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Desde Monsey, New York
Parasha DEvarim
vaetjanan
CONVIERTASE EN BENEFACTOR
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SEPHARDIC PRONUNCIATION
הגייה ספרדית
Aliyot Devarim
Vaetjanan aLIYOT dEVARIM VAETJANAN
Aliyot Vaetjanán
Devarim - Deuteronomio- Capítulos 3: 23 al
7:11
Por Eliyahu BaYonah Ben Yossef,
Director Shalom Haverim Org. New York
Aliyot es el plural hebreo de
Aliá o Aliyá que significa
"subir". Cada vez que una
persona - Olé- sube a la Bimá
debe recitar la Braja
-Bendicion- antes de comenzar el
Baal Koréh -בעל קורא - la Lectura y al cerrar la misma. Esto se
hace cada vez que el Baal Koréh
lee la Porción -Parashá-
correspondiente.
El Maftir es la última persona
que se llama a la Bimá y es
invitada a leer la porción de la
Haftará -Profetas-
Esta es la Brajá
de la Lectura de la Toráh:
Barjú et Adonay hamevoraj. |
¡Bendecid al
Eterno, el Bendito! |
|
(todos) Baruj
Adonay hamevoraj le'olam
va'ed. |
(todos) Bendito es el Eterno, el Bendito para
siempre. |
|
Baruj atáh Adonay Elohenu melej ha'olam, asher bajar banu
mikol-ha'amim, venatan
lanu et-torató. |
Bendito seas
Tu, oh Eterno nuestro
Dios, Rey del universo
que nos elegiste entre
todos los pueblos y nos
diste Tu Torah, Bendito
seas, oh Eterno, que nos
concediste la Torah. |
|
|
Bendito seas,
oh Eterno, que nos
concediste la Torah. (todos) AMEN |
Al terminar la Porción debe leer esta Brajá:
|
Bendito seas
Tu oh Eterno nuestro
Dios, Rey del Universo
que nos diste (Tu
Torah), la Torah de la
Verdad, e implantaste en
nosotros la Vida Eterna. |
|
|
Bendito seas,
oh Eterno, que nos
concediste la Torah. (TODOS DICEN
AMEN) |
|
|
|
|
|
|
Eterno Dios,
Tú has comenzado a
mostrar a tu siervo tu
grandeza y tu mano
fuerte, pues ¿qué dios
hay en el cielo o en la
tierra que pueda hacer
conforme a tus obras, y
conforme a tus hechos
extraordinarios? |
|
|
¡Déjame pasar, te ruego, y veré
la buena tierra que está
más allá del Jordán, este
buen monte y el Líbano! |
|
|
Mas el Eterno
se enojó contra mí por
causa vuestra, y no me
escuchó. Y me dijo el
Eterno: ¡Basta!, no
vuelvas a hablarme sobre
este asunto. |
|
|
Sube a la cumbre de la Pisgá
(colina) y alza los ojos
hacia el occidente, y
hacia el norte, y hacia
el sur, y hacia el
oriente, -(tu me
pediste que te mostrara
la buena tierra, pero Yo
te muestro toda la
tierra)- y contempla
con tus ojos, porque no
pasarás este Jordán. |
|
|
Y ahora, instruye a Josué
y fortalécele
y anímale, porque
él ha de pasar al frente
de este pueblo, y él los
hará poseer la tierra
que tú verás. |
|
|
Y nos quedamos
en el valle, frente a
Bet-Peor. |
|
|
Y ahora, oh Israel,
escucha los
estatutos y los juicios
que os enseño, a fin de
observarlos, para que
viváis y entréis a
heredar la tierra que el
Eterno, vuestro Dios, os
da. |
|
|
No añadiréis
sobre la cosa que yo os
ordeno, ni disminuiréis
nada de ella; para que
guardéis los
mandamientos del Eterno,
vuestro Dios, que yo os
ordeno. |
|
|
Vuestros
mismos ojos han visto lo
que hizo el Eterno por
causa de Baal-Peor; pues
a todo hombre que siguió
a Baal-Peor lo ha
destruido el Eterno,
vuestro Dios, de en
medio de vosotros; |
|
|
y vosotros,
que os adheristeis al
Eterno, vuestro Dios,
estáis todos vivos hoy. |
|
|
|
|
|
|
SEGUNDA ALIA |
|
|
|
|
|
|
|
Y los guardaréis y los
cumpliréis, porque en
esto consistirá vuestra
sabiduría y vuestra
inteligencia a los ojos
de las naciones, las
cuales oirán todos estos
estatutos y dirán:
Ciertamente es esta gran
nación pueblo sabio y
entendido. |
|
|
Porque ¿qué
nación hay tan grande
que tenga dioses tan
cercanos a sí como lo
está el Eterno, nuestro
Dios, siempre que
nosotros le invocamos? |
|
|
Y ¿qué nación
es tan grande que tenga
estatutos y juicios tan
justos como toda esta
Ley que os pongo delante
hoy? |
|
|
Solamente guárdate a ti mismo y
guarda tu alma mucho, no
sea que te olvides de
las cosas que han visto
tus ojos, y se aparten
de tu corazón todos los
días de tu vida; y las
harás conocer a
tus hijos y
a los hijos de tus hijos. |
|
|
(No te olvides
de lo que vieron tus
