Aliyot Shemot Ki
Tisá Shabat Paráh
Lectura Mediante Robot -
Shemot - Éxodo- Capítulo 31: 11
al 34:35
y Iejeskel
36:16-38
Por Eliyahu BaYonah Ben Yossef,
Director Shalom Haverim Org. New
York
Aliyot es el plural hebreo de
Aliá o Aliyá que significa
"subir". Cada vez que una
persona - Olé- sube a la Bimá
debe recitar la Brajá
-Bendición- antes de comenzar el
Baal Koréh -בעל קורא - la Lectura y
al cerrar la misma. Esto se hace
cada vez que el Baal Koréh lee
la Porción -Parashá-
correspondiente.
El Maftir es la última persona
que se llama a la Bimá y es
invitada a leer la porción de la
Haftará -Lectura de
los Profetas-
Esta es la Brajá
de la Lectura de la Toráh:
Barejú et
Adonai hamevoraj. |
Baruj Adonay
hamevoraj le'olam va'ed. |
Baruj atáh
Adonay Eloheynu melej
ha'olam, asher bajar
banu mikol-ha'amim,
venatán lanu et-torató. |
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LECTURA DE LA HAFTARÁ -
Iejeskel 36:16-38
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Baruj atáh
Adonay jabóker batoráh
uveMoshé avdó
uveYisra'el amó
uvinvi'ey ja'emet
vatsédek. |
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Aneni Adonay
aneni veyed'ú ha'am
hazéh ki-atáh Adonay
ha'Elohim ve'atáh
hasibota et-libam
ajoranit. |
Vatipol
esh-Adonay vatojal
et-ha'olah
ve'et-ha'etsim
ve'et-ha'avanim
ve'et-he'afar
ve'et-hamáyim
asher-bate'aláh lijejah. |
Vayar
kol-ha'am vayiplú
al-pneyhem vayomerú
Adonay hu ha'Elohim
Adonay hu ha'Elohim. |
|
Ne'eman, atah
ju Adonay Eloheynu,
vene'emanim devareyja,
vedavar ejad midvareyja
ajor lo-yashuv reykam,
ki El melej ne'eman
verajaman atah. |
Baruj atáh Adonay, ha'El
jane'eman bekol-devarav.
-Amen |
Rajem
al-Tsiyon, ki ji beyt
jayeynu, vel'aluvat
nefesh toshia bimjeraj
veyameynu. |
Baruj atáh Adonay,
mesame'aj Tsiyon
bevaneyj. |
Samejenu,
Adonay Eloheynu,
be'Eliyahu janavi
avdeja, uvmaljut beyt
David meshijeja.
Bimjeraj yavo veyagel
libenu, |
al kis'o lo
yeshev zar, velo yinjalu
od ajerim et kevodo, ki
veshem kodsheja nishbata
lo, shelo yicbej nero
le'olam va'ed. |
Baruj atáh Adonay, magén
David. |
EN ESPAÑOL
¡Bendecid al Eterno, el Bendito! |
Bendito es el Eterno, el Bendito para
siempre. |
Bendito seas Tu, oh Eterno nuestro Dios,
Rey del universo que nos
elegiste entre todos los
pueblos y nos diste Tu
Toráh, Bendito seas, oh
Eterno, que nos
concediste la Toráh. |
Bendito seas, oh Eterno, que nos
concediste la Toráh. AMEN |
|
Cuando formes el censo de los hijos de
Israel, de aquéllos que
han de ser empadronados,
y cada uno pagará el
rescate de su vida al
Eterno cuando fueren
empadronados, para que
no haya en ellos
mortandad al contarlos. |
Esto es lo que ha de dar todo aquél que
fuere incluido entre los
empadronados: la mitad de un siclo, conforme
al siclo de santidad
-veinte guerá (monedas)
son un siclo-; medio
siclo por ofrenda
apartada para el
Eterno. |
Todo aquél que fuere incluido entre los
empadronados, de edad de
veinte años en
adelante, dará la
ofrenda apartada para el
Eterno. |
El rico no aumentará ni el pobre
disminuirá de la mitad
de un siclo, para dar la
ofrenda apartada para el
Eterno a fin de hacer
expiación por vuestras
almas. |
Y tomarás el dinero de la expiación de
parte de los hijos de
Israel, y lo emplearás
en el servicio de la
tienda de asignación; y
servirá a los hijos de
Israel como memorial
delante del Eterno, para
hacer expiación por
vuestras almas. |
Y habló el Eterno a Moisés, diciendo: |
Y harás un lavatorio de cobre con su base
de cobre para lavarse, y
lo colocarás entre la
tienda de asignación y
el altar; y pondrás agua
en él. |
Y lavarán Aarón y sus hijos en el sus
manos y sus pies. |
Y habló el Eterno a Moisés, diciendo: |
Y tú toma para ti de las especias
principales: de mirra
pura, quinientos siclos
y de cinamomo aromático,
la mitad de esto, es
decir, doscientos
cincuenta; y de canela
aromática, doscientos
cincuenta; |
y de casia, quinientos siclos, según el
siclo de santidad; y de
aceite de oliva, un hin; |
y harás de esto el aceite de la santa
unción; ungüento
mezclado, obra de
perfumista; aceite de la
unción santa será. |
Y ungirás con él la tienda de asignación,
y el arca del
testimonio, |
y la mesa con todos sus utensilios, y el
candelabro con sus
utensilios, y el altar
del incienso, |
y el altar del holocausto con todos sus
utensilios, y el
lavatorio con su base. |
Así los santificarás, y serán cosas
santísimas; todo el que
los tocare será
santificado. |
Ungirás también a Aarón y a sus hijos, y
los santificarás para
que me sirvan como
sacerdotes. |
Y hablarás a los hijos de Israel,
diciendo: Este aceite de
la unción santa, éste
será para Mí por
vuestras generaciones. |
Sobre carne de un hombre cualquiera no
deberá ser untado, ni
conforme a su
composición habéis de
hacer otro semejante;
santo es y lo tendréis
por santo. |
Cualquiera que compusiere otro semejante
o que pusiere de éste
sobre persona extraña
(al sacerdocio), será
segregado de entre su
pueblo. |
Y dijo el Eterno a Moisés: Toma para ti
estas especias:
estoraque y clavo de
olor y gálbano
aromático, y dos
especias más, e incienso
puro; de todo en igual
cantidad; |
Y harás de esto incienso, una
mezcla aromática, obra
de perfumista, bien
mezclada, pura y
santa. |
Y molerás parte de ella pulverizándola, y
pondrás de ella delante
del testimonio, dentro
de la tienda de
asignación donde Yo me
encontraré contigo en
tiempo señalado; cosa
santísima será para
vosotros. |
Y conforme a la composición de esta
mezcla aromática que
harás, no habéis de
hacer otra alguna para
vuestro uso; cosa santa
la considerarás para el
Eterno. |
Cualquiera que hiciere otro semejante
para olerlo, será
segregado de entre su
pueblo. |
Y el Eterno habló a Moisés, diciendo: |
Mira que Yo he llamado por su nombre (he
elegido) a Betzalel, hijo de Urí, hijo de Jur,
de la tribu de Judá. |
Y le he llenado del espíritu de Dios en
cuanto a sabiduría e
inteligencia y ciencia
para toda clase de obra, |
para hacer proyectos a fin de ejecutar
obras en oro y en plata
y en cobre; |
y para tallar y grabar en piedras y
engastarlas, y para
labrar maderas, y para
trabajar en cualquier
clase de obra. |
Y he aquí que Yo he designado juntamente
con él a Aholiav, hijo
de Ajisamaj, de la tribu
de Dan; y en el corazón
de todo sabio puse
ciencia para que haga
todo lo que te tengo
ordenado: |
