Organizacion Sin Animo de Lucro
Adscrita al Judaismo Ortodoxo Moderno
Desde Monsey, New York
Parasha DEvarim
CONVIERTASE EN BENEFACTOR
PRONUNCIACION SEFARDI
SEPHARDIC PRONUNCIATION
הגייה ספרדית
Parasha Devarim
Aliyot Devarim -Deuteronomio
Aliyot Devarim - Deuteronomio-
Capítulo 1: 1 al 3:22
Por Eliyahu BaYonah Ben Yossef,
Director Shalom Haverim Org. New
York
Aliyot es el plural hebreo de
Aliá o Aliyá que significa
"subir". Cada vez que una
persona - Olé- sube a la Bimá
debe recitar la Braja
-Bendicion- antes de comenzar el
Baal Koréh -בעל
קורא -
la Lectura y al cerrar la misma.
Esto se hace cada vez que el
Baal Koréh lee la Porción
-Parashá- correspondiente.
El Maftir es la última persona
que se llama a la Bimá y es
invitada a leer la porción de la
Haftará -Profetas-
Esta es la Brajá
de la Lectura de la Toráh:
Barjú et Adonay
hamevoraj. |
¡Bendecid al Eterno, el
Bendito! |
|
(todos) Baruj Adonay
hamevoraj le'olam va'ed. |
(todos) Bendito
es el Eterno, el Bendito
para siempre. |
|
Baruj atáh Adonay
Elohenu melej ha'olam,
asher bajar banu
mikol-ha'amim, venatan
lanu et-torató. |
Bendito seas Tu, oh
Eterno nuestro Dios, Rey
del universo que nos
elegiste entre todos los
pueblos y nos diste Tu
Torah, Bendito seas, oh
Eterno, que nos
concediste la Torah. |
|
|
Bendito seas, oh Eterno,
que nos concediste la
Torah. (todos)
AMEN |
Al terminar la Porción debe leer
esta Brajá:
|
Bendito seas Tu oh
Eterno nuestro Dios, Rey
del Universo que nos
diste (Tu Torah), la
Torah de la Verdad, e
implantaste en nosotros
la Vida Eterna. |
|
|
Bendito seas, oh Eterno,
que nos concediste la
Torah. (TODOS
DICEN AMEN) |
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|
Jornada de once días
hizo Israel desde Jorev,
por el camino de la
montaña de Seír, hasta
Cadesh Barnea. |
|
|
Y aconteció en el
cuadragésimo año, en el
mes decimoprimero, el
primero del mes, que
habló Moisés a los hijos
de Israel conforme a
todo lo que había
ordenado el Eterno
acerca de ellos; |
|
|
después de que hubo
herido a Sijón, rey de
los amoreos, que
habitaba en Jeshbón, y a
Og, rey de Bashán, que
habitaba en Ashtarot, en
Edrei. |
|
|
De este lado del Jordán,
en la tierra de Moav,
comenzó Moisés a
explicar esta ley,
diciendo: |
|
|
El Eterno, nuestro Dios,
nos habló en Jorev,
diciendo: Bastante
tiempo habéis
permanecido en este
monte; |
|
|
volveos y partid e id a
la montaña de los
emoreos y a todos sus
lugares vecinos,
situados en la Aravá, en
la serranía, en el
valle, en el Neguev
(sur) y en la costa del
mar, hasta la tierra del
cananeo, y al Líbano
hasta el gran río, el
río Eúfrates. |
|
|
Ved que pongo delante de
vosotros la tierra,
entrad y poseed la
tierra que juró el
Eterno a vuestros
padres, a Abraham, a
Isaac y a Jacob, que se
la daría a ellos y a su
descendencia después de
ellos. |
|
|
Y os hablé en aquel
tiempo, diciendo: No
puedo yo solo llevar la
carga de vosotros. |
|
|
El Eterno, vuestro Dios,
os ha hecho numerosos; y
heos aquí el día de hoy
como estrellas del cielo
en multitud. |
|
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SEGUNDA ALIA |
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|
¿Cómo
he de sobrellevar yo
solo vuestra molestia y
vuestra carga y vuestra
contienda? |
|
|
Tomad para vosotros
hombres sabios e
inteligentes y conocidos
de vuestras tribus, y
los pondré por cabezas
vuestros. |
|
|
Y me respondisteis y me
dijisteis: bueno es lo
que dijiste para
hacerlo. |
|
|
Y tomé a los cabezas de
vuestras tribus, hombres
sabios y conocidos, y
los puse por cabezas
sobre vosotros, jefes de
miles, de cientos, jefes