ojos) el día en que
estuviste delante del
Eterno, tu Dios, en
Jorev, cuando me dijo el
Eterno: Júntame al
pueblo para que Yo le
haga oír mis palabras,
las que aprenderán para
que me teman todos los
días que vivieren sobre
la tierra y que tambien
se las enseñen a sus
hijos. |
|
|
Y os
acercasteis y
estuvisteis al pie del
monte; y el monte ardía
en fuego hasta el centro
de los cielos, y había
oscuridad y nubes y
tinieblas. |
|
|
Y habló el
Eterno con vosotros de
en medio del fuego; una
voz que hablaba oísteis,
mas no visteis figura
alguna, tan sólo una
voz. |
|
|
Y El os
anunció su pacto, el
cual os ordenó observar,
o sea los diez
mandamientos; y los
escribió sobre dos
tablas de piedra. |
|
|
Y a mí me
ordenó el Eterno en
aquel tiempo que os
enseñase estatutos y
juicios para que los
cumplieseis en la tierra
adonde vais a pasar para
heredarla. |
|
|
Y guardaréis
mucho vuestras almas (de
error), porque no
visteis figura alguna en
el día que os habló el
Eterno en Jorev, de en
medio del fuego, |
|
|
no sea que os
corrompáis y hagáis para
vosotros escultura,
semejanza de cualquier
ídolo, forma de hombre o
de mujer; |
|
|
o forma de
bestia alguna que haya
en la tierra; forma de
ave alguna alada que
vuele por el aire; |
|
|
forma de
reptil alguno que se
arrastre sobre el suelo;
forma de pez alguno que
nade en las aguas debajo
de la tierra; |
|
|
o no sea que
alces tus ojos a los
cielos y veas el sol, y
la luna, y las
estrellas, con todo el
ejército de los cielos,
y seas impulsado a
postrarte ante ellos y
darles culto; cosas que
el Eterno, tu Dios,
destinó con el único fin
de alumbrar a todos los
pueblos que hay bajo el
cielo. |
|
|
Y a vosotros
os ha tomado el Eterno y
os ha sacado del crisol
de hierro, de Egipto,
para que seáis pueblo de
su herencia, como lo
sois hoy. |
|
|
Y el Eterno se
enojó contra mí por
causa vuestra, y juró
que no había de pasar el
Jordán, ni de entrar en
aquella buena tierra que
el Eterno, tu Dios, te
va a dar en posesión, |
|
|
por lo cual he
de morir en esta tierra;
yo no pasaré el Jordán.
Y vosotros lo pasaréis y
heredaréis aquella buena
tierra. |
|
|
Guardaos no
sea que olvidéis el
pacto del Eterno,
vuestro Dios, que El
tiene hecho con
vosotros, y os hagáis
escultura alguna a
semejanza de cualquiera
cosa que te ha ordenado
no hacer el Eterno, tu
Dios. |
|
|
Porque el Eterno, tu Dios, es un
fuego devorador, Dios
celoso es. |
|
|
Cuando
hubiereis engendrado
hijos e hijos de hijos, y hubiereis estado largo tiempo en
la tierra, y os
corrompiereis e
hiciereis esculturas a
semejanza de cualquiera
cosa, e hiciereis lo que
es malo a los ojos del
Eterno, tu Dios, para provocarque
se indigne. |
|
|
pongo hoy por
testigos contra vosotros
a los cielos y a la
tierra de que bien
pronto pereceréis de
sobre la tierra adonde
vais, pasando el Jordán,
para poseerla; no
prolongaréis vuestros
días en ella, sino que
seréis destruidos. |
|
|
Y os esparcirá
el Eterno entre las
naciones, y quedaréis
pocos en número entre
las naciones adonde os
llevará el Eterno. |
|
|
Y serviréis
allí a dioses que son
obra de manos de
hombres, de madera y de
piedra, que no ven, ni
oyen, ni comen, ni
huelen. |
|
|
Y buscaras
desde allí al Eterno, tu
Dios, y le hallarás, con
tal de que le requieras
con todo tu corazón y
con toda tu alma. |
|
|
Cuando te
vieres en angustia. y te
sobrevinieren todas
estas cosas, entonces en
los postreros días
volverás al Eterno, tu
Dios, y le obedecerás. |
|
|
Cuando te
vieres en angustia. y te
sobrevinieren todas
estas cosas, entonces en
los postreros días
volverás al Eterno, tu
Dios, y le obedecerás. |
|
|
Y puesto que
el Eterno, tu Dios, es
un Dios misericordioso,
no te dejará caer, ni te
destruirá, ni se
olvidará del pacto que
juró a tus padres. |
|
|
Pregunta pues
sobre los días pasados
que te precedieron,
desde el día en que creó
Dios al hombre sobre la
tierra, y desde un
extremo de los cielos
hasta el otro extremo de
los cielos, si alguna
vez ha habido cosa
grande parecida a ésta,
o si se ha oído cosa
similar. |
|
|
¿Acaso pueblo
alguno ha oído jamás la
voz de Dios hablando de
