Organizacion Sin Animo de Lucro
Adscrita al Judaismo Ortodoxo Moderno
Desde Monsey, New York
Aliyot
Ekev
CONVIERTASE EN BENEFACTOR
PRONUNCIACION SEFARDI
SEPHARDIC PRONUNCIATION
הגייה ספרדית
Aliyot Devarim Ekev
en Hebreo/Español.
Aliyot Devarim Ekev en Hebreo/Español
Aliyot - Ekev
Devarim - Deuteronomio- Capítulo 7: 12 al
11:25
Por Eliyahu BaYona
Ben Yosef, Director Shalom
Haverim Org. New York
Aliyot es el plural hebreo de
Aliá o Aliyá que significa
"subir". Cada vez que una
persona - Olé- sube a la Bimá
debe recitar la Brajá
-Bendición- antes de comenzar el
Baal Koréh--בעל קורא -
la Lectura y al cerrar la misma.
Esto se hace cada vez que el
Baal Koréh lee la Porción
-Parashá- correspondiente.
El Maftir es la última persona
que se llama a la Bimá y es
invitada a leer la porción de la
Haftará -Profetas-
Esta es la Brajá
de la Lectura de la Toráh:
Barjú et Adonay hamevoraj. |
¡Bendecid al
Eterno, el Bendito! |
|
(todos)
Baruj Adonay hamevoraj
le'olam va'ed. |
(todos) Bendito es el Eterno, el Bendito para
siempre. |
|
Baruj atáh Adonay Elohenu melej
ha'olam, asher bajar
banu mikol-ha'amim,
venatan lanu et-torató. |
Bendito seas
Tú, oh Eterno nuestro
Dios, Rey del universo
que nos elegiste entre
todos los pueblos y nos
diste Tu Toráh, Bendito
seas, oh Eterno, que nos
concediste la Toráh. |
|
|
Bendito
seas, oh Eterno, que nos
concediste la Toráh. (todos)
AMEN |
Al terminar la Porción debe leer esta
Brajá:
|
Bendito seas
Tu oh Eterno nuestro
Dios, Rey del Universo
que nos diste (Tu
Toráh), la Toráh de la
Verdad, e implantaste en
nosotros la Vida Eterna. |
|
|
Bendito
seas, oh Eterno, que nos
concediste la Toráh. (TODOS
DICEN AMEN) |
|
|
|
|
|
Y te amará y te
bendecirá y te
multiplicará; y
bendecirá el fruto e tu
vientre, y el fruto de
tu tierra, tu cereal y
tu mosto y tu aceite, y
la cría de tus vacas y
los rebaños de tus
ovejas, sobre la tierra
que juró a tus padres
que te daría. |
|
|
Bendito serás más que
todos los pueblos; no
habrá varón ni hembra
estéril en medio de ti,
ni entre tus animales. |
|
|
Y apartará el Eterno de
ti toda enfermedad, y
ninguna de las dolencias
malas de Egipto, que tú
conociste, las pondrá
sobre ti, sino que las
dará a todos tus
enemigos. |
|
|
Y consumirás a todos los
pueblos que el Eterno,
tu Dios, te va a
entregar; tus ojos no
tendrán piedad de ellos,
para que no sirvas a sus
dioses, pues esto te
serviría de trampa. |
|
|
Si dijeres en tu
corazón: "estas naciones
más numerosas son que
yo, ¿cómo podré
desterrarlas?" |
|
|
No las temerás, sino que
te acordarás bien de lo
que hizo el Eterno, tu
Dios, al Faraón y a todo
Egipto; |
|
|
de las grandes pruebas
que vieron tus ojos, y
de las señales, y de las
maravillas, y del poder
fuerte y del brazo
extendido con que te
sacó el Eterno, tu Dios;
así hará el Eterno, tu
Dios, con todos los
pueblos a los cuales
temes. |
|
|
Y también el Eterno
enviará al avispón entre
ellos, hasta que
perezcan los que
quedaren, escondiéndose
de delante de ti. |
|
|
No te quebrantarás ante
ellos, porque el Eterno,
tu Dios, está en medio
de ti, Dios grande y
temible. |
|
|
Y el Eterno, tu Dios,
arrojará a estas
naciones de delante de
ti poco a poco; no
podrás acabar con ellas
rápidamente, no sea que
se multipliquen sobre ti
las fieras del campo. |
|
|
Y las entregará el
Eternos tu Dios, ante
ti, y les causará gran
turbación, hasta ser
destruidas. |
|
|
Y entregará sus reyes en
tu mano, y harás
desaparecer su nombre de
debajo de los cielos; no
podrá resistir hombre
alguno ante ti, hasta
que los hayas destruido. |
|
