Aliyot Haazinu
Devarim - Deuteronomio- Capítulo
32: 1 al 32:52
Por Eliyahu BaYona Ben Yosef, Director Shalom
Haverim Org.
New York
Aliyot es el plural
hebreo de Aliá o Aliyá que significa
"subir". Cada vez que una persona - Olé-
sube a la Bimá debe recitar
la Brajá -Bendición- antes de comenzar
el Baal Koréh -בעל
קורא - la Lectura y al cerrar la misma. Esto se hace cada vez
que el Baal Koréh lee la Porción
-Parashá- correspondiente.
El Maftir es la última
persona que se llama a la Bimá y es
invitada a leer la porción de la Haftará
-Profetas-
Esta es la Brajá de la
Lectura de la Toráh:
Barejú et Adonai hamevoraj. |
¡Bendecid al Eterno, el Bendito! |
Baruj Adonay hamevoraj le'olam va'ed. |
Bendito es el Eterno, el Bendito para siempre. |
Baruj atáh Adonay Eloheynu mélej ha'olam, asher bajar
banu mikol-ha'amim, venatan lanu
et-torato. |
Bendito seas Tu, oh Eterno nuestro Dios, Rey del
universo que nos elegiste entre
todos los pueblos y nos diste Tu
Toráh, Bendito seas, oh Eterno,
que nos concediste la Toráh. |
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Bendito seas, oh Eterno, que nos concediste la Toráh.
AMEN |
Al terminar la Porción debe leer esta Braja:
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Bendito seas Tu oh Eterno nuestro Dios, Rey del Universo que nos diste (Tu
Torah), la Toráh de la Verdad, e
implantaste en nosotros la Vida
Eterna. |
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Bendito seas, oh Eterno, que nos concediste la Toráh.
(TODOS DICEN AMEN) |
Ha’azinu
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Gotee como llovizna mi doctrina;
caiga como el rocío mi discurso,
como viento de lluvia sobre el
césped y como gotas de lluvia
sobre la hierba. |
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Cuando yo mencione el nombre del
Eterno, dad grandeza a nuestro
Dios. |
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Aunque El sea la Roca (el
fuerte) perfecta es su obra,
porque todos sus caminos son
justicia; Dios es fiel y sin
iniquidad, justo y recto es El. |
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La corrupción no es Suya: la
deficiencia es de Sus hijos, una
generación perversa y
retorcida. |
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¿Es así como pagáis al Eterno,
oh pueblo insensato y nada
sabio? Ciertamente es EI tu
padre que te redimió; El te hizo
y te estableció. |
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SEGUNDA ALIA |
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cuando el Altísimo distribuía
herencias a las naciones, cuando
separaba a los hijos de los
hombres, fijó los límites de los
pueblos por causa del número de
los hijos de Israel. |
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Porque la porción del Eterno es
su pueblo; Jacob es parte de su
herencia. |
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Proveyó sus necesidades en la
tierra del desierto, y en el
yermo solitario lleno de
aullidos; le tendió en torno su
protección, le instruyó, le
guardó como a la niña de su ojo. |
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Como un águila que despierta a
su nidada, que revolotea sobre
sus polluelos y extiende sus
alas, los toma y los lleva sobre
sus plumas, |
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así el Eterno solo le guió sin
la ayuda de nadie, y no hubo
fuerza en ningún dios extraño
que le combatiese (a Israel). |
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TERCERA ALIA |
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le dio manteca de vacas y leche
de ovejas, con lo mejor de los
corderos y carneros del Bashán,
y machos cabríos, y trigo graso
como gordura de riñones; y vino
de uva semejante a la sangre
bebió. |
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Mas engordó Yeshurún (Israel) y
dio coces -engordaste,
engruesaste y de gordura te
cubriste- y abandonó al Dios que
le hizo, y menospreció la Roca
de su salvación. |
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Con dioses extraños provocaron
su celo, con obras abominables
le irritaron. |
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Sacrificaron a los demonios, que
no tienen poder divino, a dioses
que no conocieron, nuevos dioses
recién aparecidos, por los
cuales no se estremecieron
vuestros padres. |
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De la Roca que te engendró no
hiciste caso, y te olvidaste del
Dios que te hizo salir del
vientre materno. |
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CUARTA ALIA |
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Y dijo: Yo ocultaré mi rostro de
ellos; veré las calamidades que
les alcanzarán al fin; porque
generación perversa es, son
hijos en quienes no hay lealtad. |
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Ellos me provocaron celo con lo
que no es Dios, provocaron mi
ira con sus vanas adoraciones; y
Yo provocaré su ira con un
pueblo insignificante, con una
nación insensata los irritaré. |
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Porque se ha encendido un fuego
en mi ira que arderá contra
vosotros hasta lo más hondo del
infierno; y consumirá la tierra
y sus productos, y abrasará los
fundamentos de los montes. |
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Amontonaré sobre ellos males;
mis saetas agotaré contra ellos; |
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consumidos serán por el hambre,
atacados por los demonios y
tajados por el demonio Merirí; y
dientes de bestias enviaré sobre
ellos, con veneno de lo que se
arrastra por el polvo. |
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Por fuera los exterminará la
espada, y dentro de las cámaras
el pavor, tanto al mancebo como
