Organizacion Sin Animo de Lucro
Adscrita al Judaismo Ortodoxo Moderno
Desde Monsey, New York
Parasha shemot -Exodo
Aliyot Shemot
Lectura
Mediante Robot - Shemot - Éxodo- Capítulo 1: 1 al 6:1 y
Isaías 27:6 al 27:13; 28:1 al
28:13; 29:22 - 29:23
Por Eliyahu BaYonah Ben Yossef, Director Shalom Haverim Org. New
York
Aliyot es el plural hebreo de Aliá o Aliyá
que significa "subir". Cada vez que una persona - Olé- sube a la
Bimá debe recitar la Brajá -Bendición- antes de comenzar
el Baal Koréh -בעל
קורא -
la Lectura y al cerrar la misma. Esto se hace cada vez que el Baal
Koréh lee la Porción -Parashá- correspondiente.
El
Maftir es la última persona que se llama a la Bimá y es invitada a
leer la porción de la Haftará -Lectura de los Profetas-
Esta es la Brajá de la Lectura de
la Toráh:
Barejú et Adonai hamevoraj. |
Baruj Adonay hamevoraj le'olam va'ed. |
Baruj atáh Adonay Eloheynu melej ha'olam, asher bajar banu
mikol-ha'amim, venatán lanu et-torató. |
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LECTURA DE LA HAFTARÁ - Askenazim
Isaías 27:6 al 27:13; 28:1 al 28:13; 29:22 - 29:23
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Baruj atáh Adonay jabóker batoráh uveMoshé avdó uveYisra'el
amó uvinvi'ey ja'emet vatsédek. |
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Bayom hahu yihyeh Adonay Tsva'ot la'ateret tsvi velitsfirat
tif'arah lishe'ar amo. |
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Ne'eman,
atah ju Adonay Eloheynu, vene'emanim devareyja, vedavar ejad
midvareyja ajor lo-yashuv reykam, ki El mélej ne'emán
verajamán atáh. |
Baruj atáh Adonay, ha'El jane'emán bekol-devarav.
-Amén |
Rajem al
-Tsiyón, ki ji beyt jayeynu, vel'aluvat néfesh toshia
bimjeraj veyameynu. |
Baruj atáh Adonay, mesame'aj Tsiyón bevaneyj. |
Samejenu,
Adonay Eloheynu, be'Eliyahu janaví avdeja, uvmaljut beyt
David meshijeja. Bimjeraj yavó veyagel libenu, |
al kis'o
lo yeshev zar, velo yinjalu od ajerim et kevodó, ki veshem
kodshejá nishbatá lo, sheló yicbej neró le'olam va'ed. |
Baruj atáh Adonay, magén David. |
EN ESPAÑOL
Éxodo- Capítulo 1: 1 al 6:1
¡Bendecid al Eterno, el Bendito! |
Bendito es el Eterno, el Bendito para
siempre. |
Bendito seas Tu, oh Eterno nuestro Dios,
Rey del universo que nos elegiste entre todos los pueblos y
nos diste Tu Toráh, Bendito seas, oh Eterno, que nos
concediste la Toráh. |
Bendito seas, oh Eterno, que nos
concediste la Toráh. AMEN |
|
Rubén, Simón, Leví y Judá, |
Isajar, Zebulón y Benjamín; |
Dan y Naftalí, Gad y Asher. |
Y todas las almas que salieron del lomo de Jacob fueron
setenta almas, y José (con sus dos hijos) era (estaba) en
Egipto. |
Y murió
José, y todos sus hermanos, y toda aquella
generacion. |
Y los hijos de Israel fructificaron y aumentaron y se
multiplicaron, y se hicieron muy fuertes; y el país se llenó
de ellos. |
Y se levantó un nuevo
rey sobre Egipto, que
no conocía a José. |
Y dijo a su pueblo: He aquí que el pueblo de los hijos de
Israel es más numeroso y más fuerte que nosotros. |
Vamos pues, usemos de astucia con él, no sea que se
multiplique y suceda que, habiendo guerra, se una él también
a nuestros enemigos y luche contra nosotros, y se vaya (nos
vayamos) de la tierra. |
Y pusieron sobre él comisarios de impuestos, a fin de
afligirlo con sus cargas. Y edificó ciudades de depósitos
para el Faraón: Pithom y Ramses. |
Pero cuanto más lo afligía, tanto más se multiplicaba y
tanto más se fortalecía. Y se hastiaban a causa de los hijos
de Israel. |
Y los egipcios hicieron servir a los hijos de Israel con
dureza. |
Y les amargaron su vida con duro trabajo de barro
y ladrillos, y
con todo trabajo del campo. Todo el trabajo con que se
servían de ellos, era con dureza. |
Y habló el rey de Egipto a las parteras hebreas, de las
cuales la una se llamaba Shifrá y la otra se llamaba Puá; |
y les dijo: Cuando sirváis de parteras a las hebreas,
observadlas en el asiento; si fuere hijo lo mataréis, mas si
fuere hija la dejaréis vivir. |
Y temieron las parteras a Dios y no hicieron como les había
dicho el rey de Egipto, sino que dejaron vivir a los niños. |
|
Y las parteras dijeron al Faraón: Porque las hebreas no son
como las mujeres egipcias, sino que son de gran
vitalidad, y antes de que llegue a ellas la
partera, ya han dado a luz. |
Y Dios hizo bien a las parteras; y se multiplicó el pueblo y
se hizo muy fuerte. |
Y aconteció que por temer las parteras a Dios, El
les hizo casas (linajes) |
Y el Faraón ordenó a todo su pueblo, diciendo: todo hijo
(hebreo) que naciere, lo echaréis al río; y a toda hija
dejaréis vivir. |
Y fue un hombre de la casa (tribu) de Leví, fue y tomó por
esposa a una hija de Leví. |
Y concibió la mujer y parió
un hijo; y vio que era (un
niño) bueno (sano) y
lo tuvo escondido tres meses. |
Pero no pudiendo esconderlo por más tiempo, tomó para él una
arquilla de junco y la calafateó con brea y con pez; y
colocó en ella al niño, y la puso en un carrizal, a la
ribera del río. |
Y su hermana (del niño) se apostó de lejos para saber lo que
le sucedería. |
Y descendió la hija del Faraón para bañarse en el río,
mientras que sus doncellas se paseaban cerca del río, y vio
la arquilla en el carrizal y envió a su criada y se la
trajo. |
Y cuando la abrió vio al niño, y he aquí que el niño lloraba
y le tuvo compasión, y dijo: Este es de los niños de los
hebreos. |
Entonces di]o su hermana a la hija del Faraón: ¿Iré y
llamaré para ti una nodriza entre las hebreas, para que te
críe al niño? |
Y contestó la hija del Faraón: Ve. Y fue la doncella y llamó
a la madre del niño. |
Y la hija del Faraón le dijo: Lleva a este niño y críamelo,
y yo te daré tu salario. Y tomó la mujer al niño y lo crió. |
Y el niño creció y ella lo trajo a la hija del Faraón, y fue
para ella como
un hijo, y lo llamó Moisés (Moshé), pues dijo:
Porque de las aguas lo saqué. |
|
Y se volvió Moisés a un lado y a otro, y vio que no había
nadie y mató al egipcio y lo escondió en la arena. |
Y cuando salió al día siguiente, he aquí dos hebreos que
estaban peleando. Dijo entonces al malo (agresor): ¿Por qué
golpeas a tu compañero? |
A lo que respondió: ¿Quién te ha puesto a ti por príncipe y
juez sobre nosotros? ¿Acaso piensas matarme a mí como
mataste al egipcio? Y tuvo miedo Moisés y dijo:
¡Seguramente se
ha divulgado la cosa! |
Y oyó el Faraón esta cosa y procuró matar a Moisés; pero