en medio del fuego, como
tú la oíste, y ha
seguido viviendo? |
|
|
O ¿ha
intentado dios alguno ir
a tomar para sí a una
nación de en medio de
otra nación, con
pruebas, con señales, y
con maravillas, y con
guerra, y con poder
fuerte, y con brazo
extendido, y con grandes
hechos temibles, como
todo lo que el Eterno,
vuestro Dios hizo en
Egipto ante tus ojos. |
|
|
A ti te fue
mostrado esto para que
supieses que el Eterno,
El es Dios, y no hay
otro fuera de El. |
|
|
Desde los
cielos te hizo oír su
voz para enseñarte, y
sobre la tierra te hizo
ver su gran fuego, y sus
palabras has oído de en
medio del fuego. |
|
|
Todo esto lo
hizo porque amó a tus
padres, y escogió la
simiente de después de
ellos, y te sacó con su
gran fuerza de Egipto, |
|
|
para desterrar delante
de ti a naciones más
grandes y más fuertes
que tú, a fin de traerte
y darte en herencia la
tierra de ellas, como
hoy se ve. |
|
|
Y sabrás hoy y
considerarás en tu
corazón, que sólo el
Eterno es Dios, arriba
en los cielos y abajo en
la tierra; no hay otro
alguno. |
|
|
Y guardarás
sus estatutos y sus
mandamientos que yo te
ordeno hoy, para que te
vaya bien a ti y a tus
hijos después de ti, y
para que se prolonguen
tus días sobre la tierra
que el Eterno, tu Dios,
te da para siempre. |
|
|
|
|
|
|
TERCERA ALIA |
|
|
|
|
|
|
|
para que
huyera allí el homicida
que matare a su prójimo
sin intención, sin
haberlo odiado antes,
para que huyendo a una
de dichas ciudades,
viviese: |
|
|
a Bet-Peor, en
el desierto, en la
tierra de la planicie,
para los rubenitas; y a
Ramot, en Guilad, para
los gaditas; y a Golán,
en el Bashán, para los
menashitas. |
|
|
Y esta es la
ley que Moisés puso
delante de los hijos de
Israel. |
|
|
Estos son los
testimonios y los
estatutos y los juicios
que habló Moisés a los
hijos de Israel cuando
salieron de Egipto, |
|
|
de esta parte
del Jordán, en el valle,
frente a Bet-Peor, en la
tierra de Sijón, rey de
los emoreos, que
habitaba en Jeshbón, a
quien hirieron Moisés y
los hijos de Israel
después de que hubieron
salido de Egipto. |
|
|
Y se
posesionaron de su
tierra y de la tierra de
Og, rey de Bashán, dos
reyes de los emoreos que
estaban de esta parte
del Jordán, donde nace
el sol, |
|
|
desde Aroer,
que está sobre la ribera
del torrente de Arnón,
hasta el monte Sión, el
cual es Jermón, |
|
|
y toda la
planicie de esta parte
del Jordán, hacia el
oriente, hasta el mar de
la planicie, al pie de
las vertientes de la
Pisgá (colina). |
|
|
|
|
|
|
CUARTA ALIA |
|
|
|
|
|
|
|
El Eterno,
nuestros Dios, hizo un
pacto con nosotros en
Jorev. |
|
|
No con
nuestros padres hizo
este pacto, sino con
todos nosotros que
estamos aquí vivos este
día. |
|
|
Cara a cara
habló el Eterno con
vosotros en el monte,
desde en medio del
fuego, |
|
|
estando yo en
aquel tiempo entre el
Eterno y vosotros para
comunicaros la palabra
del Eterno, porque
tuvisteis miedo del
fuego y no subisteis al
monte; entonces El me
dijo así : |
|
|
Yo soy el
Eterno, tu Dios, que te
saqué de la tierra de
Egipto, de la casa de
servidumbre. |
|
|
No tendrás
otros dioses delante de
Mí. |
|
|
No harás para
ti escultura, ni
semejanza alguna de lo
que está arriba en el
cielo, ni de lo que está
abajo en la tierra, ni
de lo que está en las
aguas debajo de la
tierra; |
|
|
no te
postrarás ante ellas ni
les rendirás culto,
porque Yo soy el Eterno,
tu Dios, Dios celoso,
que visito (reviso) la
iniquidad de los padres
en los hijos, hasta la
tercera y cuarta
generación de los que me
aborrecen, |
|
|
y que uso de
misericordia hasta con
miles (dos mil) de
generaciones de los que
me aman y guardan mis
mandamientos. |
|
|
No jurarás por
el nombre del Eterno, tu
Dios, en vano, porque no
tendrá el Eterno por
inocente al que jurare
por su nombre en vano. |
|
|
Guardarás el día del
sábado para
santificarlo, como el
Eterno, tu Dios, te ha
ordenado. |
|
|
Seis días
trabajarás y harás toda
tu obra; |
|
|
mas el día
séptimo es sábado,
(consagrado) al Eterno,
tu Dios; no harás en él
obra alguna, tú, ni tu
hijo, ni tu hija, ni tu
siervo, ni tu sierva; ni
tu buey, ni tu asno, ni