|
Las esculturas de sus
dioses las quemarás a
fuego: no codiciarás la
plata y el oro que
hubiese sobre ellas, ni
lo tomarás para ti;
quizá por ello vengas a
tropezar, porque esto es
una abominación para el
Eterno, tu Dios. |
|
|
Y no traerás la cosa
abominable a tu casa,
para que no te tornes
anatema como ella;
repudiar la repudiarás y
abominar la abominarás,
pues esto es anatema. |
|
|
Todo el mandamiento que yo te ordeno hoy guardaréis de cumplir, a fin de que
viváis y os
multipliquéis, y entréis
y poseáis la tierra que
prometía el Eterno con
juramento a vuestros
padres. |
|
|
Y te acordaras de todo
el camino por donde te
hizo andar el Eterno, tu
Dios, estos cuarenta
años en el desierto, a
fin de afligirte y de
probarte para saber lo
que había en tu corazón,
si guardarías sus
preceptos o no. |
|
|
Por esto te afligió y te
dejó padecer hambre; te
hizo comer el maná, que
tú no habías conocido ni
lo conocieron tus
padres; para hacerte
saber que no sólo de pan
vive el hombre, sino que
de todo lo que sale de
la boca del Eterno, de
esto vive el hombre. |
|
|
El vestido que llevas
sobre ti no ha
envejecido, y tu pie no
se te ha hinchado en
estos cuarenta años. |
|
|
Y sabrás en tu corazón
que como un hombre
castiga a su hijo, así
el Eterno, tu Dios, te
castigó a ti. |
|
|
Y guardarás los
mandamientos del Eterno,
tu Dios, andando en sus
caminos y temiéndole a
Él, |
|
|
porque el Eterno, tu
Dios, te trae a una
tierra buena, tierra de
arroyos de aguas, de
fuentes y de hondos
manantiales que salen
por sus colinas y por
sus montes; |
|
|
tierra de trigo, y de
cebada, y de vid, y de
higuera, y de panado;
tierra de olivas que dan
aceite, y de miel (de
dátiles); |
|
|
tierra en donde no con
escasez comerás pan, y
no te faltará en ella
cosa alguna; tierra
cuyas piedras son
hierro, y de cuyas
montañas podrás extraer
el cobre. |
|
|
Y comerás y te hartarás
y loarás al Eterno, tu
Dios, por la buena
tierra que Él te ha
dado. |
|
|
|
|
|
|
SEGUNDA ALIA |
|
|
|
Hishamer leja pen-tishkaj et-Adonay Eloheyja levilti shmor
mitsvotav umishpatav
vejukotav asher anoji
metsaveja hayom. |
|
|
|
para que no suceda que,
después de que hayas
comido y te hayas
saciado, después de que
hayas edificado para ti
casas buenas y habitado
en ellas, |
|
|
y tu ganado y tu rebaño
se hayan multiplicado, y
tu plata y tu oro se te
hayan aumentado, y todo
lo que tuvieres se te
multiplique, |
|
|
que entonces se
enaltezca tu corazón y te olvides del Eterno, tu
Elohim que
te sacó de la esclavitud
de Egipto |
|
|
el cual te condujo por
el desierto grande y
temible, en que hay
víboras, serpientes
abrasadoras y
escorpiones; lugar árido
donde no hay agua; el
cual sacó para ti agua
de la roca fuerte; |
|
|
el cual te dio a comer
el maná en el desierto,
que no conocieron tus
padres, a fin de
afligirte y para
probarte, para hacerte
bien al final. |
|
|
Quizá digas en tu
corazón: "mi fuerza y el
poder de mi mano me han
conseguido estos
bienes". |
|
|
Pero deberás acordarte
del Eterno, tu Dios,
porque Él es quien te da
fuerza para conseguir
bienes, para confirmar
el pacto que juró a tus
padres, como lo hace el
día de hoy. |
|
|
Y sucederá que si te
olvidares del Eterno, tu
Dios, y anduvieres en pos de otros dioses, y les ofrecieres culto y te postrares
ante ellos, os advierto
hoy que ciertamente
pereceréis. |
|
|
Lo mismo que las
naciones que el Eterno
va a destruir delante de
vosotros, así pereceréis
vosotros por no haber
escuchado la voz del
Eterno, vuestro Dios. |
|
|
Oye, oh Israel: tú pasas
hoy por el Jordán para.