Moisés huyó de la presencia del Faraón y habitó en la tierra
de Midián; y (al llegar) se sentó junto a un pozo. |
Y el
sacerdote (jefe) de
Midián tenía siete hijas, las cuales vinieron y sacaron agua
y llenaron los abrevaderos para abrevar el rebaño de su
padre. |
Y vinieron los pastores y las expulsaron. Y se levantó
Moisés y las salvó, y abrevó su ganado. |
Y ellas fueron a Reuel (Yitró), su padre, y éste les dijo:
¿Por qué os apresurasteis a venir hoy? |
Y ellas respondieron: Un varón egipcio nos libró de mano de
los pastores, y también sacó agua para nosotras y abrevó el
rebaño. |
Y él dijo a sus hijas: ¿Y dónde está él? ¿Por qué habéis
dejado al hombre? Llamadlo
para que coma pan. |
Y consintió Moisés en permanecer con el hombre; y él dio a
Moisés su hija Seforá (Tziporá). |
Y ella tuvo un hijo, y él lo llamó Guershom, porque dijo :
Extranjero he sido en tierra extraña. |
Y aconteció que pasados muchos días murió el rey de Egipto,
mientras los hijos de Israel gemían a causa de la
servidumbre, y clamaron y subió a Dios su clamor, a causa de
su servidumbre. |
Y oyó Dios los lamentos de ellos; y recordó
Dios su pacto con
Abraham, con Isaac y con Jacob. |
Y miró Dios a los hijos de Israel, y Dios lo tomó en cuenta. |
|
Y se le apareció el ángel del Eterno en una llama de fuego,
en medio de una zarza; y miró y he aquí que la zarza ardía
en el fuego, y la zarza no se consumía. |
Y di]o Moisés: Me aproximaré para contemplar este gran
espectáculo; ¿por qué no se consume la zarza? |
Y viendo el Eterno que se desviaba para mirar, lo llamó Dios
desde dentro
de la zarza, diciendo: ¡Moisés! ¡Moisés. Y
él respondió: Heme aquí. |
Y El dijo: No te llegues acá; quita tu calzado de tus pies,
porque el lugar en que estás, tierra
santa es. |
Y dijo: Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el
Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Y se cubrió Moisés su
rostro, porque tuvo temor de mirar a Dios. |
Y el Eterno dijo: Ciertamente he visto la aflicción de mi
pueblo en Egipto, y he escuchado su clamor a causa de sus
opresores, porque conozco sus padecimientos; |
y por eso he descendido para libertarlo de la mano de los
egipcios, y para hacerlo subir de aquella tierra a una
tierra buena y espaciosa, tierra que mana leche y miel; al
lugar del cananeo y del hiteo y del emoreo, y del perizeo y
del hiveo y del yevuseo |
Y ahora he aquí que el clamor de los hijos de Israel ha
llegado hasta Mí, y también he pisto la opresión con que los
egipcios los oprimen. |
Ahora pues, ven y te enviaré al Faraón, y saca a mi pueblo,
los hijos de Israel, de Egipto. |
Y Moisés dijo a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya al Faraón
y para que saque a los hijos de Israel de Egipto? |
Y El dijo: Porque Yo estaré contigo; y esto te será a ti por
señal de que Yo te he enviado: cuando hayas sacado al pueblo
desde Egipto, serviréis a Dios en este monte. |
Y dijo Moisés a Dios: He aquí que yo iré a los hijos de
Israel y les diré: "El Dios de vuestros padres me ha enviado
a vosotros". Y cuando me pregunten "¿cuál es su nombre", qué
les diré? |
Y dijo Dios a Moisés: Ehyé asher Ehyé (seré el que seré).
Dijo además: Así dirás a los hijos de Israel: Ehyé me ha
enviado a vosotros. |
Y Dios dijo también a Moisés: Así dirás a los hijos de
Israel: El Eterno, Dios de vuestros padres, el Dios de
Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, me ha enviado
a vosotros. Este es mi nombre para siempre y éste es mi
memorial para todas las generaciones. |
|
y he dicho: Os sacaré de la opresión de Egipto a la tierra
del cananeo y del hiteo y del emoreo y del perizeo y del
hiveo y del yevuseo, tierra que mana leche y miel' . |
Y ellos oirán tu voz, e iras tú con los ancianos de Israel
ante el rey de Egipto, y le diréis: "El Eterno, Dios de los
hebreos, se nos ha aparecido; ahora pues, permite que
vayamos camino de tres días en el desierto para ofrecer
sacrificios al Eterno, nuestro Dios. |
Y Yo sé que no os dejará ir el rey de Egipto, ni siquiera
con poder fuerte. |
Y extenderé mi poder y heriré a Egipto con todos mis
prodigios que haré en medio de él, y después os dejará ir. |
Y daré gracia a este pueblo a ojos de los egipcios, y
sucederá que cuando partáis no iréis con las manos
vacías; |
pues pedirá cada mujer a su vecina y a la que mora en su
casa, objetos de plata y objetos de oro y prendas de vestir,
y las pondréis sobre vuestros hijos y sobre vuestras hijas,
y despojaréis a Egipto. |
Y respondió Moisés y dijo: Mas ellos no me creerán ni
escucharán mi voz, porque dirán: "No se te ha aparecido el
Eterno". |
Y el Eterno le dijo: ¿Qué es eso que tienes en tu mano? Y él
respondió: Una vara. |
Y El dijo: Echala a tierra. Y él la echó a tierra, y se
convirtió en una serpiente; y huyó
Moisés ante ella. |
Y dijo el Eterno a Moisés: Extiende tu mano y tómala por su
cola; y él extendió su mano, la asió y se tornó vara en su
palma. |
Para que crean ellos que se te ha aparecido el Eterno, el
Dios de sus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y
el Dios de Jacob. |
Y el Eterno le dijo más: Pon tu mano en tu seno. Y puso el
su mano en su seno, la sacó y he aquí que su
mano estaba leprosa (y
blanca) como la nieve. |
Y El dijo: Vuelve tu mano a tu seno. El volvió su mano a su
seno y al sacarla de su seno he aquí que se tornó como toda
su carne. |
Y si no te creyeren ni dieren oídos a la voz de la primera
señal, creerán a la voz de la última señal; |
y si no creyeren tampoco a estas dos señales ni escucharen
tu voz, tomarás de las aguas del río y las derramarás en
tierra seca; y el agua, al tomarla del río, vendrá a ser
sangre en tierra seca. |
Y dijo Moisés al Eterno: ¡Te ruego, Eterno! No soy hombre
elocuente de ayer ni de anteayer (desde mucho tiempo), ni
desde que hablaste a tu siervo, sino que soy pesado de boca
y pesado
de lengua. |
Y el Eterno le dijo: ¿quíen colocó la boca al hombre? O
¿quién le hace mudo o sordo, vidente o ciego? ¿Acaso no Yo, el
Eterno? |
Y ahora ve y Yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que has
de hablar. |
Y el dijo: ¡Por favor, Eterno! Envía, te ruego, por mano de
(otro) que (quieras) enviar. |
Y se encendió la ira del Eterno contra Moisés, y El dijo:
Por cierto, Aarón (Aharon) el levita, hermano tuyo, Yo sé
que el puede hablar bien. Además he aquí que sale a
recibirte, y al verte se regocijará en su corazón. |