la tienda de asignación, y el arca del
testimonio con el
propiciatorio que estará
sobre ella, y todos los
utensilios de la tienda, |
y la mesa con sus utensilios, y el
candelabro puro con
todos sus utensilios, y
el altar del incienso, |
y el altar del holocausto con todos sus
utensilios, y el
lavatorio con su base; |
y las vestiduras para el oficio, y las
vestiduras de santidad
de Aarón, el sacerdote,
y las vestiduras de sus
hijos para las funciones
sacerdotales; |
y las vestiduras para el oficio, y las
vestiduras de santidad
de Aarón, el sacerdote,
y las vestiduras de sus
hijos para las funciones
sacerdotales; |
y el aceite de la unción, y la mezcla
aromática de especias
para el santuario;
conforme a todo lo que
te tengo ordenado, lo
han de hacer. |
Y habló el Eterno a Moisés, diciendo: |
Y tú hablarás a los hijos de Israel
diciendo: Ciertamente
guardaréis mis sábados,
porque esto es una señal
entre Mí y vosotros en
todas vuestras
generaciones, para que
sepáis que Yo soy el
Eterno que os santifica. |
Y guardareis el sábado, porque santidad es para vosotros; el
que lo profanare será
muerto ciertamente, pues
todo aquél que hiciere
trabajo alguno en él,
esa alma será segregada
de entre su pueblo. |
Seis días se trabajará, pero el día
séptimo será sábado de
descanso, santidad para
el Eterno; todo aquél
que hiciere obra alguna
en el día del sábado,
será muerto ciertamente. |
Y los hijos de Israel guardarán el
sábado, observándolo en
todas sus generaciones,
por pacto perpetuo. |
Entre Mí y los hijos de Israel esta es
una señal perpetua;
porque en seis días hizo
el Eterno los cielos y
la tierra, mas en el
séptimo día descansó y
reposó. |
|
Y vio el pueblo que Moisés tardaba mucho
en bajar del monte, y se
reunió el pueblo junto a
Aarón, y le dijeron:
Levántate y haz para
nosotros dioses que
vayan delante de
nosotros, porque a este
Moisés, el varón que nos
hizo subir de la tierra
de Egipto, no sabemos
que le haya ocurido |
Y les dijo Aarón: Quitad los aros que hay
en las orejas de
vuestras mujeres y de
vuestros hijos y de
vuestras hijas, y
traédmelos. |
Y se quitó todo el pueblo los aros de oro
que tenían en sus
orejas, y (los) trajeron
a Aaron. |
Y él los tomó de sus manos y los fundió
en un molde, e hizo un
becerro de fundición; y
ellos dijeron: ¡éstos
son tus dioses, oh
Israel, que te hicieron subir de la tierra de
Egipto! |
Y viendo esto Aarón, edificó un altar
delante de él (becerro),
e hizo pregonar Aarón
diciendo: ¡Fiesta para el Eterno será mañana! |
Y madrugaron al día siguiente y
ofrecieron holocaustos y
presentaron sacrificios
de paces. Y se sentó el
pueblo a comer y a
beber, y después se
levantaron a jugar
(entregarse a la orgía). |
Y el Eterno habló a Moisés: ¡Ve,
desciende, porque se ha
corrompido tu pueblo, el
que sacaste de la tierra
de Egipto! |
Se ha apartado pronto del camino que Yo
les había prescrito; han
hecho para ellos un
becerro fundido y se han
postrado ante él y le
han ofrecido
sacrificios, y han
dicho: "¡Estos son tus
dioses, oh Israel, que
te han hecho subir de la
tierra de Egipto! " |
Y dijo el Eterno a Moisés: Yo he
observado a este pueblo,
y he aquí que es pueblo
de dura cerviz. |
Y ahora déjame para que se encienda mi
ira contra ellos, y los
consumiré; y Yo haré de
ti una nación grande. |
* Y suplicó
Moisés a la faz del
Eterno, su Dios, y dijo:
¿Por qué, oh Eterno, ha
de encenderse tu ira
contra tu pueblo, que Tú
sacaste de la tierra de
Egipto con gran
fortaleza y con poder
fuerte? |
¿Por qué han de hablar los egipcios
diciendo: "Con mala
intención los sacó para
matarlos en las
montañas, y para
destruirlos de sobre la
faz de la tierra?"
¡Vuelve del furor de tu
ira, y arrepiéntete de
este mal pensamiento
contra tu pueblo! |
Acuérdate de Abraham, de Isaac y de
Israel, siervos tuyos, a
quienes por Ti mismo
juraste, y les dijiste:
"Multiplicaré vuestra
descendencia como las
estrellas del cielo; y
toda esta tierra que Yo
dije, la daré a vuestra
descendencia, y ellos la
heredarán |
Y se arrepintió el Eterno del mal que
había dicho que haría a
su pueblo. |
Y Moisés se volvió y bajó del monte, con
las dos tablas del
testimonio en su mano;
tablas escritas por
ambos lados; de la una y
de la otra parte estaban
escritas. |
Y las tablas eran obra de Dios, y la
escritura era escritura
de Dios, grabada sobre
las tablas. |
Y oyo Josué (Yehoshúa) la voz del pueblo
que gritaba, y dijo a
Moisés: ¡Voz de guerra
hay en el campamento! |
Y dijo: No son gritos de vencedores, ni
son gritos de vencidos,
voz de aflicción oigo
yo. |
Y sucedió que cuando se acercó al
campamento y vio el becerro y las danzas, se
encendió la ira de
Moisés y arrojó de sus
manos las tablas, y las
quebró al pie del
monte. |
Y tomó el becerro que habían hecho y lo
quemó en fuego y lo
molió hasta reducirlo a
polvo, el cual esparció
sobre la superficie de
las aguas, e hizo que
los hijos de Israel las
bebiesen. |
Y dijo Moisés a Aarón: ¿Qué te hizo este
pueblo para que hayas
traído sobre él tan gran
pecado? |
Y dijo Aarón: No se encienda la ira de mi
señor; tú conoces a este
pueblo y sabes que es
propenso al mal. |
Y ellos me dijeron: ¿Haznos dioses que
vayan delante de
nosotros; que en cuanto
a este Moisés, el varón
que nos hizo subir de la
tierra de Egipto, no
sabemos qué se haya
hecho de él". |
Y yo les dije: "¿Quién tiene oro? "Y
ellos se lo quitaron y
me lo dieron, y yo lo
arrojé en el fuego y
salió este becerro. |
Y vio Moisés que la falta del pueblo
estaba descubierta, pues
la había descubierto
Aarón para servir de
infamia entre sus
contrarios. |
Y se puso Moisés a la entrada del
campamento, y dijo:
¡Quien tema al Eterno,
venga conmigo! Y se le reunieron todos los hijos de
Leví. |
Y les dijo: Así dijo el Eterno, Dios de
Israel: "Poned cada cual
su espada sobre su muslo
y pasad, y volved a
pasar de puerta en
puerta por entre el
campamento y matad,
aunque sea cada uno a su
hermano, y cada uno a su
compañero, y cada uno a
su pariente. |
Y lo hicieron así los hijos de Leví
conforme al dicho de
Moisés; y cayeron del
pueblo en aquel día como
tres mil hombres. |
Y dijo Moisés: Consagraos hoy al Eterno,
cada uno por su mismo hijo, y por su hermano, para que El os dé hoy su bendición. |
Y aconteció al día siguiente, que dijo
Moisés al pueblo:
Vosotros habéis cometido
un gran pecado. í' ahora
pues, yo subiré a donde