ir a desposeer a
naciones mayores y más
fuertes que tú, con
ciudades grandes y
amuralladas hasta los
cielos; |
|
|
un pueblo grande y alto,
hijos de gigantes, a
quienes tú conoces y de
quienes has oído decir:
"¿Quién puede resistir
ante los hijos de
gigantes?" |
|
|
Y sabrás hoy que el
Eterno, tu Dios, es el
que va a pasar delante
de ti como un fuego
devorador; El los
destruirá y El los
subyugará delante de ti;
y los desterrarás y los
harás perecer en breve,
como el Eterno te dijo. |
|
|
|
|
|
|
TERCERA ALIA |
|
|
|
|
|
|
|
No es por tu justicia ni
por la rectitud de tu
corazón, por lo que vas
a poseer la tierra de
ellos, sino que por la
maldad de estas naciones
el Eterno, tu Dios, las
va a desterrar delante
de ti, y para confirmar
lo que juró el Eterno a
tus padres, a Abraham,
Yitzjak y Yaacov |
|
|
Y sabrás que no por tu
justicia el Eterno, tu
Dios, te va a dar esta
buena tierra para que la
poseas, porque eres un
pueblo de dura cerviz. |
|
|
Acuérdate, no te olvides
de cómo provocaste la
ira del Eterno, tu Dios,
en el desierto; desde el
día que saliste de la
tierra de Egipto hasta
vuestra llegada a este
lugar, habéis sido
rebeldes para con el
Eterno. |
|
|
Y en Jorev provocasteis
la ira del Eterno, de
manera que se indignó
contra vosotros hasta
querer destruiros. |
|
|
Cuando yo había subido
al monte para recibir
las tablas de piedra,
las tablas del pacto que
el Eterno había hecho
con vosotros, estuve en
el monte cuarenta días y cuarenta
noches; pan no comí y agua no bebí; |
|
|
y me dio el Eterno las
dos tablas de piedra,
escritas con el dedo de Dios. Y sobre ellas, todas las palabras que
el Eterno os habló en el
monte, desde en medio
del fuego, en el día de
la asamblea. |
|
|
Y sucedió que al fin de
los cuarenta días y
cuarenta noches, me dio
el Eterno las dos tablas
de piedra, las tablas
del pacto. |
|
|
Y me dijo el Eterno:
Levántate, baja pronto
de aquí, porque se ha
corrompido tu pueblo,
que tú sacaste de
Egipto; se han apartado
pronto del camino que Yo
les prescribí; hicieron
para sí una imagen de
fundición. |
|
|
Y me habló el Eterno,
diciendo: Vi a este
pueblo y he aquí que es
un pueblo de dura
cerviz. |
|
|
Déjame que los destruya
y borre su nombre de
debajo de los cielos, y
haré de ti una nación
más fuerte y más
numerosa que ellos. |
|
|
Y me volví y bajé del
monte, y el monte ardía
en fuego, y las dos
tablas del pacto estaban
en mis dos manos. |
|
|
Y miré, y he aquí que
habíais pecado contra el
Eterno, vuestro Dios; os
habíais hecho un becerro
de fundición; os habíais
apartado pronto del
camino que os prescribió
el Eterno. |
|
|
Y agarré las dos tablas
y las arrojé de mis
manos, y las quebré
delante de vuestros
ojos. |
|
|
Y caí postrado ante el
Eterno, como la primera
vez, cuarenta días y
cuarenta noches; pan no
comí y agua no bebí, a
causa de todos los
pecados que habíais
cometido, haciendo lo
que es malo a los ojos
del Eterno para
irritarlo; |
|
|
porque yo estaba
atemorizado ante la ira
y el furor con que se
irritó el Eterno contra
vosotros, hasta querer
destruiros. Y atendió el
Eterno mi oración
también esta vez. |
|
|
Y contra Aarón se
encolerizó el Eterno
mucho, hasta querer
destruirle; y oré en
aquel tiempo por Aarón
también. |
|
|
Luego tomé (el motivo
de) vuestro pecado, el
becerro que habíais
hecho, y lo quemé a
fuego y lo desmenucé,
moliéndolo hasta que se
volvió fino como polvo;
y arrojé su polvo en el
arroyo que bajaba del