ninguna bestia tuya; ni
el prosélito que habita
dentro de tus ciudades,
para que tu esclavo y tu
esclava puedan descansar
como tu descansas. |
|
|
y recordarás
que siervo fuiste en la
tierra de Egipto, y que
el Eterno, tu Dios, te
sacó de allí con poder
fuerte y con brazo
extendido; por tanto, el
Eterno, tu Dios, te ha
ordenado que observes el
día del sábado. |
|
|
Honrarás a tu
padre y a tu madre, como
te ordenó el Eterno, tu
Dios, para que se
prolonguen tus días y
para que te vaya bien
sobre la tierra que el
Eterno, tu Dios, te da. |
|
|
No matarás; y
no cometerás adulterio;
y no hurtarás; y no
prestarás falso
testimonio contra tu
prójimo; |
|
|
y no codiciarás la mujer de tu
prójimo; y no desearás
la casa de tu prójimo,
ni su campo, ni su
siervo, ni su sierva, ni
su buey, ni su asno, ni
cosa alguna que
sea de tu prójimo. |
|
|
|
|
|
|
QUINTA ALIA |
|
|
|
|
|
|
|
Y aconteció
que cuando vosotros
oísteis la voz desde en
medio de la oscuridad,
en tanto que el monte
ardía en fuego, os
acercasteis a mí todos
los cabezas de vuestras
tribus, con vuestros
ancianos, |
|
|
y dijisteis:
He aquí que el Eterno,
nuestro Dios, nos ha
hecho ver su gloria y su
grandeza, y hemos oído
su voz desde en medio
del fuego. En este día
vimos que Dios habla al
hombre y éste sigue
viviendo. |
|
|
Ahora pues,
¿por qué hemos de morir?
pues nos consumirá este
gran fuego; si
continuamos oyendo la
voz del Eterno, nuestro
Dios, entonces
moriremos. |
|
|
Porque ¿cuál
es la criatura como
nosotros, que haya oído
la voz del Dices vivo
hablando desde en medio
del fuego, y haya
seguido viviendo? |
|
Llégate tú y oye todo lo que dijere el Eterno, nuestro |
Dios; luego tú
nos dirás todo lo que te
dijere el Eterno,
nuestro Dios; así
nosotros lo oiremos y
cumpliremos. |
|
|
Y oyó el
Eterno la voz de
vuestras palabras cuando
hablasteis conmigo; y me
dijo el Eterno: He oído
la voz de las palabras
de este pueblo, que
ellos te han dicho; bien
han hablado cuanto te
han dicho. |
|
|
¡Ojalá que
ellos siguieran teniendo
tal corazón, a fin de
que me teman y guarden
todos mis mandamientos
todos los días, para que
les vaya bien a ellos y
a sus hijos para
siempre! |
|
|
Anda, diles:
Volveos a vuestras
tiendas. |
|
|
Y tú quédate
aquí conmigo y Yo te
diré todos los
mandamientos, los
estatutos y los juicios
que les has de enseñar,
para que los cumplan en
la tierra que les voy a
dar para heredarla. |
|
|
Y cuidaréis de
hacer según os ha
ordenado el Eterno,
vuestro Dios; no os
desviaréis a derecha ni
a izquierda. |
|
|
Por todo el sendero que os ha
ordenado el Eterno,
vuestro Dios, andaréis,
a fin de que viváis y os
vaya bien, y prolonguéis los
días en la tierraque
habéis de heredar. |
|
|
Y éstos son
los mandamientos, los
estatutos y los juicios
que ordenó el Eterno,
vuestro Dios, que os
enseñase, para que los
cumpláis en la tierra a
la cual pasáis para
heredarla; |
|
|
a fin de que
temas al Eterno, tu
Dios, de modo que
guardes todos sus
estatutos y sus
mandamientos que yo te
ordeno, tú y tu hijo y
el hijo de tu hijo,
todos los días de tu
vida, y para que se
prolonguen tus días. |
|
|
Y oirás, oh
Israel, y guardarás esto
para cumplirlo, para que
te vaya bien y para que
te multipliques mucho en
la tierra que mana leche
y miel, como te habló el
Eterno, Dios de tus
padres. |
|
|
|
|
|
|
SEXTA ALIA |
|
|
|
|
|
|
|
Y amarás al
Eterno, tu Dios, con
todo tu corazón y con
toda tu alma y con todo
tu poder. |
|
|
Y estas
palabras que te ordeno
hoy, han de permanecer
sobre tu corazón; |
|
|
y las
inculcarás a tus hijos,
y hablarás de ellas
estando en tu casa, y
andando por el camino, y
al acostarte y al
levantarte; |
|
|
y las atarás
por señal en tu mano, y
estarán por frontales
entre tus ojos; |
|
|
y las
escribirás sobre las
jambas de tu casa y en
tus portones. |
|
|
Y cuando te
haya introducido el
Eterno, tu Dios, en la
tierra que juró a tus
padres, a Abraham, a
Isaac y a Jacob, que te
daría, (con) ciudades
grandes y buenas que tú
no edificaste, |
|
|
y casas llenas
de toda suerte de cosas
buenas, que tú no
llenaste; y pozos
cavados que tú no