Tú le hablarás a él y pondrás las palabras en su boca; y Yo
estaré con tu boca y con su boca y os enseñaré lo que habéis
de hacer. |
Y él hablará por tu orden al pueblo; y sucederá que él te
servirá a ti de boca, y tú le servirás a él de señor. |
Y tomarás en tu mano esta vara, con la cual harás las
señales. |
|
Y dijo el Eterno a Moisés en Midián: Anda, vuelve a Egipto,
porque han muerto todos los hombres que buscaban tu vida. |
Y tomo Moisés a su mujer y a sus hijos y los hizo cabalgar
sobre un asno, y se volvió a la tierra de Egipto. Tomó
(también) la vara de Dios en su mano. |
Y dijo el Eterno a Moisés: Cuando te vayas para volver a
Egipto, observa todas las maravillas que he puesto en tu
mano y las harás ante el Faraón; y Yo
endureceré su corazón y él no dejará ir al pueblo. |
Y dirás al Faraón: Así ha dicho el Eterno: Israel es mi
hijo, mi primogénito. |
Y ya te he dicho: Deja ir a mi hijo para que me sirva, y tú
rehusaste dejarlo ir; he aquí que voy a matar a tu hijo
primogénito. |
Y aconteció en el camino, en una posada, que el (ángel del)
Eterno lo encontró (atacó) a Moisés con enfermedad mortal y procuró
matarlo. |
Y tomó Seforá un pedernal y cortó el prepucio a su hijo, y
Io acercó a sus pies (de Moisés), diciendo: Ciertamente eres
para mí un esposo de sangre (tú, hijo, serías culpable de la
muerte de mi esposo). |
Y el (ángel) lo soltó. Y ella dijo: Esposo de sangre, con
motivo de la circuncision. |
Y el Eterno dijo a Aarón : Ve al desierto al encuentro de
Moisés. Y él fue y le encontró en el monte de Dios, y le
besó. |
Y Moisés refirió a Aarón todas las palabras del Eterno que
le había enviado, y todas las señales que le había
encomendado. |
Y fueron Moisés y Aarón y reunieron a todos los ancianos de
los hijos de Israel; |
Y habló Aarón todas las palabras que había dicho el Eterno a
Moisés, quien hizo las señales a los ojos del pueblo. |
Y creyó el pueblo; y cuando oyeron que el Eterno había
visitado a los hijos de Israel, y que El había visto su
aflicción, se inclinaron y se postraron. |
|
Y dijo el Faraón: ¿Quien es el Eterno para que yo oiga su
voz y deje ir a Israel? No conozco al Eterno, ni tampoco
dejaré ir a Israel. |
Y ellos dijeron: El Dios de los hebreos nos ha aparecido.
Permite, te rogamos, que vayamos camino de tres días en el
desierto y ofrezcamos sacrificios al Eterno, nuestro Dios;
no sea que nos hiera con peste o con espada. |
Y el rey de Egipto les dijo: ¿Por qué, Moisés y Aarón,
molestáis al pueblo en sus obras? Id a vuestras tareas. |
Y dijo el Faraón: He aquí que el pueblo del país es ahora
mucho y lo haceis cesar
en sus trabajos. |
Y ordenó el Faraón en aquel día a los opresores (egipcios)
del pueblo y a sus guardas (hebreos), diciendo: |
No volvais a dar paja al pueblo, como antes, para hacer
ladrillos; que vayan ellos y recojan para sí la paja. |
Pero el número de ladrillos que hacían ayer y anteayer
(antes) impondréis sobre ellos; nada rebajaréis de él,
porque están ociosos. Por eso claman diciendo: "Vayamos a
ofrecer sacrificios a nuestro Dios". |
Hágase el trabajo más pesado sobre los hombres, para que se
ocupen en él y no hagan caso de palabras mentirosas. |
Y salieron los opresores del pueblo y sus guardas, y
hablaron al pueblo diciendo: Así ha dicho el Faraón: "No os
doy paja; |
id vosotros mismos a recorrer para vosotros paja en
dondequiera que la halléis, y no se disminuirá nada de
vuestro trabajo". |
Y se esparció el pueblo por toda la tierra de Egipto para
juntar rastrojo por paja. |
Y los opresores instaban diciendo: Acabad vuestra obra, la
tarea de cada día en su día, como cuando había paja. |
Y fueron golpeados los guardas de los hijos de Israel, a
quienes los opresores del Faraón habían puesto sobre ellos,
diciéndoles: ¿Por qué no habéis acabado vuestra tarea de
hacer ladrillos como antes, ni ayer ni hoy? |
Y vinieron los guardas de los hijos de Israel y clamaron al
Faraón, diciendo: ¿Por qué haces así a tus siervos? |
No se da a tus siervos paja, pero nos dicen: ¡Haced
ladrillos! Y he aquí que tus
siervos son golpeados; mas la culpa la tiene tu
propia gente. |
Y él dijo: Ociosos estáis, ociosos, por eso decís: "¡Vayamos
a ofrecer sacrificios al Eterno!" |
Y ahora id, trabajad, y no se os dará paja, mas habéis de
entregar la cuenta fijada de los ladrillos. |
Y vieron los guardas de los hijos de Israel el mal que éstos
pasaban cuando se les decía: "No disminuiréis nada de
vuestros ladrillos en la tarea de cada día". |
Y encontraron a Moisés y a Aarón, que estaban de pie frente
a ellos, cuando salieron de la presencia del Faraón. |
Y les dijeron: ¡El Eterno os mire y juzgue, porque nos
habéis hecho odiosos a los ojos del Faraón y a los ojos de
sus siervos, dándoles la espada en su mano para matamos! |
|
Pues desde que vine al Faraón para hablarle en tu nombre le
fue mal a este pueblo, y Tú, librar no has librado a tu
pueblo. |
Y dijo el Eterno a Moisés: Ahora verás lo que voy a hacer al
Faraón, porque con poder fuerte él los dejará ir, y con
poder fuerte los echará de su tierra. |
|
Bendito seas Tu oh Eterno nuestro Dios,
Rey del Universo que nos diste (Tu Torah), la Toráh de la
Verdad, e implantaste en nosotros la Vida Eterna. |
Bendito seas, oh Eterno, que nos
concediste la Toráh. (TODOS
DICEN AMEN) |
LECTURA DE LA HAFTARÁ Askenazim - Isaías 27:6 al 27:13; 28:1 al 28:13; 29:22
- 29:23
Bendito seas Tú, Eterno Dios nuestro y Rey del
Universo, que escogiste buenos profetas y te complaciste en
sus palabras, que fueron enunciadas con verdad. |
Bendito seas Tú, Eterno, que escogiste la Toráh, a
Moisés Tu siervo, a Tu pueblo Israel y a profetas de la
verdad y y de la rectitud. |
|
En los tiempos venideros Jacob echará raíces; Israel
retoñará y brotará, y llenará como las plantas la faz del
mundo. |
¿Acaso el Eterno le hirió como a aquellos que lo hirieron? O
¿fué él muerto como murieron los que le mataron? |
Lo castigó en la misma medida en que pecó; en sus
plantaciones derramó su ira hacia él. Le quitó sus frutos
con su soplo impetuoso, en el día del viento de oriente. |
Por tanto, con esto será expiada la iniquidad de Jacob, y
ésta es toda la paga por la remoción de su pecado: cuando
haga todas las piedras del altar idolátrico como piedras de
cal que se despedazan, de manera que nunca jamás vuelvan a
levantarse los árboles de idolatría, y las imágenes no
