Organizacion Sin Animo de Lucro
Adscrita al Judaismo Ortodoxo Moderno
Desde Monsey, New York
aliyot Bereshit
Aliyot Bereshit Vayeshev
Lectura Mediante Robot - BERESHIT Capítulo 37.1 al 40.23 y . Amós 2.6 - 3.8
Por Eliyahu BaYonah Ben Yossef,
Director Shalom Haverim Org.
New York
Aliyot es el plural hebreo de
Aliá o Aliyá que significa
"subir". Cada vez que una
persona - Olé- sube a la Bimá
debe recitar la Brajá -Bendición-
antes de comenzar el Baal Koréh
-בעל
קורא - la Lectura y al cerrar la misma. Esto se hace cada vez que el Baal
Koréh lee la Porción -Parashá-
correspondiente.
El Maftir es la última persona
que se llama a la Bimá y es
invitada a leer la porción de la
Haftará -Lectura
de los Profetas-
Esta es la Brajá
de la Lectura de la Toráh:
Barejú et Adonai
hamevoraj. |
Baruj Adonay hamevoraj
le'olam va'ed. |
Baruj atáh Adonay
Eloheynu melej ha'olam,
asher bajar banu
mikol-ha'amim, venatán
lanu et-torató. |
|
|
|
|
|
Vayajalom Yosef
jalom vayaged le'ejav
vayosifu od sno otó. |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Vayish'al et-anshey
mekomah lemor ayeh
hakdeshah hi va'Eynayim
al-hadarej vayomeru
lo-hayetah vazeh
kedeshah. |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
LECTURA DE LA
HAFTARÁ - Amós 2.6 - 3.8
|
Baruj atáh Adonay jabóker batoráh
uveMoshé avdó
uveYisra'el amó
uvinvi'ey ja'emet
vatsédek. |
|
|
|
Ve'al begadim javulim yatu etsel
kol-mizbe'aj veyeyn
anushim yishtu beyt
Eloheyhem. |
Ve'anoji hishmadeti et-ha'Emori mipneyhem
asher kegovah arazim
goveho vejason hu
ka'alonim va'ashmid
piryo mima'al
veshorashav mitajat. |
|
|
|
|
Ve'avad manos mikal vejazak lo-ye'amets
kojo vegibor lo-yemalet
nafsho. |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Ne'eman, atah ju Adonay Eloheynu,
vene'emanim devareyja,
vedavar ejad midvareyja
ajor lo-yashuv reykam,
ki El melej ne'eman
verajaman atah. |
Baruj atáh Adonay, ha'El jane'eman
bekol-devarav.
-Amen |
Rajem al-Tsiyon, ki ji beyt jayeynu, vel'aluvat nefesh toshia
bimjeraj veyameynu. |
Baruj atáh Adonay, mesame'aj Tsiyon bevaneyj. |
Samejenu, Adonay Eloheynu, be'Eliyahu janavi avdeja, uvmaljut
beyt David meshijeja.
Bimjeraj yavo veyagel
libenu, |
al kis'o lo yeshev zar, velo yinjalu od ajerim et kevodo, ki
veshem kodsheja nishbata
lo, shelo yicbej nero
le'olam va'ed. |
Baruj atáh Adonay, magén David. |
EN ESPAÑOL
Génesis- Capítulo 37.1 al 40.23
¡Bendecid al
Eterno, el Bendito! |
Bendito es el
Eterno, el Bendito para
siempre. |
Bendito seas
Tu, oh Eterno nuestro
Dios, Rey del universo
que nos elegiste entre
todos los pueblos y nos
diste Tu Toráh, Bendito
seas, oh Eterno, que nos
concediste la Toráh. |
Bendito seas,
oh Eterno, que nos
concediste la Toráh.
AMEN |
|
Estas son las generaciones de Jacob.
José, teniendo la edad
de diecisiete años,
estaba apacentando el
ganado con sus hermanos;
y estaba, como muchacho,
con los hijos de Bilhá y
con los hijos de Zilpá,
mujeres de su padre; y
llevaba José noticia de
la mala |
Y amaba Israel a José más que a todos sus
hijos, por ser él hijo
de su vejez; y le hizo
una túnica talar (y de
diversos colores). |
Y viendo sus hermanos que a él amaba su
padre más que a todos
sus hermanos, le
odiaban, y no podían
hablarle pacíficamente. |
Y José soñó un sueño, y lo contó a sus
hermanos, y ellos le
odiaron más todavía. |
Pues les dijo: Oid, os ruego, este sueño
que he soñado. |
He aquí que estábamos atando gavillas en
medio del campo; y he
aquí que se levantó mi
gavilla, y también se
quedó derecha, mientras
que vuestras gavillas,
poniéndosele alrededor,
se inclinaban a mi
gavilla. |
Y le dijeron sus hermanos: ¿Reinarás tú
sobre nosotros? ¿O
gobernarás tú sobre
nosotros? Y aumentaron
más su aborrecimiento
hacia él a causa de sus
sueños y sus palabras. |
Y soñó aún otro sueño, lo contó a sus
hermanos, y dijo: He
aquí que he soñado otro
sueño más; y he aquí
que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí. |
Y lo contó a su padre y a sus hermanos ;
y su padre le reprendió
y le dijo: ¿Qué sueño es
éste que has soñadora
¿Hemos de venir, yo y tu
madre y tus hermanos, a
postramos en tierra
delante de ti? |
Y sus hermanos le tenían envidia, mas su
padre guardó la cosa (en
su mente). |
|
y dijo Israel a José: Ciertamente tus
hermanos están
apacentando en Shejem;
ven y te enviaré a
ellos.
