Organizacion Sin Animo de Lucro
Adscrita al Judaismo Ortodoxo Moderno
Desde Monsey, New York
Aliyot Devarim Ree Hebreo/Español
Aliyot Devarim Re'eh
Devarim - Deuteronomio-
Cap. 11:26 al 16:17
Por Eliyahu BaYona Ben Yossef,
Director Shalom Haverim Org.
New York
Aliyot es el plural hebreo de Aliá o Aliyá
que significa "subir". Cada vez
que una persona - Olé- sube a la
Bimá debe recitar la
Brajá -Bendición- antes de
comenzar el Baal Koréh -בעל
קורא - la Lectura y al cerrar la misma. Esto se hace cada
vez que el Baal Koréh lee la
Porción -Parashá-
correspondiente.
El Maftir es la última persona que se llama
a la Bimá y es invitada a leer
la porción de la Haftará
-Profetas-
Esta es la Brajá
de la Lectura de la Toráh:
|
Barjú et Adonay hamevoraj. |
¡Bendecid al
Eterno, el Bendito! |
|
(todos)
Baruj Adonay hamevoraj
le'olam va'ed. |
(todos) Bendito es
el Eterno, el Bendito
para siempre. |
|
Baruj atáh
Adonay Elohenu melej
ha'olam, asher bajar
banu mikol-ha'amim,
venatan lanu et-torató. |
Bendito seas
Tú, oh Eterno nuestro
Dios, Rey del universo
que nos elegiste entre
todos los pueblos y nos
diste Tu Toráh, Bendito
seas, oh Eterno, que nos
concediste la Toráh. |
|
|
Bendito
seas, oh Eterno, que nos
concediste la Toráh. (todos) AMEN |
|
|
Bendito seas
Tu oh Eterno nuestro
Dios, Rey del Universo
que nos diste (Tu
Toráh), la Toráh de la
Verdad, e implantaste en
nosotros la Vida Eterna. |
|
|
Bendito
seas, oh Eterno, que nos
concediste la Toráh. (TODOS DICEN AMEN) |
|
|
|
|
la
bendición, si
obedeciereis los
mandamientos del Eterno,
vuestro Dios, que yo os
ordeno hoy; |
|
|
y la
maldición, si no
obedeciereis los
mandamientos del Eterno,
vuestro Dios, sino que
os apartáreis del camino
que yo os ordeno hoy,
andando en pos de otros
dioses que no
conocisteis. |
|
|
Y sucederá
que cuando el Eterno, tu
Dios, te haya
introducido en la tierra
adonde vas para
poseerla, pondrás a los
que van a bendecir al
pueblo frente al monte
Guerizzim, y a los que
van a maldecir, frente
al monte Eval. |
|
|
He aquí que
estos montes se
encuentran más allá de
Jordán, lejos, en la
parte del occidente, en
la tierra del cananeo
que habita en la
planicie, enfrente del
Guilgal, junto a las
encinas (planicies) de
Moré. |
|
|
Pues
vosotros estáis a punto
de pasar el Jordán, a
fin de tomar posesión de
la tierra que el Eterno,
vuestro Dios, os da, y
la poseeréis y
habitaréis en ella; |
|
|
y cuidaréis
de cumplir todos los
estatutos y los juicios
que hoy os pongo
delante. |
|
|
Estos son
los estatutos y los
juicios que os cuidaréis
de cumplir en la tierra
que el Eterno, Dios de
tus padres, te habrá
dado a poseer por todos
los días que viviereis
sobre la tierra. |
|
|
Ciertamente
destruiréis todos los
lugares en que las
naciones que habéis de
desterrar sirvieron a
sus dioses, sobre los
montes altos y sobre las
colinas, y debajo de
todo árbol frondoso. |
|
|
Y
derribaréis sus altares,
y quebraréis sus
monolitos, y quemaréis a
fuego sus árboles de
idolatría, y cortaréis
las esculturas de sus
dioses, y haréis
desaparecer sus nombres
de aquel lugar. |
|
|
No serviréis
de modo semejante al
Eterno, vuestro Dios, |
|
|
sino que
iréis al lugar que el
Eterno, vuestro Dios,
escogiere de entre todas
vuestras tribus para
poner allí su nombre;
por el lugar de su
morada preguntaréis, y
allí iréis. |
|
|
Y llevaréis
allí vuestros
holocaustos y vuestros
sacrificios y vuestros
diezmos, y vuestra
ofrenda de primicias, y
vuestros votos, y
vuestras ofrendas
voluntarias, y los
primogénitos de vuestro
ganado mayor y menor, |
|
|
y allí los comeréis delante del Eterno, vuestro Dios, y os regocijaréis,
vosotros y vuestras
familias, con todo lo
que poseéis, por lo que
os bendijo el Eterno
vuestro Dios. * |
|
|
No