de cincuentenas y jefes
de decenas, y guardas
nombré para vuestras
tribus. |
|
|
Y ordene a vuestros
jueces, en aquel tiempo,
diciendo: Oíd las causas
entre vuestros hermanos,
y juzgad con justicia
entre cada uno y su
hermano o su litigante. |
|
|
No conozcáis rostros en
el juicio; al pequeño
como al grande, del
mismo modo oiréis; no
temeréis a hombre
alguno, porque el juicio
es de Dios; y la causa
que fuere demasiado
difícil para vosotros,
la traeréis a mí y yo la
oiré. |
|
|
Y os ordené en aquel
tiempo todas las cosas
que deberíais hacer. |
|
|
Y partimos de Jorev y
anduvimos por todo aquel
desierto grande y
temible que visteis, por
el camino de la montaña
del emoreo, como nos
había ordenado el
Eterno, nuestro Dios; y
así llegamos hasta
Cadesh Barnea. |
|
|
Y yo os dije: Habéis
llegado a la montaña del
emoreo que el Eterno,
nuestro Dios, nos va a
dar. |
|
|
Mira: el Eterno tu Dios
ha puesto ante tí la
tierra; sube, toma
posesión como te lo ha
dicho el Eterno, Dios de
tus padres; no temas ni
te quebrantes. |
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TERCERA ALIA |
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Y agradó esto a mis
ojos, y tomé de entre
vosotros doce hombres,
un hombre de cada tribu; |
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|
y emprendieron la marcha
y subieron a la montaña
y llegaron hasta el
torrente (valle) de
Eshkol, y espiaron (la
tierra). |
|
|
Y tomaron de las frutas
del país en su mano, y
nos las trajeron, y nos
informaron sobre su
idioma y dijeron: Buena
es la tierra que el
Eterno, nuestro Dios,
nos da. |
|
|
Pero no quisisteis subir
y fuisteis rebeldes
contra la orden del
Eterno, vuestro Dios, |
|
|
y murmurasteis en
vuestras tiendas y
dijisteis: Por habernos
aborrecido el Eterno,
nos sacó de la tierra de
Egipto, a fin de
entregarnos en mano del
emoreo para destruirnos. |
|
|
¿Adónde estamos nosotros
subiendo? Nuestros
hermanos han hecho que
se nos derrita el
corazón, diciendo; El
pueblo es mayor y más
fuerte que nosotros; las
ciudades son grandes y
fortificadas hasta los
cielos; y también vimos
allí hijos de gigantes. |
|
|
Entonces yo os dije: No
os quebrantéis ni
tengáis miedo de ellos. |
|
|
El Eterno, vuestro Dios,
es el que va delante de
vosotros; El mismo
peleará por vosotros,
así como todo lo que
hizo por vosotros en
Egipto, ante vuestros
mismos ojos; |
|
|
y también en el
desierto, donde viste
cómo el Eterno, tu Dios,
te llevó como lleva un
hombre a su hijo, por
todo el camino que
anduvisteis hasta
vuestra llegada a este
lugar. |
|
|
Pero ni
por esto creísteis en
el Eterno, vuestro Dios, |
|
|
que iba delante de
vosotros en el camino
para prepararos lugar
donde pudierais acampar,
de noche con fuego para
mostraros el camino por
donde habíais de andar,
y de día con una nube. |
|
|
Y oyó el Eterno la voz
de vuestras palabras, y
se airó y juró,
diciendo: |
|
|
No verá ni uno solo de
estos hombres, de esta
mala generación, la
buena tierra que juré
dar a vuestros padres; |
|
|
excepto Caleb, hijo de
Yefunné, él la verá, y a
él le daré la tierra que
ha pisado, y a sus
hijos, porque perseveró
en seguir en el temor
del Eterno. |
|
|
También contra mi se
airó el Eterno por
vuestra causa, diciendo:
Tampoco tú entrarás
allá; |
|
|
Josué, hijo de Nun, que
está delante de ti, él
entrará allá. Anímale,
porque él hará que
Israel la herede. |
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CUARTA ALIA |
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|
|
|
Pero vosotros volveos y
emprended la marcha
hacia el desierto, en
dirección al mar Rojo. |
|
|