cavaste, y viñas y
olivares que tú no
plantaste; y cuando
comieres y te saciares, |
|
|
cuídate
entonces, no sea que te
olvides del Eterno que
te sacó de la tierra de
Egipto, de la casa de
servidumbre. |
|
|
Al Eterno, tu
Dios, temerás, y a El
servirás, y por su
nombre (podrás) jurar. |
|
|
No seguiréis a
otros dioses, los dioses
de las naciones que
están alrededor de
vosotros, |
|
|
porque el
Eterno, tu Dios, que
habita en medio de ti,
es un Dios celoso; no
sea que se encienda la
ira del Eterno, tu Dios,
contra ti y te destruya
de sobre la faz de la
tierra. |
|
|
No pondréis a
prueba al Eterno,
vuestro Dios, como los
pusisteis a prueba en
Massá. |
|
|
Guardar
guardaréis los
mandamientos del Eterno,
vuestro Dios, y sus
testimonios y sus
estatutos que El te
ordenó, |
|
|
y harás lo que
es recto y bueno a los
ojos del Eterno, para
que te vaya bien y para
que entres y poseas la
buena tierra que el
Eterno prometió con
juramento a tus padres; |
|
|
y para que El
arroje a todos tus
enemigos de delante de
ti, como habló el
Eterno. |
|
|
Cuando te preguntare tu hijo el
día de mañana, diciendo:
¿Qué significan los
testimonios y los
estatutos y las leyes
que el Eterno, nuestro Dios,
os ordenó? |
|
|
Dirás a tu
hijo: Siervos éramos del
Faraón en Egipto, y nos
saco el Eterno de Egipto
con poder fuerte. |
|
|
Y el Eterno
hizo señales y
maravillas grandes y
dañinas contra Egipto,
contra el Faraón y
contra toda su casa
delante de nuestros
ojos; |
|
|
mas a nosotros
nos sacó de allí para
traernos acá, a fin de
darnos esta tierra que
juró a nuestros padres. |
|
|
Y nos ordenó
el Eterno que
observásemos todos estos
estatutos y que
temiésemos al Eterno,
nuestro Dios, para bien
nuestro, todos los días,
para que El nos dé vida,
como sucede el día de
hoy. |
|
|
Y mérito
tendremos nosotros si
cuidamos de cumplir todo
este mandamiento en
presencia del Eterno,
nuestro Dios, como El
nos ordenó. |
|
|
|
|
|
|
SEPTIMA ALIA |
|
|
|
|
|
|
|
y cuando el
Eterno, tu Dios, las
hubiere entregado ante
ti y las hubiere herido,
las aniquilarás
considerándolas anatema;
no harás con ellas pacto
alguno ni les darás
posada en la tierra. |
|
|
Y no
te emparentarás con
ellas; no
darás tu hija a su hijo
ni tomarás su hija para
tu hijo; |
|
|
porque ellos
desviarán a tu hijo de
en pos de Mí y servirán
a otros dioses; así se
encenderá la ira del
Eterno contra vosotros,
y te destruirá
rápidamente. |
|
|
Sino que de esta manera habéis de
hacer con ellas: sus monolitosde
idolatría quebraréis,
y susárboles de
idolatría cortaréis,
y sus estatuas quemaréis
en el fuego. |
|
|
Porque pueblo
santo eres para el
Eterno, tu Dios; a ti te
escogió el Eterno, tu
Dios, para que le seas
un pueblo querido, por
encima de todos los
pueblos que hay sobre la
faz de la tierra. |
|
|
No por ser vosotros más numerosos
que todos los pueblos os
ha tenido afección el
Eterno y os ha escogido,
porque vosotros erais
el menos
numeroso de todos
los pueblos; |
|
|
sino por el
amor del Eterno hacia
vosotros, y por guardar
el juramento que había
hecho a vuestros padres,
os sacó el Eterno con
poder fuerte, y os
redimió de la casa de
servidumbre, del poder
del faraón, rey de
Egipto. |
|
|
|
|
|
|
ULTIMA ALIA |
|
|
|
|
|
|
|
y paga en vida
a los que le aborrecen,
haciéndoles perecer; no
tardara en dar la paga a
aquél que le aborrece;
en vida le pagará. |
|
|
Y guardarás
los mandamientos y los
estatutos y los Juicios
que yo te prescribo hoy,
para cumplirlos. |
|
|
|
NOTAS EXPLICATORIAS:
Este es uno de los cuatro
contextos de la Tora donde Moshe
le dijo a Hashem: "No te dejaré
hasta que me respondas si has de
satisfacer mi ruego o no" A eso
alude la expresion aparentemente
superflua "diciendo"
Supliqué al Eterno
Moisés, el pastor modelo que
guió al pueblo durante cuarenta
años en la travesía del
desierto, no pudo realizar su
sueño: el de entrar en la Tierra
Prometida. Con este propósito,
hizo una plegaria como última
tentativa, para que Dios le
dejase pasar el Jordán y ver "la
buena tierra". El Rabino Samlay
ve en la plegaria de Moisés, el
orden que debe seguirse al orar.