Y le respondió: Heme
aquí. |
Y él dijo: Te ruego que vayas y veas cómo
está la paz de tus
hermanos y cómo se halla
el ganado; y respóndeme
alguna cosa. Y lo envió
desde el valle de
Hebrón, y él fue a
Shejem. |
Y lo encontró un hombre estando él
perdido en el campo, y
le preguntó aquel
hombre, diciendo: ¿Qué
estás buscando? |
Y contestó: A mis hermanos estoy
buscando; te ruego me
digas dónde están
apacentando. |
Y dijo el hombre: Partieron de aquí,
porque les oí decir: "Vamos a Dotán". Y se fue José tras sus hermanos, y los
halló en Dotán. |
Y ellos le vieron desde lejos, y antes de
que llegara a ellos
conspiraron contra él
para matarle, |
y dijo cada uno a su hermano: ¡He aquí
que viene este dueño de
los sueños! |
Ahora pues, venid y le mataremos, y le
echaremos a uno de los
pozos, y diremos que una
bestia mala lo ha
comido; entonces veremos
qué serán sus sueños. |
Y oyó Rubén y lo libró de sus manos. Y
dijo: No le heriremos de
muerte. |
Y les dijo (además) Rubén: No derraméis
sangre, echadlo en este
pozo que está en el
desierto, mas no pongáis
la mano sobre él. (Esto
dijo), para librarlo de
sus manos, a fin de
devolverlo a su padre. |
|
y lo tomaron y lo echaron al pozo. Y el
pozo estaba vacío, no
había agua en él. |
Y se sentaron a comer pan; mas alzando
los ojos miraron, y he
aquí una caravana de
ismaelitas que venía de
Guilad, y sus camellos
llevaban cera, bálsamo y
mirra, que llevaban a
Egipto. |
Entonces Judá dijo a sus hermanos: ¿Qué
provecho tendremos
matando a nuestro
hermano y encubriendo su
sangre (muerte)? |
Venid y lo venderemos a los ismaelitas,
mas no pongamos nuestra
mano sobre él, porque es
nuestro hermano, nuestra
misma carne.
Y obedecieron sus hermanos; |
y pasaron los hombres midianitas, que
eran mercaderes; y los
hermanos sacaron a José
alzándolo del pozo, y
vendieron a José a los
ismaelitas por veinte
siclos de plata, y éstos
llevaron a José a
Egipto. |
Y volvió Rubén al pozo, y he aquí que
José no estaba en el
pozo, y él rasgó sus
vestidos; |
y volviéndose a sus hermanos les dijo: El
niño no está; y yo
¿adónde iré? |
Y tomaron la túnica de José, y degollando
un macho cabrío, mojaron la túnica en la sangre. |
Y enviaron la túnica talar (y de diversos
colores) a su padre,
diciendo: Esto hemos
hallado; reconoce, por
favor, si es la túnica
de tu hijo o no. |
Y él la reconoció y dijo: La túnica de mi
hijo es. ¡Alguna bestia
mala lo habrá comido!
¡Sin duda ha sido
despedazado José! |
Y rasgó Jacob sus vestidos, y puso (tela
de saco sobre sus lomos,
y se enlutó a causa de
su hijo, muchos días. |
Y se levantaron todos sus hijos y todas
sus hijas (nueras) para
consolarlo, mas él
rehusó ser consolado,
diciendo: Así descenderé
a mi hijo, enlutado,
hasta la sepultura.
De este modo le lloraba
su padre. |
Y los midianitas lo vendieron en Egipto a
Potifar, oficial del
Faraón, capitán de los
degolladores (verdugos). |
|
Y vio allí Judá a la hija de un hombre
cananeo (comerciante)
llamado Shúa, y la tomó
y se llegó a ella. |
Y concibió y parió un hijo; y él lo
nombró Er. |
Y concibió otra vez y parió un hijo, y
ella lo llamó Onán. |
Y volvió aún (a concebir) y parió un
hijo, y ella lo llamó
Shelá; y estaba (Judá)
en Keziv cuando lo
parió. |
Y Judá tomó mujer para Er, su
primogénito, la cual se
llamaba Tamar. |
Y fue Er, el primogénito de Judá, malo a
los ojos del Eterno, y
el Eterno lo mató. |
Y Judá dijo a Onán: Llégate a la mujer de
tu hermano y cumple con
ella el deber de
levirato, levantando
sucesión a tu hermano. |
Y supo Onán que no había de ser suya la
sucesión; y fue así que
cuando se llegaba a la
mujer de su hermano,
vertía en tierra (el
semen), por no dar
sucesión a su hermano. |
Y fue malo a los ojos del Eterno lo que
él hizo, de modo que lo mató a él también. |
Y dijo Judá a Tamar, su nuera: Quédate
viuda en casa de tu
padre hasta que crezca
Shelá, mi hijo; porque
dijo: "No suceda que
muera él también, como
sus hermanos' . Y fue
Tamar y habitó en casa
de su padre. |
Y pasaron mujos días, y murió la hija de
Shúa, mujer de Judá, y
se consoló Judá; y subió
a (donde estaban) los
esquiladores de sus
ovejas, él y su amigo
Jirá el adulamita, a
Timná. |
Y fue anunciado a Tamar, diciendo: He
aquí que tu suegro sube
a Timná a esquilar sus
ovejas. |
Entonces ella quitó de sobre sí los
vestidos de su viudez, y
se cubrió con el velo, y
envolviéndose se sentó
en la encrucijada que
está en el camino de
Timná; porque vio que
Shelá ya había crecido,
y ella no le había sido
dada por mujer. |
Y la vio Judá, y pensó que era ramera,
porque se cubrió su
rostro. |
Se desvió entonces a ella, al lado del
camino, y dijo: Déjame,
te ruego, llegarme a ti
-porque no sabía que era
ella su nuera-. Mas ella
dijo: ¿Qué me darás por
llegarte a mí? |
A lo que respondió: Yo enviaré del rebaño
a una cría de las
cabras. Ella dijo:
(Acepto) si me das una
prenda hasta que la
mandes. |
Y él respondió: ¿Qué prenda te daré? Y
ella dijo: Tu sello, tus
cordoncillos y el báculo que tienes en tu mano. El pues, se lo dio y se llegó a ella; y
ella concibió de él. |
Y levantándose ella, se fue y quitó el
velo de sobre sí, y se
vistió los vestidos de
su viudez. |
Y envió Judá la cría de las cabras por
mano de su amigo el
adulamita, para recobrar
la prenda de mano de la
mujer, mas él no la
halló. |
Y preguntó a los hombres de aquel lugar
diciendo: ¿Dónde está
aquella consagrada
(prostituta) que estaba
a la vista junto al
camino?