monte. |
|
|
En Tavera también, y en
Massá, y en Kivrot
Hataavá, hicisteis
irritar al Eterno. |
|
|
Y cuando os envió el
Eterno desde Cadesh
Barnea, diciendo: "Subid
y poseed la tierra que
os he dado", os
rebelasteis contra la
orden del Eterno,
vuestro Dios y no le
creísteis ni
escuchasteis su voz. |
|
|
Rebeldes habéis sido
para con el Eterno desde
el día en que os conocí. |
|
|
Y me postré ante el
Eterno durante aquellos
cuarenta días y cuarenta
noches; y estuve
postrado porque el
Eterno había dicho que
os iba a destruir. |
|
|
Y oré al Eterno,
diciendo: ¡Eterno Dios,
no destruyas a tu pueblo
y a tu herencia que Tú
redimiste con tu
grandeza, y sacaste de
Egipto con poder fuerte! |
|
|
Acuérdate de tus
siervos, de Abraham, de
Isaac y de Jacob. No
mires la testarudez de
este pueblo, ni su
maldad, ni su pecado; |
|
|
no sea que digan los de
la tierra de donde nos
sacaste: 'Porque el
Eterno no pudo hacerlos
entrar en la tierra que
les había prometido, y
por su aborrecimiento
hacia ellos, los sacó
para hacerlos morir en
el desierto". |
|
|
Con todo, ellos son tu
pueblo y tu herencia,
que Tú sacaste con tu
gran fuerza y con tu
brazo extendido. |
|
|
|
|
|
|
CUARTA
ALIA |
|
|
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|
|
|
y Yo escribiré en las
tablas las palabras que
había sobre las tablas
primeras que quebraste,
y las pondrás en el
arca. |
|
|
Hice pues un arca de
madera de acacia, y
labré dos tablas de
piedra como las
primeras, y subí al
monte con las dos tablas
en mi mano. |
|
|
Y El escribió sobre las
tablas, conforme a la
escritura primera, los
diez mandamientos que el
Eterno os había hablado
en el monte, en medio
del fuego, el día de la
asamblea; y el Eterno me
las dio. |
|
|
Y me volví y descendí
del monte, y puse las
tablas en el arca que yo
había hecho, y allí
estuvieron como me
ordenó el Eterno. |
|
|
Y los hijos de Israel
partieron desde Berot
Bené Yaacán hasta
Moserá. Allí murió Aarón
y allí fue enterrado; y
ofició Elazar, su hijo,
en lugar de él. |
|
|
Y de allí partieron
hacia Gudgod, y de
Gudgod hasta Yotvat,
tierra de arroyos de
aguas. |
|
|
En aquel tiempo separo
el Eterno la tribu de
Leví para que llevase el
arca del pacto del
Eterno, (y a los
sacerdotes) para que
estuviesen en presencia
del Eterno para oficiar
delante de Él y para
bendecir su nombre,
hasta el día de hoy. |
|
|
Por esto no tuvo Leví
parte ni herencia con
sus hermanos; el Eterno
es su herencia, como se
lo prometió el Eterno,
tu Dios. |
|
|
Y yo me quedé en el
monte, como en los
primeros días, cuarenta
días y cuarenta noches;
y también esta vez
atendió el Eterno mi
oración y no quiso
aniquilarte. |
|
|
Y me dijo el Eterno:
Levántate, anda, parte
delante del pueblo para
que vayan y posean la
tierra que juré a sus
padres que les daría. |
|
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|
|
QUINTA ALIA |
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|
|
y que guardes los
mandamientos del Eterno
y sus estatutos que yo
te prescribo hoy para tu
bien. |
|
|
He aquí que al Eterno,
tu Dios, pertenecen los
cielos y los cielos de
los cielos, la tierra y
todo lo que hay en ella. |
|
|
Sólo a tus padres tuvo
afección el Eterno para
amarlos, y escogió a su
descendencia después de
ellos, o sea a vosotros,
de entre todos los
pueblos, como hoy se ve. |
|
|
Y circuncidaréis
(quitaréis) el prepucio
(obstrucción) de
vuestros corazones, y no
endurezcáis más vuestra
