
COMENTARIO A LA HAFTARÁ
Isaias 1:1 - 27
Esta
es la última haftará de las “Tres de
Aflicción”, y se lee siempre el
Shabat antes de Tishá be Av.
El Nueve de Av no fue siempre un
día de tragedia. Durante los días
del Segundo Templo, se convirtió en
un día de gran alegría en el que se
celebraba la reconstrucción del Beit
ha Mikdash. Cuando el Segundo Templo
fue destruido, Tishá be Av recobró
su antigua tristeza.
Cada generación en la que no se
reconstruye el Templo Sagrado, es
como si ella misma lo hubiese
destruido. El Profeta Yeshayahu se
lamenta, no por la destrucción del
Templo, sino por todos los males que
acarreó dicha destrucción. Porque no
basta con que lloremos por lo que
alguna vez fue. Debemos ser
conscientes de que tenemos el poder
de traer la Redención y la
reconstrucción del Beit HaMikdash. Y
debemos aprovechar este momento de
duelo nacional para analizar
nuestros errores y corregirlos.
Hay años en los que Tishá BeAv cae
en Shabat y se lo “corre” al
domingo. Pero si quisiéramos,
podríamos “correr” el Tishá BeAv
indefinidamente. Podríamos ponernos
a bailar en las calles este mismo
año, y el nueve de Av podría volver
a ser un día de celebración.
De nosotros depende.
SENTIDO DE CABALLO
“El buey conoce a su dueño,
y el burro, el abrevadero de su amo.
Israel no conoce. Mi pueblo no
percibe” (1:3)
Una vez, Rabí Yojanán ben Taursa le
vendió un buey a un gentil. Cuando
llegó el Shabat, el no judío trató
de sacar al buey a que arara su
campo, pero por más que lo intentó,
el buey se negó a trabajar.
El golpeó al animal con fiereza,
sin lograr nada. Se quejó de esto
ante Rabí Yojanán, quién vino y le
susurró en el oído al animal: “Debes
saber que ya no te encuentras bajo
mi jurisdicción. Ahora estás bajo el
dominio de un gentil. Y debes
trabajar como y cuando él lo desee”.
De inmediato, el buey se levantó y
comenzó a trabajar. El gentil, al
ver lo que había ocurrido, se
convirtió al judaísmo. Y así fue
como Rabí Yojanán se apodó “ben
Taursa” (hijo de un buey, o
“Taurus”, toro).
Del mismo modo, nuestros Sabios
relatan la historia de un buey que
Eliahu HaNaví les dio a los falsos
profetas del ba’al. El buey se negó
a ser sacrificado en nombre del
ídolo ba’al, hasta que Eliahu le
dijo que al dejarse sacrificar para
ser ofrendado en el altar del ba’al,
también estaría santificando el
Nombre Divino. Recién entonces el
buey cedió y se dejó sacrificar.
Nuestros Sabios cuentan otra
historia más, acerca de Rabí Pinjás
ben Yair, que tenía un burro que se
negaba a comer alimentos de los que
no se había separado el maaser.
Todo esto está apuntado en el
versículo: “El buey conoce a su
amo”. Existe un buey que conoce a su
amo, el buey de Eliahu HaNaví, que
aceptó ser sacrificado para la
idolatría, o el buey de Rabí Yojanán
ben Taursa, que se negaba a trabajar
en Shabat. “Y el burro, el
abrevadero de su amo”: el burro de
Rabí Pinjás ben Yair, que se negaba
a comer alimentos que no fueron
diezmados. Sin embargo, ustedes, Mi
pueblo, dice Hashem, ustedes
descendieron todavía más bajo que el
buey y que el burro, pues “Israel no
conoce, Mi pueblo no percibe”.
Tzoare Shalal en Mayaná shel Torá.
Perek
3
"Sé extremadamente
respetuoso con tu superior,
agradable hacia tu inferior y recibe
a cada persona con alegría." Rabbi
Ishmael (Avot 3:12)
En
relaciones humanas puedes
encontrarte con alguien que esté en
una posición más alta, más baja o en
igual posición que la tuya.
Si deseas ser querido por todos
debes seguir este consejo.
Trata
a un superior con el respeto que se
merece y él te querrá como a un hijo.
Trata a un inferior con cortesía y
él te querrá como a un padre.
Recibe a tu igual con alegría y él
te querrá como a un hermano.
Tiferet Israel

PROMESAS DE HASHEM
Tsiyon bemishpat tipadeh
veshaveyja bitsdakah.
Sión
será rescatada (de sus iniquidades)
por medio de la justicia (que se
practicará en ella), y por la
beneficencia que harán los que a
ella regresan.


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