Mas ellos dijeron: No ha estado aquí ninguna consagrada. |
Y él volvió a Judá, y dijo: No la hallé,
y también los hombres
del lugar dijeron: "no
ha habido aquí (ninguna)
consagrada". |
Entonces dijo Judá: Que se lo tome para
sí, para que no seamos
avergonzados. He aquí
que yo envié este
cabrito y tú no la
hallaste. |
Y sucedió que como a los tres meses fue
dado aviso a Judá
diciendo: Tu nuera Tamar
ha estado fornicando, y
he aquí también que está
preñada de sus
fornicaciones.
Y dijo Judá: Sacadla
para que sea quemada. |
Y al ser ella sacada, envió a decir a su
suegro: Del varón a
quien pertenecen estas
cosas, yo estoy preñada.
Y dijo más: Te ruego que
reconozcas y veas de
quién son este sello,
los cordoncillos y el
bastón. |
Y lo reconoció Judá y dijo: Más justa es
ella que yo, por cuanto
no le he dado a Shelá,
mi hijo.
Y no la volvió a conocer
más. |
Y aconteció que al tiempo de parir, he
aquí que había mellizos
en su vientre. |
Y sucedió que cuando paría, el uno sacó
la mano; y tomándola la
partera, le ató un hilo
de grana, diciendo: Este
salió primero. |
Y sucedió que al retirar su mano, he aquí
que salió su hermano. Y
ella dijo: ¿Por qué
hiciste fuerza sobre ti
(despojando a tu hermano
de su derecho de primogenitura?
Y llamó su nombre Péretz
(brecha). |
Y después salió su hermano, el que tenía
en la mano el hilo de
grana; y llamó su nombre
Zéraj. |
|
Mas el Eterno estuvo con José, de modo
que fue hombre próspero,
y estaba en casa de su
amo, el egipcio. |
Y su amo vio que el Eterno estaba con él,
y que todo cuanto él
hacia, el Eterno lo
prosperaba en su mano. |
Y José halló gracia a sus ojos, y le
servia, y él le encargó
la administración de su
casa, y todo lo que
tenía lo entregó en sus
manos. |
Y aconteció que desde el tiempo en que le
dio cargo en su casa, y
de todo lo que tenía, el
Eterno bendijo la casa
del egipcio por causa de
José, de manera que la
bendición del Eterno
estaba en todo lo que él
tenía, (tanto) en casa
como en el campo. |
Y dejó todo lo suyo en mano de José, y no
llevaba cuenta de cosa
alguna, sino del pan que
comía. Y era José de
hermoso porte y de bello semblante. |
|
Mas el rehusó, y dijo a la mujer de su
amo: He aquí que mi amo
no lleva cuenta conmigo
acerca de lo que está en
casa, y todo lo que
tiene ha puesto en mi
mano. |
El no es en esta casa más grande que yo,
ni me ha privado de cosa
alguna sino de ti,
porque eres su mujer.