Y me respondisteis y me
dijisteis: Hemos pecado
contra el Eterno;
nosotros subiremos y
pelearemos, conforme a
todo lo que el Eterno,
nuestro Dios, nos tiene
ordenado. Y os ceñisteis
cada cual sus armas de
guerra, y os
dispusisteis a subir a
la montaña. |
|
|
Y el Eterno me dijo:
Diles: No subáis ni
peleéis, que Yo no estoy
en medio de vosotros, no
suceda que seáis
derrotados delante de
vuestros enemigos. |
|
Va'adaber aleyjem velo
shmatem vatamru et-pi
Adonay vatazidu vata'alu
haharah. |
Y yo os hablé pero no
escuchasteis, sino que
os rebelasteis contra el
mandamiento del Eterno,
y persististeis y
subisteis a la montaña. |
|
|
Y salieron los emoreos
que habitaban en aquella
montaña, a vuestro
encuentro; y os
persiguieron como suelen
hacer las abejas, y os
derrotaron en Seír,
hasta Jormá. |
|
|
Y volvisteis y
llorasteis ante el
Eterno; pero el Eterno
no oyó vuestra voz ni os
prestó oídos. |
|
|
Y habitasteis en Cadesh
muchos años, igual al
número total de años que
estuvisteis en los otros
lugares. |
|
|
Y nos volvimos y partimos
hacia el desierto,
en dirección al mar
Rojo, como había hablado
el Eterno. Y
rodeamos la montaña de
Seír durante muchos
días. |
|
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|
QUINTA ALIA |
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|
Ya rodeasteis por mucho
tiempo esta montaña;
volveos hacia el norte. |
|
|
Y ordena al pueblo,
diciendo: Vosotros vais
a pasar por el
territorio de vuestros
hermanos los hijos de
Esaú, que habitan en
Seír, y ellos os
temerán, mas vosotros
guardaos bien, |
|
|
no contendáis con ellos,
porque no os daré de su
tierra ni siquiera la
huella de un pie; porque
a Esaú di el monte de
Seír por herencia. |
|
|
Alimento compraréis de
ellos por dinero y
comeréis, y también el
agua compraréis de ellos
por dinero y beberéis. |
|
|
Porque el Eterno, tu
Dios, te ha bendecido
con toda obra
de tus manos,
pues El se ha hecho
cargo de tu viaje por
este gran desierto;
estos cuarenta años el
Eterno, tu Dios, ha
estado contigo, y
ninguna cosa te ha hecho
falta. |
|
|
Así pasamos por (el
lugar de) nuestros
hermanos, los hijos de
Esaú, que habitan en
Seír, por el camino de
la Aravá (planicie),
desde Elat y desde
Etzyón-Guéver. Y
cambiamos de rumbo y
pasamos por el camino
del desierto de Moav. |
|
|
Y me dijo el Eterno: No
hostilices a Moav y no
le hagas guerra, porque
no te daré de su tierra
posesión alguna; porque
a los hijos de Lot di Ar
por posesión suya. |
|
|
Los emitas habitaban
antes allí; pueblo
grande y numeroso, y de
alta talla como los
gigantes. |
|
|
Estos también eran
considerados, como los
refaítas, gigantes, y
los moabitas los
llamaban emitas
(terribles). |
|
|
Y en Seir habitaban
antes los joritas, mas
los hijos de Esaú los
desterraron y los
destruyeron de delante
de sí, y habitaron en su
lugar; así como lo hizo,
(ha de hacer) Israel en
la tierra de su herencia
que el Eterno les dio. |
|
|
Ahora pues, levantaos y
pasad el torrente de
Zéred. Y pasamos el
torrente de Zéred. |
|
|
Y los días que anduvimos
desde Cadesh Barnea
hasta que pasamos el
torrente de Zéred,
fueron treinta y ocho
años, hasta que toda
aquella generación de
hombres de guerra fue
consumida de en medio
del campamento, según
les había jurado el
Eterno. |
|
|
Además la mano del
Eterno fue
contra ellos para
exterminarlos de
en medio del campamento,
hasta que fueron
consumidos. |
|
|
Y sucedió que cuando ya
hubieron acabado de
morir todos aquellos
hombres de guerra de
entre el pueblo, |
|
|
me habló el Eterno
diciendo: |
|
|
Vas a pasar hoy por el
territorio de Moav, por
Ar, |
|
|