cerviz; |
|
|
porque el Eterno,
vuestro Dios, es Dios de
los dioses y Señor de
los señores; el Dios
grande y poderoso y
temible que no deja de
castigar a los que no
aceptan su yugo, y no
recibe las buenas
acciones como soborno
por los pecados; |
|
|
que hace justicia al
huérfano y a la viuda, y
ama al extranjero,
dándole pan y vestido. |
|
|
Y amaréis al extranjero, porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto. |
|
|
Al Eterno, tu Dios,
temerás, a El servirás y
a Él te adherirás y por su nombre (podrás) jurar. |
|
|
Él es tu loor y Él es tu
Dios, el cual ha hecho
contigo aquellas
grandezas y aquellas
obras temibles que han
visto tus ojos. |
|
|
Con setenta personas tus
padres descendieron a
Egipto, y ahora el
Eterno, tu Dios, te ha
hecho como las estrellas
del cielo en multitud. |
|
|
Y amarás al Eterno, tu
Dios, y guardarás lo que
te ordene guardar, sus
preceptos y sus
estatutos, y sus
juicios, y sus
mandamientos, todos los
días. |
|
|
Y sabréis hoy que yo no
hablo a vuestros hijos,
que no conocieron ni
vieron las enseñanzas
del Eterno vuestro Dios,
su grandeza, su poder
fuerte y su brazo
extendido, |
|
|
sus señales, y sus obras
que hizo en medio de
Egipto, al Faraón, rey
de Egipto, y a toda su
tierra; |
|
|
y lo que hizo al
ejército de Egipto, a
sus caballos y a sus
carros, cómo hizo pasar
las aguas del mar Rojo
sobre ellos cuando os
perseguían, de modo que
el Eterno los destruyó
hasta el día de hoy; |
|
|
y lo que hizo con
vosotros en el desierto
hasta que llegasteis a
este lugar; |
|
|
y lo que hizo a Datán y
Aviram, hijos de Eliav,
hijo de Rubén, cómo la
tierra abrió su boca y
los tragó a ellos y a
sus familias, y sus
tiendas y todos los
bienes que tenían con
ellos, en medio de todo
Israel; |
|
|
porque vuestros o]os son
los que vieron toda la
gran obra que el Eterno
hizo. |
|
|
Y guardaréis todo el
mandamiento que yo os
ordeno hoy, para que
seáis fuertes y entréis
y poseáis la tierra
adonde vais a pasar para
tomar posesión de ella; |
|
|
y a fin de que
prolonguéis vuestros
días sobre la tierra que
el Eterno Juró dar a
vuestros padres y a su
descendencia; tierra que
mana leche y miel. |
|
|
|
|
|
|
SEXTA ALIA |
|
|
|
|
|
|
|
sino que la tierra
adonde vais a pasar para
tomar posesión de ella,
es tierra de montañas y
de valles, que tiene
agua de la lluvia de los
cielos; |
|
|
tierra de la cual el
Eterno, tu Dios, tiene
especial cuidado; los
ojos del Eterno, tu
Dios, están siempre
sobre ella, desde el
principio hasta el fin
del año. |
|
|
Y sucederá que si oyeres atentamente mis mandamientos que yo os
ordeno hoy, amando al Eterno, vuestro
Dios, y sirviéndole con todo vuestro corazón
y con toda vuestra alma, |
|
|
Yo os daré la lluvia de
vuestra tierra en su
tiempo, la temprana y la
tardía, y recogerás tu
grano, y tu mosto, y tu
aceite. |
|
|
Y daré hierba en tu
campo para tu bestia; y comerás y te saciarás. |
|
|
Guardaos bien, no sea
que vuestro corazón os
seduzca y os desviéis y
sirváis a otros dioses y
os postréis ante ellos,, |
|
|
y se encienda la ira del
Eterno contra vosotros,
de modo que cierre los
cielos para que no haya
lluvia, y la tierra no
dé su producto, y
perezcáis pronto sobre
la buena tierra que el
Eterno os da. |
|
|
Por tanto, pondréis
estas mis palabras sobre
vuestro corazón y sobre
vuestra alma y las
ataréis por señal sobre
vuestra mano, y estarán
por frontales entre
vuestros ojos. |
|
|
Y las enseñaréis a