¿Cómo, pues, he de hacer
esta gran maldad y pecar
contra Dios? |
Y sucedió que, mientras ella hablaba a
José cada día, y él no
la escuchaba, para
acostarse a su lado ni
para estar con ella, |
que cierto día en que él entró en casa
para hacer su trabajo,
no había ninguno de los
hombres de la casa allí,
en casa. |
Ella pues, le agarró de su vestido,
diciendo: ¡Acuéstate
conmigo! Mas él dejó su
vestido en mano de ella
y huyó saliéndose fuera. |
Y sucedió, cuando ella vio que le había
dejado su vestido en su
mano, y había huido
afuera', |
que llamó a los hombres de su casa y les
habló, diciendo: Ved,
nos ha traído un hebreo
para hacer escarnio de
nosotros; vino a mí para
acostarse conmigo y yo
clamé a grandes voces; |
y fue así que él, como oyese que
levantaba mi voz y
clamaba, dejó su vestido
a mi lado y huyó,
saliéndose fuera. |
Y ella puso el vestido de él junto a sí,
hasta que volvió a su
casa el señor de él
posé). |
Y le habló a él (a Potifar) en estos
términos, diciendo: Vino
a mi el siervo hebreo
que nos trajiste, para
hacer escarnio de mí. |
Y fue así que cuando yo alce mi voz y
grité, él dejó su
vestido a mi lado y huyó
afuera. |
Y aconteció que cuando oyó su amo (de
José) las palabras que
su mujer le hablaba,
diciendo: "estas cosas
hizo conmigo tu siervo",
se encendió su ira; |
y tomó su señor a José y lo puso en la cárcel, lugar donde se encarcelaba a los presos
del rey, y él se quedó
allí en la cárcel. |
Y el Eterno estuvo con José y le extendió
su misericordia, y le
dio gracia a los ojos
del alcaide de la
cárcel. |
Y puso el alcaide de la cárcel en mano de
José todos los presos
que había en la cárcel,
y todo lo que hacían
allí se ejecutaba por su
orden. |
No se ocupaba el alcaide de la cárcel en
cosa alguna que
estuviera en su mano,
porque el Eterno estaba
con él, y lo que hacía,
el Eterno lo prosperaba. |
|
Y se indignó el Faraón contra sus dos
ministros, el jefe de
los coperos y el jefe de
los panaderos, |
y los metió en prisión, en la casa del
capitán de los
degolladores, en el
lugar donde José estaba
preso. |
Y el capitán de los degolladores dio a
José el cargo de ellos,
y él los servía; y
estuvieron un año en
prisión. |
Y soñaron cada uno un sueño en una misma
noche, cada cual
conforme a la
interpretación de su
sueño; el copero y el
panadero del rey de
Egipto, que estaban
encarcelados en la
prisión. |
Y José vino a ellos por la mañana, y los
miró y he aquí que
estaban turbados. |
Y preguntó a (estos) ministros del Faraón
que estaban con él en la
prisión de la casa de su
señor, diciendo: ¿Por
qué están hoy tristes
vuestros semblantes? |
Y le respondieron: Hemos soñado un sueño,
y no hay quien leí
interprete. Les
respondió pues José:
¡Sólo de Dios son las
interpretaciones!
Os ruego me lo contéis. |
Entonces el jefe de los coperos le contó
su sueño a José y le
dijo: Estando yo en mi
sueño, he aquí una vid
delante de mí; |
y en la vid tres sarmientos, y ella eximo
que retoñó, creció su
flor, y sus racimos
produjeron uvas. |
Y yo tenía la copa del Faraón en mi mano,
y tomé las uvas y las
exprimí en la copa del
Faraón, y puse la copa
en la palma (de la mano)
del Faraón. |
Y José le dijo: Esta es su
interpretación: los tres
sarmientos tres días
son. |
Dentro de tres días contará el Faraón tu
cabeza (entre los
vivos), y te restituirá
a tu puesto, y pondrás
la copa del Faraón en su
mano como solías hacer
antes, cuando eras su
copero. |
Mas ojalá me tengas presente en tu
memoria cuando te fuere
bien; y te ruego que uses de misericordia conmigo, y hagas mención de mí al Faraón, y me
saques de esta casa. |
Porque fui robado de la tierra de los
hebreos; y tampoco nada
he hecho aquí para que
me pusieran en el pozo
(calabozo). |
Y vio el jefe de los panaderos que había interpretado para bien (el sueño) y dijo a José: También yo en
mi sueño (vi): y he aquí
tres cestos ralos sobre
mi cabeza. |
Y en el cesto de encima había toda
especie de manjares para
el Faraón, obra de
panadero; y las aves los
comían del canasto que
estaba en mi cabeza. |
Y respondió José diciendo: Esta es su
interpretación: los tres
cestos tres días son. |
Dentro de tres días levantará el Faraón
tu cabeza de sobre ti y
te colgará de un árbol;
y comerán las aves tu
carne de sobre ti. |
Y sucedió que al tercer día, día del
cumpleaños del Faraón,
contó, entre las cabezas
de sus servidores, la
del jefe de los coperos
y la del jefe de los
panaderos; |
y restituyó al jefe de los coperos a su
oficio de copero, y él
puso la copa en la palma
(de la mano) del Faraón; |
mas al jefe de los panaderos lo colgó,
conforme les había interpretado José. |
Pero el jefe de los coperos no se acordó
de José, sino que se
olvido de él. |
|
Bendito seas
Tu oh Eterno nuestro
Dios, Rey del Universo
que nos diste (Tu
Torah), la Toráh de la
Verdad, e implantaste en
nosotros la Vida Eterna. |
Bendito seas,
oh Eterno, que nos
concediste la Toráh.