y llegarás frente a los
hijos de Ammón. No
los hostilices ni
contiendas con ellos,
porque no te daré de la
tierra de los hijos de
Ammón posesión alguna,
pues que a los hijos de
Lot la he dado en
posesión. |
|
|
Tierra de refaítas fue
considerada también
ésta; los refaítas
habitaban antes en ella,
y los ammonitas los
llamaban zamzummitas, |
|
|
pueblo grande y
numeroso, y de alta
talla como los gigantes;
pero el Eterno los
destruyó delante de
ellos, de manera que los
desterraron y habitaron
en su mismo lugar, |
|
|
del mismo modo que hizo
el Eterno a favor de los
hijos de Esaú que
habitan en Seír, cuando
destruyó a los joritas
de delante de ellos, de
manera que los
desterraron y habitaron
en su lugar hasta el día
de hoy. |
|
|
Y a los hebreos que
habitaban en Jatzerín
hasta Gaza (Azá), los
kaftoritas procedentes
de Kaftor, los
destruyeron y habitaron
en su lugar. |
|
|
Levantaos y partid y
pasad el torrente de
Arnón. Mira que Yo he
puesto en tu mano a
Sijon el emoreo, rey de
Jeshbón, a él y su
tierra; comienza a
desterrarlo y lucha con
él en batalla. |
|
|
En este día comenzaré a
imponer el terror y el
miedo hacia ti sobre los
pueblos que están bajo
todo el cielo, los
cuales oirán tu fama y
temblarán y se
atemorizarán delante de
ti. |
|
|
Y envié mensajeros desde
el desierto de Kedemot a
Sijón, rey de Jeshbón,
con palabras de paz,
diciendo: |
|
|
Déjame pasar por tu
tierra; por la calzada
pública iré, no me
desviaré a derecha ni a
izquierda. |
|
|
Alimentos por plata me
venderás y comeré, y
agua por plata me darás
y beberé; solamente
pasaré con lo que es
mío, |
|
|
así como hicieron
conmigo los hijos de
Esaú que habitan en
Seír, y los moabitas que
habitan Ar, hasta que
haya pasado por el
Jordán para ir a la
tierra que el Eterno,
nuestro Dios, nos da. |
|
|
Mas no quiso Sijón, rey
de Jeshbón, dejarnos
pasar junto a sí, porque
el Eterno, tu Dios,
endureció su espíritu e
hizo obstinado su
corazón para entregarle
en tu mano, como en el
día de hoy. |
|
|
|
|
|
|
SEXTA ALIA |
|
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|
Y salió Sijón a nuestro
encuentro, él y todo su
pueblo, a librar batalla
en Yahatz. |
|
|
Y le entregó el Eterno,
nuestro Dios, ante
nosotros, y le herimos a
el y a sus hijos y a
todo su pueblo. |
|
|
Y tomamos todas sus
ciudades en aquel
tiempo, y destruimos
totalmente cada ciudad
con los hombres, mujeres
y niños; no dejamos
quién escapase, |
|
|
solamente las bestias
tomamos por despojo, con
el botín de las ciudades
que habíamos tomado. |
|
|
Desde Aroer, que está
sobre la ribera del
torrente de Arnón, y la
ciudad que está junto al
torrente, hasta Guilad,
no hubo ciudad que fuese
demasiado fuerte para
nosotros; todas ellas
las entrego el Eterno,
nuestro Dios, ante
nosotros; |
|
|
tan sólo a la tierra de
los hijos de Ammón no te
aproximaste, ni a todo
lo que está a la orilla
del torrente del Yaboc;
m a las ciudades de la
montaña, ni a parte
alguna de todo lo que
ordenó el Eterno,
nuestro Dios. |
|
|
Y nos volvimos y subimos
por el camino de Bashán,
y salió Og,
rey de Bashán, a nuestro
encuentro, él y todo su
pueblo, a librar batalla
en Edre-i. |
|
|
Y me dijo el Eterno: No
tengas temor de él,
porque lo entregué en tu
mano, tanto a él como a
todo su pueblo y su
tierra. Y harás con él
como hiciste con Sijón,
el rey del emoreo que
habitaba en Jeshkón. |
|
|
Y entregó el Eterno,
nuestro Dios, en nuestra
mano, también a Og, rey
de Bashán, y a todo su
pueblo; y le herimos
hasta no quedar de los
suyos quién escapase. |
|
|
Y tomamos todas sus
ciudades en aquel
tiempo; no hubo ciudad
que no le tomásemos.