está el Eterno; quizá
podré conseguir la
expiación por vuestro
pecado. |
Y volvió Moisés al Eterno y dijo: Te
ruego: Pecó este pueblo
gran pecado, e hizo para
sí dioses de oro. |
Y ahora, si perdonares su pecado (está
bien), mas si no,
bórrame a mí, te lo
ruego, de tu libro que
has escrito. |
Y dijo el Eterno a Moisés: Al que haya
pecado contra Mí, a ése
borraré de mi libro. |
Y ahora ve, conduce al pueblo al lugar
del que te dije: "he
aquí que el ángel del Eterno irá ante ti"; mas en el día de mi visitación, les
castigaré por una parte
de este pecado. |
E hirió el Eterno al pueblo por lo que
habían hecho con el becerro que hizo Aarón. |
Y habló el Eterno a Moisés: Anda, sube de
aquí, tú y el pueblo que
hiciste subir de la
tierra de Egipto, a la
tierra que juré a
Abraham, a Isaac y a
Jacob, diciendo: "A tu
descendencia se la
daré". |
(él os llevará) a la tierra que mana
leche y miel, ya que no
subiré en medio de ti
porque eres un pueblo de
dura cerviz, no sea que
Yo te consuma en el
camino. |
Y cuando el pueblo oyó esta mala nueva
hizo duelo, y ninguno se
puso su ornamento sobre
sí. |
Y dijo el Eterno a Moisés: Di a los hijos
de Israel: "Vosotros
sois un pueblo de dura
cerviz; si por un
momento subiese en medio
de ti, te consumiría". Y
ahora pues, despójate de
tu ornamento, pues Yo sé
lo que he de hacerte a
ti. |
Y los hijos de Israel se despojaron de
sus ornamentos desde el
monte de Horev. |
Y Moisés tomo la tienda y la plantó fuera
del campamento, lejos
del campamento, y la
llamó tienda de
asignación, y sucedía
que todo aquél que
requería al Eterno,
salía a la tienda de
asignación que estaba
fuera del campamento. |
Y era costumbre, siempre que salía Moisés
hacia la tienda, que se
levantara todo el pueblo
y estuviera en pie cada
cual a la entrada de su
tienda, y seguían todos
con la vista a Moisés
hasta que entraba en la
tienda. |
Y sucedía que cuando entraba Moisés en la
tienda, bajaba la
columna de nube y
permanecía a la entrada
de la tienda, mientras
(el Eterno) hablaba con
Moisés. |
Y todo el pueblo veía la columna de nube
permanecer a la entrada
de la tienda. Y se
levantaba todo el
pueblo, cada uno a la
puerta de su tienda, y
se postraba. |
Y el Eterno hablaba con Moisés cara a
cara, como suele hablar
un hombre a su
compañero. Y se volvía
(Moisés) al campamento;
mas el joven Josué, su
ayudante, hijo de Nun,
era un muchacho que
nunca se apartaba de en
medio de la tienda. |
|
Ahora pues, si es así que he hallado
gracia a tus ojos, te
ruego me hagas conocer
tus caminos y sabré de
Ti la recompensa de los
que hallan gracia a tus
ojos; y considera que
esta nación es pueblo
tuyo. |
Y El respondió: Yo en persona (te)
acompañare y te daré
descanso. |
Y él le respondió: Si no vas a andar con
nosotros personalmente,
no nos hagas subir de
aquí; |
pues ¿en qué se conocerá que he hallado
gracia a tus ojos, yo y
tu pueblo? Ciertamente
en andar Tú con
nosotros, y así seremos
distinguidos, yo y tu
pueblo, más que todos
los pueblos que se
hallan sobre la
superficie de la tierra. |
|
Y dijo (Moisés): Te ruego, muéstrame tu gloria. |
Y El dijo: Yo haré que pase toda mi
bondad ante tu vista, y
proclamaré el nombre del
Eterno delante de ti
(para enseñarte cómo
implorar mi piedad), y
haré merced a quien Yo
haga merced, y usaré de
misericordia con quien
Yo use de misericordia. |
Y dijo (además): Tú no podrás ver mi
rostro, porque el hombre
no puede verme y vivir. |
Y dijo el Eterno: He aquí un lugar junto
a Mí, y allí te pondrás
de pie sobre la peña; |
y sucederá que mientras va pasando mi
gloria, Yo te pondré en
la hendidura de la peña,
y te cubriré con mi mano
hasta que Yo pase. |
Luego apartaré mi mano para que veas mis
espaldas, mas mi rostro
no será visto. |
|
Y estate listo para mañana; y por la
mañana subirás al monte
de Sinay, y te
presentarás delante de
Mí allí, sobre la cumbre
del monte. |
Mas no suba nadie contigo, ni sea visto
hombre alguno en todo el
monte; ni aun el ganado
menor ni el mayor pasten
frente a este monte. |
Y Moisés labró dos tablas de piedra como
las primeras, y por la
mañana madrugó y subió
al monte de Sinay como
se lo había ordenado el
Eterno, llevando en su
mano las dos tablas de
piedra. |
Y el Eterno descendió en la nube y se
estuvo con él allí, y
proclamó (Moisés) el
nombre del Eterno. |
Y pasando el Eterno delante
de él, proclamó: Yo, el
Eterno, el Eterno, soy
un Dios misericordioso y
piadoso, tardo para la
ira y grande en
benevolencia y verdad, |
que usa de benevolencia con miles (de
generaciones); que
perdona la iniquidad, la
transgresión y el pecado
(del que se arrepiente),
pero que de ningún modo
absolverá al culpado que
no haga penitencia); que
visita (revisa) la
iniquidad e los padres
sobre los hijos, hasta
la tercera y cuarta
generación. |
Y se apresuró Moisés y se inclinó a
tierra y se postró. |
Y dijo: Si yo he hallado gracia a tus
ojos, oh Eterno, ande,
te lo ruego, la divina
presencia del Eterno
entre nosotros, puesto
que éste es un pueblo de
dura cerviz; así
perdonarás nuestra
iniquidad y nuestro
pecado, y nos tendrás
por herencia tuya. |
|
Observa pues para tu provecho ( ¡oh,
Israel! ) lo que te
ordeno hoy. He aquí que
voy a desterrar de
delante de ti al emoreo
y al cananeo y al hiteo
y al perizeo y al hiveo
y al yevuseo. |
Guárdate de hacer pacto con los moradores
de la tierra adonde vas
a entrar, para que no
sean ellos un ardid en
medio de ti; |
sino que derribaréis sus altares y
romperéis sus columnas
(idólatras), y cortaréis
sus árboles sagrados. |
Porque no has de postrarte ante ningún
otro dios, puesto que el
Eterno es celoso de su
nombre; Dios celoso es. |
No vayas a hacer pacto con los habitantes
de aquella tierra, no
suceda que, cuando
erraren para con sus
dioses y sacrificaren a
sus dioses, ellos te
convidaren a ti y tú
comieres de sus
sacrificios; |
y tomares de sus hijas para tus hijos, y
así errarán sus hijas
para con sus dioses y
harán errar a tus hijos
tras los dioses de
ellas. |
Dioses de fundición no harás para ti. |
Guardarás la fiesta de los ázimos; siete
días comerás panes
ázimos como te he
ordenado, en su tiempo
señalado, en el mes de
Aviv (primavera), porque
en el mes de Aviv
saliste de Egipto. |
Mas a todo (macho) de asno que abre la
matriz de su madre,
redimirás con cordero, y
si no lo redimieres
quebrarás su cerviz.