vuestros hijos, hablando
de ellas cuando estés en
tu casa, y cuando andes
por el camino, y al
acostarte y al
levantarte; |
|
|
y las escribirás sobre
las jambas de tu casa y
en tus portones, |
|
|
para que se multipliquen
vuestros días y los días
de vuestros hijos sobre
la tierra que juró el
Eterno a vuestros padres
que les daría, por todos
los días que los cielos
estén sobre la tierra. |
|
|
para que se multipliquen
vuestros días y los días
de vuestros hijos sobre
la tierra que juró el
Eterno a vuestros padres
que les daría, por todos
los días que los cielos
estén sobre la tierra. |
|
|
|
|
|
|
SEPTIMA ALIA |
|
|
|
|
|
|
|
el Eterno desterrará a
todas las naciones
delante de vosotros, de
modo que os
posesionaréis de
naciones más grandes y
más fuertes que
vosotros. |
|
|
Todo lugar donde pisare
la planta de vuestro
pie, será vuestro. Desde
el desierto al Líbano,
desde el río, el río
Perat (Éufrates) y hasta
el mar occidental, será
vuestro territorio. |
|
|
No resistirá hombre
alguno delante de
vosotros: El miedo a
vosotros y el terror
hacia vosotros, el
Eterno vuestro Dios, los
pondrá sobre la faz de
toda la tierra que
pisáreis, según os lo
tiene hablado. |
|
|
|
NOTAS EXPLICATORIAS::
Que Yo te ordeno HOY
En muchos lugares la Sagrada
Escritura añade la palabra hayom
(hoy))cuando ordena cumplir
los mandamientos, a pesar de que
éstos habían sido dictados desde
mucho antes. Con la palabra
hayom nos quiere decir que
debemos considerar estos
mandamientos como si nos fuesen
dados hoy mismo. Las Mitzvot
(mandamientos) no deben ser
juzgadas como cosa del pasado,
sino del presente y del
porvenir. Hay quien considera a
la Toráh como un patrimonio
anticuado. Por esto mismo,
Moisés recomienda a los
israelitas que miren a estos
preceptos como nuevos y de
actualidad, como si los hubiesen
oído hoy: "Sheyiyú alejem
jadashim, keilu shematem hayom".
En cierto modo nos encontramos
hoy ante un fenómeno digno de
ser analizado. Existe un
verdadero retorno al judaísmo,
pero un retorno que sólo tiene
en cuenta el pasado, y cuya
causa es un cierto romanticismo
o nostalgia hacia la herencia de
nuestros padres. Las Mitzvot,
según nos las muestra la Toráh,
no tienen un sentido nostálgico,
sino eminentemente práctico. En
este aspecto, el Midrash comenta
el versículo: Toráh Tzivá lanu
Moshé Aforashá Kehilat Yaacov
(la Toráh que Moisés nos mandó
es una herencia para la casa de
Jacob), diciendo: "No leas
herencia (morashá), lee novia
(meorasá)". En esta observación
vemos reflejada la idea antes
expuesta. No leas "herencia", es
decir, no te dirijas a ella como
quien se dirige a un patrimonio
del pasado que le ha sido
entregado mecánicamente. Lee
"novia", dirígete a ella como
quien se dirige a su novia
amada.
Te olvides
del Eterno tu Elohim
Moisés advierte al israelita
contra la embriaguez de las
riquezas y de los placeres
materiales, pues estas lo
llevarían a la presunción y
hasta al olvido de su Dios.
"Cuando Yeshurún (nombre poético
de Israel) engorda, da coces;
cuando engruesa, se vuelve necio
y abandona al Dios que lo hizo"
Deuteronomio 32, 15). En la
prosperidad, Israel puede
olvidar su misión moral, para
entregarse enteramente a los
goces materiales de este mundo.
Al pueblo que puede atribuir la
prosperidad a su propia fuerza,
Moisés le advierte sobre las
catástrofes que le ocurrirán
cuando, embriagado por la
fortuna, deje de oír la voz del
Eterno para adorar la materia.