procederéis en nada
según lo que hacemos
aquí hoy, cada cual lo
que le parece bien a sus
ojos; |
|
|
pues hasta
ahora no habéis llegado
al descanso y a la
herencia que el Eterno,
tu Dios, te da; |
|
|
mas lo
podréis hacer cuando
paséis el Jordán y
habitéis en la tierra
que el Eterno, vuestro
Dios, os hace heredar, y
cuando El os haya dado
reposo de todos
vuestros, enemigos
alrededor, de modo que
habitéis con seguridad; |
|
|
El Olé debe decir la Braja de
Cierre |
|
|
|
SEGUNDA ALIA |
|
Recitar la
Braja de Inicio |
|
|
|
|
|
y os
regocijaréis (allí)
delante del Eterno,
vuestro Dios, vosotros y
vuestros hijos, y
vuestras hijas, y
vuestros siervos, y
vuestras siervas, y el
levita que habita dentro
de vuestras ciudades;
pues él no tiene parte
ni herencia entre
vosotros. |
|
|
Guárdate de
ofrecer tus holocaustos
en cualquier lugar que
vieres, |
|
|
sino que en
el lugar que escogiere
el Eterno en una de tus
tribus, allí ofrecerás
tus holocaustos, y allí
harás todo lo que yo te
ordeno. |
|
|
Con todo,
según el deseo de tu
alma podrás degollar
(animales) y comer carne
en todas tus ciudades,
conforme a la bendición
del Eterno, tu Dios, que
El te hubiere dado; la
persona impura, así como
la que está pura, podrán
comerla juntos, como se
come la carne de ciervo
o gacela |
|
|
solamente la sangre no comeréis; sobre la tierra la derramaréis
como agua. * |
|
|
No te será
permitido comer dentro
de tus ciudades el
diezmo de tus cereales
ni de tu mosto ni de tu
aceite, ni los
primogénitos de tu
ganado mayor y menor, ni
ninguno de los votos que
ofrecieres, ni tus
ofrendas voluntarias, ni
la ofrenda de tus
primicias |
|
|
sino que
delante del Eterno lo
comerás, dentro de la
ciudad que el Eterno, tu
Dios, escogiere, tú y tu
hijo, y tu hija, y tu
siervo, y tu sierva, y
el levita que mora
dentro de tus ciudades;
y te regocijarás ante el
Eterno, tu Dios, con
todo lo que poseyeres. |
|
|
Guárdate de
abandonar al levita por
todos los días que
vivieres en tu tierra. |
|
|
Guando el
Eterno, tu Dios,
ensanchare tu territorio
según te habló, y tú
dijeres: "voy a comer
carne", porque tu alma
desea comer carne, con
todo el deseo de tu alma
podrás comer carne. |
|
|
Si estuviere
lejos de ti el lugar que
escogiere el Eterno, tu
Dios, para poner allí su
nombre, entonces podrás
degollar de tu ganado
mayor o menor que te
diere el Eterno, de
acuerdo con lo que te
tengo ordenado, y
comerás dentro de tus
ciudades, según todo lo
que desees. |
|
|
Pero como se
come el corzo y el
ciervo, así los comerás:
la persona impura, así
como la que está pura,
podrán comer de ellos
juntas. |
|
|
Solamente te esforzarás para no
comer la sangre; porque
la sangre es el alma, y
no comerás cuando el alma está junto a la carne. * |
|
|
No la
comerás; sobre la tierra
la derramarás como agua. |
|
|
No la
comerás para que te vaya
bien a ti y a tus hijos
después de ti, porque
harás lo que es recto a
los ojos del Eterno. |
|
|
De cierto,
las cosas santificadas
que tuvieres y tus
ofrendas tomaras, e irás
al lugar que escogiere
el Eterno, |
|
|
y ofrecerás
tus holocaustos, la
carne juntamente con la
sangre, sobre el altar
del Eterno, tu Dios;
también la sangre de tus
demás sacrificios será
derramada sobre el altar
del Eterno, tu Dios; y
la carne comerás. |
|
|
Guarda pues
y obedece estas palabras
que yo te ordeno, a fin
de que te vaya bien a ti
y a tus hijos después de
ti, para siempre, cuando
hicieres lo que es bueno
y recto a los ojos del
Eterno, tu Dios, |
|
|
El Olé debe decir la Braja de
Cierre |
|
|
|
TERCERA ALIA |
|
|
|
|
|
|
|
guárdate de
no unirte a ellas,
siguiéndolas aún después
de ser destruidas
delante de ti, y que no
inquieras respecto de
sus dioses, diciendo:
"del modo que servían
estas naciones a sus