Todo primogénito de tus
hijos redimirás. Y
(cuando vengan al Templo
en las tres fiestas)
ninguno ha de
presentarse ante Mí con
las manos vacías |
Seis días trabajarás y en el séptimo
descansarás; aun en
época de labranza y de
siega descansaras. |
Celebrarás también la fiesta de las semanas, esto
es, la fiesta de la
ofrenda de los dos panes
de las primicias de la
siega del trigo, y la
fiesta de la cosecha (de
los productos de la
tierra), fiesta de la
ofrenda del comienzo de
la estación |
Tres veces al año se presentarán todos
los varones de tu pueblo
ante el Señor, el
Eterno, Dios de Israel. |
Ciertamente Yo desterraré a las naciones
de delante de ti y
ensancharé tus términos,
y nadie codiciará tu
tierra en tanto subas a
presentarte ante el
Eterno, tu Dios, tres
veces al año. |
No sacrificarás la sangre de mi
sacrificio pascual
mientras el pan
fermentado se halle aún
en tu casa, ni se dejará
hasta la mañana ninguna
parte del sacrificio de
la fiesta de Pascua. |
Lo primero de las primicias de los frutos
de tu tierra traerás a
la casa del Eterno tu
Dios. No cocerás el
cabrito en la leche de
su madre. |
|
Y él estuvo allí con el Eterno cuarenta
días y cuarenta noches;
pan no comió y agua no
bebió, y escribió sobre
las tablas las palabras
del pacto, los diez
mandamientos. |
Y sucedió que cuando bajó Moisés del
monte Sinay con las dos
tablas del testimonio
(las que estaban en
manos de Moisés al bajar
del monte), no sabía
Moisés que la tez de su
rostro despedía rayos de
luz, con motivo de haber
hablado (Dios) con él. |
Y Aarón y todos los hijos de Israel
miraron a Moisés, y he
aquí que la tez de su
rostro despedía rayos de
luz, por lo cual temían
acercarse a él. |
Y les llamó Moisés y se volvieron a él
Aarón y todos los
príncipes de la
congregación, y Moisés
habló con ellos. |
Y después de esto se acercaron todos los
hijos de Israel; y él
les prescribió todo lo
que el Eterno le había
dicho en el monte Sinay. |
|
Y siempre que entraba Moisés (en la
tienda) a la presencia
del Eterno para hablar
con El, se quitaba el
velo hasta que salía; y
al salir, refería a los
hijos de Israel lo que
le había sido ordenado. |
Y los hijos de Israel miraban el rostro
de Moisés y veían que la
tez de su rostro despedía rayos de luz, y
(después de haberles
hablado) volvía Moisés a
poner el velo sobre su
rostro, hasta que
entraba (otra vez) para
hablar con El. |
|
Bendito seas Tu oh Eterno nuestro Dios,
Rey del Universo que nos
diste (Tu Torah), la
Toráh de la Verdad, e
implantaste en nosotros
la Vida Eterna. |
Bendito seas, oh Eterno, que nos
concediste la Toráh. (TODOS DICEN AMEN) |
LECTURA DE LA HAFTARÁ
Iejeskel 36:16-38
Bendito seas Tú, Eterno Dios nuestro y
Rey del Universo, que
escogiste buenos
profetas y te
complaciste en sus
palabras, que fueron
enunciadas con verdad. |
Bendito seas Tú, Eterno, que escogiste la
Torah, a Moisés Tu
siervo, a Tu pueblo
Israel y a profetas de
la verdad y y de la
rectitud. |
|
Y sucedió que pasados ya muchos días, en
el tercer año, vino la
palabra del Eterno a
Elías, diciendo: Anda,
muéstrate a Ahab (Ajav),
porque daré lluvia sobre
la tierra. |
Y fue Elías para mostrarse a Ahab. Y el
hambre era grave en
Samaria. |
Y Ahab llamó a Obadiah, que regía su
casa, y Obadiah temía
mucho al Eterno; |
pues cuando Jezabel (Izével) exterminaba
a los profetas del
Eterno, Obadiah tomó a
cien profetas y los
escondió, cincuenta en
una cueva y cincuenta en
otra, y los sustentó con
pan y agua. |
Y dijo Ahab a Obadiah: Anda por la tierra
a todas las fuentes de
aguas y a todos los
torrentes; quizá
hallaremos hierba con
que mantengamos la vida
a los caballos y a los
mulos, para que no nos
quedemos privados de
bestias. |
Repartieron pues entre sí la tierra para
recorrerla; Ahab fue
solo por un camino y
Obadiah fue solo por
otro camino. |
Cuando Obadiah estaba en camino, he aquí
que Elías venía a su
encuentro. Y aquél le
reconoció y cayó sobre
su rostro y le dijo:
¿Eres tú, mi señor
Elías? |
Y éste le respondió: Soy yo; anda, di a
tu señor: "Aquí está
Elías". |
Y dijo Obadiah: ¿En qué he pecado para
que tú quieras entregar
a tu siervo en mano de
Ahab, para que me mate? |
Tan cierto como existe el Eterno, tu
Dios, que no hubo nación
o reino a donde no haya
enviado mi señor a
buscarte; y cuando
decían "no está", exigía
juramento a aquel reino
o a aquella nación de
que no te podían hallar. |
Y ahora tú dices: ¡Anda, di a tu señor:
Aquí está Elías! |
Va pues a suceder que cuando me aparte de
ti, el espíritu del
Eterno te llevará no sé
adónde, de manera que
yendo yo a decírselo a
Ahab y no pudiéndote él
hallar, me matará, y tu
siervo teme al Eterno
desde su mocedad. |
Ciertamente le fue contado a mi señor lo
que hice cuando Jezabel
mataba a los profetas
del Eterno, cómo escondí
de los profetas del
Eterno cien hombres,
cincuenta en una cueva y
cincuenta en otra, y los
sustenté con pan y agua. |
Y ahora tú me dices: ¡Anda, di a tu
señor: aquí está Elías. Y él me matará. |
Pero Elías respondió: Tan cierto como
existe el Eterno de las
huestes, en cuya
presencia siempre
estuve, que hoy mismo me
he de mostrar a él. |
Entonces fue Obahiah al encuentro de Ahab
y le dio aviso; y fue
Ahab al encuentro de
Elías. |
Y sucedió luego que viendo Ahab a Elías
le dijo: ¿Eres tú el
damnificador de Israel? |
A lo que respondió: Yo no he damnificado
a Israel, sino tú y la
casa de tu padre, por
haber dejado los
mandamientos del Eterno
y haber seguido a los
bealim (baales). |
Ahora bien, envía y congrégame a todo
Israel en el monte
Carmelo, como también a
los cuatrocientos
cincuenta profetas de
Baal y a los
cuatrocientos profetas
de Asherah (Astarté),
los cuales comen a la
mesa de Jezabel. |
Y Ahab envió (mensajeros) a todos los
hijos de Israel, y
congregó a los profetas
en el monte Carmelo. |
Y llegándose Elías a todo el pueblo,
dijo: ¿Hasta cuándo
vacilaréis entre dos
opiniones? Si el Eterno
es el Dios, seguidle;
mas si lo es Baal,
entonces seguidle a él. Mas el pueblo no le respondió
palabra. |
Dénsenos pues dos novillos y escojan
ellos para sí uno de los
novillos, y cortándole
en trozos pónganlo sobre
la leña, mas no le
pongan fuego. Y yo
prepararé el otro
novillo y le colocaré
sobre la leña, mas no le
pondré fuego |
E invocaréis vosotros en nombre de
vuestro Dios, y yo
invocaré en nombre del
Eterno; y será que el
dios que responda por
medio del fuego, éste es
el que es Dios. A lo
cual respondió todo el
pueblo: ¡Bien está la
cosa! |
Y dijo Elías a los profetas de Baal:
Escoged para vosotros
uno de los novillos y
preparadle primero,
porque vosotros sois los
más; e invocad en nombre
de vuestro dios, mas no
le pongáis fuego al
sacrificio. |
Habiendo ellos tomado el novillo que les
entregó Elías, lo
prepararon e invocaron
en nombre de Baal desde
la mañana hasta el
mediodía, diciendo: ¡Oh
Baal, respóndenos! Pero
no hubo voz ni quien
respondiese; y ellos
saltaban sobre el altar
que habían hecho. |
Y aconteció que al mediodía se burló de
ellos Elías, diciendo:
¡Clamad en voz alta, ya
que decís que él es
dios; o está conversando
o está persiguiendo al
enemigo, o está lejos, o
quizá está durmiendo y
despertará. |
Y clamaron en alta voz, y según su
costumbre se tajaban con
espadas y lancetas,
hasta chorrear la sangre
de ellos. |
Y aconteció, pasado ya el mediodía, que
ellos siguieron
profetizando hasta la
hora en que se presenta
el sacrificio de la
tarde; mas no hubo voz,
ni quien respondiese ni
quien atendiese. |
Entonces dijo Elías a todo el pueblo:
"Acercaos a mí", y se le
acercó todo el pueblo.