En pos de
otros dioses
Este versículo quiere decir que el hecho de olvidar a Dios
significa ya la adoración de
otros dioses, de dioses ocultos,
de las fuerzas del mal que
penetran allí donde se olvida el
bien. El hombre tiene una
necesidad interna, un impulso
que brota del fondo de su alma,
un verdadero instinto que le
impele a creer, a reconocer el
Poder Divino. Cuando lo ignora,
a sabiendas o no, este impulso
sigue otros cauces, y así vemos
que esta misma era moderna que
trata de destronar a la
Divinidad, diviniza a los
tronos, y si antes el hombre
adoraba a Dios, ahora se adora a
sí mismo y a la materia. Esto se
llama también idolatría, la
idolatría actual que lleva a la
humanidad a la destrucción.
Cuarenta días
y cuarenta noches
La primera vez que Moisés subió al monte de Sinaí para recibir las
tablas de la Ley, fue el día 6
del mes hebreo de Siván, pero
cuando bajó al fin de los
cuarenta días (17 del mes de
Tamuz), vio que los israelitas
habían hecho el becerro de oro,
y las rompió. Desde el día 18 de
Tamuz, Moisés oró otros cuarenta
días y cuarenta noches ante el
Eterno, para que no les
destruyese (ver versículo 25).
Estos segundos cuarenta días se
terminaron el 29 del mes de Av.
En este día Dios dijo a Moisés
que hiciera dos nuevas tablas y
que subiera al monte de Sinaí
(ver capítulo 10, 1) para
quedarse allí otros cuarenta
días y cuarenta noches, a fin de
entregarle las segundas tablas
de la Ley. El último de estos
cuarenta días correspondió al 10
del mes de Tishrí, fecha que fue
fijada como Yom Kipur, "día de
las expiaciones" hasta hoy, pues
fue el día en que el Eterno
concedió el perdón a los
israelitas.
Con el Dedo
de Dios
Esta expresión es para realzar el origen divino del contenido de
las tablas y su elevado mensaje
para los hombres.
Un Arca e madera
Este arca no es la misma que
hizo Betzalel, (ver Éxodo 37,
1), antes de la construcción del
Tabernáculo. Fue hecha por
Moisés antes de subir al monte
de Sinaí por segunda vez. Era
este arca provisional la que los
israelitas llevaban al frente
cuando tenían que combatir. En
las guerras de Josué (Josué 6,
4), los israelitas llevaron
consigo el arca de Betzalel, por
mandato de Dios. Pero cuando la
llevaron en tiempos de Elí (1
Samuel, 4: 5) sin la aprobación
de Dios, fue capturada por los
filisteos, que la devolvieron
más tarde (1 Samuel, 6). El
Talmud (Babá Batrá) escribe: Lujot
veshivré lujot, munajim baaron, lo
que quiere decir que las
primeras tablas (las quebradas)
y las segundas tablas {enteras)
se encontraban en la misma arca
cuando existía el Templo,
haciendo la siguiente deducción:
Cuando un sabio olvida su
ciencia a través de los años aun
así hay que demostrarle el mismo
respeto que antes, puesto que en
su época normal servía con su
sabiduría, de igual modo que las
tablas quebradas eran buenas
cuando estaban enteras, y por
esto Dios mandó colocarlas al
lado de las nuevas.
Que temas al
Eterno tu Dios
Nuestros doctores de la Ley
dedujeron de este versículo el
siguiente principio teológico:
"Todo está en poder de Dios
fuera del libre albedrío, o sea
que Dios concedió a la persona
la libertad de querer o no
querer temer a Dios y de hacer
su voluntad (Berajot 55). De
otra manera, Dios no podría
recompensar o castigar conforme
a nuestros actos. Dicen nuestros
sabios que la base de la
religión está en el "temor a
Dios", lo que se llama en hebreo
yirat shamáyim. Deducen esto de
las palabras del rey Salomón:
"El principio de la sabiduría es
el temor a Dios" (Proverbios 1,
7) Y continúan diciendo: "¿A
quién se asemeja la persona
estudiosa pero que no tiene
temor a Dios? Al guardián de una
casa que posee las llaves de las
recámaras internas, pero no las
llaves de las puertas
exteriores. ¿De qué le sirven
las que tiene si no puede
entrar? "El Talmud (Menajot 43)
comenta lo siguiente: Hay en el
versículo (el 12) noventa y
nueve letras; agregando la letra
álef a la tercera palabra de
este versículo, o sea la palabra
ma, ésta se transforma en meá,
que significa "cien". Esto
quiere decir - continúa el
Talmud - que el israelita tiene
la obligación de reverenciar a
Dios cien veces por día. Este
precepto lo instituyó el rey
David cuando en su tiempo hubo
una plaga en la cual morían cien
personas de su pueblo
diariamente, pero la mortandad
cesó después de que los
israelitas pronunciaron cien
bendiciones a Dios por día.