(TODOS DICEN
AMEN) |
LECTURA DE LA
HAFTARÁ Amós 2:6 -
3:8
Bendito seas Tú, Eterno Dios nuestro y
Rey del Universo, que
escogiste buenos
profetas y te
complaciste en sus
palabras, que fueron
enunciadas con verdad. |
Bendito seas Tú, Eterno, que escogiste la
Torah, a Moisés Tu
siervo, a Tu pueblo
Israel y a profetas de
la verdad y y de la
rectitud. |
|
Así dice el Eterno: "Por tres
transgresiones capitales
de Israel toleraré, mas
por la cuarta no
apartaré su castigo;
porque los jueces venden
al justo por dinero, y
al menesteroso por el
valor de un par de
zapatos. |
Ellos codician hasta el polvo de la
tierra para ponerlo
sobre la cabeza de los
pobres, y pervierten la
causa de los mansos;
también un hombre y su
padre se llegan juntos a
la misma prostituta,
profanando así mi santo
nombre; |
al lado de todos los altares se acuestan
sobre ropas recibidas de
los pobres como empeño,
y en la casa de Dios
beben el vino de los
multados injustamente. |
Y fui Yo quien destruí delante de ellos
al emoreo, cuya altura
era parecida a la de los
cedros, y era fuerte
como las encinas; y
destruí su fruto por
arriba y sus raíces por
abajo. |
Además fui Yo quien os hice subir de la
tierra de Egipto, y os
hice andar cuarenta años
por el desierto, para
que poseyeseis la tierra
del emoreo. |
También de vuestros hijos suscité
profetas, y de vuestros
jóvenes, nazireos; no es
esto así, oh hijos de
Israel, dice el Eterno. |
Mas vosotros hicisteis que los nazireos
bebiesen vino, y a los
profetas les ordenasteis
diciendo: ¡No
profeticéis! |
Pues he aquí que yo os apretaré en
vuestro lugar, como se
aprieta el carro que
está lleno de gavillas. |
Y la huida le faltará al ligero, y el
fuerte no podrá valerse
de su fuerza, y el
valiente no librará su
vida; |
ni podrá resistir el que maneja el arco,
y el ligero de pies no
escapará, y tampoco
podrá librar su vida el
que va montado a
caballo. |
Y aquél que es más esforzado de corazón
entre los valientes,
huirá sin sus armas en
aquel día, dice el
Eterno. |
Escuchad esta palabra que el Eterno ha
hablado contra vosotros,
oh hijos de Israel;
contra toda la estirpe
que hice subir de la
tierra de Egipto,
diciendo: |
A vosotros solos, de entre todas las
familias de la tierra,
he amado; por tanto os
castigaré por todas
vuestras iniquidades. |
¿Acaso podrán andar dos juntos por el
mismo camino si no
hubieren concertado
previamente un
encuentro? |
¿Rugirá el león en el bosque sin que
tenga presa? ¿Levantará
el leoncillo su voz
desde su cubil sin que
haya apresado algo? |
¿Caerá un pájaro en lazo sobre la tierra
si no se le ha tendido
trampa alguna? ¿Saltará
la trampa desde el suelo
si no ha cogido nada? |
¿Sonará trompeta en la ciudad sin que se
atemorice el pueblo?
¿Sobrevendrá calamidad
en alguna ciudad sin que
venga como castigo de
parte del Eterno? |
Seguramente el Eterno Dios no hará nada
sin revelar primero su
secreto a sus siervos
los profetas. |
Si el león rugió ¿quién no temerá? El
Eterno Dios ha hablado.
¿quién no profetizará? |
Bendito seas Tú, Eterno, Dios nuestro y
Rey del Universo, fuerte
de todos los mundos,
justo en todas las
generaciones; Dios fiel,
que dice y obra, que
promete y cumple, cuyas
palabras son verdad y
justicia. |
Fiel eres Tú, Eterno, Dios nuestro, y tus
promesas son merecedoras
de fe; ninguna de Tus
palabras dejará de
cumplirse, porque Tú
eres Dios y Rey fiel (y
piadoso). |
Bendito seas Tú, Eterno, Dios fiel en
todas tus palabras.
-Amen |
Ten piedad de Sión, pues es el hogar de
nuestra vida, y salva a
esa ciudad afligida de
espíritu, pronto y en
nuestros días. |
Bendito seas Tú, Eterno, que alegras a
Sión en sus hijos. |
Alégranos, oh Eterno, Dios nuestro, con
la llegada de Elías, tu
profeta y servidor, y
con el reinado de David
tu ungido.
Llegue pronto su advenimiento y haga regocijar nuestros
corazones. |
No permitas que extraños se sienten en su
trono, ni que otros
hereden de su gloria,
pues por tu santo nombre
le juraste que su luz
jamás se extinguirá. |
Bendito seas Tú, Eterno, Escudo de David. |
NOTAS EXPLICATORIAS:
Yaakov Avinu se estableció en la tierra de Canaan. Su
hijo favorito, Yosef, le reporta
información crítica sobre sus
hermanos. Yaakov fabrica una
tunica multicolor para su hijo.
Yosef irrita a sus hermanos al contarles sus sueños
proféticos, Yosef sueña que
todas las gavillas de trigo se
inclinan frente a su gavilla, y
que el sol y la luna le hacen
reverencias, estos sueños
significan que su familia le
reconocerá como Rey.
Los hermanos juzgan a Yosef y le condenan a muerte.
Cuando Yosef llega a Shejem, los
hermanos, siguiendo el consejo
de Reuven, deciden echarle a un
pozo en vez de matarle.
Yehuda convence a los hermanos a sacarlo del pozo y a
venderlo a una caravana de
Ismaelitas que está pasando por
el lugar en ese momento. Cuando
Reuven vuelve y encuentra el
pozo vacío, se rasga las
vestiduras. Los hermanos remojan
la tunica de Yosef en la sangre
de un cabrito y se la enseñan a
su padre Yaakov, quien cree que
su hijo ha sido devorado por
animales salvages. Yaakov queda
totalmente desconsolado.
Mientras tanto, los Ismaelitas venden a Yosef como
esclavo a Potifar, El jefe de
carniceros del Faraón.
El hijo de Yehuda, Er, muere como castigo a causa de
impedir a su mujer Tamar de
quedar embarazada, porque no
quería que Tamar perdiera su
belleza dando a luz.