vuelvan a levantarse más. |
Pues la ciudad fortificada se tornará solitaria, morada
desamparada y abandonada como el desierto; allí pastará el
becerro, y allí se acostará y consumirá las ramas de ella. |
Al secarse sus ramas, serán quebradas; entonces vendrán las
mujeres y las prenderán fuego, porque es un pueblo que no
tiene entendimiento; por tanto su Hacedor no tendrá
compasión de él, y el que lo formó no le mostrará favor. |
Y sucederá en aquel día que os desgarrará el Eterno, como se
desgarra la espiga, desde Asiria que está junto al río
(Eúfrates), hasta el torrente de Egipto; y vosotros seréis
recogidos uno a uno, hijos de Israel. |
Y acontecerá en aquel día que sonará el gran shofar, y
vendrán los que estaban perdidos en la tierra de Asiria, y
los que estaban desterrados en la tierra de Egipto, y
adorarán al Eterno en Jerusalem, en el monte santo. |
¡Ay de la vanidosa corona de los borrachos de Efraín, y de
la flor marchita de su glorioso ornamento, la cual está
sobre la cima del valle fertilísimo, de los que están
vencidos por el vino! |
He aquí que tiene el Eterno un viento fuerte y poderoso,
como tempestad de granizo, torbellino destructor, y como
tempestad de aguas impetuosas que caen en turbonada; El, con
su poder, derrumbará la vanidosa corona de ellos por tierra. |
Con los pies será pisada la soberbia corona de los borrachos
de Efraín. |
Y la flor marchita de su glorioso ornamento, la cual está
sobre la cima del valle fertilísimo, vendrá a ser como el
higo tempranero que madura antes del verano, el cual, cuando
alguien lo ve, apenas lo tiene en la palma de la mano, lo
traga. |
En aquel día, el Eterno de las huestes será corona de
ornamento y diadema de gloria para el resto de su pueblo; |
y espíritu de juicio para el que se siente a juzgar, y
fortaleza para los que vuelven de la batalla y se refugian
en la ciudad. |
Mas también éstos errarán por causa del vino, y en la bebida
se perderán; el guía espiritual y el falso profeta errarán
por causa del licor; serán destruidos por el vino,
extraviándose por el licor; se engañarán en la visión,
tropezarán en el juicio. |
Porque todas las mesas están llenas de vómito y de
excremento, sin que haya lugar limpio. |
¿A quién enseñará el profeta el conocimiento? Y ¿a quién
hará entender el mensaje de Dios? ¿A los destetados? Y ¿a
los recién quitados de los senos maternos? |
Porque es preciso hacer precepto sobre precepto, precepto
sobre precepto, observancia sobre observancia, observancia
sobre observancia, un poco de enseñanza allí donde se enseña
la Ley, y aquí otro poco. |
Por lo que con labios balbucientes y con lenguaje
desconocido parece que el profeta habla a este pueblo |
cuando les dice: Dad descanso al cansado, y así encontraréis
vuestro reposo; mas no quisieron escuchar. |
Por tanto, la palabra del Eterno les será precepto contra
precepto, precepto contra precepto, observancia contra
observancia, observancia contra observancia, aun allí donde
había poca enseñanza; por eso andarán y tropezarán cayendo
hacia atrás, y serán quebrantados, enlazados y presos. |
Así dice el Eterno que redimió a Abraham, respecto de la
casa de Jacob: Ya no se avergonzará más Jacob y ya no
palidecerá más su rostro. |
Al contrario, cuando él vea a sus hijos, obra de mis manos,
en medio de él, santificarán mi nombre, porque santificarán
al Santo de Jacob y exaltarán al Dios de Israel. |
Y les dirás: Así dice el Eterno Dios: He aquí que Yo
tomaré a los hijos de Israel de entre las naciones adonde se
han ido, y los recogeré de todas partes y los introduciré a
su propia tierra. |
Y haré de ellos una sola nación en la tierra, sobre
los montes de Israel, y un solo rey habrá para todos ellos;
y nunca más serán dos naciones ni se dividirán en dos
reinos. |
Ni se contaminarán más con sus ídolos ni con sus
abominaciones, ni con ninguna de sus transgresiones, sino
que Yo los salvaré de entre todas sus moradas en donde han
pecado, y los purificaré; así ellos serán mi pueblo, y Yo
seré su Dios. |
Y mi siervo David será rey sobre ellos; y todos ellos
tendrán un solo pastor; y andarán en mis juicios, y
guardarán mis estatutos y los cumplirán. |
Y habitarán en la tierra que di a mi siervo Jacob, en
donde habitaron vuestros padres, y habitarán en ella así
ellos como sus hijos, y los hijos de sus hijos, para
siempre; Y mi siervo David será príncipe de ellos para
siempre. |
Y celebraré con ellos un pacto de paz, una alianza
eterna; y los estableceré en su tierra y los multiplicaré, y
pondré mi Santuario en medio de ellos para siempre. |
Y estará mi morada con ellos, y Yo seré su Dios y
ellos serán mi pueblo. |
Y sabrán las naciones que Yo soy el Eterno que
santifica a Israel, cuando estuviere mi Santuario en medio
de ellos para siempre. |
Bendito seas Tú, Eterno, Dios nuestro y Rey del
Universo, fuerte de todos los mundos, justo en todas las
generaciones; Dios fiel, que dice y obra, que promete y
cumple, cuyas palabras son verdad y justicia. |
Fiel eres Tú, Eterno, Dios nuestro, y tus promesas
son merecedoras de fe; ninguna de Tus palabras dejará de
cumplirse, porque Tú eres Dios y Rey fiel (y piadoso). |
Bendito seas Tú, Eterno, Dios fiel en todas tus
palabras. -Amen |
Ten piedad de Sión, pues es el hogar de nuestra vida,
y salva a esa ciudad afligida de espíritu, pronto y en
nuestros días. |
Bendito seas Tú, Eterno, que alegras a Sión en sus
hijos. |
Alégranos, oh Eterno, Dios nuestro, con la llegada de
Elías, tu profeta y servidor, y con el reinado de David tu
ungido. Llegue pronto su advenimiento y haga regocijar nuestros
corazones. |
No permitas que extraños se sienten en su trono, ni
que otros hereden de su gloria, pues por tu santo nombre le
juraste que su luz jamás se extinguirá. |
Bendito seas Tú, Eterno, Escudo de David. |
NOTAS EXPLICATORIAS:
RESUMEN DE LA PARASHÁ
Con la muerte de Yosef la era de los Avot y
el libro de Bereshit (Génesis) llega a su fin. El libro de Shemot
(Exodo) ahora hace la crónica de la creación de la nación de Israel
de los descendientes de Yaakov. Al principio de la parashá de esta
semana Paró, temiendo la sobrepoblación de judíos en Egipto, los
esclaviza. Sin embargo como la tasa de nacimientos continúa
creciendo, él ordena a las parteras judías que maten a todo bebé
varón. Yojeved da a luz a Moshé y lo pone en una canasta en el Nilo
antes de que alguien lo mate.
