haftará vayikrá
behar
Aliyot Haftará Vayikra Behar
Para Leer en Shabbat
Aliyot es el plural hebreo de Aliá o Aliyá
que significa "subir". Cada vez que una persona - Olé- sube a la
Bimá debe recitar la Brajá -Bendición- antes de comenzar
el Baal Koréh -בעל קורא - la Lectura y al cerrar la misma. Esto se
hace cada vez que el Baal Koréh lee la Porción -Parashá-
correspondiente.
El Maftir es la última persona que se llama
a la Bimá y es invitada a leer la porción de la Haftará -Profetas-
Esta es la Brajá
de la Lectura de la Haftará:
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Bendito seas Tú, Eterno Dios nuestro y Rey del Universo, que
escogiste buenos profetas y te complaciste en sus palabras,
que fueron enunciadas con verdad. |
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Baruj atah Adonay jaboker batorah
uveMoshe avdo uveYisra'el amo uvinvi'ey ja'emet vatsedek. |
Bendito seas Tú, Eterno, que escogiste la Torah, a Moisés Tu
siervo, a Tu pueblo Israel y a profetas de la verdad y y de
la rectitud. |
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Después de la Bendicion se lee la Haftara |
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Y dijo
Jeremías: La palabra del Eterno vino a mi, diciendo: |
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He aquí que
Janamel, hijo de tu tío Shal-lum, vendrá a ti diciendo:
"Compra para ti mi campo que esta en Anatot, porque a ti
corresponde el derecho de rescate para que lo compres". |
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Y vino a mi
Janamel, hijo de mi tío, conforme a la palabra del Eterno,
al patio de la cárcel, y me dijo: Te ruego compres mi campo
que esta en Anatot, que esta en la tierra de Benjamin,
porque tuyo es el derecho de posesión y a ti pertenece el
rescate; cómpralo para ti. Entonces
entendí que esta era cosa del Eterno. |
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Y compre de
Janamel, hijo de mi tío, el campo que estaba en Anatot, y le
pese la plata, diecisiete siclos de plata (siete manim y
diez selaim). |
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E hice que
se escribiera el acta, y la hice sellar, y la hice
certificar con testigos, y pese la plata en una balanza. |
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Luego tome
el acta de compra sellada y' hecha conforme a la ley y los
estatutos, así como la carta abierta (de que el campo estaba
libre y desembarazado), |
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y di el
acta de la compra a Baruj, hijo de Neriya, hijo de Majseya,
en presencia de Janamel (hijo de) mi tío, y en presencia de
los testigos que habían suscrito el contrato de compra; en
presencia de todos los judíos que se encontraban en el patio
de la cárcel. |
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Y encargue
a Baruj en presencia de ellos, diciendo: |
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Así dice el
Eterno de las huestes, Dios de Israel: Toma estas actas,
este acta de compra, tanto la sellada como la carta abierta,
y las pondrás en una vasija de barro para que se conserven
por muchos días. |
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Porque así
dice el Eterno de los ejércitos, Dios de Israel: Todavía se
han de comprar casas y campos y viñas en esta tierra. |
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Entonces
oré al Eterno, después de entregar el acta de compra a
Baruj, hijo de Neriya, diciendo : |
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¡Oh Eterno
Dios! He aquí que Tu hiciste los cielos y la tierra con tu
gran poder y con tu brazo extendido ; no hay nada que este
oculto para Ti; |
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Tu que usas
de misericordia para con millares de generaciones (de los
que te aman), y tornas la iniquidad de los padres al seno de
sus hijos después de ellos (cuando siguen el mal camino de
sus padres); el Dios grande, poderoso, cuyo nombre es el
Eterno de las huestes, |
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grande en
consejo y poderoso en obras, cuyos ojos están abiertos sobre
todos los caminos de los hijos del hombre, para dar a cada
cual según su proceder, según el fruto de sus obras; |
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Tu que
obraste señales y maravillas en la tierra de Egipto,
recordadas hasta el día de hoy tanto en Israel como entre
los otros hombres, y fe has hecho un nombre loado como el
que tienes en este día; |
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que sacaste
a tu pueblo Israel de la tierra de Egipto con señales y
maravillas, y con mano fuerte y con brazo extendido y con
gran espanto, |
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y les has
dado esta tierra que juraste a sus padres que se la darías,
tierra que mana leche y miel; |
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y ellos,
cuando entraron y la poseyeron, no han escuchado tu voz ni
han andado en tu Ley; nada han hecho de cuanto les ordenaste
que hiciesen, por lo cual hiciste que les sucediese todo
este mal. |