En seguida restauró el
altar del Eterno (que
había sido erigido por
el rey Saúl) y que fue
derribado (por los
adoradores de Baal). |
Y tomó Elías doce piedras, conforme al
número de las tribus de
los hijos de Jacob, el
cual tuvo revelación del
Eterno, que decía:
"Israel será tu nombre". |
Con aquellas piedras edificó un altar en
nombre del Eterno, e
hizo alrededor del altar
una zanja con capacidad
para contener dos
medidas de simiente. |
Y puso en orden la leña, y cortando en
trozos al novillo, lo
puso encima de la leña.
Y dijo: Llenad cuatro
cántaros de agua y
derramadla sobre el
holocausto y sobre la
leña. |
Y dijo: Hacedlo por segunda vez; y lo
hicieron por segunda
vez. Y dijo: Hacedlo por
tercera vez; y lo
hicieron por tercera
vez. |
Y el agua corría alrededor del altar, y
él llenó también de agua
la zanja. |
Y aconteció que habiendo llegado la hora
en que se presenta el
sacrificio de la tarde,
el profeta Elías se
llegó al altar y dijo:
¡Oh Eterno, Dios de
Abraham, de Isaac y de
Israel! ¡Hoy mismo sea
conocido que Tú eres
Dios de Israel y que yo
soy tu siervo, y que por
orden tuya he hecho
todas estas cosas! |
Respóndeme, oh Eterno,
respóndeme, para que
conozca este pueblo que
Tú, el Eterno, eres el
Dios, y así harás tornar
sus corazones que
estaban vueltos hacia
atrás. |
Entonces cayó el fuego
del Eterno y consumió el
holocausto, y la leña, y
las piedras, y el polvo,
y lamió el agua que
estaba en la zanja. |
Y vio todo el pueblo y
cayeron sobre sus
rostros, diciendo: ¡El
Eterno solo es Dios! ¡El
Eterno solo es Dios! |
Bendito seas Tú, Eterno, Dios nuestro y
Rey del Universo, fuerte
de todos los mundos,
justo en todas las
generaciones; Dios fiel,
que dice y obra, que
promete y cumple, cuyas
palabras son verdad y
justicia. |
Fiel eres Tú, Eterno, Dios nuestro, y tus
promesas son merecedoras
de fe; ninguna de Tus
palabras dejará de
cumplirse, porque Tú
eres Dios y Rey fiel (y
piadoso). |
Bendito seas Tú, Eterno, Dios fiel en
todas tus palabras.
-Amen |
Ten piedad de Sión, pues es el hogar de
nuestra vida, y salva a
esa ciudad afligida de
espíritu, pronto y en
nuestros días. |
Bendito seas Tú, Eterno, que alegras a
Sión en sus hijos. |
Alégranos, oh Eterno, Dios nuestro, con
la llegada de Elías, tu
profeta y servidor, y
con el reinado de David
tu ungido. Llegue pronto
su advenimiento y haga
regocijar nuestros
corazones. |
No permitas que extraños se sienten en su
trono, ni que otros
hereden de su gloria,
pues por tu santo nombre
le juraste que su luz
jamás se extinguirá. |
Bendito seas Tú, Eterno, Escudo de David. |
NOTAS EXPLICATORIAS:
Resúmem de la
Parashá
Moshé lleva a cabo un censo en el que
recuenta los medios shekel de
plata donados por todos los
hombres mayores de 20 años. Se
le ordena a Moshé que haga un
pilón de cobre para el Mishkán -
las mujeres donan el metal
necesario. Se especifica la
fórmula del aceite de unción, y
Dios le ordena a Moshé que
emplee ese aceite únicamente
para el Mishkán, sus vasijas, y
para Aarón y sus hijos. Dios
escoge a Betzalel y Oholiav como
maestros artesanos para el
Mishkán y sus vasijas. Se le
ordena al Pueblo Judío que
cumpla el Shabat como una señal
eterna de que Dios creó el
mundo. Moshé recibe las dos
Tablas de la Ley, donde están
escritos los Diez Mandamientos.
La multitud que se mezcló al
salir de Egipto con el Pueblo
Judío, aterrada ante la aparente
demora de Moshé en retornar,
fuerza a Aarón a que construya
un becerro de oro al que puedan
adorar. Aaron trata de
demorarlos. Dios le dice a Moshé
que regrese al pueblo
inmediatamente, amenazando con
destruir a todo el pueblo y
formar una nueva nación a partir
de Moshé. Cuando Moshé ve que
esa parte del pueblo practica
idolatría, enseguida rompe las
Tablas, y destruye al becerro de
oro. Los hijos de Levi se
ofrecen como voluntarios para
castigar a los transgresores,
ejecutando a 3000 hombres. Moshé
asciende a la montaña para
implorarle que perdone al
pueblo, y Dios acepta su rezo.
Moshé establece el Mishkán y
entonces retorna la nube de
gloria de Dios. Moshé Le pide a
Dios que le muestre las reglas
con las cuales El conduce al
mundo, pero su pedido es
complacido sólo en forma
parcial. Dios le dice a Moshé
que haga Tablas nuevas, y le
revela el texto de los rezos que
invocarán Su misericordia. Se
prohíben la idolatría, los
matrimonios mixtos, y la
combinación de leche y carne. Se
enseñan las leyes de Pesaj, el
primogénito, los primeros
frutos, Shabat, Shavuot y Sucot.
Cuando Moshé desciende con el
segundo par de Tablas, su cara
se ilumina como resultado del
contacto con lo Divino.
Moshe Le dijo a Hashem: "Muéstrame Tu
gloria"... (Hashem le dijo):
"Verás mi espalda, pero Mi
rostro no puede ser visto".
(33:18,23)
¿Alguna vez condujo su auto por una ruta
desierta, en una noche nublada,
y apagó las luces?
¡No lo haga más de un segundo, porque es
como conducir hacia la nada!
Es sorprendente cómo esos dos finos rayos
de luz nos permiten conducir por
una tortuosa ruta desierta,
hasta en las noches más oscuras.
Uno a veces se pregunta: "¿Por qué no harán
las rutas derechas?"
Este mundo es como la noche. El Mundo
Venidero es como el día.
A la noche uno ve solamente si enciende las
luces, pero en ese caso la
visión se limita a lo que
iluminan los faros. Es una
visión local. Sin embargo, de
día, uno puede ver toda la
escena.
A la luz del día se entiende por qué la
ruta tiene tantas vueltas y
tantos giros; por qué a veces
sube, y otras, baja. Por aquí
una montaña, por allá un
precipicio...
En este mundo, la persona ve a través de un
vidrio. Percibe unos cuantos
vistazos de la realidad, meros
flashes del modo en el que rige
la Creación el Amo del Universo.
El resto es noche.
Contando con solamente unos pocos capítulos
de la historia mundial a nuestra
disposición, no se puede
visualizar toda la existencia,
de dónde viene y hacia dónde va.
Por eso el mundo es como la noche.
En el Mundo Venidero, todo se vuelve claro
como el día. La distancia nos
proporciona perspectiva y
entendimiento. Somos capaces de
comprender las razones por las
cuales Hashem hace lo que hace:
por qué el camino tenía que
hacer esta curva, por qué
tuvimos que girar hacia el otro
lado...
Eso es precisamente lo que le dijo Hashem a
Moshe cuando dijo: "Mi rostro no
puede ser visto".
En este mundo no se puede ver el "rostro"
de Hashem, vale decir, el
control directo que Hashem
ejerce sobre el mundo; pero Su
"espalda" -las huellas
reveladoras en la nieve de la
Historia- sí se pueden ver, si
tan sólo vamos con los "faros"
encendidos...