La hija de Paró encuentra y adopta al bebé,
a pesar de que se da cuenta que es probable que sea hebreo. Miriam,
la hermana mayor de Moshé, se ofrece para encontrar una nodriza para
Moshé. Ella arregla que su madre Yojeved sea la nodriza y ayude a
criarlo.
Años
después, Moshé presencia a un egipcio golpear a un hebreo, y Moshé
mata al egipcio. Cuando Moshé se da cuenta que su vida está en
peligro, escapa a Midián donde rescata a Tzipora, y el padre de
ésta, Yitró, aprueba su subsecuente matrimonio.
En Jorev Moshé presencia el "arbusto
ardiente" donde Hashem le encomienda dirigir al pueblo judío desde
Egipto hasta Eretz Israel, que Hashem prometió a sus ancestros.
Moshé protesta que el pueblo judío en Egipto dudará que él sea el
enviado de Hashem, así que Hashem ayuda a Moshé realizar tres
transformaciones milagrosas que lo validan a los ojos del pueblo:
convertir su bastón en una serpiente, su mano saludable en una mano
leprosa, y agua en sangre. Cuando Moshé declara que él no es un buen
orador público Hashem le dice que su hermano Aarón será su vocero.
Aarón recibe a Moshé en su regreso a
Egipto, y solicitan a Paró que deje en libertad a los judíos. Paró
responde con decretos más duros, declarando que los judíos deben
producir la misma cuota de ladrillos que antes, pero sin que se les
suplan los materiales. El pueblo pierde esperanza, pero Hashem le
asegura a Moshe que El forzará a Paró a dejar a los judíos ir.
"Los
egipcios empezaron a forzar a los israelitas a que hicieran labores
destinadas a quebrantar sus cuerpos" (Verso 1:13)
Cierta vez, Henry Ford, el famoso
empresario industrial norteamericano, se encontraba sentado en el
balcón de su mansión, junto al mar. Ford divisó a un pescador, que
estaba recostado en la playa tomando sol, pensando en nada. Junto al
pescador, había un balde con unos cuantos peces nadando de acá para
allá.
Ford
llamó al pescador, que se despertó de sus sueños, y fue con paso
cómodo hacia la mansión.
"Dígame... ¿qué está haciendo?", preguntó
Ford.
"Relajación", respondió el pescador.
"¿Sabe una cosa?", le dijo Ford, "si se
pusiera a trabajar un poco más fuerte, pescaría muchos más peces".
"¿Y luego qué?, dijo el pescador.
"Y luego tal vez tendría suficiente dinero
para comprar un bote".
"Aha... ¿y luego qué?", preguntó el
pescador.
"Bueno... si tuviera un bote, podría pescar
muchísimos más peces, y si trabajara fuerte, tal vez podría comprar
otro bote más".
"¿Y entonces qué?"
"Bueno... con dos botes pescaría un montón
de peces, y con un poco de suerte podría conseguir suficiente como
para comprar toda una flota de botes".
"¿Y luego qué?"
"Bueno... con toda una flota de botes
trabajando para usted, se podría relajar y tirarse en la playa a
tomar sol todo el día".
"¡Pero eso es precisamente lo que estoy
haciendo ahora!"
La gente
no trabaja solamente para ganar dinero. La persona tiene que tener
un sentido de propósito, de orgullo de sus logros.
La Torá describe la labor que hacían los
judíos en Egipto como avodat parej, un tipo de trabajo que quebranta
a la persona.
No hay nada que rebaje tanto a una persona
como ver que sus esfuerzos son en vano, que no tienen ningún
propósito. Por eso el Faraón mandó que los judíos construyeran Arei
Miskenot , literalmente, "ciudades pobrecitas". Dichas ciudades se
construían sobre arena, y ni bien se terminaban de construir, se
desmonoraban y caían.
Entonces tenían que empezar a construir
todo de nuevo, y otra vez la misma historia...
Había una vez un prisionero en un campo de
trabajos soviético que fue confinado a su celda durante diez años.
Cada día lo pasaba dando vueltas a una gran manija que salía de la
pared de su celda. Le dijeron que la manija activaba un molino de
harina que había del otro lado de la pared.
Al cabo de diez años, cuando finalmente fue
liberado de su confinamiento, vio que del otro lado de la pared...
no había absolutamente nada.
Eso fue más aplastante que los diez años de
cárcel.
Cuanto más grande es el sentido de
propósito del trabajo de una persona, mayor es el esfuerzo que se
invierte en su logro.
El judío trabaja en pos de una vida eterna
en el Olam Haba, el Mundo Venidero.
"Seis días trabajarás (taavod) y harás
todas tus labores (melajá), y el séptimo día será un Shabat para tu
Dios". Lo que transforma el trabajo servil (avodá) en una actividad
creativa llena de propósito (melajá), es el Shabat, el "gusto" del
Olam Haba en este mundo.
(Adaptado de Outlooks and Insights, de Rabí Zev Leff.)
"Y Moshe creció, y salió hacia sus
hermanos..." (Verso 2:11)
Había una vez un cowboy hollywoodense que
venía de un medio muy poco "cowboy": era asistente de una casa de
ropa de hombres en el Midwest de U.S.A. Para mejorar un poco su
imagen, el equipo publicitario le inventó una nueva identidad, según
la cual había sido descubierto en una oficina de telégrafo de Wells
Fargo en un pequeño pueblo cowboy de Arizona. Un cierto día, en el
pico de su fama, el cowboy hollywoodense llegó a ese pueblito, donde
se organizó un desfile acorde con su renombre. Mientras desfilaba en
el asiento posterior de su limusina abierta, el coche pasó por la
oficina de Wells Fargo. El cowboy se inclinó hacia su agente de
prensa, el mismo agente de prensa que le había reescrito su pasado,
y le dijo sin parpadear:
"¿Ves esa estación de Wells Fargo? Allí fue
donde me descubrieron..."