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He aquí que
los enemigos que se encuentran en las trincheras altas, ya
alcanzan la ciudad para tomarla, y la ciudad esta ya
entregada en mano de los caldeos que pelean contra ella, a
causa de la espada y del hambre y de la peste; y lo que has
hablado aconteció, y he aquí que Tu lo ves; |
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con todo,
Tu, Eterno Dios, me has dicho: Cómprate el campo por plata y
hazlo con testigos, aunque la ciudad ya esta entregada en
mano de los caldeos. |
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Entonces
vino la palabra del Eterno a Jeremías, diciendo: |
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He aquí que
Yo, el Eterno, soy el Dios de toda criatura. ¿Habrá acaso
cosa alguna oculta para Mi? |
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Al terminar la Porcion debe leer esta Braja:
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Bendito
seas Tú, Eterno, Dios nuestro y Rey del Universo, fuerte de
todos los mundos, justo en todas las generaciones; Dios
fiel, que dice y obra, que promete y cumple, cuyas palabras
son verdad y justicia. |
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Ne'eman, atah ju Adonay Eloheynu,
vene'emanim devareyja, vedavar ejad midvareyja ajor
lo-yashuv reykam, ki El melej ne'eman verajaman atah. |
Fiel eres
Tú, Eterno, Dios nuestro, y tus promesas son merecedoras de
fe; ninguna de Tus palabras dejará de cumplirse, porque Tú
eres Dios y Rey fiel (y piadoso). |
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Baruj atah Adonay, ha'El jane'eman
bekol-devarav. -Amen |
Bendito
seas Tú, Eterno, Dios fiel en todas tus palabras. -Amen |
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Rajem al-Tsiyon, ki ji beyt
jayeynu, vel'aluvat nefesh toshia bimjeraj veyameynu. |
Ten piedad
de Sión, pues es el hogar de nuestra vida, y salva a esa
ciudad afligida de espíritu, pronto y en nuestros días. |
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Baruj atah Adonay, mesame'aj Tsiyon
bevaneyj. |
Bendito
seas Tú, Eterno, que alegras a Sión en sus hijos. |
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Samejenu, Adonay Eloheynu,
be'Eliyahu janavi avdeja, uvmaljut beyt David meshijeja.
Bimjeraj yavo veyagel libenu, |
Alégranos,
oh Eterno, Dios nuestro, con la llegada de Elías, tu profeta
y servidor, y con el reinado de David tu ungido. Llegue pronto su advenimiento y
haga regocijar nuestros corazones. |
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al kis'o lo yeshev zar, velo
yinjalu od ajerim et kevodo, ki veshem kodsheja nishbata lo,
shelo yicbej nero le'olam va'ed. |
No permitas
que extraños se sienten en su trono, ni que otros hereden de
su gloria, pues por tu santo nombre le juraste que su luz
jamás se extinguirá. |
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Baruj atah Adonay, magen David. |
Bendito
seas Tú, Eterno, Escudo de David. |
Yirmiyahu 32:6-27
La historia del pueblo de Israel no
finaliza con la conquista y el exilio. Estas son meras digresiones.
Por más alejados que parezcamos del escenario central de la
historia, Hashem nos ha prometido que sobreviviremos y triunfaremos.
Este tema aparece ilustrado en la Haftará
de esta semana: la parashá habla de la venta y la redención de la
tierra. Del mismo modo, en la Haftará, Hashem le ordena al profeta
Yirmiyahu, inclusive cuando éste se encuentra en la cárcel, que
redima una propiedad familiar.
Yirmiyahu sabía que todo Eretz Israel
estaba a punto de caer presa de los babilonios. ¿Qué necesidad había
de redimir una propiedad que estaba a punto de ser capturada?
Hashem le dijo a Yirmiyahu que por más
grande que fuera la tragedia, por más largo que fuera el exilio,
Hashem finalmente redimiría a Su pueblo. La redención de esta
propiedad no era algo meramente simbólico, pues con el tiempo el
pueblo judío retornaría a su tierra para habitar en ella en paz.
Inclusive cuando nos enfrentamos a la catástrofe, debemos
conducirnos sin olvidar que Hashem está dirigiendo el mundo y
llevando a cabo todos los preparativos correspondientes.
"Grande en consejo y poderoso en acto,
Cuyos ojos son conocedores de todo el camino de la humanidad, para
darle a cada hombre de acuerdo con su camino y el fruto de sus
actos". (32:19)
Cuando una persona es juzgada y se
dictamina que merece la pena de muerte en el tribunal Celestial,
Hashem pone en la balanza la tremenda pena que habrán de sufrir sus
inocentes padres, mujer e hijos, en caso de que la sentencia llegue
a ejecutarse.
Por eso, Hashem no castiga a nadie hasta
que también haga el cálculo de si esto habrá de causar un castigo no
merecido a uno de sus familiares. Eso es lo que significa el
versículo: "Grande en consejo y poderoso en acto". Unicamente Hashem
es capaz de calcular el grado preciso de la deuda de cada persona,
para que solamente tenga que responder "de acuerdo con su camino y
el fruto de sus actos".
Fuentes: Rabí Zev Leff, Outlooks and Insights
Kometz ha Minjá en Maianá shel Torá
Shem Mi Shmuel
Rabí Mahar''a Itzjaki