dioses, así haré yo
también". |
|
|
No procederás de modo semejante
para con el Eterno, tu
Dios, porque toda suerte
de abominaciones, las
cuales aborrece el
Eterno, han hecho ellas
a sus dioses; pues
ellas queman para sus dioses a sus hijos
y a sus hijas. * |
|
|
Todo cuanto
os ordeno, eso cuidaréis
de hacer; no añadiréis a
ello ni quitaréis de
ello nada. |
|
|
Si se
levantare en medio de ti
profeta, o soñador de
sueños, y te diere una
señal del cielo o un
milagro de la tierra, |
|
|
y se
realizare la señal o la
maravilla de que te haya
hablado y te dijere:
"Vamos en pos de otros
dioses que nunca
conociste y
sirvámoslos", |
|
|
no
obedecerás las palabras
de aquel profeta o de
aquel soñador de sueños,
porque el Eterno,
vuestro Dios, os está
probando para saber si
amáis al Eterno, vuestro
Dios, con todo vuestro
corazón y con toda
vuestra alma. |
|
|
En pos del
Eterno, vuestro Dios,
habéis de andar, y a El
habéis de temer, y sus
mandamientos habéis de
guardar, y su voz habéis
de escuchar, y a El
habéis de servir, y a El
os habéis de adherir. |
|
|
Y el tal profeta o el tal soñador
de sueños será muerto,
porque predicó perversión en nombre del Eterno, vuestro Dios, que
os sacó de la tierra de
Egipto y que te redimió
de la casa de
servidumbre, para
desviarte del camino en
que el Eterno, tu Dios
te ordeno que te
condujeras. Asi
acabaran con el mal que
haya entre ustedes. * |
|
|
Cuando te
incitare en secreto tu
hermano de padre, o tu
hermano de madre, o tu
hijo, o tu hija, o la
mujer de tu afección, o
tu amigo que es como tu
alma, diciendo: "vamos y
sirvamos a otros dioses
desconocidos de ti y de
tus padres", |
|
|
los dioses
de los pueblos que están
alrededor de vosotros,
cerca o lejos de ti, (o
que están) desde un
extremo de la tierra al
otro extremo de la
tierra, |
|
|
no cederás a
él y no le escucharás, y
tus ojos no tendrán
piedad de él ni
ocultaras su culpa, |
|
|
sino que
ciertamente le matarás;
tu mano será la primera
que se levante contra él
para hacerle morir, y la
mano de todo el pueblo
después, |
|
|
y le
apedrearás para que
muera, por lo mismo que
procuraba desviarte del
Eterno, tu Dios, que te
sacó de la tierra de
Egipto, de la casa de
servidumbre. |
|
|
Y todo
Israel oirá! y temerá, y
no volverán más a hacer
semejante cosa mala en
medio de ti. |
|
|
Si oyeres
decir de cualquiera de
las ciudades que el
Eterno, tu Dios, te da
para habitar allí: |
|
|
Han salido
hombres perversos de en
medio de ti, y han
descarriado a. los
habitantes de su ciudad,
diciendo: "vamos y
sirvamos a otros dioses
que no conocisteis", |
|
|
inquirirás y
buscarás y preguntarás
diligentemente, y he
aquí que la cosa es
verdad, cosa cierta es
que tal abominación se
hizo en medio de ti; |
|
|
ciertamente golpearás a los
habitantes de aquella
ciudad a filo de espada,
destruyéndola
completamente con todo
lo que hubiere en ella,
y hasta sus bestias
destruirás a filo de
espada. * |
|
|
Y todos sus
despojos juntarás en
medio de su plaza, y
quemarás a fuego
enteramente la ciudad
con todo su despojo, en
nombre del Eterno tu
Dios, y quedará hecha un
montón de ruinas para
siempre; no será
reconstruida jamás. |
|
|
Y no se
quedará en tu mano nada
del anatema, para que el
Eterno se aparte del
furor de su ira y tenga
piedad de ti, y se
compadezca de ti, y te
multiplique como juró a
tus padres; |
|
|
por lo que
obedecerás la voz del
Eterno, tu Dios,
guardando todos sus
mandamientos que yo
ordeno hoy, y haciendo
lo que es recto a los
ojos del Eterno, tu
Dios. |
|
|
|
|
|
|
CUARTA ALIA |
|
|
|
|
|
|
|
porque eres
un pueblo santo para el
Eterno tu Dios, y a ti
te escogió el Etern para
que le seas un pueblo
querido, más que todos
los pueblos que hay
sobre la faz de la
tierra. |
|
|