Sesenta ciudades, toda
la región de Argob
(distrito real) del
reino de Og, en Bashán. |
|
|
Todas éstas eran
ciudades fortificadas,
de muros altos, con
puertas y trancas; sin
contar las ciudades
abiertas, en gran
número. |
|
|
Y las destruimos lo
mismo que habíamos hecho
con Sijón, rey de
Jeshbón, aniquilando en
cada ciudad a los
hombres, a las mujeres y
a los niños. |
|
|
Mas todas las bestias y
el despojo de las
ciudades, tomamos por
presa para nosotros. |
|
|
Y en aquel tiempo
tomamos del poder de los
dos reyes emoreos, la
tierra que está de esta
arte del Jordán, desde
el torrente de Arnón
hasta el monte Jermón; |
|
|
los sidonitas llamaban
al Jermón Siryón, pero
los emoreos lo llamaban
Senir; |
|
|
todas las ciudades de la
llanura y todo el Guilad
y todo el Bashán hasta
Saljá y Edrei, eran
ciudades del reino de Og
en Bashán. |
|
|
Porque solamente Og, rey
de Bashán, quedaba del
resto de los refaítas.
He aquí su cama, cama de
hierro, de cierto está
ella en
Rabbat-Bené-Ammón; de
nueve codos es su
longitud y de cuatro
codos su anchura, según el
codo de un hombre. |
|
|
Y nos posesionamos de
esta tierra en aquel
tiempo. Desde Aroer,
situada junto al
torrente de Arnon, con
la mitad de la montaña
de Guilad y sus
ciudades, lo di a los
rubenitas y a los
gaditas; |
|
|
mas el resto de Guilad
con todo el Bashán,
reino de Og, lo di a la
media tribu de Manasé; o
sea, la región de Argob
(distrito real) con todo
el Bashán, esto se
llamaba la tierra de los
refaítas. |
|
|
Yaír, hijo de Manasé,
tomó toda la región de
Argob (distrito real)
hasta el confín de los
gueshuritas y los
maajatitas, y los llamó
con su mismo, nombre,
Bashán de las Aldeas de
Yaír, hasta el día de
hoy. |
|
|
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|
SEPTIMA ALIA |
|
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|
|
Y a los rubenitas y a
los gaditas di desde
Guilad hasta el torrente
de Arnón, con la mitad
del torrente como
término, y el pasaje
para el otro lado del
torrente hasta el río de
Yaboc, límite de los
hijos de Ammón; |
|
|
y la planicie y el
pasaje para el otro lado
del Jordán como límite
desde el mar de Kinnéret
hasta el mar de la
planicie, el mar Salado,
debajo de las vertientes
de la Pisgá (colina), al
oriente. |
|
|
Y os ordené en aquel
tiempo (a los de dichas
tribus), diciendo: El
Eterno, vuestro Dios, os
ha dado esta tierra para
poseerla; armados
pasaréis al frente de
vuestros hermanos, los
hijos de Israel, todos
los hombres valerosos. |
|
|
Solamente vuestras
mujeres y vuestros niños
y vuestro ganado -pues
sé que tenéis mucho
ganado- quedarán en
vuestras ciudades que os
he dado |
|
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|
ULTIMA ALIA |
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|
Y a Josué ordené en
aquel tiempo, diciendo:
Tus ojos han visto todo
lo que acaba de hacer el
Eterno, vuestro Dios, a
estos dos reyes; así
hará el Eterno con todos
los reinos por los
cuales pasarás. |
|
|
No los temas; porque el
Eterno, vuestro Dios, es
el que pelea por
vosotros. |
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NOTAS EXPLICATORIAS:
Estas son las palabras
Contra estas tres
naciones, Edom (verso
5), Moav (verso 9) y
Ammón (verso 19), se
recomendó a los
israelitas no declarar
la guerra, pues Dios
había prometido por
intermedio de Abraham,
la tierra de Seir a
Esaú, y a Moav y Ammón,
hijos de Lot (Génesis
19, 38), las tierras que
ocupaban. En otro lugar
del Deuteronomio (23, 8)
se dice: "No aborrecerás
al edomita
(descendientes de Esaú),
pues es tu hermano; ni
aborrecerás al egipcio,
pues extranjeros
fuisteis en su tierra".
Es un mandamiento
sagrado para el
israelita considerar a
cualquier gentil como un
verdadero semejante,
creado como él a la
imagen de Dios, y
tratarle mejor que a un
correligionario a fin de
que de este modo sea
glorificada nuestra
religión. Al israelita
que comete una falla
contra el gentil, se le
considera culpable de
deshonor público,
profanador de nuestra
creencia religiosa:
jilul hashem y jilul
haumá.
Y las destruimos
El codo de un hombre |
SEA PARTE DE ESTE PROYECTO JUDEO-HISPANO