a la virgen, al niño de pecho
como al hombre cano. |
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Yo diría: los abandonaré a su
propio destino, haré cesar de
entre los hombres la memoria de
ellos; |
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esto haría Yo si no recelase la
ira del enemigo contra ellos;
quizá se ilusionen sus enemigos
y digan: "Nuestra mano es
poderosa, y no es el Eterno
quien ha hecho todo esto". |
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Pues los enemigos son una nación
a quien le falta juicio, y no
hay en ellos entendimiento. |
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QUINTA ALIA |
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(Si no fuese así) ¿cómo
perseguiría uno a mil y dos
pondrían en fuga a diez mil, si
su Roca no los hubiera vendido y
el Eterno no los hubiera
entregado? |
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Porque la roca de ellos no es
como nuestra Roca; sin embargo
nuestros enemigos nos juzgan. |
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(Yo pensaba destruir a Israel),
pues su vid (obras) es como la
vid de Sodoma y como los
productos de los campos (obras
malas) de Gomorra; sus uvas son
uvas emponzoñadas; por eso ellos
merecen amargura. |
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Como el veneno de las serpientes
será la copa de la bebida de sus
calamidades, y el cabeza de sus
enemigos será cruel. |
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Por cierto, el fruto de sus
obras malas está guardado
conmigo, sellado en mis
depósitos. |
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Conmigo está la venganza y la
retribución; les retribuiré al
tiempo en que resbale su pie, porque el día de su ruina está próximo, y su
destino se apresura a llegar. |
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Cuando sucedieren estas cosas
por parte del Eterno, por amor a
sus siervos El cambiará de
parecer; cuando viere que el
poder del enemigo se fortalece y
no hay quien les dirija y quien
les ayude, |
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el Eterno dirá sobre ellos:
¿Dónde están sus dioses, la roca
en que se refugiaban, |
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de cuyos sacrificios comían la
grosura y de cuyas libaciones
bebían el vino, irgue se
levanten ellos y os ayuden, y os
sirvan a vosotros de abrigo! |
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Ved ahora (por el castigo) que
Yo rebajo y Yo exalto, y que no
hay otro dios conmigo. Yo hago
morir y hago vivir, Yo hiero y
Yo curo; y no hay quien pueda
librar de mi mano a los que
pecan contra Mí. |
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SEXTA ALIA |
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Yo afilaré el filo de mi espada,
y mi mano empuñará el juicio
para retribuir con venganza a
mis adversarios, y a los que me
odian retribuiré. |
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Embriagaré mis saetas con sangre
del enemigo, y mi espada comerá
su carne; esto haré por la
iniquidad del derramamiento de
sangre de los muertos y
cautivos, y me cobraré, desde el
inicio de las persecuciones, de
los enemigos de Israel". |
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Entonces loarán las naciones al
pueblo de Dios, porque vengará
la sangre de sus siervos y
retribuirá la venganza a sus
adversarios; así consolará a su
pueblo y a su tierra. |
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SEPTIMA ALIA |
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Y cuando Moisés hubo acabado de
hablar todas estas palabras a
todo Israel, |
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les dijo: Aplicad vuestro
corazón a todas estas palabras
que testifico contra vosotros
hoy; para que las recomendéis a
vuestros hijos a fin de que
cuiden de cumplir todas las
palabras de esta Ley. |
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Porque ésta no es cosa vana de
vuestra parte, sino que es
vuestra misma vida; y por medio
de esto prolongaréis vuestros
días sobre la tierra adonde
vais, pasando el Jordán, para
tomar posesión de ella. |
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Sube a esta montaña de Avarim,
al monte Nevó que está en la
tierra de Moab, que está frente
a Jericó; y mira la tierra de
Canaán que Yo doy a los hijos de
Israel en posesión; |
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y muere en el monte al que has de subir, y sé reunido a
tu pueblo, así como murió Aarón,
tu hermano, en el monte Hor, y
fue reunido a su pueblo; |
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porque prevaricasteis contra Mí
en medio de los hijos de Israel
junto a las aguas de Merivá en
Cadesh, en el desierto de Tzin,
y porque hicisteis que Yo no
fuera santificado en medio de los hijos de Israel. |
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Por lo cual verás de lejos la
tierra, pero allí no entrarás; a
la tierra que Yo estoy dando a
los hijos de Israel. |
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NOTAS
EXPLICATORIAS:
Tierra
Moisés se dirige a los cielos y a la tierra para que oigan sus
palabras. Según el Midrash (Yalcut 942),
es ésta la causa de su magnífica
invocación: Yo soy -dice Moisés- un ser
de carne y hueso, sujeto a morir; mis
sucesores serán lo mismo. Si el pueblo
de Israel olvidase la Ley y
transgrediera la Divina Alianza ¿quién
le recordaría su desobediencia e
infidelidad? Voy a llamar contra ellos a
dos testigos permanentes, los cielos y
la tierra. Es a vosotros a quienes yo
invoco; llamo a los cielos, a la tierra,
a la naturaleza entera, para encaminar a
Israel por la senda del bien; que ellos
sean los eternos censores del pueblo de
Dios.