No comeras nada de lo que fuere abominable. * |
|
|
Estos son
los animales que podréis
comer: el buey, el
cordero y el cabrito; |
|
|
el ciervo, y
el corzo, y el búfalo, y
el macho cabrío salvaje,
y el antílope, y el toro
silvestre y la cabra
montés; |
|
|
y todo
animal de pezuña hendida
y separada en dos de
arriba abajo, y que
rumia, entre los
animales, ése podréis
comer. |
|
|
Con todo, éstos no comeréis entre
los que rumian o entre
los que tienen pezuña
hendida: el shesuá, el camello, y la liebre, y el conejo,
pues aunque rumian no
tienen la pezuña
hendida; impuros son
para vosotros ; * |
|
|
y el puerco,
pues aunque tiene la
pezuña hendida, no
rumia; impuro es para
vosotros. De la carne de
ellos no comeréis, ni
tocaréis su cuerpo
muerto. |
|
|
Estos
podréis comer de todo lo
que hay en las aguas:
todo lo que tiene aletas
y escamas comeréis; |
|
|
y todo lo
que no tiene aletas y
escamas no lo comeréis;
impuro será para
vosotros. |
|
|
Toda ave
pura podréis comer; |
|
|
y éstas son
las que no comeréis: el
águila, el
quebrantahuesos y el
águila de mar; |
|
|
y el milano,
y el buitre, y el azor,
según su especie; |
|
|
y todo
cuervo según su especie; |
|
|
y el
avestruz, y la lechuza,
y la gaviota, y el
gavilán, según sus
especies; |
|
|
y el búho, y
el ibis, y el vampiro; |
|
|
y el
pelícano, y el buitre
egipcio, y el cuervo
marino; |
|
|
y la
cigüeña, y la garza,
según sus especies, y el
gallo montés, y el
murciélago. |
|
|
Y todo insecto alado será impuro para vosotros; no se
comerá. * |
|
|
Toda ave
pura podréis comer. |
|
|
No comeréis
ningún animal que murió
por sí mismo ; al
peregrino incircunciso
que habitare en tus
ciudades, lo podrás dar
y él lo comerá, o lo
podrás vender al
extranjero; porque tú
eres un pueblo santo
para el Eterno, tu Dios.
No guisarás el cabrito
en la leche de su madre. |
|
|
|
|
|
|
QUINTA ALIA |
|
|
|
|
|
|
|
y lo comerás delante del Eterno,
tu Dios, en el lugar que
El escogiere para hacer
habitar allí su nombre;
el diezmo de tu cereal,
de tu mosto y de tu
aceite, y los primogénitos de tu ganado mayor y menor, a fin de
que aprendas a temer al
Eterno, * |
|
|
Mas si el
camino fuere demasiado
largo para ti, de manera
que no pudieres llevarlo
por estar demasiado
lejos de ti el lugar que
escogiere el Eterno, tu
Dios, para poner allí su
nombre, pues te ha de
bendecir el Eterno, tu
Dios, y tendrás
producción abundante |
|
|
entonces lo
convertirás en dinero, y
atarás el dinero en tu
mano e irás al lugar que
escogiere el Eterno, tu
Dios, |
|
|
y gastarás
el dinero en todo lo que
descare tu alma, en
ganado mayor o menor o
en vino añejo, o en
cualquier cosa que te
pidiere tu alma; y
comerás allí delante del
Eterno tu Dios, y te
regocijarás, tú y tu
casa; |
|
|
y al levita
que habitare dentro de
tus ciudades, no le
abandonarás (no dándole
el primer diezmo),
porque no tiene parte ni
herencia contigo. |
|
|
Al fin de cada tercer año, sacarás todo el diezmo de tus productos
de aquel año, y lo
depositarás en tus
ciudades, * |
|
|
y vendrá el levita, que no tiene parte ni herencia contigo,
y el peregrino, y el huérfano, y la viuda que habitan
en tus ciudades, y
comerán y se saciarán,
para que te bendiga el
Eterno, tu Dios, en toda
obra de tu mano que
hicieres. * * |
|
|
|
|
|
|
SEXTA ALIA |
|
|
|
|
|
|
|
Y ésta será
la manera del año
sabático: todo acreedor
que prestó a su
compañero, lo dejará; no
lo exigirá de su
compañero o de su
hermano, por haber
llegado el año sabático
para el Eterno. |
|
|
Al extranjero idólatra podrás
exigirlo; mas lo que
estuviere en poder de tu hermano, lo dejarás. * |
|
|
Con todo, no habrá en medio de ti menesteroso, porque el Eterno te bendecirá
abundantemente en la
tierra que el Eterno, tu
Dios, te da en herencia.