Moisés comienza exaltando a Dios
antes de hacer su petición. "No
podemos - dice Rabí Samlay -
dirigir nuestras preces a Dios
antes de haberle loado y haber
reconocido su grandeza y su
poder" (Yalcut 813).La plegaria
de Moisés sirvió de fórmula para
los rezos de nuestro ritual. Una
de las más importantes, la Amidá
o Shemoné Esré, plegaria
silenciosa que contiene
dieciocho bendiciones
(diecinueve incluyendo la
oración lamalshinim velaminim)
y que se reza de pie, comienza
en efecto con fórmulas
laudativas dirigidas al Eterno;
solamente después, siguen las
peticiones.Cuánto dolor se
entrevé en las cortas y pocas
palabras que Moisés dedica a
Dios en su plegaria (ver
versículos 25-28). Moisés debía
morir en el desierto. con la
generación que tanto amó, y a la
que, durante los duros cuarenta
años, transmitió la palabra
divina.
Este buen Monte
Moisés hace alusión a la
ciudad de Jerusalem, la cual se
encuentra rodeada de montes (ver
Salmo 125, 3); y con el Líbano,
al lugar donde más adelante se
construiría el Templo.
Libano, en referencia al Beit
Hamikdash, cuya mision es
blanquear las trasgresiones de
Israel. Libano y blanco en
hebreo tienen la misma raiz :
Laban
Fortalece y Anima
Cuando Moisés comunicó a Josué
que debía remplazarle, éste se
declaró modestamente incapaz de
guiar al pueblo. Pero Moisés le
animó con expresiones
alentadoras, instándolo a no
disminuir su valor. Le recordó
su propio pasadora cuando Dios
le encargó la misión de salvar
al pueblo en Egipto. "Yo comencé
rehusando (ver Exodo, 4,
13) y finalmente acepté. Tú
también aceptarás".
Israel escucha
Moisés, el guía ideal del
pueblo de Israel, aunque no
habría de entrar a la Tierra
Prometidas no abandonó su
misión, la de inculcar en el
pueblo sus deberes más allá del
Jordán, que él no pasaría: "Y
ahora pues, oh Israel, oye los
estatutos y los juicios que yo
os enseño para que los ejecutéis
y viváis y entréis a heredar la
tierra que el Eterno, Dios de
vuestros padres, os da"
(capítulo 4, 1). Se nota aquí
que la máxima aspiración de
Moisés no era solamente llevar
al pueblo a la tierra prometida;
él sentía que Israel necesitaba
antes que nada de una patria
espiritual, la cual pudiese
existir aun fuera de Eretz
Yisrael. Ella es la Torah, con
sus preceptos y estatutos
sagrados, la patria esencial del
judaísmo hasta hoy.
Gran nación, pueblo santo y entendido
"Cuidar" alude a estudiar los
mandamientos. "Observar" alude a
ponerlos en practica. Estudiar
los mandamientos es cuidarlos,
ya que el estudio y el
conocimiento de los mismos es el
catalizador para su aplicacion y
practica; y como tales, fuente
de su eterna perdurabilidad. El
estudio y la observancia de los
preceptos es la gran dabiduria
de vida del pueblo de Israel,
motivo de reconocimiento entre
las naciones del mundo.
A tus hijos
Moisés insiste varias veces, en este
libro, sobre el mandamiento de
transmitir a los hijos y nietos,
de generación en generación, el
legado espiritual recibido. En
realidad, si el judaísmo existió
hasta hoy fue gracias a la
educación religiosa suministrada
a los niños. Numerosas son las
declaraciones de la Torah y del
Talmud sobre dicho precepto:
"Estas palabras que hoy te
enseño estarán sobre tu corazón
y las repetirás a tus hijos",
etc. (Deuteronomio 6, 6-7). "El
padre que enseña la Torah a su
hijo, tiene el mismo mérito de
quien la hubiese recibido
directamente del monte Sinay"
(Bereshit Rabá 10). El deber
primordial de una comunidad
israelita es el de educar
religiosamente a los niños, ya
que la futura existencia de ella
dependerá de la difusión de esa
enseñanza. "No se puede
suspender la instrucción de los
niños ni aun para construir el
Templo de Jerusalem" (Shabat 1,
19).
Dios celoso es
Celoso en el sentido de que
cela por la santidad de sus
hijos y no tolera el culto a la
idolatría de cualquier manera
que se practique, según vemos en
los versículos anteriores de
este capítulo, que recuerdan a
Israel su espiritualidad, que no
puede ser representada por
ninguna imagen.
Cuando hubieres engendrado hijos
Con razón los reinos
escogieron este trozo, desde el
versículo 25 hasta el 40, para
la lectura del triste ayuno del
9 de Av (Tishá beAv ). Moisés
hace aquí una seria advertencia
de lo que acontecerá si los
israelitas se apartan de la
senda divina para adorar dioses
extraños o materiales, y actúan
mal. En efecto, todo lo que
Moisés predijo aconteció, pero
aún así Dios no abandonó a su
pueblo, como lo prometió: "Pero
cuando te vieres en angustia...
buscarás desde allí al Eterno,
tu Dios, y le hallarás, con tal
de que le requieras con todo tu
corazón y con toda tu alma...
porque el Eterno tu Dios es un
Dios misericordioso, no te
dejará caer, ni te destruirá, ni
se olvidará del pacto que juró a
tus padres". La felicidad del
pueblo israelita y su bienestar
se hallan en la unión íntima y
espiritual con su Dios, y en el
cumplimento de los preceptos de
su Ley.
