Por el Rabino Yaacov Haber

TRADUCIDO POR ELIYAHU BAYONAH, Moreh

      ¿Qué es un "Ayin Hara"?
Por el Rabino Yaacov Haber

Dios ordena a Moshé que cuando él tome el censo de los hijos de Israel, deben ser numerados de manera indirecta: cada uno dará medio siclo, y se contará el dinero recogido de este modo. Esto es para que plaga alguna estalle entre ellos (Ex. 30: 11-13).

Rashi explica que la plaga vendría del "ain hará" (mal de ojo) que resultaría de un conteo directo de los hijos de Israel.

En general, se supone que debemos evitar contar cosas públicamente, para evitar el mal de ojo en el conteo de nuestra riqueza, por ejemplo, o en el conteo de un minián.

Aquí, sin embargo, esta regla parece desconcertante. Si el resultado del "ain hará" es algún espíritu maligno, ¿por qué los Judios están preocupados en este caso? Dios es el máximo poder en el Universo, y es él quien ordenó el censo, en primer lugar, y podía (presumiblemente) detener cualquier espíritu malo si quisiera!

Oí en nombre del Maharal una explicación extremadamente simple de la idea del "ain hará". Cada oración a Dios debe ser respondida! (No obstante que no se responda de la manera que pretendemos) Así la oración sea formal, espontánea, una oración de su neshamá o incluso inconsciente.

Ahora supongamos que alguien muestra su buena fortuna para nosotros. A pesar de que no le podríamos desear ningún daño -y sería chocante tal sugerencia-, podemos encontrarnos pensando, en contra de nosotros mismos: "¿Por qué él debería tener un buen ingreso, o un coche tan bonito mientras yo estoy luchando para mantenerme a flote. Él, después de todo, no es mejor que yo! "Ese pensamiento puede contarse como una oración inconsciente contra el éxito de esta persona, que será contestada, de una manera u otra!

Sólo hay dos situaciones en las que no existe tal peligro: la reacción de un padre para el éxito de su hijo, y la de un rabino o maestro para el progreso de su alumno. Sólo en estos dos casos, la reacción es de puro placer. En todos los demás casos de ser confrontado con el éxito de una persona, puede haber un componente de resentimiento o envidia, lo que lleva al "ayín hará".

El Talmud también nota que las personas más exitosas son aquellas que tratan con objetos pequeños, como joyas, que pueden estar ocultas, y no necesitan estar presentes en forma destacada con el fin de despertar la envidia.
Incluso cuando Moshe subió hasta el Monte Sinaí después del incidente del becerro de oro, para recibir los Diez Mandamientos por segunda vez, se le ordena ir solo: "Ningún hombre irá contigo" (34: 3). Rashi explica: Las primeras tablas fueron dadas en medio de tumultos y de truenos y de asambleas, lo que resultó en el mal de ojo de las naciones del mundo! Así que esta vez iba a ser un asunto mucho más bajo llave. Como dice Rashi: "No hay nada más hermoso que la modestia."

El poder de la oración! Si todas las oraciones deben ser contestadas, incluso oraciones innobles, cuánto más serán respondidas las oraciones que están de acuerdo con los deseos-oraciones a Dios por el bienestar de los demás, o para nuestro propio crecimiento espiritual.

 

 

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