para que la poseas, * |
|
|
con tal de
que oigas atentamente la
voz del Eterno, tu Dios,
para guardar y cumplir
todo este mandamiento
que yo te prescribo hoy. |
|
|
Porque el
Eterno, tu Dios, te ha
bendecido como te tiene
hablado, y tú podrás
prestar a muchas
naciones, mas no tendrás
que pedir prestado; y
tendrás dominio sobre
muchas naciones, mas
ellas no tendrán dominio
sobre ti. |
|
|
Cuando
hubiere en medio de ti
un menesteroso entre tus
hermanos, en alguna de
tus ciudades, en la
tierra que el Eterno tu
Dios te da, no
endurecerás tu corazón
ni cerrarás tu mano a tu
hermano menesteroso; |
|
|
sino que
ciertamente le abrirás
tu mano, y sin falta le
prestarás lo suficiente
para lo que le faltare. |
|
|
Guárdate de
que no haya en tu
corazón cosa perversa,
ni digas: "se va
acercando el año
séptimo, el año
sabático", de modo que
tu ojo sea malo para con
tu hermano menesteroso y
no le des nada, y él
clame contra ti al
Eterno, y haya en ti
pecado. |
|
|
Aunque sea
muchas veces le darás, y
que tu corazón no se
malee cuando le dieres,
porque a causa de esto
te bendecirá el Eterno,
tu Dios, en toda tu obra
y en todo aquello en que
pusieres tu mano. |
|
|
Porque nunca
dejará de haber
menesterosos en medio de
la tierra; por tanto, yo
te ordeno diciendo:
Ampliamente has de abrir
tu mano a tu hermano, o
sea a tu pobre y a tu
menesteroso en tu
tierra. |
|
|
Si fuere
vendido a ti tu hermano
el hebreo o hebrea, te
servirá seis años, y en
el séptimo lo dejarás ir
libre de ti. |
|
|
Y cuando le
dejares ir libre de ti,
no le enviaras con las
manos vacías, |
|
|
sino que le
cargarás proveyéndole de
tu rebaño y de tu era y
de tu bodega; de aquello
en que te haya bendecido
el Eterno, tu Dios, le
darás. |
|
|
Y recordarás
que tú fuiste siervo en
la tierra de Egipto, y
que el Eterno, tu Dios,
te redimió; por tanto yo
te ordeno esto hoy. |
|
|
Y si él te
dijere: "no saldré de tu
servicio", porque te ama
a ti y a tu casa, porque
le va bien contigo |
|
|
entonces tomarás una lezna y le
horadarás su oreja
(derecha junto a la
puerta, y él será tu
siervo para siempre
(hasta el año del
jubileo). Y también con
tu sierva harás del
mismo modo. * |
|
|
No será a
tus ojos cosa dura
cuando le enviares de ti
libre, puesto que
durante seis años te
sirvió el doble de lo
que corresponde al
salario de un jornalero;
y así te bendecirá el
Eterno, tu Dios, en todo
lo que hicieres. |
|
|
|
|
|
|
SEPTIMA ALIA |
|
|
|
|
|
|
|
delante del
Eterno, tu Dios, los
comerás, tu sacerdote y
los de tu casa, de
preferencia antes de que
tengan un año, en el
lugar que escogiere el
Eterno. |
|
|
Mas si
hubiere en él algún
defecto, ya fuere cojo o
ciego, o con cualquier
otro defecto grave, no
lo sacrificarás al
Eterno, tu Dios; |
|
|
dentro de
tus ciudades lo comerás;
el impuro del mismo modo
que el puro lo podrán
comer juntamente, así
como se come el corzo y
el ciervo. |
|
|
Solamente su
sangre no comerás; sobre
la tierra la derramarás
como agua. |
|
|
Estate alerta desde antes que
llegue, para observar el
mes de Aviv (primavera),
y celebrarás la pascua. en honor del Eterno, tu Dios,
porque en el mes de
Aviv, de noche, te sacó
el Eterno, tu Dios, de
Egipto, * |
|
|
y
sacrificarás la pascua
al Eterno, tu Dios, de
las ovejas y de las
vacas, en el lugar que
el Eterno escogiere para
hacer habitar allí su
nombre. |
|
|
No comerás
con ella leudo; siete
días comerás con ella
panes ázimos, pan de
aflicción, porque aprisa
salista de tierra de
Egipto, para que te
acuerdes del día en que
saliste de la tierra de
Egipto, todos los días
de tu vida. |
|
|
Y no será
vista contigo levadura
en todo tu territorio,
por siete días; y no
quedará de la carne del
cordero pascual que
sacrificares en la.