El
Este versículo constituye una de las creencias fundamentales del
judaísmo: El reconocimiento de la
justicia divina, aun cuando no la
alcancemos a comprender. Por eso su
contenido hace parte del Tziduk haddin
(palabras de aceptación del decreto de
Dios ante alguien que acaba de morir y
durante los siete días de luto).
su pie
Hasta que se acabe la medida de mi
indulgencia por el mérito de sus padres.
Hasta el final del versículo 35 de esta
poesía, Moisés dice a su pueblo palabras
de amonestación, pintándole el cuadro
negro de las catástrofes que lo
alcanzarán si deja de cumplir sus
mandatos. De ahí en adelante les habla
palabras de consuelo: por amor de sus
siervos El cambiará de parecer, cuando
viere que el poder del enemigo se
fortalece y no hay quien les dirija y
quien les ayude... El vengará la sangre
de sus siervos y retribuirá la venganza
a sus adversarios; así consolará a su
pueblo y a su tierra".
Llegar
Esta profecía de Moisés se repitió varias veces durante el curso de
toda la larga y dolorosa historia de
Israel, hasta nuestros días. Hoy, más
que nunca, deberán oírse entre nosotros
estas palabras de Moisés: "Aplicad
vuestro corazón a todas estas palabras
que testifico contra vosotros hoy; para
que las recomendéis a vuestros hijos a
fin de que cuiden de cumplir todas las
palabras de esta Ley. Porque no es cosa
vana de vuestra parte, sino que es
vuestra misma vida; y por medio de esto
prolongaréis vuestros días sobre la
tierra adonde vais, pasando el Jordán,
para poseerla" (vers. 46-47).
Muere
Según nuestros sabios, nadie se separa de este mundo antes del
momento que le está deparado; pero por
tarde que muera siempre le parece
pronto. Moisés, a pesar de haber pedido
dos veces su muerte, y aunque sabía que
le restaba apenas un día de vida, no se
resignaba aún a morir. "Es la ley para
todos los humanos, hijo mío, -le dijo
Dios-; todos los hijos de Adán murieron,
¿por que no habrías de morir tú también?
tus días pasarán, pero tu nombre no será
borrado jamás. Yo le cubriré con mi
esplendor, te llevaré en alas de mi
gloria. Observa la tierra del otro lado
del río; es la que prometí a Abraham, a
lsaac y a Jacob. Tú no entrarás en ella,
pero puedes verla". Y cuando miró, puso
Dios en sus ojos tal fuerza de
visibilidad que le permitió contemplar
todo el país. Y Dios le dijo: "Moisés,
hijo mio, la Tierra de Promisión no está
sólo del otro lado del Jordán, está en
la región del amor y la esperanza. Toda
la tierra pertenece al ser humano, que
la puede convertir en infierno o en
paraíso".
Santificado
Dios volvió a mencionar la falta de Moisés antes de su muerte, para
salvar la reputación de este gran hombre
y no dejar dudas ni sospechas sobre su
memoria. La posteridad podría suponer
que Moisés tuvo otros pecados ocultos y
que murió víctima de ellos; pero Dios,
que vela siempre sobre el buen nombre de
los justos, mencionó la falta al mismo
tiempo que el castigo. Por eso dice: "Y
muere en el monte... así como murió
Aarón, tu hermano... porque
prevaricasteis contra Mí en las aguas de
Merivá... porque hicisteis que Yo no
fuera santificado en medio de los hijos
de Israel" (vers. 50-51). En cuatro
lugares diferentes, dice el Midrash
(Yalcut 776), se menciona el fin trágico
de los dos hijos de Aarón, Nadav y
Avihú, y en cada uno de ellos la Sagrada
Escritura indica el motivo, a fin de que
las futuras generaciones no atribuyesen
su muerte a otras causas que pudieran
macular sus memorias.