Uno de los peligros de la fama es que uno
puede empezar a creer lo que dicen de uno los periódicos...
El Midrash dice que cuando Moshe "creció",
creció "no a la manera del mundo". El resto del mundo funciona así:
cuando una persona crece y se hace famosa, se olvida (o hace que se
olvida) de sus raíces, de su pasado y de sus hermanos. Es como si de
repente le hubiera dado "amnesia" de todo lo que tiene que ver con
problemas y dificultades. Moshe creció en el palacio del Faraón con
una "cuchara de oro" egipcia en la boca; pero, no obstante, creció
"no a la manera del mundo", pues jamás se olvidó del sufrimiento de
su pueblo. Moshe "salió hacia sus hermanos". Fue a descubrir sus
problemas y el modo en que podría rescatarlos de la opresión.
(Basado en Yalkut Ha Drush en Iturei Torá)
"Y éstos son los nombres de los Hijos de
Israel..." (Verso 1:1)
Esta es la frase inicial del libro de
Shemot (Éxodo).
Y como frase inicial, debe apuntar a algún
concepto fundamental del libro de Shemot. Porque lo que viene
primero siempre contiene las semillas de lo que viene después.
El libro de Shemot describe el exilio del
pueblo judío en Egipto y su milagrosa redención.
Hashem nunca trae una enfermedad sobre Su
pueblo sin antes tener lista la cura. Inclusive antes de que los
judíos fueran hechos esclavos, la luz de la redención ya brillaba,
oculta, esperando su momento oportuno. Y esto está aludido en el
nombre de las tribus de Israel que fueron hechas esclavas en Egipto.
Porque cada nombre alude a la inevitable redención.
El nombre Reuven proviene de la raíz "ver".
Como dijo Hashem: "En verdad he visto la aflicción de Mi pueblo"
(Verso 3:7). El nombre de Shimon proviene de "oír": "Y Dios oyó sus
lamentos" (Verso 2:24)
Junto con el exilio viene la redención. Y,
en el mismo sentido, vemos que Tishá be Av, el día que más tiene que
ver con el exilio, es el día en que nace Mashíaj. Y el Mashíaj
traerá consigo la liberación final.
Verso 1:1 Y estos son los nombres de los hijos
de Israel que vinieron
a Egipto con Jacob; vino cada uno con su familia
Vinieron a Egipto
El segundo libro de la Torah comienza citando los nombres de los
hijos de Jacob. El Midrash (Shemot Rabbá, l) atribuye esta
repetición (ver Génesis 46, 8) al hecho de que ellos se conservaban
fieles a las enseñanzas de los Patriarcas en medio del Egipto
idólatra. De estos nombres debería surgir un pueblo que más tarde
llevaría el estandarte del judaísmo.
Verso 1:5 Y
todas las almas que salieron del lomo de Jacob fueron setenta almas,
y José (con sus dos hijos) era (estaba) en
Egipto.
En Egipto
La Escritura Sagrada quiere hacer notar con esto que José, que
estaba en Egipto, no se desvió de las tradiciones de la casa
paterna, aún cuando ejercía el cargo de virrey de este país. En
hebreo el verbo ser y estar son idénticos. La frase debe traducirse
pues de esta manera: "Y José era en Egipto", es decir, a pesar de
que José poseía el nombre egipcio de Tzafenat Panéaj (descubridor de
cosas ocultas), siguió siendo él mismo aun en tierra extraña, y no
se asimiló.
Verso 1:6
Y murió
José, y
todos sus hermanos, y toda aquella generacion.
Murio José
Según el Midrash, una de las causas que abrevian los años de vida
de la persona es que ésta dé muestra de superioridad sobre las
demás. José, que tenía este defecto moral, murió antes que sus
hermanos, pues el versículo dice: "Y murió José y todos sus
hermanos". Primero José y después ellos.
Verso 1:8 Y
se levantó un nuevo
rey sobre Egipto, que
no conocía a José.
Nuevo rey sobre Egipto
Algunos
historiadores creen que se trata del faraón Ramsés II. El faraón del
tiempo de José parece haber sido uno de los reyes hiksos que
gobernaron Egipto aproximadamente 200 años antes de Ramsés II.
Verso 1:14 Y les amargaron su vida con duro
trabajo de barro
y ladrillos, y con todo trabajo del campo. Todo el
trabajo con que se servían de ellos, era con dureza.
Barro y Ladrilllos
En el Museo Británico
de Londres se encuentran ladrillos grabados con el nombre de Ramsés
II.
Verso 1:19
Y las parteras dijeron al Faraón: Porque las hebreas no son como las
mujeres egipcias, sino que son de gran
vitalidad, y
antes de que llegue a ellas la partera, ya han dado a luz.
Gran vitalidad
Esta palabra, en
hebreo jayot, significa también "animales". De acuerdo con este
sentido, las parteras quisieron decir al Faraón: Las hebreas son en
este aspecto como los animales, que no necesitan de ayuda para dar a
luz.
Verso 1:21 Y
aconteció que por temer las parteras a Dios, El
les hizo casas (linajes)
El les hizo casas (linajes)
Las parteras obtuvieron como recompensa por su sacrificio el que
sus descendientes fueran sacerdotes y levitas de la primera
(Shifrá-Yojéved), y reyes de la segunda (Puá-Miriam). De acuerdo a
algunos investigadores y estudiosos Shifra y Pua son consideradas
egipcias.
Verso 2:2 Y
concibió la mujer y parió
un hijo; y
vio que era (un
niño) bueno (sano) y
lo tuvo escondido tres meses.
Parió un hijo
La mayoría de las religiones atribuyen a sus fundadores un
nacimiento milagroso, pero en el judaísmo aun Moisés, el mayor de
los profetas, tiene un nacimiento y una muerte naturales, como todos
los humanos de la tierra.
Un niño bueno (sano)
Desde su nacimiento se vio que Moisés era bueno, ki
tov (estas dos
palabras fueron empleadas en el Génesis cuando Dios creó la luz,
Génesis 1, 3), apto para iluminar a la humanidad, simbolizando así
la aurora de una nueva era.
Verso 2:10 Y
el niño creció y ella lo trajo a la hija del Faraón, y fue para ellacomo
un hijo, y
lo llamó Moisés (Moshé), pues dijo: Porque de las aguas lo saqué.
Como un hijo
La Divina Providencia conduce los acontecimientos de una manera
oculta para los hombres. El Faraón, rey bárbaro y cruel, ordenó que
arrojaran al Nilo a todos los hijos de los israelitas, mas por otra
parte Dios escogió a la hija del Faraón para salvar de las aguas a
aquél que debería ser un día el libertador de su nación, y que a su
vez haría que se ahogase el tirano con todo su ejército en las aguas
del Mar Rojo.