Moshé les esta advirtiendo que
serian desterrados al cabo de
852 años, como la suma de las
letras de la palabra "venoshantem".
Alusión al exilio babilónico.
Pero de hecho, el exilio tuvo
lugar al cabo de 850 años. En Su
gran misericordia Hashem le
adelantó 2 años para evitar que
un peor descenso de Israel
desembocase en la perdicion y la
destruccion mencionada en el
verso 26.
Delante de ti a naciones
Hace alusión a los pueblos de
los reinos de Sijón y Og, que
los israelitas conquistaron
antes de cruzar el Jordán.
Tres ciudades
Esta parte, desde el versículo 41 hasta
el fin del capítulo, constituye
una interrupción entre el
primero y segundo discurso de
Moisés. Algunos exegetas piensan
que este relato no está en su
lugar apropiado, pero otros
dicen que sí lo está, y que
Moisés siempre tuvo en el
pensamiento apartar las tres
ciudades, pero solamente ahora
pudo realizarlo. Separó las tres
ciudades de refugio de la
Transjordania a pesar de que,
según afirma el Talmud (Macot
9), éstas no podían servir para
la finalidad a que estaban
destinadas hasta que separasen
también las otras tres en la
tierra de Canaán. Los hombres
justos cumplen las buenas obras
cuando tienen la posibilidad de
hacerlo, aunque hayan de servir
para más tarde. Cualquier otro
jefe espiritual igual a Moisés,
hubiese estado satisfecho con la
grandiosa obra realizada hasta
el momento, pero él lucha hasta
el último día, hasta la última
hora, por el futuro de su
pueblo.
Guardarás el día del Shabat
En esta perashá, Moisés menciona los diez
mandamientos con ligeras
modificaciones en relación a los
que proclamó el Eterno en el
monte de Sinay, pero en el
cuarto mandamiento, en lugar de Zajor
et yom hashabat lekadeshó (recordarás
el día de sábado para
santificarlo), dijo: Shamor,
etc. (guardarás el día de
sábado para santificarlo). El
Talmud afirma que no fue Moisés
quien cambió la palabra zajor
por shamor, sino que Dios había
pronunciado las dos palabras de
una sola vez, lo que constituye
un milagro incomprensible para
el ser humano. Haciendo alusión
a esto, el poeta Shelomó Halevi
el Kabetz dice en su famosa
poesía Leja Dodí, que se canta
en el ritual del viernes por la
noche: Shamor vezajor bedibur
ejad, hishmianu El hameyujad(guardar
y observar (el sábado) nos hizo
oír el Dios único en una sola
palabra). Los preceptos
negativos del Decálogo no
deberán ser traducidos sino en
futuro simple: "no matarás, no
robaras", etc. No se trata de
una ley, una disposición, un
"imperativo" que el hombre debe
cumplir, sino de una educación
integral en la que el precepto
se convierte en parte natural de
su personalidad, y que el hombre
observa instintivamente. Nuestra
fe nos ordena creer que estos
sublimes mandamientos fueron
dictados por inspiración divina.
En realidad, si no procedieran
de las alturas, no habrían
existido desde hace más de tres
mil años hasta hoy,
contribuyendo a la moralización,
progreso y ennoblecimiento de
casi toda la familia humana.
Que sea de tu prójimo
Es especialmente interesante
el décimo mandamiento, que
siendo el último ocupa una
posición destacada y constituye
un ejemplo único en su
categoría. Se pueble argumentar
que envidiando a nuestro prójimo
no le hacemos ningún mal; al
contrario, a muchos les gusta
ser envidiados. Pero esta
envidia aparentemente
inofensiva, constituye muchas
veces el principio de todos los
males cuando el hombre se deja
dominar por ella; es la raíz del
robo, del adulterio y hasta del
asesinato. Consiguiendo vencer
la envidia, el hombre jamás se
dejará arrastrar por el pecado.
Prolonguéis los días en la
Tierra
Las leyes de la Torah hacen que la vida
del hombre sea armoniosa,
ordenada y honrada. Son la
fuente de la verdadera dicha,
tanto en la familia como en la
sociedad; contribuyen a
preservar la salud física y
moral, y por consiguiente a
prolongar la vida. Estos
mandamientos hacen que el
israelita, en todos los actos de
su vida, cumpla con su deber,
con su dignidad humana, y ocupe
su lugar en la escala de la
Creación, que le elevará desde
la tierra a las regiones del
espíritu. La eficiencia de estos
mandamientos queda demostrada
por la misma existencia del
pueblo israelita, que habiendo
estado privado por tantos años
de toda fuerza material,
dispersado y perseguido en casi
todos los países del mundo,
sobrevive hasta hoy, lo que no
aconteció con otros pueblos a
pesar de todos sus ejércitos y
poderes políticos y sociales.
"El Eterno, queriendo favorecer
a Israel, dio a éste leyes y
mandamientos en gran número"
(Macot 23:).