Rabí Shimshon
Rafael Hirsch; Rabí Eljanan
Waserman, 'Moser Derech' - Rabbi
Simcha Wasserman, Rabbi Yaakov
Niman, Rabbi Meir Chadash
*
"Y las tablas son la obra de Dios, y la
escritura, la escritura de Dios"
(32:16)
La próxima vez que vayas a la sinagoga,
fíjate en los Diez Mandamientos
que están encima del Arca. Las
partes superiores de las dos
Tablas son de forma arqueada.
¿Por qué los Diez Mandamientos
tienen esa forma? El Talmud
describe las tablas como cubos.
No hay una sola fuente clásica
judía que describa las Tablas en
la forma con que las conocemos
hoy en día. ¿De dónde provino
esta forma?
Y otra pregunta más: si los Hijos de Israel
ya habían oído los Diez
Mandamientos, ¿para qué hacía
falta que esos Mandamientos se
inscribieran en Tablas? ¿Acaso
no bastaba con la imponente
experiencia de oír hablar a
Hashem?
Cuando se inscribieron los Diez
Mandamientos en las Tablas,
también se inscribieron en los
corazones del pueblo judío, para
la eternidad. Inscriptos en
piedra. Inscriptos en la "tabla"
del corazón. La escritura era la
escritura de Dios, Quien los
inscribió en forma indeleble en
el corazón del pueblo judío por
toda la eternidad.
Fijémonos nuevamente en los Diez
Mandamientos que hay sobre el
Arca. La forma arqueada
simboliza la forma del corazón,
el corazón del pueblo judío, en
la que se mantuvieron inscriptos
durante cerca de tres mil años.
Sfat Emet en Mayana Shel Torah, Rabbi
Moshe Shapiro.
*
"Cuando los Hijos de Israel vieron el
rostro de Moshe, que el rostro
de Moshe se había vuelto
radiante, Moshe se volvió a
colocar la máscara en el rostro,
hasta que vino a hablar con El"
(34:33)
Moshe se puso una máscara para evitarle al
pueblo judío el bochorno de no
poder mirarlo.
Antes del pecado del becerro de oro, la
Torá dice: "la apariencia de la
gloria de Hashem era como un
fuego que consumía ante los ojos
de los Hijos de Israel" . Tras
el pecado del becerro de oro, ni
siquiera podían mirar al profeta
de Hashem, Moshe. Tal es el
poder del mal.
Al transgredir la voluntad de Hashem,
estamos embarrando las ventanas
de nuestra alma, de modo que no
puede entrar la luz. Nos tenemos
que poner anteojos espirituales,
porque nuestras almas ya no son
capaces de tolerar la luz.
Rashi, Be'er
Moshe, Jumash Artscroll
*
"Y el séptimo día, un Shabat de Shabatot"
(31:15)
Existen dos clases de descanso.
La primera clase de descanso es el descanso
del cansancio, la oportunidad de
recargar pilas, para poder luego
sentir trabajando. Porque no hay
persona que pueda trabajar
indefinidamente. Todo el mundo
necesita un descanso.
La segunda clase de descanso es la que
llega con el final de un
proyecto. El último toque a una
pintura. La última oración de
una novela. El último ladrillo
de una casa recién construida.
Entonces, uno da un paso atrás y
contempla su obra. Siente la
satisfacción de la obra
cumplida. Listo. Terminado.
Llegó el momento de descansar y
disfrutar de los frutos de
nuestra labor.
"Seis días trabajarás y harás todo tu
trabajo"
¿Cómo se puede hacer todo el trabajo en
seis días? ¿Uno puede construir
una casa entera en seis días?
La Torá nos enseña que cuando llega el
Shabat, aunque estemos a mitad
de un proyecto, tenemos que
considerarlo como un trabajo
completo.
En otras palabras, en Shabat, debemos
imaginarnos sintiendo el
descanso y la satisfacción que
llega con la finalización de un
trabajo bien hecho; no un mera
interrupción.
En cierto sentido, eso es lo que hizo
Hashem cuando el mundo tenía
seis días de vida. El contempló
la Creación y vio que estaba
completa. Se había completado el
más grande proyecto de
construcción que jamás se hizo:
los Cielos y la Tierra.
Nuestro descanso en Shabat es en
conmemoración de aquel descanso.
Esa es la diferencia esencial que existe
entre nuestro Shabat y el
concepto secular de "un día de
descanso". La idea secular de un
día de descanso es una
interrupción, para que uno pueda
regresar a la semana
revitalizado y descansado. Es
solamente una interrupción.
Por el contrario, el Shabat no consiste
únicamente de apretar el botón
de "pausa" de la vida. Es la
creación de una sensación de que
en nuestra vida está todo
completo. No queda nada por
hacer, salvo sentarse
cómodamente a disfrutar de los
frutos de nuestra labor.
Rabbi Shlomo
Yosef Zevin en 'Ltorah
Ul'moadim'
*
|
Cuando formes el censo de los hijos de
Israel, de aquéllos que
han de ser empadronados,
y cada uno pagará el
rescate de su vida al
Eterno cuando fueren
empadronados, para que
no haya en ellos
mortandad al contarlos. |
Al contarlos
Dios ordenó no contar a las personas directamente, por causa del
mal de ojo (ayin hará), lo que
causa enfermedades y mortandad.
De acuerdos a varias opiniones,
los israelitas fueron atacados
de peste y murieron setenta mil
hombres después de haber sido
contados por el rey David (2
Samuel 24: 15). Rambán
opina de una manera diferente.
El rey Saúl los contó por medio
de corderos (1 Samuel 25: 4).
|
Esto es lo que ha de dar todo aquél que
fuere incluido entre los
empadronados: la mitad de un siclo, conforme
al siclo de santidad
-veinte guerá (monedas)
son un siclo-; medio
siclo por ofrenda
apartada para el
Eterno. |
La mitad de un
ciclo
El medio siclo de plata que cada uno pagaba, inclusive los
sacerdotes, con el fin de ser
contados, servía para los gastos
de reparación del Templo y para
los sacrificios por el perdón
del pueblo. El plazo para pagar
era desde el día l al 15 del mes
de Adar. Esta costumbre continuó
hasta nuestros días, empleándose
el dinero para los que estudian
la Torah y en beneficio del
Keren Kayémet LeIsrael.
|
Y harás de esto incienso, una
mezcla aromática, obra
de perfumista, bien
mezclada, pura y
santa. |
Incienso
El Ketóret (incienso). Estaba
compuesto, según el Talmud, de
once especias mezcladas que se
quemaban sobre el Altar de oro
que estaba en el interior del
Tabernáculo y más tarde en el
Templo de Jerusalem, dos veces
al día, por la mañana y por la
tarde. En Yom Kipur (día del
perdón) solamente el sumo
sacerdote quemaba incienso en el
lugar santísimo, sobre un
incensario que contenía brasas
encendidas, y no sobre el altar
(Tamid. 6, 2). El Ketóret hacía
perdonar los pecados de la
maledicencia (Yomá, 44). Aarón
hizo perdonar el pecado de los
israelitas, en la plaga que
causó la muerte a 14.700
personas, poniendo el Ketóret
encendido entre los vivos y los
muertos (Núm. 17, l 2). Para
hacer el servicio del Ketóret en
el Tabernáculo o en el Templo,
se daba preferencia a los nuevos
sacerdotes que aún no lo habían
hecho, puesto que según la
creencia, la ofrenda del
incienso causaba prosperidad. El
olor del Ketóret era tan fuerte
que se sentía a larga distancia,
lo que hacía penetrar en el alma
el temor de Dios, pues era un
olor divino (Guía de los
Descarriados).