Verso 2:14 A lo que respondió: ¿Quién te ha puesto a ti por
príncipe y juez sobre nosotros? ¿Acaso piensas matarme a mí como
mataste al egipcio? Y tuvo miedo Moisés y dijo: ¡Seguramente se
ha divulgado la cosa!
Se ha divulgado la cosa
Al salir Moisés el segundo día para ir con sus hermanos, vio a dos
hebreos (Datán y Aviram) peleando entre sí. Queriendo intervenir
recibió esta respuesta del peor de ellos: "¿Quién te puso como jefe
y juez sobre nosotros? ¿Piensas matarme como mataste al egipcio?" Al
oír estas palabras, dice el Midrash, Moisés hizo las siguientes
reflexiones: "Que un egipcio maltrate a un hebreo, esto puede
ocurrir desgraciadamente entre esclavizadores y esclavos. Pero que
dos compañeros de sufrimiento peleen en lugar de unirse en la
desgracia y darse mutuo consuelo, es inexplicable". "Seguramente se
ha divulgado la cosa" (verso 14) : "Hasta hoy no pude concebir cuál
haya sido el pecado de Israel, entre setenta naciones, para ser
esclavizado, pero ved que lo merece" (Rashí, verso 14). Mientras
falte a los israelitas la unión y la concordia, jamás podrán ser
redimidos del sufrimiento.
Verso 2:16
Y el
sacerdote (jefe) de
Midián tenía siete hijas, las cuales vinieron y sacaron agua y
llenaron los abrevaderos para abrevar el rebaño de su padre.
El sacerdote jefe
Esta palabra hebrea no siempre significa sacerdote. El Targum
Onklós la traduce por "jefe". La Escritura Sagrada califica de
Kohanim a los hijos del rey David (ver 2 Samuel 8, 18), lo que
significa "dirigentes".
Verso 2:24
Y oyó Dios los lamentos de ellos; y recordó
Dios su pacto con
Abraham, con Isaac y con Jacob.
Recordó Dios su Pacto
Dios no olvida jamás sus promesas; esto quiere decir que llegó la
hora de salvar a los israelitas, a causa del mérito de los
patriarcas.
Verso 3:4 Y
viendo el Eterno que se desviaba para mirar, lo llamó Dios desdedentro
de la zarza, diciendo: ¡Moisés!
¡Moisés. Y
él respondió: Heme aquí.
Dentro de la zarza
El Talmud y el Midrash hacen los siguientes comentarios con
referencia a la aparición de Dios a Moisés en la zarza ardiente: El
Santo, bendito sea El, escogió una simple zarza para hacer brillar
en ella la Shejiná (la Luz Divina), en lugar de otros árboles bajos
y majestuosos, a fin de dar a los hombres el ejemplo de la humildad
(Sotáh 5). La madera de la zarza no sirve para esculpir ídolos. Las
aves que se posan sobre la zarza, sueltan sus plumas; así ocurre con
los pueblos que oprimen a Israel, que por esto se causan daños a sí
mismos. La zarza tiene espinas y la espina simboliza el dolor, tal
como Israel es el pueblo del sufrimiento; y del mismo modo que el
fuego ardía sin consumir a la zarza, así el dolor puede arder en el
pueblo de Israel sin destruirlo.
Moises!, Moisés!
Siempre que Dios habla repitiendo el nombre, es una señal de
afecto por aquella persona. De igual manera llamó Dios a Abraham
(Génesis 22, 11) y a Jacob (Génesis 46).
Verso 3:5
Y El dijo: No te llegues acá; quita tu calzado de tus pies, porque
el lugar en que estás, tierra
santa es.
Tierra santa es
Todo lugar en donde Dios se aparece se considera santo. La misma
orden de quitarse el calzado de los pies le fue dada a Josué por el
ángel de Jericó. (Josué 5,15).
3:21 Y
daré gracia a este pueblo a ojos de los egipcios, y sucederá que
cuando partáis no iréis con las manos
vacías;
Manos vacías
Según las leyes de la Toráh, cuando el amo libera a su esclavo no
puede enviarle con las manos vacías (ver Deuteronomio 15, 12-16).
Verso 4:3 Y
El dijo: Echala a tierra. Y él la echó a tierra, y se convirtió en
una serpiente; y huyó
Moisés ante ella.
Huyó Moisés ante ella
El Midrash (Shemot Rabá 3, 12) hace referencia a la conversación
que una señora pagana de la antigua Roma tuvo con el rabino Yosé,
para demostrar mejor la omnipotencia de Dios. "Mi dios es más
poderoso que el tuyo", le dijo ella, puesto que Moisés quedó
inmóvil, escondiendo su rostro cuando la Divina Providencia se le
apareció en la zarza ardiente; pero cuando vio a la serpiente, que
es mi dios, tuvo miedo y huyó con el fin de escapar de él". El
rabino le respondió: "Cuando Dios se reveló en la zarza, no había
lugar hacia donde Moisés pudiera huir, ya que nuestro Dios se
encuentra en todo lugar; pero en el caso de la serpiente que es tu
dios, es suficiente correr unos pasos para escapar de él". (La
palabra Macom, que es uno de los calificativos de Dios, significa
también lugar, declarando que Dios está en todas partes.)
Verso 4:6 Y
el Eterno le dijo más: Pon tu mano en tu seno. Y puso el su mano en
su seno, la sacó y he aquí que su
mano estaba leprosa (y
blanca) como la nieve.
Su mano estaba leprosa
Esto lo hizo Dios como castigo por haber dicho: "mas ellos no me
creerán" (verso 1) puesto que la persona que habla mal de su prójimo
es atacada de lepra (ver el caso de Miriam, Números 12, 1-10).
Verso 4:10 Y
dijo Moisés al Eterno: ¡Te ruego, Eterno! No soy hombre elocuente de
ayer ni de anteayer (desde mucho tiempo), ni desde que hablaste a tu
siervo, sino que soy pesado de boca y pesado
de lengua.
Pesado de lengua
Moisés era un hombre de lengua tarda, pero Dios insistía en que
fuese él el guía de Israel por su valor moral, extrema bondad,
piedad y modestia. He aquí un ejemplo de su bondad y piedad citado
en el Midrash: Cierta vez Moisés, cuando apacentaba las ovejas de
Yitró, su suegro, vio que un cordero se apartó repentinamente del
rebaño y comenzó a correr. Moisés lo siguió a fin de traerlo de
vuelta, pero el animalito huyó aún más, hasta que alcanzó una fuente
para calmar su sed. " ¡Pobre corderillo! - exclamó Moisés - No sabía
por qué te habías escapado, pero ahora debes estar muy cansado". Lo
levantó entonces en sus brazos y lo cargó hasta donde estaba el
rebaño. Dios lo vio todo y le dijo: "Quien tanto cuidado y piedad
dedica a los animales que le son confiados, es digno de ser pastor
de mi rebaño. Tú serás el guía ideal de mi pueblo".