Entonces, según la ley de Levirato, el segundo hijo de
Yehuda, Onan, se casa con Tamar,
y también el muere en
circunstancias parecidas a las
de su hermano. Cuando la esposa
de Yehuda muere, Tamar decide
tener hijos a través de el,
porque de esta unión empezaria
la dinastia davídica, culminando
en el Mesías.
Mientras tanto, Yosef avanza de posición en la casa de
su amo. La mujer de Potifar se
siente atraída por la belleza
física de Yosef, y al no ser
correspondida acusa falsamente a
Yosef de intento de seducción, y
le hechan al calabozo.
En la prisión, Yosef predice con éxito los sueños de
dos de los sirvientes del
Faraón. Al copero le predice que
va a volver a Palacio, y al
panadero le predice que le van a
colgar. Apesar de las promesas
del copero, de que va a
mencionar su nombre, al llegar a
palacio se olvida de él, y Yosef
sufre en prisión.
"E Israel amaba
a Yosef más que a todos sus
hijos..." (37:3)
Había una vez un judío que naufragó y fue
a parar a una isla desierta.
Después de muchos años, un barco
que pasaba por el lugar
finalmente lo rescató. Antes de
irse de la isla, insistió en
mostrarles a sus salvadores las
tres sinagogas que había
construido.
"¿Tres
sinagogas? preguntó el capitán del barco. "¿Para
qué un náufrago en una isla
desierta necesita tres
sinagogas?
El judío respondió: "En ésta rezo
Shajarit, el rezo matutino. Y en
ésta rezo Minjá, el rezo de la
tarde. Y en ésta, ¡no me iban a
ver ni muerto!"
En el comienzo del tiempo, los seis días
de la Creación eran como nómadas
viajando cada uno en una
dirección diferente. Cada uno
iba separado de los demás.
Apartados y divididos.
Solitarios. Como las partes de
un cuerpo flotando, desunidas y
dispares.
Con el arribo del primer Shabat, todas
las partes de la Creación se
unificaron. El Shabat les
insufló un alma a cada uno de
ellos. A partir de entonces,
todas las partes de la Creación
percibieron el poder de la
fuerza que las unificaba. Lo
mismo ocurría con las Tribus de
Israel. Cada hermano se
consideraba a sí mismo como un
ente por separado, una unidad
completa en sí mismo.
No hay dos personas que piensen
exactamente igual. ¡Y mucho
menos dos judíos!. Sin embargo,
no es por falta de intelecto. Al
contrario: la disparidad es el
sello distintivo del intelecto.
Ni siquiera nuestro peor enemigo
nos acusó de ser un pueblo
tonto. Cosmopolitas
desarraigados, sí. Comunistas,
capitalistas, bohemios,
conservadores. Cualquier cosa,
menos tontos.
La división de las tribus fue un espejo de
la singularidad del pueblo judío
y de su individualidad.
.
Yosef fue el
Shabat de las tribus.
El simbolizó el poder de unir a todo el
pueblo judío, igual que el
Shabat une a todos los días de
la semana.
No obstante, cuando los hermanos empezaron
a odiarlo, él ya no tuvo el
poder de unificarlos. Se ahondó
su desacuerdo, hasta que
finalmente vendieron a Yosef
como esclavo, momento en el que
decidieron que cada uno debía
seguir su propio camino.
Pues cuanto más se identifica la persona
con el grupo, más fuerte es el
grupo, y cuanto menos se
identifica, más débil es, hasta
que finalmente debe
desintegrarse. Por eso, con la
venta de Yosef, el poder de
unidad fue exiliado a Egipto y
las tribus, necesariamente, se
dividieron las unas de las
otras.
(Adaptado de Shem Mi Shmuel)
"Yosef respondió (al panadero): 'Dentro
de tres días, el Faraón te
elevará la cabeza, y te colgará
de un árbol, y las aves se
comerán tu carne'" (40:19)
¿Qué fue lo que vio Yosef en el sueño del
panadero que le hizo llegar a la
conclusión de que colgarían al
panadero?
Había una vez una exhibición de arte
computarizado, al aire libre,
con el lema "Ultrarrealismo".
Había cuadros tan pero tan
vívidos que casi daba miedo.
Pero había un cuadro en
especial, de un artista de
renombre, que sobresalía entre
todos.
En el cuadro había un hombre sosteniendo
un cesto con frutas. Tal era la
verosimilitud de ese cuadro, que
los pájaros del parque bajaron
a comerse la fruta! El
artista se puso furioso, y
exigió que le colocaran un
protector de vidrio a su obra
maestra.
Un periódico comentó el hecho, y uno de
los cerebros del departamento de
circulación propuso que el
periódico organizara un
concurso, ofreciendo un premio
sustancioso a la persona que
pudiera encontrarle una falla al
"realismo" del cuadro.
Una señora de la ciudad de Leeds escribió
una carta al periódico: "Hay que
reconocer que la fruta del
cuadro es de un realismo
increíble, pero el hombre que
sostiene el cesto no fue tan
agraciado. Es indudable que le
falta el hálito de vida. Porque
si no, los pájaros no hubieran
bajado a atacar la fruta. ¡Le
hubieran tenido miedo al
hombre!"
Unos días más tarde, la señora se puso
muy contenta cuando recibió un
sustancioso cheque en el correo.
Cuando el panadero le describió a Yosef
que en su sueño los pájaros
descendían y se comían el pan de
los cestos que llevaba en la
cabeza, Yosef se dio cuenta de
que los pájaros no se acercan a
un hombre vivo para
buscar comida. Y fue así que
dedujo que el hombre que tenía
los cestos en la cabeza
estaba... muerto.