|
Mira que Yo he llamado por su nombre (he
elegido) a Betzalel, hijo de Urí, hijo de Jur,
de la tribu de Judá. |
Bezalel (Heb בְּצַלְאֵל;
"a la sombra [bajo la
protección] de Dios") [Salmo
91:1; similar al acadio
ina-silli-Bel ("a la sombra de
Bel"), ina-silli- Nabú ", a la
sombra de Nabu," y similares],
hijo de Uri, hijo de Hur, de la
tribu de Judá; un experto en
metalurgia, cantería, y la talla
en madera. Moisés nombró a
Bezalel como jefe de los
artesanos que trabajaban tanto
en la construcción del
Tabernáculo * y su equipo y en
el diseño de las vestiduras de
los sacerdotes (Éxodo 31: 1-11;
36-39). Fue asistido por *
Aholiab hijo de Ahisamac la
tribu de Dan, que era un experto
artesano y bordador (31-6; 35:
34-35).
|
Y guardareis el sábado, porque santidad es para vosotros; el
que lo profanare será
muerto ciertamente, pues
todo aquél que hiciere
trabajo alguno en él,
esa alma será segregada
de entre su pueblo. |
Santidad para
vosotros
La santificación del día de sábado es una ley propia del pueblo
israelita, por la cual lleva una
responsabilidad particular:
"Pues ésta es una señal entre Mí
y vosotros, por vuestras
generaciones" (versículo 13);
una ley de confianza y de amor
que Dios nos concedió con su
gracia divina. Santificando en
el sábado la séptima parte de su
vida semanal, el israelita
proclama a Dios como Creador y
reconoce su obra. La profanación
pública y premeditada del sábado
merece la pena de muerte (verso
14), pues esta profanación es en
cierto modo la negación de Dios
como Creador del mundo. La
santidad del sábado fue
reconocida por jefes religiosos
de otras creencias. Martín
Lutero escribe: "La naturaleza
exige que las personas y los
animales descansen un día por
semana; pero el que desea hacer
de este día de reposo una ley
positiva, una obra de Dios, debe
adoptar el sábado y no el
domingo, pues es el sábado el
que fue prescrito en la Biblia,
y no el domingo (Lutero, T.III,
643).
|
Y él los tomó de sus manos y los fundió
en un molde, e hizo un
becerro de fundición; y
ellos dijeron: ¡éstos
son tus dioses, oh
Israel, que te hicieron subir de la tierra de
Egipto! |
Te hicieron
subir de la tierra de Egipto
Quienes así hablaron fueron la mezcla de gente llamada érev-rav que
se unieron a los hijos de Israel
desde Egipto, ya que
anteriormente adoraban al buey
Apis.
|
Y viendo esto Aarón, edificó un altar
delante de él (becerro),
e hizo pregonar Aarón
diciendo: ¡Fiesta para el Eterno será mañana! |
Fiesta para el
Eterno será mañana
Aarón no estaba de acuerdo con
todo esto, pero tuvo miedo de la
multitud; prueba de ello es que,
queriendo ganar tiempo,
exclamó:" ¡Fiesta para el Eterno
será mañana! ", suponiendo que
Moisés regresaría a más tardar
al día siguiente.
|
Y sucedió que cuando se acercó al
campamento y vio el becerro y las danzas, se
encendió la ira de
Moisés y arrojó de sus
manos las tablas, y las
quebró al pie del
monte. |
El becerro y
las danzas
No todos los que salieron de
Egipto y siguieron a Moisés en
el desierto, lo hicieron por
estar compenetrados con los
principios del judaísmo. Para
éstos, denominados érev rav (mezcla
de gente), la salida de Egipto y
la entrega de la Torah fueron
considerados como los actos
mágicos de un gran hechicero,
Moisés. Les parecía que el
judaísmo dependía solamente de
Moisés, y no veían al Dios
Todopoderoso. Por esto, cuando
Moisés subió al monte de Sinay y
tardó en regresar, perdieron la
esperanza y sintieron la
necesidad de otra fuerza mágica
que habría de guiar al pueblo.
Esa es la razón de que hicieran
el becerro de oro, el cual era
una transposición del buey Apis,
animal sagrado para los
egipcios. Al bajar Moisés del
monte de Sinay rompió las tablas
de la Ley, pues vio que el
pueblo no era digno aún de
aceptar su contenido, hasta que
llegase al grado de comprender
que la unión con el verdadero
Dios no nace de influencias
mágicas, fórmulas místicas,
talismanes, danzas orgiásticas,
estados de trance, etc. como lo
cree todavía la gente mediocre,
y sí con el perfeccionamiento
interior y con el cumplimiento
de los mandatos divinos.
|
Y dijo Moisés: Consagraos hoy al Eterno,
cada uno por su mismo hijo, y por su hermano,para que El os dé hoy su bendición. |
Por su mismo
hijo y por su hermano
En esta oportunidad fueron consagrados los levitas para hacer el
servicio sagrado del
Tabernáculo, en lugar de los
primogénitos, pues éstos se
habían profanado adorando el
becerro de oro.
|
Y ahora ve, conduce al pueblo al lugar
del que te dije: "he
aquí que el ángel del Eterno irá ante ti"; mas en el día de mi visitación, les
castigaré por una parte
de este pecado. |
El Ángel del
Eterno irá delante de tí
Ver capítulo 23: 20: "He aquí que Yo envío a un ángel ante ti para
que te guarde en el camino y te
introduzca en el lugar que Yo he
preparado'.
|
E hirió el Eterno al pueblo por lo que
habían hecho con el becerro que hizo Aarón. |
El becerro que
hizo Aarón
En opinión de los Jajamim
(sabios de la Ley), el pecado
del pueblo israelita con el
becerro de oro no fue lo que se
llama idolatría, según se
entiende a primera vista. Israel
tenía todavía presente a sus
ojos la Revelación de Sinay y no
podía olvidarla tan pronto. Las
palabras de Aarón: "fiesta
solemne será para el Eterno
mañana" (32: 5), confirman la
idea de que el pueblo creía en
el Eterno Dios, pero su fe,
emuná, no estaba preparada para
concebir la omnipresencia
divina, aparentemente invisible,
y necesitaba de algún símbolo
que sirviese de intermediario o
representante de Dios. Lo más
próximo a su mente era el
becerro, imagen del buey Apis
adorado por Egipto, de donde
venían.
|
Y dijo (Moisés): Te ruego, muéstrame tu gloria. |
Muéstrame Tu
gloria
Moisés pide a Dios que le
muestre su gloria. El quería ver
a Dios, comprenderlo, conocer
sus secretos, y Dios le
responde: No podrás ver mi
rostro, porque el hombre no
puede verme y vivir; puedes
verme por la espalda, pero mi
faz no se hará ver." De este
hecho se comprende que no se
puede llegar a Dios por el
frente, esto es, concebirlo y
comprenderlo directamente, pero
podemos llegar a El por la
espalda, lo que quiere decir,
por las causas y consecuencias.
Cuando estudiamos el mundo, la
naturaleza, y nos compenetramos
de su sentido, llegamos a Dios,
y esto es lo que El quiso decir
a Moisés: Mientras seas un ser
finito, mortal, limitado y unido
a la materia, podrás ver mis
obras, pero no a Mí mismo.
|
Y pasando el Eterno delante
de él, proclamó: Yo, el
Eterno, el Eterno, soy
un Dios misericordioso y
piadoso, tardo para la
ira y grande en
benevolencia y verdad, |
Y pasando el
Eterno
El sexto y el séptimo
versículos de esta página
contienen los trece atributos (shelosh
esré middot) de Dios, los
cuales se convirtieron en una de
las principales oraciones de
nuestra liturgia. En el Talmud
está escrito que Dios dijo a
Moisés: "Siempre que Israel
implore mi perdón, que mencione
estas trece cualidades mías". El
Rabí Yehudá añade: Dios ha hecho
una alianza para que esta
plegaria no sea en vano
(solamente cuando Israel la reza
en ayunas) (Rashí y Rosh Hashaná
17:). Los trece atributos
constituyen la base del concepto
judío sobre la divinidad. He
aquí una breve explicación de
ellos: 1 - 2) Adonay Adonay:
La repetición del nombre del
Eterno aquí, significa que El es
misericordioso con cualquier
persona acerca de sus pecados, y
con el pecador arrepentido. 3) El:
Dios poderoso que obra con sus
sabios dictados. 4) Rajum:
Misericordioso como un padre
para con sus hijos,
previniéndoles para que no
caigan. 5) Janún:
Benevolente y que ayuda a los
caídos que no pueden regenerarse
por sí mismos. 6) Erej -
Apáyim: Paciente, y espera a
que el pecador se arrepienta.