tarde del primer día,
nada hasta la mañana. |
|
|
No podrás
sacrificar el cordero de
la pascua en cualquiera
de tus ciudades que el
Eterno, tu Dios, te da, |
|
|
sino que en
el lugar que escogiere
el Eterno, tu Dios, para
hacer habitar allí su
nombre, has de
sacrificar el cordero de
la pascua por la tarde;
al ponerse el sol lo
comerás, al mismo tiempo
en que saliste de
Egipto; |
|
|
y lo asarás
y lo comerás en el lugar
que escogiere el Eterno,
tu Dios; y regresarás
por la mañana del
segundo día, y volverás
a tu morada. |
|
|
Seis días
comerás panes ázimos, y
en el día séptimo habrá
asamblea solemne en
honor del Eterno, tu
Dios; ningún trabajo
harás. |
|
|
Siete
semanas contarás para
ti; desde que la hoz
corte el ómer,
principiarás a contar
siete semanas. |
|
|
Y celebrarás
la fiesta de las semanas
al Eterno, tu Dios; con
lo que pudieres dar de
tu mano darás, de
acuerdo con lo que te
haya bendecido el Eterno
tu Dios. |
|
|
Y deberas
alegrarte ante el
Eterno, tu Dios, en el
lugar que el Eterno
elija parqa hacer
reposar alli Su Nombre,
tú y tu hijo, y tu hija,
y tu siervo, y tu
sierva, y el levita que
reside dentro de tus
ciudades, juntamente con
el prosélito y el
huérfano y la viuda que
habitan en medio de ti. |
|
|
Y acuérdate
de que tú fuiste siervo
en Egipto; por tanto
guardarás y cumplirás
estos estatutos. |
|
|
|
|
|
|
ULTIMA ALIA |
|
|
|
|
|
|
|
Y te regocijarás en tu fiesta, tú
y tu hijo, y tu hija, y
tu siervo, y tu sierva,
y el levita, y el prosélito, y el huérfano, y la viuda, que habitan dentro de tus ciudades. * |
|
|
Siete días
celebrarás fiesta
solemne al Eterno, tu
Dios, en el lugar que
escogiere el Eterno;
porque el Eterno, tu
Dios, te bendecirá en
todos tus productos y en
toda la obra de tus
manos; por tanto estarás
ciertamente alegre. |
|
|
Tres veces
en el año se presentarán
todos tus varones
delante del Eterno, tu
Dios, en el lugar que El
escogiere; en la fiesta
de los ázimos, y en la
fiesta de las semanas, y
en la fiesta de las
cabañas; y no se
aparecerán delante del
Eterno con las manos
vacias. |
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cada uno
(hará ofrendas) según
sus posibilidades,
conforme a la bendición
que el Eterno, tu Dios,
te haya dado. |
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NOTAS EXPLICATORIAS:
Delante de vosotros
Estos tres primeros versículos
de la parashá, y más adelante el
de la Parashá de Nitzavim
(Deuteronomio 30, 19): "La
Toráh, que es la fuente de la
misericordia, muestra al hombre
los dos caminos del bien y del
mal, pues resulta difícil
orientarse en el laberinto de
las sendas de este mundo. El
hombre habrá de vacilar siempre,
perplejo ante toda encrucijada;
uno de los caminos le parecerá
más fácil, despejado, ofreciendo
mayores garantías de seguridad.
Pero a medida que avance por él
se dará cuenta de que aumentan
las bifurcaciones y los
obstáculos, que aumenta la
oscuridad y que lleva al abismo.
Por el contrario, el otro
camino, aparentemente pleno de
dificultades, resulta al final
el más seguro y verdadero. Estos
son los dos caminos alegóricos,
que representan el bien y el
mal, delante de los cuales,
según la Agadá (leyenda), está
sentado un anciano de blanca
barba que previene al caminante:
Este camino que te parece de
rosas está lleno de espinas,
aquel otro espinoso, es el
verdadero y el mejor”. Con esto,
la Toráh nos quiere recalcar una
idea central: la convicción de
que los sacrificios materiales
no pueden de ninguna manera
equipararse con el ideal, y que
por lo contrario nada valen ante
el verdadero placer espiritual.
Quizá las Mitzvot exijan de
nosotros sacrificios y
resignación y nos impongan
deberes y obligaciones, pero
todo esto nos resultará pesado
sólo en el caso de que no exista
una convicción interna, una
verdadera fe. Si poseemos sin
embargo el por qué, el fin, si
estamos convencidos de estar
cumpliendo el mandato divino, no
importan los sacrificios ni las
penurias. *
Delante del Eterno
En el primer versículo de este
capítulo notamos una
particularidad: La expresión
"tierra" está repetida, pero una
vez se emplea la palabra áretz,
y otra vez adamá. Con
áretz se refiere la Toráh a
Eretz Yisrael, mientras que
adamá significa toda la Tierra.
La observancia de los preceptos
de la Toráh excepto algunos, no
se limitan solamente a Eretz
Yisrael, sino que deben ser
universales. Los pueblos de la
antigüedad creían en dioses
nacionales; cada Estado poseía
su dios particular, y sólo en él
tenía jurisdicción y debían
cumplirse sus preceptos. El
monoteísmo judío, la concepción
de la Toráh, se opone
completamente a esta idea. A la
pregunta: ¿dónde se encuentra el
Eterno? se responde: ¿dónde no
se encuentra?, y ésta es la idea
central de la Toráh. "Él es el
lugar del universo, mas no es el
Universo su lugar". Por lo
tanto, el concepto de un Dios
nacional es completamente
absurdo. *
La sangre no
comerás
La prohibición de comer sangre, repetida varias veces en la Toráh,
basta para deshacer la calumnia
inventada por los enemigos de
Israel, respecto al mito del
crimen ritual de la Pascua.
