'al-ha'arets mitajat eyn od.

4:40 Y guardarás sus estatutos y sus mandamientos que yo te ordeno hoy, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y para que se prolonguen tus días sobre la tierra que el Eterno, tu Dios, te da para siempre.

Veshamarta et-jukav ve'et-mitsvotav asher anoji metsaveja hayom asher yitav leja ulevaneyja ajareyja ulema'an ta'arij yamim al-ha'adamah asher Adonay Eloheyja noten leja kol-hayamim.

4:41 Entonces Moisés hizo separar tres ciudades (6) de este lado del Jordán, hacia el nacimiento del sol,

Az yavdil Moshe shalosh arim be'ever haYarden mizrejah shamesh.

4:42 para que huyera allí el homicida que matare a su prójimo sin intención, sin haberlo odiado antes, para que huyendo a una de dichas ciudades, viviese:

Lanus shamah rotse'aj asher yirtsaj et-re'ehu bivli-da'at vehu lo-sone lo mitmol shilshom venas el-ajat min-he'arim ha'el vajay.

4:43 a Bet-Peor, en el desierto, en la tierra de la planicie, para los rubenitas; y a Ramot, en Guilad, para los gaditas; y a Golán, en el Bashán, para los menashitas.

Et-betser bamidbar be'erets hamishor la-R'uveni ve'et-Ramot baGil'ad la-Gadi ve'et-Golan baBashan la-Menashi.

4:44 Y esta es la ley que Moisés puso delante de los hijos de Israel.

Vezot hatorah asher-sam Moshe lifney beney Yisra'el.

4:45 Estos son los testimonios y los estatutos y los juicios que habló Moisés a los hijos de Israel cuando salieron de Egipto,

Eleh ha'edot vehajukim vehamishpatim asher diber Moshe el-beney Yisra'el betsetam miMitsrayim.

4:46 de esta parte del Jordán, en el valle, frente a Bet-Peor, en la tierra de Sijón, rey de los emoreos, que habitaba en Jeshbón, a quien hirieron Moisés y los hijos de Israel después de que hubieron salido de Egipto.

Be'ever haYarden bagay mul Beyt Pe'or be'erets Sijon melej ha'Emori asher yoshev beJeshbon asher hikah Moshe uveney Yisra'el betsetam miMitsrayim.

4:47 Y se posesionaron de su tierra y de la tierra de Og, rey de Bashán, dos reyes de los emoreos que estaban de esta parte del Jordán, donde nace el sol,

Vayirshu et-artso ve'et-erets Og melej-haBashan sheney maljey ha'Emori asher be'ever haYarden mizraj shamesh.

4:48 desde Aroer, que está sobre la ribera del torrente de Arnón, hasta el monte Sión, el cual es Jermón,

Me'Aro'er asher al-sfat-najal Arnon ve'ad-har Si'on hu Jermon.

4:49 y toda la planicie de esta parte del Jordán, hacia el oriente, hasta el mar de la planicie, al pie de las vertientes de la Pisgá (colina).

Vejol-ha'Aravah ever haYarden mizrajah ve'ad yam ha'Aravah tajat ashdot hapisgah.



א  וְעַתָּ֣ה יִשְׂרָאֵ֗ל שְׁמַ֤ע אֶל־הַֽחֻקִּים֙ וְאֶל־הַמִּשְׁפָּטִ֔ים אֲשֶׁ֧ר אָֽנֹכִ֛י מְלַמֵּ֥ד אֶתְכֶ֖ם לַֽעֲשׂ֑וֹת לְמַ֣עַן תִּֽחְי֗וּ וּבָאתֶם֙ וִֽירִשְׁתֶּ֣ם אֶת־הָאָ֔רֶץ אֲשֶׁ֧ר יְהֹוָ֛ה אֱלֹהֵ֥י אֲבֹֽתֵיכֶ֖ם נֹתֵ֥ן לָכֶֽם:

ב  לֹ֣א תֹסִ֗פוּ עַל־הַדָּבָר֙ אֲשֶׁ֤ר אָֽנֹכִי֙ מְצַוֶּ֣ה אֶתְכֶ֔ם וְלֹ֥א תִגְרְע֖וּ מִמֶּ֑נּוּ לִשְׁמֹ֗ר אֶת־מִצְו‍ֹת֙ יְהֹוָ֣ה אֱלֹֽהֵיכֶ֔ם אֲשֶׁ֥ר אָֽנֹכִ֖י מְצַוֶּ֥ה אֶתְכֶֽם:

ג  עֵֽינֵיכֶם֙ הָֽרֹא֔וֹת אֵ֛ת אֲשֶׁר־עָשָׂ֥ה יְהֹוָ֖ה בְּבַ֣עַל פְּע֑וֹר כִּ֣י כָל־הָאִ֗ישׁ אֲשֶׁ֤ר הָלַךְ֙ אַֽחֲרֵ֣י בַֽעַל־פְּע֔וֹר הִשְׁמִיד֛וֹ יְהֹוָ֥ה אֱלֹהֶ֖יךָ מִקִּרְבֶּֽךָ:

ד  וְאַתֶּם֙ הַדְּבֵקִ֔ים בַּֽיהֹוָ֖ה אֱלֹֽהֵיכֶ֑ם חַיִּ֥ים כֻּלְּכֶ֖ם הַיּֽוֹם:

ה  רְאֵ֣ה | לִמַּ֣דְתִּי אֶתְכֶ֗ם חֻקִּים֙ וּמִשְׁפָּטִ֔ים כַּֽאֲשֶׁ֥ר צִוַּ֖נִי יְהֹוָ֣ה אֱלֹהָ֑י לַֽעֲשׂ֣וֹת כֵּ֔ן בְּקֶ֣רֶב הָאָ֔רֶץ אֲשֶׁ֥ר אַתֶּ֛ם בָּאִ֥ים שָׁ֖מָּה לְרִשְׁתָּֽהּ:

ו  וּשְׁמַרְתֶּם֘ וַֽעֲשִׂיתֶם֒ כִּ֣י הִ֤וא חָכְמַתְכֶם֙ וּבִ֣ינַתְכֶ֔ם לְעֵינֵ֖י הָֽעַמִּ֑ים אֲשֶׁ֣ר יִשְׁמְע֗וּן אֵ֚ת כָּל־הַֽחֻקִּ֣ים הָאֵ֔לֶּה וְאָֽמְר֗וּ רַ֚ק עַם־חָכָ֣ם וְנָב֔וֹן הַגּ֥וֹי הַגָּד֖וֹל הַזֶּֽה:

ז  כִּ֚י מִי־ג֣וֹי גָּד֔וֹל אֲשֶׁר־ל֥וֹ אֱלֹהִ֖ים קְרֹבִ֣ים אֵלָ֑יו כַּֽיהֹוָ֣ה אֱלֹהֵ֔ינוּ בְּכָל־קָרְאֵ֖נוּ אֵלָֽיו:

ח  וּמִי֙ גּ֣וֹי גָּד֔וֹל אֲשֶׁר־ל֛וֹ חֻקִּ֥ים וּמִשְׁפָּטִ֖ים צַדִּיקִ֑ם כְּכֹל֙ הַתּוֹרָ֣ה הַזֹּ֔את אֲשֶׁ֧ר אָֽנֹכִ֛י נֹתֵ֥ן לִפְנֵיכֶ֖ם הַיּֽוֹם:

ט  רַ֡ק הִשָּׁ֣מֶר לְךָ֩ וּשְׁמֹ֨ר נַפְשְׁךָ֜ מְאֹ֗ד פֶּן־תִּשְׁכַּ֨ח אֶת־הַדְּבָרִ֜ים אֲשֶׁר־רָא֣וּ עֵינֶ֗יךָ וּפֶן־יָס֨וּרוּ֙ מִלְּבָ֣בְךָ֔ כֹּ֖ל יְמֵ֣י חַיֶּ֑יךָ וְהֽוֹדַעְתָּ֥ם לְבָנֶ֖יךָ וְלִבְנֵ֥י בָנֶֽיךָ:

י  י֗וֹם אֲשֶׁ֨ר עָמַ֜דְתָּ לִפְנֵ֨י יְהֹוָ֣ה אֱלֹהֶ֘יךָ֘ בְּחֹרֵב֒ בֶּֽאֱמֹ֨ר יְהֹוָ֜ה אֵלַ֗י הַקְהֶל־לִי֙ אֶת־הָעָ֔ם וְאַשְׁמִעֵ֖ם אֶת־דְּבָרָ֑י אֲשֶׁ֨ר יִלְמְד֜וּן לְיִרְאָ֣ה אֹתִ֗י כָּל־הַיָּמִים֙ אֲשֶׁ֨ר הֵ֤ם חַיִּים֙ עַל־הָ֣אֲדָמָ֔ה וְאֶת־בְּנֵיהֶ֖ם יְלַמֵּדֽוּן:

יא  וַתִּקְרְב֥וּן וַתַּֽעַמְד֖וּן תַּ֣חַת הָהָ֑ר וְהָהָ֗ר בֹּעֵ֤ר בָּאֵשׁ֙ עַד־לֵ֣ב הַשָּׁמַ֔יִם ח֖שֶׁךְ עָנָ֥ן וַֽעֲרָפֶֽל:

יב  וַיְדַבֵּ֧ר יְהֹוָ֛ה אֲלֵיכֶ֖ם מִתּ֣וֹךְ הָאֵ֑שׁ ק֤וֹל דְּבָרִים֙ אַתֶּ֣ם שֹֽׁמְעִ֔ים וּתְמוּנָ֛ה אֵֽינְכֶ֥ם רֹאִ֖ים זֽוּלָתִ֥י קֽוֹל:

יג  וַיַּגֵּ֨ד לָכֶ֜ם אֶת־בְּרִית֗וֹ אֲשֶׁ֨ר צִוָּ֤ה אֶתְכֶם֙ לַֽעֲשׂ֔וֹת עֲשֶׂ֖רֶת הַדְּבָרִ֑ים וַיִּכְתְּבֵ֔ם עַל־שְׁנֵ֖י לֻח֥וֹת אֲבָנִֽים:

יד  וְאֹתִ֗י צִוָּ֤ה יְהֹוָה֙ בָּעֵ֣ת הַהִ֔וא לְלַמֵּ֣ד אֶתְכֶ֔ם חֻקִּ֖ים וּמִשְׁפָּטִ֑ים לַֽעֲשֽׂתְכֶ֣ם אֹתָ֔ם בָּאָ֕רֶץ אֲשֶׁ֥ר אַתֶּ֛ם עֹֽבְרִ֥ים שָׁ֖מָּה לְרִשְׁתָּֽהּ:

    יה וְנִשְׁמַרְתֶּ֥ם מְאֹ֖ד לְנַפְשֹֽׁתֵיכֶ֑ם כִּ֣י לֹ֤א רְאִיתֶם֙ כָּל־תְּמוּנָ֔ה בְּי֗וֹם דִּבֶּ֨ר יְהֹוָ֧ה אֲלֵיכֶ֛ם בְּחֹרֵ֖ב מִתּ֥וֹךְ הָאֵֽשׁ:

   יו פֶּ֨ן־תַּשְׁחִת֔וּן וַֽעֲשִׂיתֶ֥ם לָכֶ֛ם פֶּ֖סֶל תְּמוּנַ֣ת כָּל־סָ֑מֶל תַּבְנִ֥ית זָכָ֖ר א֥וֹ נְקֵבָֽה:

יז  תַּבְנִ֕ית כָּל־בְּהֵמָ֖ה אֲשֶׁ֣ר בָּאָ֑רֶץ תַּבְנִית֙ כָּל־צִפּ֣וֹר כָּנָ֔ף אֲשֶׁ֥ר תָּע֖וּף בַּשָּׁמָֽיִם:

יח  תַּבְנִ֕ית כָּל־רֹמֵ֖שׂ בַּֽאֲדָמָ֑ה תַּבְנִ֛ית כָּל־דָּגָ֥ה אֲשֶׁר־בַּמַּ֖יִם מִתַּ֥חַת לָאָֽרֶץ:

יט  וּפֶן־תִּשָּׂ֨א עֵינֶ֜יךָ הַשָּׁמַ֗יְמָה וְ֠רָאִ֠יתָ אֶת־הַשֶּׁ֨מֶשׁ וְאֶת־הַיָּרֵ֜חַ וְאֶת־הַכּֽוֹכָבִ֗ים כֹּ֚ל צְבָ֣א הַשָּׁמַ֔יִם וְנִדַּחְתָּ֛ וְהִשְׁתַּֽחֲוִ֥יתָ לָהֶ֖ם וַֽעֲבַדְתָּ֑ם אֲשֶׁ֨ר חָלַ֜ק יְהֹוָ֤ה אֱלֹהֶ֨יךָ֙ אֹתָ֔ם לְכֹל֙ הָ֣עַמִּ֔ים תַּ֖חַת כָּל־הַשָּׁמָֽיִם:

כ  וְאֶתְכֶם֙ לָקַ֣ח יְהֹוָ֔ה וַיּוֹצִ֥א אֶתְכֶ֛ם מִכּ֥וּר הַבַּרְזֶ֖ל מִמִּצְרָ֑יִם לִֽהְי֥וֹת ל֛וֹ לְעַ֥ם נַֽחֲלָ֖ה כַּיּ֥וֹם הַזֶּֽה:

כא  וַֽיהֹוָ֥ה הִתְאַנַּף־בִּ֖י עַל־דִּבְרֵיכֶ֑ם וַיִּשָּׁבַ֗ע לְבִלְתִּ֤י עָבְרִי֙ אֶת־הַיַּרְדֵּ֔ן וּלְבִלְתִּי־בֹא֙ אֶל־הָאָ֣רֶץ הַטּוֹבָ֔ה אֲשֶׁר֙ יְהֹוָ֣ה אֱלֹהֶ֔יךָ נֹתֵ֥ן לְךָ֖ נַֽחֲלָֽה:

כב  כִּ֣י אָֽנֹכִ֥י מֵת֙ בָּאָ֣רֶץ הַזֹּ֔את אֵינֶ֥נִּי עֹבֵ֖ר אֶת־הַיַּרְדֵּ֑ן וְאַתֶּם֙ עֹ֣בְרִ֔ים וִֽירִשְׁתֶּ֕ם אֶת־הָאָ֥רֶץ הַטּוֹבָ֖ה הַזֹּֽאת:

כג  הִשָּֽׁמְר֣וּ לָכֶ֗ם פֶּן־תִּשְׁכְּחוּ֙ אֶת־בְּרִ֤ית יְהֹוָה֙ אֱלֹ֣הֵיכֶ֔ם אֲשֶׁ֥ר כָּרַ֖ת עִמָּכֶ֑ם וַֽעֲשִׂיתֶ֨ם לָכֶ֥ם פֶּ֨סֶל֙ תְּמ֣וּנַת כֹּ֔ל אֲשֶׁ֥ר צִוְּךָ֖ יְהֹוָ֥ה אֱלֹהֶֽיךָ:

כד  כִּ֚י יְהֹוָ֣ה אֱלֹהֶ֔יךָ אֵ֥שׁ אֹֽכְלָ֖ה ה֑וּא אֵ֖ל קַנָּֽא:

כה  כִּֽי־תוֹלִ֤יד בָּנִים֙ וּבְנֵ֣י בָנִ֔ים וְנֽוֹשַׁנְתֶּ֖ם בָּאָ֑רֶץ וְהִשְׁחַתֶּ֗ם וַֽעֲשִׂ֤יתֶם פֶּ֨סֶל֙ תְּמ֣וּנַת כֹּ֔ל וַֽעֲשִׂיתֶ֥ם הָרַ֛ע בְּעֵינֵ֥י יְהֹוָֽה־אֱלֹהֶ֖יךָ לְהַכְעִיסֽוֹ:

כו  הַֽעִידֹ֩תִי֩ בָכֶ֨ם הַיּ֜וֹם אֶת־הַשָּׁמַ֣יִם וְאֶת־הָאָ֗רֶץ כִּֽי־אָבֹ֣ד תֹּאבֵדוּן֘ מַהֵר֒ מֵעַ֣ל הָאָ֔רֶץ אֲשֶׁ֨ר אַתֶּ֜ם עֹֽבְרִ֧ים אֶת־הַיַּרְדֵּ֛ן שָׁ֖מָּה לְרִשְׁתָּ֑הּ לֹא־תַֽאֲרִיכֻ֤ן יָמִים֙ עָלֶ֔יהָ כִּ֥י הִשָּׁמֵ֖ד תִּשָּֽׁמֵדֽוּן:

כז  וְהֵפִ֧יץ יְהֹוָ֛ה אֶתְכֶ֖ם בָּֽעַמִּ֑ים וְנִשְׁאַרְתֶּם֙ מְתֵ֣י מִסְפָּ֔ר בַּגּוֹיִ֕ם אֲשֶׁ֨ר יְנַהֵ֧ג יְהֹוָ֛ה אֶתְכֶ֖ם שָֽׁמָּה:

כח  וַֽעֲבַדְתֶּם־שָׁ֣ם אֱלֹהִ֔ים מַֽעֲשֵׂ֖ה יְדֵ֣י אָדָ֑ם עֵ֣ץ וָאֶ֔בֶן אֲשֶׁ֤ר לֹֽא־יִרְאוּן֙ וְלֹ֣א יִשְׁמְע֔וּן וְלֹ֥א יֹֽאכְל֖וּן וְלֹ֥א יְרִיחֻֽן:

כט  וּבִקַּשְׁתֶּ֥ם מִשָּׁ֛ם אֶת־יְהֹוָ֥ה אֱלֹהֶ֖יךָ וּמָצָ֑אתָ כִּ֣י תִדְרְשֶׁ֔נּוּ בְּכָל־לְבָֽבְךָ֖ וּבְכָל־נַפְשֶֽׁךָ:

ל  בַּצַּ֣ר לְךָ֔ וּמְצָא֕וּךָ כֹּ֖ל הַדְּבָרִ֣ים הָאֵ֑לֶּה בְּאַֽחֲרִית֙ הַיָּמִ֔ים וְשַׁבְתָּ֙ עַד־יְהֹוָ֣ה אֱלֹהֶ֔יךָ וְשָֽׁמַעְתָּ֖ בְּקֹלֽוֹ:

לא  כִּ֣י אֵ֤ל רַחוּם֙ יְהֹוָ֣ה אֱלֹהֶ֔יךָ לֹ֥א יַרְפְּךָ֖ וְלֹ֣א יַשְׁחִיתֶ֑ךָ וְלֹ֤א יִשְׁכַּח֙ אֶת־בְּרִ֣ית אֲבֹתֶ֔יךָ אֲשֶׁ֥ר נִשְׁבַּ֖ע לָהֶֽם:

לב  כִּ֣י שְׁאַל־נָא֩ לְיָמִ֨ים רִֽאשֹׁנִ֜ים אֲשֶׁר־הָי֣וּ לְפָנֶ֗יךָ לְמִן־הַיּוֹם֙ אֲשֶׁר֩ בָּרָ֨א אֱלֹהִ֤ים | אָדָם֙ עַל־הָאָ֔רֶץ וּלְמִקְצֵ֥ה הַשָּׁמַ֖יִם וְעַד־קְצֵ֣ה הַשָּׁמָ֑יִם הֲנִֽהְיָ֗ה כַּדָּבָ֤ר הַגָּדוֹל֙ הַזֶּ֔ה א֖וֹ הֲנִשְׁמַ֥ע כָּמֹֽהוּ:

לג  הֲשָׁ֣מַ֥ע עָם֩ ק֨וֹל אֱלֹהִ֜ים מְדַבֵּ֧ר מִתּֽוֹךְ־הָאֵ֛שׁ כַּֽאֲשֶׁר־שָׁמַ֥עְתָּ אַתָּ֖ה וַיֶּֽחִי:

לד  א֣וֹ | הֲנִסָּ֣ה אֱלֹהִ֗ים לָ֠ב֠וֹא לָקַ֨חַת ל֣וֹ גוֹי֘ מִקֶּ֣רֶב גּוֹי֒ בְּמַסֹּת֩ בְּאֹתֹ֨ת וּבְמֽוֹפְתִ֜ים וּבְמִלְחָמָ֗ה וּבְיָ֤ד חֲזָקָה֙ וּבִזְר֣וֹעַ נְטוּיָ֔ה וּבְמֽוֹרָאִ֖ים גְּדֹלִ֑ים כְּ֠כֹ֠ל אֲשֶׁר־עָשָׂ֨ה לָכֶ֜ם יְהֹוָ֧ה אֱלֹֽהֵיכֶ֛ם בְּמִצְרַ֖יִם לְעֵינֶֽיךָ:

לה  אַתָּה֙ הָרְאֵ֣תָ לָדַ֔עַת כִּ֥י יְהֹוָ֖ה ה֣וּא הָֽאֱלֹהִ֑ים אֵ֥ין ע֖וֹד מִלְּבַדּֽוֹ:

לו  מִן־הַשָּׁמַ֛יִם הִשְׁמִֽיעֲךָ֥ אֶת־קֹל֖וֹ לְיַסְּרֶ֑ךָּ וְעַל־הָאָ֗רֶץ הֶרְאֲךָ֙ אֶת־אִשּׁ֣וֹ הַגְּדוֹלָ֔ה וּדְבָרָ֥יו שָׁמַ֖עְתָּ מִתּ֥וֹךְ הָאֵֽשׁ:

לז  וְתַ֗חַת כִּ֤י אָהַב֙ אֶת־אֲבֹתֶ֔יךָ וַיִּבְחַ֥ר בְּזַרְע֖וֹ אַֽחֲרָ֑יו וַיּוֹצִֽאֲךָ֧ בְּפָנָ֛יו בְּכֹח֥וֹ הַגָּדֹ֖ל מִמִּצְרָֽיִם:

לח  לְהוֹרִ֗ישׁ גּוֹיִ֛ם גְּדֹלִ֧ים וַֽעֲצֻמִ֛ים מִמְּךָ֖ מִפָּנֶ֑יךָ לַֽהֲבִֽיאֲךָ֗ לָֽתֶת־לְךָ֧ אֶת־אַרְצָ֛ם נַֽחֲלָ֖ה כַּיּ֥וֹם הַזֶּֽה:

לט  וְיָֽדַעְתָּ֣ הַיּ֗וֹם וַֽהֲשֵֽׁבֹתָ֘ אֶל־לְבָבֶ֒ךָ֒ כִּ֤י יְהֹוָה֙ ה֣וּא הָֽאֱלֹהִ֔ים בַּשָּׁמַ֣יִם מִמַּ֔עַל וְעַל־הָאָ֖רֶץ מִתָּ֑חַת אֵ֖ין עֽוֹד:

מ  וְשָֽׁמַרְתָּ֞ אֶת־חֻקָּ֣יו וְאֶת־מִצְו‍ֹתָ֗יו אֲשֶׁ֨ר אָֽנֹכִ֤י מְצַוְּךָ֙ הַיּ֔וֹם אֲשֶׁר֙ יִיטַ֣ב לְךָ֔ וּלְבָנֶ֖יךָ אַֽחֲרֶ֑יךָ וּלְמַ֨עַן תַּֽאֲרִ֤יךְ יָמִים֙ עַל־הָ֣אֲדָמָ֔ה אֲשֶׁ֨ר יְהֹוָ֧ה אֱלֹהֶ֛יךָ נֹתֵ֥ן לְךָ֖ כָּל־הַיָּמִֽים:

מא  אָ֣ז יַבְדִּ֤יל משֶׁה֙ שָׁל֣שׁ עָרִ֔ים בְּעֵ֖בֶר הַיַּרְדֵּ֑ן מִזְרְחָ֖ה שָֽׁמֶשׁ:

מב  לָנֻ֨ס שָׁ֜מָּה רוֹצֵ֗חַ אֲשֶׁ֨ר יִרְצַ֤ח אֶת־רֵעֵ֨הוּ֙ בִּבְלִי־דַ֔עַת וְה֛וּא לֹֽא־שׂנֵ֥א ל֖וֹ מִתְּמֹ֣ל שִׁלְשֹׁ֑ם וְנָ֗ס אֶל־אַחַ֛ת מִן־הֶֽעָרִ֥ים הָאֵ֖ל וָחָֽי:

מג  אֶת־בֶּ֧צֶר בַּמִּדְבָּ֛ר בְּאֶ֥רֶץ הַמִּישֹׁ֖ר לָרֽאוּבֵנִ֑י וְאֶת־רָאמֹ֤ת בַּגִּלְעָד֙ לַגָּדִ֔י וְאֶת־גּוֹלָ֥ן בַּבָּשָׁ֖ן לַֽמְנַשִּֽׁי:

מד  וְזֹ֖את הַתּוֹרָ֑ה אֲשֶׁר־שָׂ֣ם משֶׁ֔ה לִפְנֵ֖י בְּנֵ֥י יִשְׂרָאֵֽל:

מה  אֵ֚לֶּה הָֽעֵדֹ֔ת וְהַֽחֻקִּ֖ים וְהַמִּשְׁפָּטִ֑ים אֲשֶׁ֨ר דִּבֶּ֤ר משֶׁה֙ אֶל־בְּנֵ֣י יִשְׂרָאֵ֔ל בְּצֵאתָ֖ם מִמִּצְרָֽיִם:

מו  בְּעֵ֨בֶר הַיַּרְדֵּ֜ן בַּגַּ֗יְא מ֚וּל בֵּ֣ית פְּע֔וֹר בְּאֶ֗רֶץ סִיחֹן֙ מֶ֣לֶךְ הָֽאֱמֹרִ֔י אֲשֶׁ֥ר יוֹשֵׁ֖ב בְּחֶשְׁבּ֑וֹן אֲשֶׁ֨ר הִכָּ֤ה משֶׁה֙ וּבְנֵ֣י יִשְׂרָאֵ֔ל בְּצֵאתָ֖ם מִמִּצְרָֽיִם:

מז  וַיִּֽירְשׁ֨וּ אֶת־אַרְצ֜וֹ וְאֶת־אֶ֣רֶץ | ע֣וֹג מֶֽלֶךְ־הַבָּשָׁ֗ן שְׁנֵי֙ מַלְכֵ֣י הָֽאֱמֹרִ֔י אֲשֶׁ֖ר בְּעֵ֣בֶר הַיַּרְדֵּ֑ן מִזְרַ֖ח שָֽׁמֶשׁ:

מח  מֵֽעֲרֹעֵ֞ר אֲשֶׁ֨ר עַל־שְׂפַת־נַ֧חַל אַרְנֹ֛ן וְעַד־הַ֥ר שִׂיאֹ֖ן ה֥וּא חֶרְמֽוֹן:

מט  וְכָל־הָ֨עֲרָבָ֜ה עֵ֤בֶר הַיַּרְדֵּן֙ מִזְרָ֔חָה וְעַ֖ד יָ֣ם הָֽעֲרָבָ֑ה תַּ֖חַת אַשְׁדֹּ֥ת הַפִּסְגָּֽה:

 

 

Comentario:


1
Moisés, el guía ideal del pueblo de Israel, aunque no habría de entrar a la Tierra Prometidas no abandonó su misión, la de inculcar en el pueblo sus deberes más allá del Jordán, que él no pasaría: "Y ahora pues, oh Israel, oye los estatutos y los juicios que yo os enseño para que los ejecutéis y viváis y entréis a heredar la tierra que el Eterno, Dios de vuestros padres, os da" (cap. IV, 1). Se nota aquí que la máxima aspiración de Moisés no era solamente llevar al pueblo a la tierra prometida; él sentía que Israel necesitaba antes que nada de una patria espiritual, la cual pudiese existir aun fuera de Eretz Yisrael. Ella es la Torah, con sus preceptos y estatutos sagrados, la patria esencial del judaísmo hasta hoy.

2
Moisés insiste varias veces, en este libro, sobre el mandamiento de transmitir a los hijos y nietos, de generación en generación, el legado espiritual recibido. En realidad, si el judaísmo existió hasta hoy fue gracias a la educación religiosa suministrada a los niños. Numerosas son las declaraciones de la Torah y del Talmud sobre dicho precepto: "Estas palabras que hoy te enseño estarán sobre tu corazón y las repetirás a tus hijos", etc. (Deut. VI, 6-7). "El padre que enseña la Torah a su hijo, tiene el mismo mérito de quien la hubiese recibido directamente del monte Sinay" (Bereshit R. 10). El deber primordial de una comunidad israelita es el de educar religiosamente a los niños, ya que la futura existencia de ella dependerá de la difusión de esa enseñanza. "No se puede suspender la instrucción de los niños ni aun para construir el Templo de Jerusalem" (Shabat l 19).

3
Celoso en el sentido de que cela por la santidad de sus hijos y no tolera el culto a la idolatría de cualquier manera que se practique, según vemos en los versículos anteriores de este capítulo, que recuerdan a Israel su espiritualidad, que no puede ser representada por ninguna imagen.

4
Con razón los reinos escogieron este trozo, desde el versículo 25 hasta el 40, para la lectura del triste ayuno del 9 de Av (tishá beav ). Moisés hace aquí una seria advertencia de lo que acontecerá si los israelitas se apartan de la senda divina para adorar dioses extraños o materiales, y actúan mal. En efecto, todo lo que Moisés predijo aconteció, pero aún así Dios no abandonó a su pueblo, como lo prometió: "Pero cuando te vieres en angustia... buscarás desde allí al Eterno, tu Dios, y le hallarás, con tal de que le requieras con todo tu corazón y con toda tu alma... porque el Eterno tu Dios es un Dios misericordioso, no te dejará caer, ni te destruirá, ni se olvidará del pacto que juró a tus padres".La felicidad del pueblo israelita y su bienestar se hallan en la unión íntima y espiritual con su Dios, y en el cumplimento de los preceptos de su Ley.

5
Hace alusión a los pueblos de los reinos de Sijón y Og, que los israelitas conquistaron antes de cruzar el Jordán.

6
Esta parte, desde el versículo 41 hasta el fin del capítulo, constituye una interrupción entre el primero y segundo discurso de Moisés. Algunos exegetas piensan que este relato no está en su lugar apropiado, pero otros dicen que sí lo está, y que Moisés siempre tuvo en el pensamiento apartar las tres ciudades, pero solamente ahora pudo realizarlo. Separó las tres ciudades de refugio de la Transjordania a pesar de que, según afirma el Talmud (Macot 9), éstas no podían servir para la finalidad a que estaban destinadas hasta que separasen también las otras tres en la tierra de Canaán. Los hombres justos cumplen las buenas obras cuando tienen la posibilidad de hacerlo, aunque hayan de servir para más tarde. Cualquier otro jefe espiritual igual a Moisés, hubiese estado satisfecho con la grandiosa obra realizada hasta el momento, pero él lucha hasta el último día, hasta la última hora, por el futuro de su pueblo.
 

 

 




 

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