7) Rav - jésed: Lleno de
merced con la persona correcta y
también con la incorrecta. 8) Emet:
Verdadero y recto en sus
promesas. 9) Notzer jésed
laalafim; Bondadoso y
misericordioso: considera los
méritos de los padres en los
hijos, al menos por dos mil
generaciones. 10) Nosé Avón Perdona
los pecados cometidos con
premeditación. 11) Vafeshá:
Perdona las ofensas y pecados
cometidos con espíritu de
rebeldía. 12) Vejataá:
Olvida los pecados cometidos
involuntariamente. 13) Venaké:
Absuelve al penitente.
|
Celebrarás también la fiesta de las semanas, esto
es, la fiesta de la
ofrenda de los dos panes
de las primicias de la
siega del trigo, y la
fiesta de la cosecha (de
los productos de la
tierra), fiesta de la
ofrenda del comienzo de
la estación |
La Fiesta de
las Semanas
He aquí lo que el filósofo dice al respecto de las fiestas judías,
en el libro del Kuzarí, famosa
obra filosófica del Rabí Yehudá
Halevy: “Yo medité sobre vuestra
situación y vi que Dios usó de
medios excepcionales para
vuestra continuidad como
israelitas. El sábado y las
fiestas constituyen una de las
causas principales de vuestra
duración y de vuestra
continuidad. Estas fiestas
fueron instituidas por Dios, y
se basan sobre fuertes motivos,
como el recuerdo de la salida de
Egipto, la revelación, etc., que
son acontecimientos divinos. Sin
estas épocas, ninguno de
vosotros usaría una vestimenta
mejor en las fiestas que os
ligan al recuerdo de Dios y de
su Ley, por causa de la
comprensión de vuestro espíritu
y de vuestro sufrimiento en el
exilio. Los preceptos indicados
para estos días están bien
calculados, a fin de que la
alegría sagrada no se perturbe
con juegos, placeres e
indolencia, que son cosas que
pueden relajar vuestros rezos en
las horas determinadas ." (Kuzarí
3, 9, 10, 11).
|
Y los hijos de Israel miraban el rostro
de Moisés y veían que la
tez de su rostro despedía rayos de luz, y
(después de haberles
hablado) volvía Moisés a
poner el velo sobre su
rostro, hasta que
entraba (otra vez) para
hablar con El. |
Su rostro
despedía rayos de luz
La versión latina de la Biblia o Vulgata tradujo estas palabras
así: "La faz de Moisés
proyectaba cuernos de luz", esto
porque la palabra hebrea kéren significa
a la vez cuerno y rayo, además
de brillo, fuerza, poder,
gloria, trompeta, rincón, y
varias otras. Ello dio lugar a
que Miguel Angel representase a
Moisés, en su famosa estatua,
con dos cuernos que salen de su
cabeza, lo que se puede
considerar un grave error, ya
que la Vulgata se refiere a
cuernos de luz; además estos
rayos luminosos resplandecían en
el rostro de Moisés y no en su
cabeza.
Comentarios a la Haftará
1 Melajim
18:1-39
Inmediatamente antes de que se toque el
shofar en Yom Kipur, finalizando
así 25 horas de rezo y de ayuno,
repetimos siete veces las
últimas palabras de la Haftará
de esta semana: "Hashem; El es
el Dios"
Eliahu ha Navi había desafiado a los
profetas idólatras de baal a una
demostración pública de que
Quién era el verdadero Dios, y
quién era el fraude. Cuando
ocurrió un milagro e Israel vio
la verdad, gritaron todos al
unísono: "¡Hashem; El es el
Dios!"
De la misma manera en que la parashá de
esta semana describe a Israel al
borde de la idolatría, la
Haftará también nos cuenta de
uno de los peores reyes que tuvo
Israel: Ajav. Su reina, Izavel,
era una no-judía que adoró
ídolos, asesinó a profetas
santos y llenó el palacio de
ídolos.
A pesar del peligro que corría su vida,
Eliahu triunfó en su desafío a
Ajav e Izavel. La culminación de
su victoria fue en el Monte
Carmel, donde se hizo evidente a
todo Israel Quién era el
verdadero Dios.
"¿Cuánto tiempo danzarás entre las dos
opiniones? Si Hashem es el Dios,
¡seguidlo! Y si es el baal,
seguidlo". (18:21)
Cuando Moshe Rabenu bajaba del Monte Sinaí,
con las Tablas, y los Hijos de
Israel estaban muy ocupados
haciendo el becerro de oro,
Ioshua trató de consolarlo,
diciendo: "El sonido de la
batalla está en el campamento".
Eso significaba que no todo
Israel había sido infectado por
la idolatría; seguía habiendo
una batalla entre los adoradores
del becerro de oro y los que Le
eran fieles a Hashem.
Moshe le respondió que era: "No un sonido
que gritaba fuerza ni un sonido
que gritaba debilidad". No oigo
nada de resolución ni en los
idólatras, ni en los que Le son
fieles a Hashem.
¡En la verdadera batalla, un grupo vence al
otro!
Parecería que hasta los que no adoraban al
ídolo adoptaban una postura de
tolerancia, de neutralidad.
Estaban "abiertos a ambas
opiniones". Ese era "el sonido
que gritaba debilidad". Nada más
que una voz; la voz de la
pacificación, privada de acción
y de ansias por mejorar la
situación.
En la lucha contra la idolatría, cualquiera
fuese el ídolo de que se trate,
únicamente deberá oírse "el
sonido de la fuerza", porque
entonces será imposible danzar
entre ambas opiniones.
Dvar ha Melajá
Canciones que cantamos en la mesa de Shabat
Atkinu Seudata (Melavé Malka)
"Prepararé el Banquete (Que
Escolta a la Reina)..."
Esta es la comida del santo Rey David
Da hi seudata David Malca
Kadisha
El rey David Le pidió a Hashem que le
revelara cuánto tiempo habría de
vivir. Cuando se le informó que
hay un decreto divino que impide
darle conocer al hombre cuándo
ha de morir, David pidió saber
por lo menos el día de la semana
en que habría de perecer.
Hashem le reveló que fallecería un Shabat.
Cada vez que el Shabat llegaba a
su fin, y David se daba cuenta
de que tenía al menos otra
semana por vivir, celebraba un
gran banquete. La comida que
comemos después del Shabat a fin
de acompañar a la "Reina Shabat"
en su camino de salida, se
identifica en forma especial con
el Rey David, para quien tenía
tanta significatividad.
|
PROMESAS DE HASHEM
|
Y aconteció que habiendo llegado la hora
en que se presenta el
sacrificio de la tarde,
el profeta Elías se
llegó al altar y dijo:
¡Oh Eterno, Dios de
Abraham, de Isaac y de
Israel! ¡Hoy mismo sea
conocido que Tú eres
Dios de Israel y que yo
soy tu siervo, y que por
orden tuya he hecho
todas estas cosas! |
Escrito y Recopilado por: Rabino Yaakov Asher Sinclair de la
Organización Ohr Somayach de
Israel y Monsey
Editado por el
Moréh Eliyahu BaYona, Director de
Shalom Haverim, Monsey, New York.