HOSHANA RABÁ
Hoshana Rabá es el
séptimo día de
Sucot, que precede a
la festividad de
Sheminí Atzeret. Su
nombre responde al
hecho de que se
recitan mas
hoshanot, pedidos de
salvación, en este
día que en todos los
previos,
cumpliéndose también
el ritual de golpear
el suelo con la rama
de aravá (sauce).
Aunque Hoshaná Rabá
no tiene un status
diferente al de los
días intermedios de
Sucot (Jol Hamoed),
el Pueblo Judío
observa muchas
costumbres en este
día que le otorgan
un carácter solemne.
Por ejemplo el
"parojet" (cortina
del Arca en la
sinagoga) permanece
abierta hasta
después de Hoshaná
Rabá. En los
servicios de la
mañana a
continuación del
Musaf (plegaria
adicional de Shabat
y días festivos) y
en algunos lugares
después del Halel
(alabanzas), son
recitadas las
hoshanot que
aparecen en el libro
de rezos y la
congregación rodea
siete veces la Bimá
(plataforma central
donde se lee la
Torá), después de lo
cual sacude la aravá
contra el suelo
cinco veces (sin
pronunciar bendición
alguna pues se trata
de una costumbre).
Hoshaná Rabá es
conocido como el día
del sello final del
Juicio que comenzó
en Rosh Hashaná
(Zohar, Vaikrá 31;
Shibolé HaLeket,
simán 371; Séfer
HaManhig, Hiljot
Etrog 38). Durante
la festividad de
Sucot el mundo es
juzgado respecto del
agua (lluvias) y
sobre frutos y
cosechas.
En el día séptimo se
sella
definitivamente la
sentencia y como la
vida humana depende
del agua, Hoshaná
Rabá se considera en
algo similar a Iom
Kipur, por lo que
hay plegarias
adicionales y
pedidos de
arrepentimiento como
en Iom Kipur.
SHEMINI ATZERET, PARA PERMANECER UNIDOS
A HASHEM
Al término de la
festividad de Sucot
llega otra llamada
Sheminí Atzeret, la
asamblea del día
octavo. Aunque es
aparente por sus
leyes y ofrendas que
Sheminí Atzeret es
una fiesta por sí
misma (Sucá 48a), su
nombre sin embargo,
indica una conexión
con los días
precedentes.
Rashí explica que
Atzeret también
significa "detener".
Luego de la
celebración de los
siete días de Sucot,
Hashem pide que "nos
quedemos" un día
más. Nuestros Sabios
enseñan esto con el
siguiente ejemplo:
Un rey invitó a sus
hijos a festejar por
siete días. Cuando
llegó el momento de
partir, el rey dijo:
"Hijos míos, por
favor quedaos
conmigo un día más;
vuestra partida es
difícil para mí"
(Rashí Vaikrá
29:35).
Podemos entender por
qué D-s nos hace
este pedido después
de Sucot y no
durante las otras
festividades. Las
festividades judías
forman un ciclo:
Pésaj es el
nacimiento de
nuestra nación,
seguida de Shavuot,
que es cuando
recibimos la Torá.
Tenemos ahora en
Sucot un propósito y
un rol para cumplir.
Sucot está
relacionado con
Tejiat Hametim, el
revivir de los
muertos, la etapa
mesiánica (Abodá
Zará 2a-3b), en la
cual cumpliremos
nuestra misión.
Además Sucot sigue a
los Iamim Noraim,
los Días Temibles.
D-s nos ha perdonado
y la barrera de
pecado que nos
separaba del Santo
Bendito Sea ya ha
sido eliminada. Por
lo tanto al concluir
la festividad de
Sucot, en la que
llegamos a
experimentar un
profundo amor por
Hashem (y El hacia
nosotros), el
Creador nos pide que
demoremos nuestra
partida. Pero en qué
forma quedarse un
día podría aliviar
el sufrimiento de la
partida. Acaso no
será igualmente
difícil separarse
después? No estamos
demorando lo
inevitable?
El guía espiritual
de Mir, Rabi Ierujam
Levovitz Z´L,
explica la esencia
de este Iom Tov,
festividad. Luego de
haber estado cerca
de Hashem por siete
días, deseamos
demostrar cuán
difícil nos resulta
alejarnos de Su
presencia, y lo
hacemos festejando
con una festividad.
Cuando los Hijos de
Israel estaban en el
desierto, acamparon
en el Monte Sinaí
cerca de un año
entero. Cuando
rompieron campamento
para partir, lo
hicieron, según
nuestros Sabios,
como un niño que
sale corriendo de su
escuela.