Y Amaréis al
Eterno tu Dios
La palabra hebrea guer significa prosélito,
peregrino o extranjero, de
acuerdo con el sentido de la
frase, pero en este versículo
está claro que se refiere al
peregrino y extranjero. La Ley
de Moisés nos obliga a amar al
extranjero que habita con
nosotros (versículo 19). De
acuerdo con este precepto,
cualquier persona es nuestro
prójimo, nuestro hermano en la
humanidad, y debemos aplicar
para con él todas las leyes de
justicia, de amor y fraternidad
que aplicamos hacia el
israelita. El judío que no
practica la justicia y la
caridad para con todos los que
adoran al Eterno (de cualquier
forma, peca contra Dios y la Ley
de Moisés. El gran Maimónides
escribe a este respecto: "¡Cuán
grande es la obligación que la
Toráh nos impone de amar al
extranjero! La Ley nos
recomienda honrar (Éxodo 20, 12)
y reverenciar (Levítico 19, 3) a
nuestros padres y obedecer a los
profetas verídicos. Una persona
puede honrar, reverenciar y
obedecer a alguien sin amarlo.
Pero en el caso del extranjero,
la Toráh nos incita a amarlo con
toda la fuerza de nuestro
corazón".
Por Su Nombre
podrás jurar
Esto significa que si un
hombre teme al Eterno, le sirve
y cumple con sus preceptos,
puede permitirse jurar por su
nombre si está obligado a
hacerlo. Por otra parte, ¿cómo
podemos creer en el juramento de
un hombre que no teme a Dios y
no posee las demás cualidades?
Y sucederá
El trecho que va desde el versículo 13 hasta el 21, constituye la
segunda parte de la oración
Shemá. La primera parte
(Deuteronomio 6, 4-9) habla al
individuo, y esta segunda se
dirige a la colectividad. La
tercera se encuentra en el
cuarto libro de Moisés (Números
15, 37-41). La Shemá es una de
las principales oraciones del
pueblo de Israel, que el
israelita debe rezar al
acostarse y al levantarse, y en
los oficios de la mañana y de la
tarde. En este texto sagrado se
ordena cumplir los mandamientos,
amando al Eterno y no por temor
a El o por motivos exteriores,
como por ejemplo: para obtener
riquezas, honores o diversas
clases de recompensa. El único
motivo que debe impulsar al
hombre para el cumplimiento del
deber es el deber mismo y su
afán de perfeccionarse
incesantemente.
Amando al
Eterno vuestro Dios
No existe en el judaísmo un
amor divino en la forma que los
antiguos racionalistas lo
pensaban, y esto lo podemos
notar patentemente en
Aristóteles, quien llegó con
mayor firmeza que nadie a la
creencia en un "motor primero";
pero este motor primero quedó
completamente alejado de él, y
su única misión y fin era
promover el movimiento de las
lejanas y frías esferas
siderales, y de los inmutables
cuerpos celestes. El Eterno Dios
no significaba en sí nada para
Aristóteles, quien lo enclaustró
en uno de los compartimentos de
su mente o en las páginas de su
Metafísica. El judaísmo, por el
contrario, aspira a encarnar el
concepto divino en los
corazones, y a convertirlo en
una necesidad interna de
nuestras almas; eso sólo se
logra por intermedio de los
preceptos de Dios, y cuando
servimos al Eterno con todo
nuestro sentido interior.
Para tu bestia
Esto nos indica que quien tiene animales debe cuidar primero de su
manutención y después de sí
mismo.
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