(Basado en Rabí Meir Shapiro en Maianá
shel Torá)
"...y Yosef traía malos
informes de ellos (sus hermanos)
a su padre" (37:2)
¿Cómo es posible que Yosef ha Tzadik hubiera
hablado lashón hará (liter.
"mala lengua")
de sus hermanos?
Cuando un padre mira a sus hijos y comenta que uno de
ellos es un niño ejemplar, eso
necesariamente hace que los
demás hijos se amolden a ese
modelo. Y cuando no estén a la
altura del modelo, se los
considerará deficientes.
"¡Por qué no te comportas como tu hermano!"
No es que Yosef hablara mal de sus hermanos,
sino que su propia excelencia
era como una silenciosa
acusación contra ellos. Porque
por más rectos que fueran sus
hermanos, en términos
comparativos no se encontraban
al nivel de Yosef.
Y las comparaciones siempre hacen que los menores
parezcan ineptos.
Al lado del Everest, hasta el Aconcagua queda chico...
Pero entonces, si Yosef no los acusó realmente, ¿por
qué fue castigado?
Cuanto más tzadik es la persona, mayor es su obligación
de ocultarlo... incluso a su
padre.
(Basado en Admor Rabí Menajem mi Anshinov, en Iturei
Torá)
En la tierra de Canaán
En la parashá (sección
sabatina) anterior, la Toráh reseña brevemente la genealogía de Esaú y
sus descendientes; mas este
relato se interrumpe
súbitamente. Esta es una de las
características de la Toráh, que
abandona la parte histórica
general para dedicarse a lo más
importante. Los relatos de la
Toráh se van concentrando cada
vez más en la parte espiritual,
en aquéllos que habían de
heredar el espíritu hebreo. La
familia de Israel va depurándose
paulatinamente. Abraham abandona
a sus padres en Caldea; Ismael
se separa de Isaac y Esaú de
Jacob, hasta que con éste
comienza la historia de los Bené
Yisrael, de los hijos de Israel.
Jacob se estableció al fin en la
tierra que fue habitada por su
padre Isaac, en el país
prometido a Abraham. Al entrar a
la Tierra Santa, Jacob ya no era
Jacob, símbolo del Galut
(exilio), que debe inclinarse
ante el más fuerte, sino Israel,
que lucha con los poderosos y
los vence.
El sol y la
luna
Todo sueño tiene algo de inverosímil. Esto se deduce de que en el
segundo sueño de José el sol
simbolizaba a su padre, la luna
a su madre, y las once estrellas
a sus once hermanos; sin embargo
sabemos que su madre (Raquel) ya
no existía entonces (B. Rabá).
Vamos a
Dotán
El hombre que encontró José
estando perdido en el campo, y
que le indicó el lugar donde
podía encontrar a sus hermanos,
según el Midrash (Tanjumá) no
era otro sino el ángel Gabriel.
El lugar indicado se llamaba
Dotán. Esta palabra se escribe
en hebreo con tres letras, y
cada una de ellas se asemeja a
un instrumento de trabajo:
Dálet, a una escuadra; tav a un
compás; y nun (final), a una
regla; tres instrumentos
esenciales que son empleados en
casi todas las artes y oficios.
También, conviene a cierta
doctrina, el primer instrumento
simboliza la Justicia, el
segundo la Equidad y el tercero
la Rectitud. El ángel Gabriel,
que indicó el camino de Dotán a
José, quiso decirle: Adopta como
símbolo estos tres instrumentos
representándolos por estas tres
letras; sé trabajador,
equitativo y derecho, y no te
perderás jamás, pues siempre
encontrarás hermanos.
Que traía
puesta
"Guardaos de mostrar
preferencia entre vuestros hijos
y tratad de amar a todos ellos
por igual", recomiendan nuestros
sabios (BereshitRabá). Por causa de una túnica pasim -multicolor,
bordada, talar y de mangas que
llegan hasta las manos que Jacob
hizo para José, éste fue
detestado por sus hermanos.
Un macho
cabrío
Porque la sangre de este animal se asemeja a la del hombre.
Lo mató a
él también
El exegeta Rashí atribuye la muerte de Er y Onán, hijos de Judá, al
pecado de haber evitado la
procreación premeditadamente
(verso7).
El rabino Ben Azay (principios
del siglo 2)
predicaba diciendo: "El hombre
casado que trata de no tener
hijos es considerado un
asesino". El profeta Isaías
visitó al rey Ezequías y le
dijo: "Así dijo el Eterno: Da
tus últimas órdenes a los de tu
casa, porque morirás y no
vivirás" (Isaías 38,
1). Ezequías le preguntó: "¿Por
qué debo tener este severo
castigo? " Y el profeta le
respondió: Porque no te casaste
y no cumpliste con el deber de
procrear hijos" (Berajot 10). Al
hombre que tiene por lo menos un
hijo y una hija en estado
normal, se considera que ha
cumplido con el mandamiento de
la procreación citado en Génesis
capítulo
1, 28. El nieto y la nieta son considerados
como hijos propios. Por
consiguiente, si el hijo
fallecido deja un nieto y la
hija fallecida una nieta o
viceversa, se considera
igualmente que ha cumplido este
mandamiento (Harambam, Séfer
Hamitzvot).
El báculo
que tienes en tu mano
Era costumbre antigua que las grandes personalidades llevasen estas
tres cosas. Los cordoncillos se
usaban para suspender el sello.