Seguramente que no
corrieron como niños
traviesos que
escucharon la
campana anunciando
el fin de clases,
sino que, según Rabi
Ierujam, la
acusación contra
ellos fue que no se
lamentaron Cómo
vamos ahora a dejar
este lugar en donde
Hashem habló
directamente con
nosotros, el lugar
donde recibimos la
Torá. Su partida no
les molestó tanto
como debería haberlo
hecho. No convocaron
a una festividad de
conmemoración
demostrando cuán
difícil les era
abandonar el Monte
Sinaí. Se esperaba
más de personas de
su estatura
espiritual, por eso,
los Sabios los
compararon a niños
escapándose de su
escuela.
Ahora, intentamos
mitigar ese dolor
por la separación de
Hashem.
En Iom Tov estuvimos
muy cerca de D-s; si
crecimos en esos
momentos, si
absorbimos las
lecciones de las
festividades y nos
comunicamos más con
el Altísimo,
entonces la fiesta
se ha vuelto parte
de nosotros. Sus
enseñanzas están
enraizadas en
nuestro ser. Por lo
tanto, en realidad,
no habrá partida;
nos llevamos la
fiesta con nosotros
a casa. Ese es el
objetivo de Sheminí
Atzeret, celebrar un
día más, reflexionar
una vez más sobre
las enseñanzas del
Iom Tov (día
festivo). Con la
declaración Divina
de "Kashé Alai
pridatjem" (Me es
difícil vuestra
partida),
demostramos que
hemos internalizado
la lección y
renovamos nuestra
relación con Hashem.
Ahora también
podemos entender por
qué celebramos
Simjat Torá, la
alegría de la Torá,
durante Sheminí
Atzeret. Hashem dice
a Sus amados hijos:
"Kashé Alai
Pridatjem" (Me es
difícil vuestra
partida). Nuestra
respuesta es
completar la Torá
(en esta fiesta se
termina la lectura
anual), y
regocijarnos con el
logro.
Inmediatamente
después comenzamos
nuevamente desde
Bereshit (Génesis)
con el mismo
entusiasmo y emoción
que tuvimos cuando
completamos la Torá.
En efecto, ese
regocijo es una
declaración de
nuestra unión a la
Torá. Dondequiera
que nos encontremos,
nos esforzaremos por
la Torá porque es la
Palabra de D-s. De
esta manera le
estamos diciendo a
Hashem que El no
debe entristecerse
porque no habrá
separación.
(Daf Hashavúa Kollel
Beth HaTalmud (c)
2002 Rabbi Iosef
Levinson)
ALEGREMONOS CON LA TORÁ
Nuestros Sabios
determinaron que la
festividad de
Sheminí Atzeret (el
octavo día de
asamblea), luego de
los siete días de
Sucot, debe ser
identificada con
otro elemento
significativo:
Simjat Torá, la
alegría de la Torá,
que marca la
conclusión anual de
la lectura pública
de la Torá y el
comienzo de un nuevo
ciclo de lectura. En
la diáspora,
celebramos Simjat
Torá en el día
siguiente a Sheminí
Atzeret. Cuál es el
propósito de
celebrar Simjat Torá
en este momento
particular? No
tenemos ya un día en
el calendario judío,
Shavuot, que
recuerda
precisamente la
entrega de la Torá
en el monte Sinaí?
Quizás éste sea el
punto; está bien que
la Torá fue
entregada en Shavuot
y que en esa fecha
los judíos
declaramos nuestra
aceptación diciendo:
"Haremos y
escucharemos". Pero
eso no es
suficiente. En cada
generación, en cada
período de siete
años durante Hakel
(la reunión de todo
el pueblo para
escuchar la lectura
de la Torá), y luego
cuando el Hakel cayó
en desuso, cada año,
debe haber una
re-aceptación de ese
compromiso, una
acción tanto como
una declaración por
parte de cada judío
de que acepta la
Torá como propia.
Que mejor momento
para hacerlo que al
comienzo de un nuevo
año, cuando
concluimos un ciclo
completo de lectura
de la Torá y
comenzamos a leer
nuevamente "En el
principio"
(Génesis)?. Que
mejor manera de
demostrar nuestro
reconocimiento por
la abundancia Divina
en nuestras cosechas
que renovando
nuestra dedicación a
la Torá? Y
precisamente en
medio de
nuestro temor ante
lo incierto del año
que comienza en
términos de lluvias
y tamaño de las
futuras cosechas, y
de los Días Temibles
que culminaron en
Hoshaná Rabá, nos
regocijamos delante
de los rollos de la
Torá, danzamos con
ellos y los sacamos
a la calle haciendo
pública nuestro
júbilo. Este es un
día para que cada
judío se alegre con
la Torá y reciba una
aliá (invitación a
subir al estrado
para la lectura de
una parte de ella).
Y todo el que hace
su bendición sobre
la Torá está
claramente aceptando
su status de miembro
de la
nación elegida por
D-s para transmitir
los valores de la
Torá y el monoteísmo
ético al mundo
entero.
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