Según el Shulján Aruj, el
israelita debe dejar la carne
cruda sumergida en agua medía
hora y después retirarla y
cubrirla con sal. Tras de quedar
así una hora, debe enjuagarla y
sólo entonces puede cocinarla;
esto con el fin de quitarle toda
la sangre. La sal, aparte de
eliminar la sangre, posee
propiedades antisépticas lo que
constituye una excelente medida
de higiene. *
El alma está
junto a la carne
Estas palabras hacen alusión a
la prohibición de quitar un
miembro a un animal que está
vivo. *
Queman para
sus dioses
El exégeta Rashí (versículo
50) destaca la razón por la cual
merecieron ser exterminadas las
naciones que habitaban en
Canaán, y añade que si los
israelitas llegaran a actuar de
la misma manera, merecerían
igual castigo. Los versículos 2,
5 y 31 muestran que la finalidad
era el exterminio de la
idolatría cananea, y no de los
pueblos mismos. Este detalle lo
vemos también en el libro del
Éxodo (capítulo 34, 11-16).
Innumerables veces se detiene la
Toráh sobre este principal
precepto: el de extirpar
completamente la idolatría, en
todas las maneras y formas que
pudiera adquirir. Al penetrar
los judíos a Eretz Yisrael,
debían destruir todos los ídolos
e imágenes paganos, para que
éstos no influyeran sobre el
pueblo que trataba de instaurar
un Estado sobre un nuevo
concepto del monoteísmo y ética
de la Toráh. *
Predicó
perversión
Se reconocía al falso profeta de la siguiente manera: si anunciaba
alguna cosa en nombre del Eterno
y ésta no se realizaba (capítulo
19, 22); o si, aunque se
realizase, él ordenara después
servir a dioses ajenos, ya que
la misión de un profeta era
instaurar la verdad y la
justicia, la regeneración de la
raza humana por medio del
monoteísmo. El profeta a quien
el israelita debe obedecer es
aquél que está lleno de virtud,
de ciencia y neutralidad, que
tiene la facultad de discernir
entre la justicia y la
injusticia; que eleva su voz y
amonesta sin temor, y tiene como
razón de su existencia la
redención de la humanidad. *
Ciertamente
golpearás
La Ley que ordena exterminar a los pueblos de Canaán, por la razón
que dijimos, ordena igualmente
aniquilar a la gente y a las
ciudades israelitas que
adoptaren el culto de la
idolatría: "Cuando oyeres que de
alguna de tus ciudades... han
salido hombres perversos y han
descarriado a los habitantes de
su ciudad, diciendo: "vamos y
sirvamos a otros dioses que no
conocíais"... ciertamente
herirás a los habitantes de
aquella ciudad a filo de espada,
destruyéndola completamente con
todo lo que hubiere en ella"
(versículos 15-17). Todo ello a
causa de las razones que dijimos
en el comentario anterior. *
Que fuere
abominable
Existen diversas opiniones en lo que se refiere a la prohibición de
comer ciertos animales, aves,
peces, etc. citados en este
capítulo. Maimónides dice que se
trata principalmente de higiene
alimenticia. También la ciencia
moderna corrobora generalmente
esta razón, afirmando que los
únicos animales comestibles para
la higiene de nuestro cuerpo son
aquéllos que el Pentateuco
señala. El cerdo, por ejemplo,
posee en su interior gérmenes
(triquina) y parásitos nocivos
para la persona. Pero muchos
comentaristas señalan otro
principio: la influencia moral,
ya que existe un influjo de lo
físico sobre lo moral, y la
causa de la prohibición es este
influjo. Así como ciertas
enfermedades causan
perturbaciones físicas, la
ingestión de los animales
prohibidos causan efectos
negativos sobre las facultades
morales de la persona. La gran
importancia que la Toráh
atribuye a esta prohibición, y
el lugar que le otorga en medio
de las más sagradas leyes
religiosas y morales del
judaísmo, es una prueba de que
no se trata simplemente de
higiene alimenticia, sino de una
pureza interior cuyo sentido
escapa a la inteligencia humana,
y que solamente Dios, sabedor de
los misterios de la formación de
nuestro cuerpo y alma, puede
apreciar. Llegamos a esta
conclusión por los términos
empleados en la Toráh: "...Y no
contaminéis vuestras almas por
causa de los animales o de las
aves, o de todo lo que se
arrastra sobre la tierra; cosas
que aparté de vosotros por
tenerlas como impuras".
(Levítico 20, 25). *
El Sheshuá
Era un animal que tenía dos corcovas y dos columnas vertebrales. *
Todo insecto
alado
Ver en Levítico 11, 22, los insectos alados que pueden comerse. *
Los
primogénitos de tu ganado mayor
y menor
Estos primogénitos pertenecían únicamente a los sacerdotes. *
Cada tercer
año
Si no separó los diezmos del primer y del segundo año de la shemitá
en su tiempo, debía hacerlo en
el tercer año. *
El peregrino, y el huérfano y
la viuda
Con el fin de recibir el diezmo
del pobre, que debía ser
suficiente para sus necesidades
alimenticias. Sólo haciendo
partícipes a los otros de sus
bienes, es como puede merecer la
persona la bendición de Dios en
toda obra de sus manos.*
El año Sabático
Todo año séptimo desde la fecha
de la creación del mundo, es un
año sabático (shemitá).