Sacádla
para que sea quemada
La Toráh relata el episodio de Judá con Tamar, su nuera. Esta iba a
ser quemada viva y solamente
Judá podía salvarla, pero a
costa de su honor. Nadie sabía
el secreto, y si Tamar hablase
nadie la creería. Pero Judá, al
reconocer sus objetos, exclamó:
"¡Ella es más justa que yo! " O
según Rashí: " ¡Con ella está la
razón! ¡Esto fue hecho por mí!
"Tamar, por su parte, prefería
dejarse quemar a avergonzar
públicamente a su suegro; y ésta
es la lección que el Talmud nos
enseña a través de dicho pasaje:
"Es mejor que la persona se deje
quemar en un horno ardiente
antes que avergonzar a su
semejante en público" (Berajot
43). Igualmente se destaca la
sinceridad de carácter de Judá y
Tamar.
De bello
semblante
De igual hermosura que su madre (ver capítulo 29,
17).
Huyó
saliéndose fuera
La Toráh no disimula ningún detalle, bueno o malo, de los
personajes bíblicos, y narra los
hechos tal como sucedieron. El
Midrash relata que una noble
señora preguntó a Rabí Yosé: ¿Es
posible que José, en plena
juventud, hubiera podido
contenerse? El rabino abrió el
libro del Génesis y comenzó a
leer a la dama el acontecimiento
de Rubén y Bilá (Génesis 35, 22), y aquél de Judá y Tamar (Génesis 38, 18), diciéndole: Si en el caso de Rubén y Judá, que
eran mayores y responsables, la
Escritura Sagrada no ocultó sus
actos, en el de José, que era
menor de edad y libre de
responsabilidad, no habría razón
de ocultarlos (Bereshit Rabá 87. 8).
Lo puso en
la cárcel
Al parecer, Potifar no creyó a su mujer, mas no pudo dejar de
castigar a José para
salvaguardar su honor. De otra
manera lo hubiera mandado matar.
Uses de
misericordia conmigo
Nuestros rabinos censuran a José por haber puesto la esperanza de
su salvación en un hombre y no
en Dios, haciendo recordar estos
versículos: "No depositen sus
esperanzas en los grandes ni en
el hijo del hombre, del cual no
viene ayuda". "Feliz es aquél
que tiene para su auxilio el
Dios de Jacob, y su esperanza
está en el Eterno" (Salmo 146, 3 - 5). "Bendito es el hombre que confía en el
Eterno" Jeremías 17, 7).
Había
interpretado para bien
La virtud, dondequiera que esté, acaba por triunfar, aunque sea a
largo plazo. En la prisión y más
tarde en el palacio del Faraón,
José se convierte en guía y
consejero de todos los que
estaban a su alrededor.
Había
interpretado José
El exegeta Rashí dice que la
culpa del copero y del panadero
consistió en que el Faraón había
encontrado una mosca en el vaso
de la bebida que el primero le
sirvió, y una astilla en el pan
que el segundo le dio de comer.
Más tarde se comprobó que el
copero no pudo evitar que la
mosca cayera dentro del vaso, y
por eso fue perdonado; en cuanto
al panadero, fue condenado a
muerte por falta de atención. El
Targum Yonatán, por su parte,
dice que tanto el copero como el
panadero pusieron veneno en la
bebida y comida del Faraón para
matarlo; pero no explica por qué
éste perdonó más tarde al
copero.
COMENTARIOS A LA HAFTARÁ
Amós 2:6 - 3:8
"Unicamente a vosotros he amado de entre
todas las familias de la tierra,
por lo que haré recaer sobre
vosotros todas vuestras
iniquidades" (3:2)
Tomemos dos alumnos. Uno muy talentoso y
muy prometedor. El otro, lento
para entender y un poco
delincuente. El profesor los
sorprende a ambos copiándose en
un examen. ¿Cuál de los dos ha
de merecer el mayor castigo?
Si bien las otras naciones ciertamente
merecían ser castigadas en mayor
medida, el pueblo judío sufrió
el castigo de Hashem más que
cualquier otro pueblo.
El privilegio no significa sin
responsabilidad.
El pueblo judío tiene la obligación de
ser "el mejor alumno" en la
escuela de la vida. Fue por
ellos que se creó el mundo.
Ellos fueron elegidos para ser
una señal para los pueblos.
Israel es el latir del mundo y,
como tales, su responsabilidad
es mayor.
Cuando el pueblo judío peca, mancilla a
toda la creación y por eso se
los juzga con mayor rigor,
porque aunque sus pequeñas
infracciones parezcan
insignificantes, las
consecuencias son a un nivel
cósmico.
PROMESAS DE HASHEM
Koh amar Adonay
al-shloshah pish'ey
Yisra'el ve'al-arba'ah
lo ashivenu al-michram
bakesef tsadik ve'evyon
ba'avur na'alayim.
Así dice el Eterno: "Por tres
transgresiones capitales
de Israel toleraré, mas
por la cuarta no
apartaré su castigo;
porque los jueces venden
al justo por dinero, y
al menesteroso por el
valor de un par de
zapatos. |
Escrito y Recopilado por: Rabino
Yaakov Asher Sinclair de la
Organización Ohr Somayach de
Israel y Monsey
Editado por el Moréh Eliyahu BaYona, Director de Shalom Haverim, Monsey, New York.
SEA PARTE DE ESTE PROYECTO JUDEO-HISPANO