Verso 4:21 Y
dijo el Eterno a Moisés: Cuando te vayas para volver a Egipto,
observa todas las maravillas que he puesto en tu mano y las harás
ante el Faraón; y Yo
endureceré su corazón y
él no dejará ir al pueblo.
Yo endureceré su corazón
Dios sabía de antemano que el Faraón endurecería su corazón para no
dejar libres a los hijos de Israel. En virtud de que Dios concedió
al ser humano la libertad de escoger entre el bien y el mal, no
impide a nadie hacer lo que quiere; por el contrario, encamina a la
persona según las inclinaciones del corazón de cada cual, pero le da
muchas oportunidades para que haga penitencia antes de castigarla,
según lo vemos en el caso del Faraón.
Verso 4:24 Y
aconteció en el camino, en una posada, que el (ángel del) Eterno lo
encontró (atacó) a Moisés con enfermedad mortal y procuró
matarlo.
Procuró matarlo
Los versículos 24, 25 y 26 fueron explicados de la siguiente
manera: Y aconteció en el camino que en la posada encontró el ángel
de Dios a Moisés y le quiso matar, porque se demoraba en cumplir la
misión que Dios le había encargado, la de sacar a los hijos de
Israel de Egipto; o según algunos exegetas, por no haber
circuncidado a sus hijos a tiempo. Entonces Seforá tomó una piedra
aguda y cortó el prepucio de su hijo, lo arrojó a los pies de Moisés
y pronunció acerca de su hijo las siguientes palabras: "Tú ibas a
ser culpado de la sangre de mi esposo, tú ibas a ser el causante de
su muerte". Entonces el ángel soltó a Moisés, y Seforá se persuadió
de que fue por causa de que Moisés había demorado la circuncisión de
sus hijos, por lo que el ángel vino a matarlo.
Verso 5:5 Y
dijo el Faraón: He aquí que el pueblo del país es ahora mucho y lo
haceis cesar
en sus trabajos.
Cesar en sus trabajos
Siendo el pueblo de Israel numeroso, el cese del trabajo, aún por
poco tiempo, causaría gran perjuicio.
Verso 5:16 No
se da a tus siervos paja, pero nos dicen: ¡Haced ladrillos! Y he
aquí que tus
siervos son
golpeados; mas la culpa la tiene tu propia gente.
Tus siervos
La esclavitud en Egipto fue la realización de la visión de Abraham
(Génesis 15, 13). Pero esto no justificaba la conducta de los
egipcios y los sufrimientos que causaron a los hijos de Israel. De
cualquier manera que actúe el hombre, la voluntad de Dios se
cumplirá, pero no por eso deja el hombre de ser libre. Existe un
destino en general, y al mismo tiempo la libertad moral total. José
debía ir a Egipto, pero sus hermanos eran libres de venderlo o no a
los ismaelitas, pues Dios no quita al hombre su libertad de acción.
El libre albedrío existe, y con él la Providencia. Esta idea está
bien expresa en el Tratado de Moral Judaica: Todo está previsto,
pero a las personas se les da la libertad de escoger entre el bien y
el mal (Avot 3, 15). La Sagrada Escritura dice a este propósito:
"Llamo hoy a los cielos y a la tierra por testigo de que he puesto
ante ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escogerás
pues la vida, para que vivas tú y tu descendencia, amando al Eterno,
tu Dios, obedeciendo a su voz y apegándote a El, pues esto es tu
vida" etc. (Deuteronomio 30, 19-20).
Comentarios a la Haftará
Yaakov Avinu tenía dos nombres: "Yaakov" e
"Israel". Al pueblo judío se lo conoce por ambos nombres.
El nombre "Yaakov" describe la experiencia
del pueblo judío en las épocas de degradación y sufrimiento. Israel
connota al pueblo judío cuando alcanza su potencial.
El profeta Yeshaiahu vivió en una época de
decadencia espiritual. El comienza la Haftará con la profecía de que
la "raíz" de Yaakov, igual que todas las raíces, a pesar de que
nadie la ve y de que todos la pisan, volverá a producir exuberantes
frutos.
"A quién se le enseñarán conocimientos, a
quién se le puede hacer entender un mensaje? Los que fueron
destetados de la leche (de su madre), quitados del pecho" (Verso
28:10)
Desde los días de la Revolución Industrial,
hemos sido testigos de un desarrollo cada vez más aceleradode la
ciencia y la tecnología.
Tal como predijo el sagrado Zohar, a partir
del año 5600 se abrieron las puertas de la sabiduría. Si el pueblo
judío hubiera tenido méritos, ese impresionante derrame de
conocimientos habría hallado un hogar ideal en la sabiduría de la
Torá y la santidad.
Ahora bien: como no fuimos lo
suficientemente dignos, esa difusión de energía superior se canalizó
hacia el ámbito de la sabiduría superficial, precipitando la
invención de armas de destrucción masiva.
Desde el día en que se destruyó el Beit ha
Mikdash, "la profecía les fue dada a los locos y a los pequeños". Lo
cual significa que cuando Israel habitó en la Tierra Santa, la
energía celestial, tanto espiritual como material, descendió a su
sitio correcto.
Pero desde la destrucción del Beit ha
Mikdash, esa radiación espiritual se ha desviado, descendiendo en
tierras desoladas y personas ineptas: "los locos y los pequeños".
A eso es a lo que apunta el profeta cuando
pregunta si a "los que fueron destetados de la leche (de la madre)"
se les puede "hacer entender un mensaje".
(Adaptado de Ahavat Yonatan y Rabí Simja Bunim Mi Pishiske)
Canciones que cantamos en la mesa de Shabat
Yom Ze Mejubad
"El Mas Preciado de los Días..."
Sheshet yamim taasé melajteja, va iom ha
shvií leelokeja
"Seis días trabajarás y el séptimo día será para tu Dios"
Esta estrofa, que se basa en las palabras
del Cuarto Mandamiento, sugiere una perspectiva fascinante del
Shabat como una experiencia activa más que como el acto pasivo de
evitar el trabajo. En su comentario de la Torá, Rabí Jaim ben Atar,
autor de "Or ha Jaim", explica que el uso del conector "y" con
relación al séptimo día comunica la idea de que el judío trabaja
siete días a la semana: seis días en sus propias actividades y el
séptimo día en actividades de divinidad. El rezo y el estudio de la
Torá de un modo al que no tenemos acceso el resto de la semana, y
hasta durante la comida, la bebida y el sueño, los que poseen una
dimensión especial de santidad.
PROMESAS DE HASHEM
29:22 Lajen
koh-amar Adonay el-beyt Ya'akov asher padah et-Avraham lo-atah
yevosh Ya'akov velo atah panav yejevaru.
Así dice el Eterno que redimió a Abraham, respecto de la casa de
Jacob: Ya no se avergonzará más Jacob y ya no palidecerá más su
rostro.
Escrito y Recopilado por: Rabino
Yaakov Asher Sinclair de
la Organización Ohr Somayach de Israel y Monsey
Editado por el Moréh Eliyahu
BaYona, Director de Shalom Haverim, Monsey, New York.
SEA PARTE DE ESTE PROYECTO JUDEO-HISPANO