En él estaba prohibido todo
trabajo del campo, como arar,
sembrar, etc. para que la tierra
descansase según el mandamiento
de la Toráh. En el primer y
segundo año de la shemitá, el
israelita debía separar, de lo
que producía la tierra, el
primer diezmo (maaser rishón),
destinado al levita, y el
segundo (maaser shení)
para sí mismo, comiéndolo en
Jerusalem. Así hacía también en
el cuarto y quinto año. Pero en
el tercero y en el sexto año de
la shemitá separaba el primer
diezmo y el diezmo del pobre (maaser
aní) destinado a los
desposeídos, peregrinos,
huérfanos y viudas. *
En poder de tu hermano lo
dejarás
El
año sabático anulaba las deudas
contraídas verbalmente o por
escrito. Aquellas para las que
se entregaba alguna prenda o
algún terreno como garantía, no
quedaba anuladas. En opinión de
la mayoría de nuestros rabinos,
esta ley debe seguir y sigue aún
hoy en vigor, y los israelitas
ortodoxos practican los
préstamos por medio del prozbol, instituido por
el sabio Hilel a fin de poder
cobrarlos aunque pasen el año
sabático. De acuerdo con el
prozbol, se procede así: el
acreedor va ante tres entendidos
de la Ley de Moisés,
constituidos en tribunal
religioso, y les dice: "Declaro
ante vosotros que el préstamo
que hice a Fulano podrá cobrarlo
cuando quiera" (aún después del
año sabático). Y ellos escriben
lo siguiente: "En presencia de
nosotros tres, constituidos en
tribunal religioso, declaramos
unánimemente que vino Fulano
como acreedor y nos hizo la
declaración escrita arriba".
Firman entonces como jueces y
como testigos. Hay opiniones de
que el prozbol puede hacerse
también verbalmente ante tres
testigos. *
No habrá en medio de ti menesteroso
Si cumples la voluntad de
Dios. *
Con tu sierva harás del mismo
modo
Se refiere a lo que está escrito
en el versículo 14, puesto que
no se agujereaba la oveja de la
sierva. *
Celebrarás la Pascua
Además del cordero pascual, que
podía ser igualmente un cabrito,
se hacían otros sacrificios de
ganado como ofrendas festivas,
llamadas Korbán Jaguigá.
Desde el comienzo del capítulo
16 hasta el versículo 17, la
Toráh trata de las tres fiestas
denominadas shalosh regalim (las
tres fiestas de peregrinaje).
Cuando existía el Templo en
Jerusalem, todo varón debía
acudir durante estas tres
fiestas a él, para agradecer a
Dios los frutos que había
recogido; no debía ir con las
manos vacías (ver versículos
16-17). Aunque el significado de
Pésaj, Shavuot y Sucot tenían
relación con la tierra, estas
fiestas se convertían
respectivamente en fiesta de la
libertad, fiesta de la
promulgación de la Ley y fiesta
de la travesía del desierto.
Cada una tiene relación directa
con las otras dos. Pésaj es la
salida de Egipto, la liberación;
Shavuot, es la constitución
moral y espiritual de Israel; y
Sucot, su constitución civil y
territorial. Las tres son
fiestas de alegría y épocas de
regocijo (moadim lesimjá),
porque nos sitúan en presencia
de Dios, de la naturaleza y de
nuestra milagrosa historia. *
El prosélito,
el huérfano y la viuda
La
Parashá de Reé habla varias
veces (ver capítulo 15, 7-11) de
uno de los más sagrados deberes
sociales: el de socorrer al
necesitado. Esto se considera
como una de las primordiales
virtudes humanas; es un
mandamiento positivo del
judaísmo. Todo hombre, aún aquél
que se mantiene de limosna,
tiene obligación de practicar la
caridad. Se socorre a todo el
que extiende la mano, aún a los
idólatras. Las mujeres son más
tímidas y débiles que los
hombres, por lo que hay que
ayudarlas primero. Los parientes
pobres tienen prioridad sobre
los extraños. Según el Talmud,
tanto la riqueza como la pobreza
vienen de Dios, a fin de probar
a las personas; al rico, para
que emplee dignamente su dinero,
y al pobre para que siga el
camino recto a pesar de las
tentaciones. El rey Salomón
dijo: "No me des pobreza ni
riqueza; dame el pan que me sea
necesario, no sea que me harte y
te niegue y diga: ¿quién es el
Eterno? O no sea que siendo
pobre, hurte y blasfeme el
nombre de Dios" (Proverbios 30,
8-9). *
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