El Eterno es Uno
Este versículo constituye la
declaración de fe israelita. Las
primeras palabras hebreas que se
le enseñan a un niño judío son: Shemá
Yisrael, hashem Elokenu haském
ejad (Oye, Israel, etc.), y
estas son también las últimas
palabras que pronuncia el
israelita al morir. Esta frase,
dice el Talmud, no está dirigida
a los oídos, sino al corazón:
Oye, Israel, en cualquier idioma
que oigas, aun cuando no
comprendas lo que oigas, pues lo
que aquí te dicen debe penetrar
directamente en tu corazón y en
tu alma. De esto se deduce que
el verdadero servicio divino no
se realiza sólo con los actos,
sino también con el corazón y el
alma. Y por ello los sabios del
Talmud consideran que lo
principal es la cavaná, o sea la
intención y el sentimiento que
se pone en la oración.Es
interesante, al analizar este
pequeño versículo, observar que
la última letra de la primera
palabra y la última letra de la
última palabra, están escritas
en la Torah más grandes que
todas las demás. Son las letras
áyin y dálet. El Baal Haturim
explica esta singularidad
diciendo que esas dos letras
componen la palabra hebrea ed,
es decir, testigo, y nos
recuerda el versículo del
profeta Isaías, 43, 10:
"Vosotros sois mis testigos, ha
dicho el Eterno". Cada judío, al
decir la Shemá en sus diarias
oraciones, atestigua con ella la
divinidad de Dios
Dios os ordenó
Esta es la pregunta que hace
el hijo calificado de sabio, en
la noche del Séder (orden de la
ceremonia hogareña de la primera
noche de Pésaj). De acuerdo con
ella, cada padre debe relatar a
su hijo, sea éste sabio, malo,
simple, o incluso aunque no sepa
preguntar, la historia de la
esclavitud de Egipto y la del
Éxodo. De este precepto nació la
narración escrita en la Hagadá,
librito popular de la literatura
hebrea que presenta en forma de
antología un esquema simple e
impresionante del origen del
judaísmo, de la estadía de los
israelitas en Egipto y del
Exodo. Contando el episodio de
la esclavitud en Egipto, el
padre estimula el interés de sus
hijos por el glorioso pasado de
su pueblo, y les infunde fe y
confianza en Dios.
No te emparentarás con ellas
Este mandamiento se refiere a los
matrimonios con los pueblos
idólatras de aquel tiempo, como
también a los enlaces mixtos de
la actualidad, pero de ningún
modo a los prosélitos, puesto
que Dios mismo declaró amarlos,
según fue escrito: "(Dios) que
ama al prosélito" (Deuteronomio
10, 19). En el Midrash (Bereshit
Rabbá 39, 14) encontramos estas
palabras: "El israelita que
aproxima un pagano (a Dios) y lo
convierte, es como si le hubiera
creado". Y en el Talmud (Pesajim
87:) se dice: "El Santo, bendito
sea El, exiló a Israel en medio
de las naciones por la única
razón de que se le junten
prosélitos". En el mismo Talmud
existe una opinión contraria a
ésta: "Los prosélitos son para
Israel como una plaga maligna"
(Yebamot 47:), pero esta
declaración es consecuencia del
mal comportamiento de los
convertidos de aquel tiempo, los
cuales, por su actuación,
pusieron en peligro a la
comunidad israelita entera. A
partir de entonces, los que
deseaban convertirse al judaísmo
eran examinados minuciosamente;
también se investigaban las
razones que les impulsaban a
ello (ver en Shulján Aruj, Yoré
Deá, párrafo 268, las leyes
sobre el proselitismo).
Monolitos de idolatría
Altares hechos de una sola
piedra, que servían de símbolos
para Raal, dios del sol.
Arboles de idolatría
Arbol plantado como símbolo
sagrado de Astarté, diosa de la
fertilidad.
Menos numeroso
El Midrash interpreta las palabras del
vers. 7 de la siguiente manera:
"Por no ser orgullosos, sino
humildes, escogió..." Y en el
Talmud (Pesajim 87) se dice: "El
Santo, bendito sea El, exiló a
Israel en medio de las naciones
por la única razón de que se le
junten prosélitos". En el mismo
Talmud existe una opinión
contraria a ésta: "Los
prosélitos son para Israel como
una plaga maligna" (Yebamot 47),
pero esta declaración es
consecuencia del mal
comportamiento de los
convertidos de aquel tiempo, los
cuales, por su actuación,
pusieron en peligro a la
comunidad israelita entera. A
partir de entonces, los que
deseaban convertirse al judaísmo
fueron examinados
minuciosamente; también se
investigaban las razones que les
impulsaban a ello (ver en
Shulján Aruj, Yoré Deá, párrafo
268, las leyes sobre el
proselitismo).
Mil generaciones
En el capítulo 5, 10, se dice
que Dios usa de misericordia con
los que le aman, hasta millares
(por lo menos dos mil)
generaciones. La explicación
dada por el Talmud a esta
diferencia es la siguiente:
hasta mil generaciones, a los
que sirven al Eterno por temor a
El, y hasta dos mil
generaciones, a los que lo hacen
por amor.
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